Fatale, #1-5.

 

Edición original: Fatale #1 – #5.
Guión: Ed Brubaker.
Dibujo: Sean Phillips.
Color: Dave Stewart.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,50.

 

Tras analizar el trasvase de autores de DC y Marvel que marchan hacia las editoriales independientes, es casi una obligación que nos detengamos en una de las creaciones que me sirvió para ilustrar el caso: Fatale de Ed Brubaker y Sean Phillips. Antes de entrar en faena, dejad que retome el hilo conductor de ayer y analice más a fondo los motivos por los que Brubaker ha dejado Marvel.

Según ha comentado Brubaker en más de una ocasión, la partida de este guionista se debe a varios motivos. Primero, él quería escribir en el cine y la televisión pero no había podido dedicarse en cuerpo y alma a ello por su trabajo en los cómics. Segundo, se sentía quemado del género superheroico y el éxito de Fatale le hizo ver que podía combinar el trabajo en otros medios con sus propias creaciones. Tercero, según sus propias palabras, “Ahora mismo, mi pozo está muy seco en lo que se refiere a las historias de superhéroes. Honestamente, siento como si hubiese tenido una lucha desde la muerte de mi padre. No sé por qué es así. Pero desde entonces, no he tenido tan buenos momentos escribiendo superhéroes como antes. Cuando te sientas en el lecho de muerte de alguien, te sientes algo ridículo por estar escribiendo historias sobre personas que se ponen trajes y golpean cosas para resolver los problemas del mundo. Aunque no es que escribir historias de horror sea muy diferente. Y aún me gustan los tebeos de superhéroes. Me siento como si hubiese escrito tantos que a veces golpeas un muro y te preguntas “¿Cuántas historias puedo hacer que acaben de la misma manera?”. Con el material propiedad de los autores, puedes hacer lo que quieras. Nunca me planteé hacer cómics de superhéroes durante tanto tiempo. Estaba teniendo buenos momentos y consiguiendo una buena vida mientras lo hacía. Y creativamente me llenaba mucho, pero ahora siento que lo que más me llena creativamente es Fatale y otras cosas que estoy planeando. Me gusta tener todo el control”.

Poco se puede añadir tras estas emotivas declaraciones de Brubaker. Deja muy claro lo que está pasando por su mente. Cambiemos de tema y analicemos un poco Fatale. Esta cabecera de Brubaker y Phillips en principio era una maxiserie de doce números que seguía la estela de las obras anteriores de este famoso equipo creativo: Sleeper, Criminal e Incógnito. Nada más salir a la luz, Fatale se convirtió en todo un éxito de ventas y crítica y, aunque no es una serie regular, Brubaker ya ha declarado en más de una ocasión que su intención para los tiempos venideros es escribir dos cómics, uno que dibujará Phillips y otro que realizará junto a otro dibujante. Por lo tanto, después de Fatale vendrán otras obras que seguirán sus pasos y podemos considerar que esta colección es el inicio de un trabajo de cadencia mensual. Sea como fuera, cuando Brubaker empezó a escribir Fatale se dio cuenta de que doce cuadernos no eran suficientes para narrar la historia, así que añadió tres. Y luego cambió de idea y decidió que quince números tampoco eran suficiente, así que ha añadido cinco más. Por ahora Fatale es una maxiserie de veinte números pero yo prefiero llamarla serie regular que posiblemente acabe algún día.

La historia

La sinopsis oficial dice: “En el 2012, un reportero tropieza con un secreto que lo lleva hasta el camino más oscuro imaginable… a una seductora mujer que ha estado huyendo desde 1935, a un mafioso que puede ser un monstruoso demonio inmortal, y a las historias de todos los condenados que han sido atrapados en una lucha que ya se prolonga durante décadas.”

Fatale es la antonomasia del misterio. No es fácil centrarse en un único factor que me sirva para ilustrar esta afirmación porque esta serie está plagado de ellos. Por ejemplo, empecemos por la estructura de la historia. Esta cabecera está inicialmente pensada en tres arcos argumentales que suceden en tres épocas bien diferenciadas (la actual, la de los años cincuenta y la de los años setenta) pero que abarcan incluso más tiempo porque la aventura se inicia en los años treinta. Lo que sucede en cada arco y cada periodo temporal se relaciona con lo que ocurre en los demás y, de hecho, da pie a que los acontecimientos avancen. Sin embargo, cada uno de los arcos narra una historia completa, de manera que todos los que os compréis una parte de la historia disfrutareis de una experiencia plena independientemente de por qué acto empecéis a leer. Eso en principio no es un misterio, pero dado que el prólogo se inicia en la época actual y después tenemos un salto temporal de unos sesenta años hacia atrás, la pregunta de “¿qué está sucediendo?” nos atrapa desde ese mismo instante. A la que nos damos cuenta de que la mujer del prólogo es la misma que protagoniza la aventura de los años cincuenta, el misterio ya nos atrapa. ¿Realmente es ella? ¿Cuál es la edad verdadera de esa mujer? ¿Y sus intenciones para con los hombres a los que utiliza? El concepto de mujer fatal pocas veces ha cobrado tanta relevancia, sobre todo después de ver cómo trata esa mujer al sexo masculino…

