La acción deja hueco a la reflexión
«Cura este mundo limpiándolo de parásitos como tú»
Hay quienes sostienen que para combatir al mal hay que ser parte del mal, que solo un monstruo puede enfrentarse a un monstruo. Ese es un pensamiento desalentador, aunque en muchos sentidos es cierto. Pero no significa como muchos piensan que uno debe desprenderse de la empatía para poder enfrentarse a quienes parecen haberse desprendido de ella, sino que aún poseyéndola, uno se sacrifica y es dañado en pos de enfrentarse. No hay que convertirse en un monstruo, hay que convertirse en un héroe. De éste y muchos más temas trata nuestra siguiente obra; pero antes de indagar más en ella, conozcamos a los autores.
Joseph Kelly nació en 1971, y es un escritor de cómics, dibujante y editor estadounidense que ha escrito en series con títulos como Deadpool, Uncanny X-Men, Action Comics y JLA . Como parte del grupo de creadores de cómics Man of Action Studios, Kelly es uno de los creadores de la serie animada Ben 10. En la Universidad de Nueva York, fue reclutado para el Proyecto Stan-hattan del editor de Marvel Comics, James Felder, un programa que entrenaba a escritores de cómics potenciales en la universidad. Después de seis meses de trabajar en la clase, Felder le ofreció a Kelly un trabajo escribiendo el guion de Fantastic Four 2099 sobre una trama de Karl Kesel. Kelly tomó la tarea, pero su primer trabajo publicado para Marvel fue 2099: World of Tomorrow #1–8 y Marvel Fanfare de 1996 volumen 2 n°. Un año después, en 1997, Kelly comenzó su primera asignación mensual, Deadpool. A partir de ahí comenzaría una prolija carrera que cuenta a día de hoy con cientos de publicaciones, enfocado especialmente en el mundo de los superhéroes, pero con algunas excepciones como el caso de Soy una matagigantes (2008–2009) con Ken Niimura.
Niko Henrichon es un dibujante de cómics canadiense nacido el 14 de diciembre del 1975, en Quebec. Henrichon estudió ilustración y cómics en Saint-Luc Liège de 1997 a 2000 y fue reconocido como autor por ilustrar Los Leones de Bagdad cuyo guionista es Brian K. Vaughan y por el que recibieron un Harvey en 2007. Sin embargo, su primer el trabajo es Barnum! escrito por Howard Chaykin y David Tischman en 2003. También ha trabajado en series de historietas como Star Wars Tales, Micronauts, Superman, New XMen y Spiderman, o incluso en Fables (#70, Vertigo) y Sandman. Regularmente proporciona portadas para Marvel Comics y DC Comics en diferentes series de primera linea.
Fang y los conflictos sociales
Fang es una zorra antropomórfica que se dedica a eliminar a los demonios que parecen poblar el mundo. Como una cazademonios viaja por las diferentes aldeas prestando sus servicios a cambio de dinero. Al final se encuentra con un gran adversario que le hará esforzarse al máximo y recordar porqué se encuentra en ese camino de destrucción y muerte.
Esta es la primera entrega de lo que se presenta como una serie, cuyo final no parece encontrarse cerca, o al menos eso se diría por la forma de finalizar este primer volumen. Se le intuye una estructura capitular que podría extenderse tanto como los autores quisieran o les dejasen.
Entrando a valorar la obra, nos encontramos con una obra repleta de acción, en la que prácticamente no hay descanso. El trabajo se divide en dos enfrentamientos, uno inicial en la que se nos presenta a la protagonista, su trabajo y valores, así como el mundo y el estado en el que se encuentra. En el segundo ya se nos desarrolla un conflicto mayor, y se indaga en el los motivos de Fang para dedicarse a ello. Sin embargo, de 55 páginas hay unas 15 (siendo generoso) en las que no están luchando, aunque en este tipo de historias de acción los diálogos en el propio enfrentamientos se dan sin parar y no se sienten forzados.
Hay varios temas que se tratan de forma subtextual. En los conflictos ajenos a Fang nos encontramos dos muy marcados, como son la lucha de clases en el primer enfrentamiento, y el racismo sistémico en la segunda. Ambos dos, sobre todo el segundo, se tratan con poca condescendencia y con una gama de grises que le da una mayor fuerza al relato. En cuanto a Fang, su tema es más manido pero no por ello menos interesante; la búsqueda de la identidad. Gracias a lo que se pueden entrever en las últimas páginas, se nota que los tres grandes temas se desarrollarán en mayor medida cuando avance la obra.
En el apartado gráfico, nos encontramos con un Henrichon muy acertado. Su trazo roto y sus aguadas, dan al conjunto un estilo que acompaña a la perfección a la historia. Le otorga al trabajo un aspecto agresivo pero delicado, como el de un lugar de fantasía no apacible, que es el caso. La ejecución de las escenas de acción, se llevan a cabo a la perfección, sin ser monótonas y guiando al ojo de forma efectiva, sin perder el foco de lo que sucede, y ofreciendo una visión global de forma paralela. El color es posiblemente el gran atractivo de la obra, y es que Niko hace que salte de la página. En muchos sentidos me recordó a Dustin Nguyen en su Descender, pero con un trazo más definido y agresivo. Sin duda un apartado visual muy atractivo y acertado.
En conclusión, estamos ante una primera entrega de una serie de acción capitular, en el que se trata la lucha de clases, el racismo sistémico y la búsqueda de identidad, pero sin incidir especialmente en ellos, dejando a la acción y al dibujo como los grandes protagonistas de la obra.
Lo mejor
• La manera en la que se trata el racismo.
• Las escenas de acción, se leen sin problemas y uno salta la página buscando más.
• El estilo visual que otorga el color.
Lo peor
• El número de páginas, al ser principalmente acción, se hace muy corto.
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 7
7.7
Acción
Fang termina por funcionar como una obra de acción pura, en la que el lector se siente muy cómodo leyendo, pero que deja espacio a la reflexión en sus pocos momentos de paz.