(Un pequeño inciso: la información de que la historia sucede en tres arcos puede ser errónea por todo ese asunto de que la cabecera se prolongue en números. Me consta que los últimos cinco serán de historias autoconclusivas…)

Si cada arco es un misterio, cada personaje también lo es. Todos tienen sus agendas ocultas y sus motivaciones y Brubaker es suficientemente inteligente como para no revelarnos todas las respuestas sobre los “actores” de Fatale. Muchas veces se las guarda porque tendrán su importancia más adelante (como el misterio de la mujer fatal, que Brubaker promete desvelar en el momento apropiado, no antes) y otras veces se las reserva para dejar que el lector tome sus propias conclusiones. Eso es bastante de agradecer en un cómic plagado de grises y de actitudes cuestionables. La cuestión es que cada una de las historias que conforman Fatale (ya sean las de las épocas o las propias de los personajes) son capas de algo mayor. Y es que Brubaker quiere experimentar con hilos argumentales que se fusionan entre ellos porque siente esa necesidad de superarse a sí mismo. Según dice el guionista, “si no te retas en la escritura, no sigues mejorando. Y yo siempre intento empujarme a hacer cosas de una manera diferente a la que las había hecho antes”. ¿Consigue Brubaker superar su propio reto? Desde luego. El sistema de capas funciona a la perfección: permite varias lecturas de una misma historia, mejora la caracterización de los personajes, etc.

Finalmente, la intriga se ve acrecentada por el concepto de fusión. Me explico, Fatale no es una historia de misterio al uso, es la unión de una aventura noir con una narración de terror. El caso es que la combinación terror y misterio es casi perfecta. Los elementos paranormales sirven para aumentar la aureola de misterio porque ellos mismos son un secreto por sí solos. Además, Phillips y Brubaker utilizan elementos del género de terror clásico, principalmente de Lovecraft. Las historias de los grandes autores clásicos no son como las de ahora, se centran más en las sensaciones y… en el misterio. Y sí, sé que he repetido mucho esa palabra, pero es lo que sucede cuando hablas de la antonomasia del misterio…

El tratamiento de personajes

El tratamiento de personajes en Fatale no es para nada unísono. La protagonista es una hermosa mujer morena capaz de hechizar a cualquier hombre con solo unas palabras. En principio eso no es algo novedoso porque, ¿acaso no son así todas las mujeres fatales del género pulp? Tampoco sorprenderá a nadie si os comento que lo que realmente consigue que este personaje sea grandioso no es lo que ella hace o dice sino lo que nos oculta o el por qué actúa de esa manera. Efectivamente, la mayoría de mujeres fatales son como ella. Lo que realmente desmarca a la protagonista de otros personajes similares es su profundidad. Tradicionalmente, este tipo de chicas suelen ocultar algo que pondrá en aprietos a un detective noir pero el misterio suele ser tan simple como que la mujer juega a dos bandas o que pretende traicionar al detective que contrató. En el caso de Josephine (así se llama nuestra “heroína”), lo que nos oculta es algo muchísimo más complicado, y eso la dota de mucha profundidad al personaje porque consigue que nosotros no podamos juzgarla. Seguramente está por encima del bien y el mal y sus acciones no se corresponden con sus pensamientos. Ella es el arquetipo de mujer fatal y la tradición pulp dicta que debe traer la perdición a los hombres, pero… ¿sirve la tradición en una historia que rompe todos los moldes habidos y por haber?

Los protagonistas masculinos, afortunadamente, no son tan misteriosos. Eso es algo lógico porque sus historias y necesidades son más terrenales. Todos ellos tienen un punto en común porque casi todos se ven envueltos en el misterio y se sienten perdidos entre los acontecimientos y entre sus propias decisiones, que marcarán sus vidas y las de sus familias. La perdición parece que esté a punto de atraparlos en cualquier momento, pero eso es lo único que se puede esperar cuando alguien se acerca a una mujer fatal y a monstruos de todo tipo… Sea como fuera, los personajes masculinos están tan bien construidos como Josephine y en ningún momento se ven desbancados por su compañera. Es difícil decir que un personaje destaca entre los otros cuando todos ellos tienen una historia muy potente detrás que les obliga a actuar de maneras políticamente incorrectas. Por eso Fatale es mucho más que la aventura de una mujer fatal, Fatale es una serie coral en la que las vidas de sus participantes se unen por unos momentos, quizás los últimos para algunos de ellos. O quizás no…

El arte

Por lo que respecta al arte, Fatale es simplemente perfecta. Cuando alguien ve los dibujos de Phillips en este tipo de historia es difícil que relacione el género noir con cualquier otro dibujante. Este artista consigue que todo encaje: otorga las expresiones exactas a los rostros; potencia la aureola de misterio del tebeo; genera miedo cuando debe asustar y preocupación cuando sucede algo malo; retrata a la perfección las diferentes épocas que conforman la serie; dibuja con el número exacto de líneas, de manera que su trazo es sencillo y elegante; sabe combinar las sombras y las luces; permite que el texto se ubique según el ritmo de lectura deseado, etc.

Como enumerar elogios no aporta nada nuevo, os comentaré algunas cosas del sistema de trabajo de Brubaker y Phillips. Este dúo ya lleva muchos años colaborando juntos de manera que se han acostumbrado a trabajar de la misma forma: Brubaker tiene una idea, escribe el guión a trozos y se lo va pasando a Phillips en lotes de cinco a ocho secciones de páginas. Phillips siempre se niega a que Brubaker le explique lo que sigue a continuación. Conclusión: Phillips nunca piensa en la composición completa del tebeo, como mucho es capaz de delimitar lo que hará en las ocho siguientes páginas. Además, como Brubaker y Phillips llevan tanto tiempo trabajando juntos, el guionista no se explaya demasiado en los detalles. Simplemente le cuenta a Phillips lo básico y el dibujante hace su parte, por lo tanto, Phillips es tanto o más responsable de las sensaciones que transmite la lectura de la historia. Y eso es algo lógico porque, tal como dice el mismo dibujante “no estoy interesado en dibujar supermodelos idealizadas y de buen ver. Yo quiero que los personajes parezcan creíbles, ordinarios.” En el caso de Josephine, ella “tiene que tener algo, y dibujar mujeres sexis siempre es difícil para mí. He estado mirando algunas estrellas de películas antiguas e intento incluir en Josephine algo del carisma de éstas. Ed escribe unos caracteres tan vívidos que siempre puedo ver cómo son desde el primer momento que leo el guión”.

Como en este caso una imagen vale más que mil palabras, arriba os dejo unas páginas originales de Phillips extraídas de la página en la que Phillips vende su material original, además de uno de los tres anuncios que sacaron con motivo de la serie. Si os habéis vuelto fans incondicionales de este autor igual os interesa daros una vuelta por esta web para pillar alguna de sus joyas.

Aceptación

Dado el tema de ayer, aprovecho la ocasión para profundizar en el asunto de las ventas. (El de las críticas lo puedo resumir en que todos los comentarios sobre Fatale han sido buenos de manera unánime). Cuando Brubaker y Phillips editaron Incógnito, vieron que las ventas aumentaron respecto a lo que estaban haciendo anteriormente. El último número de Criminal vendió unas 17.000 unidades y con Incógnito la cifra se incrementó hasta los 25.000 ejemplares. El dúo esperaba repetir estos resultados con la siguiente miniserie de Incognito, pero no lo consiguieron y se quedaron algo fríos. Visto lo visto era imposible saber cuánto vendería Fatale…

En esta ocasión tuvieron más suerte. Los pedidos iniciales eran superiores a los que se esperaban y se fueron incrementando con el tiempo, de manera que imprimieron más ejemplares de la cuenta para el episodio de debut de Fatale. Aun así, el cuaderno se agotó en la distribuidora antes de salir a la venta. Fatale núm. 1 tuvo que ser reimpreso en varias ocasiones y Brubaker y Phillips tuvieron que buscar la tirada exacta porque no querían quedarse con copias de los siguientes capítulos en el almacén pero tampoco querían que el tebeo no fuese accesible para las tiendas (el caso de la tirada exacta es más relevante de lo que parece en un principio porque el tebeo de una segunda edición de tirada menor tiene un mayor coste para las editoriales que el de los cómics de la tirada inicial y se pierde dinero haciendo reediciones o, al menos, se reduce el margen de beneficio…), así que fueron probando hasta que consiguieron la cantidad exacta que corresponde a unos 22.000-21.000 ejemplares. La verdad es que eso los coloca como una de las series más vendidas tanto en Image como en el mundo independiente. No se pueden quejar, sobre todo si tenemos en cuenta el pequeño fiasco de la anterior miniserie de Incógnito.

Conclusión

Resumiendo, Fatale no es una historia de misterio, es LA historia de misterio. Si no soportas este género, ni las mujeres atractivas, ni la elegancia, ni los personajes con más de una cara, ni se te ocurra acercarte a este tebeo. Fatale solo es recomendable para aquellos que busquen algo más en un tebeo.