Fatty. El primer rey de Hollywood, de Julien Frey y Nadar

Tras El Cineasta y Justin, Nadar y Frey cierran su particular "trilogía de la memoria", con Fatty. El primer rey de Hollywood, cómic que rescata de las calles del olvido la figura de Roscoe Arbuckle.

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Edición original: Fatty: Le premier roi d’Hollywood FRA (Futuropolis, 1921)
Edición nacional/España: Fatty. El primer rey de Hollywood (Astiberri)
Guion: Julien Frey
Dibujo: Nadar
Entintado: Nadar
Color: Nadar
Traducción: Lucía Bermúdez
Rotulación:: Ana González de la Peña
Maquetación: Alba Diethelm
Correción: Soraya Pollo
Edición: Javier Zaldibegoitia
Formato: Cartoné. 208 páginas. 25,00€

La cara oculta de Hollywood.

«Es el público el que no quiere ver a Roscoe. Y el público nunca se equivoca.»

Fue Henry Miller quien afirmó que Hollywood era una dictadura en la que se silencia al artista. Corrían los años cincuenta cuando el senador McCarthy sembraba el terror con su particular caza de brujas. Pero décadas antes de que las ideas comunistas fuesen perseguidas en la meca del cine, la censura brotó con fuerza como consecuencia de una tragedia que supuso la gota que colmó el vaso en medio de una década de desenfreno. En su tercera colaboración conjunta, Julien Frey y Nadar exprimen al máximo sus talentos para mostrar la cara menos amable del séptimo arte como ya hicieron en El cineasta. Si en aquella ocasión, la figura sobre la que orbitaba el cómic no era otra que Édouard Luntz, el cierre de su trilogía más personal viene acompañado de otro personaje injustamente olvidado. Roscoe “Fatty» Arbuckle.

Roscoe Conkling Arbuckle nació el 24 de marzo de 1887 en Smith Center, Kansas. Dio rienda suelta a su faceta como artista con el vodevil para pronto ser lanzado al estrellato. Pese a que las informaciones son contradictorias, tan cierto es que Roscoe odiaba su alias “Fatty” como que fue obligado por contrato a pesar más de cien kilos. Arbuckle derrochaba humor absurdo utilizando el efecto cómico de su tamaño. Pero, por contra de lo que pudiera parecer, Roscoe era un tipo con una envidiable agilidad acrobática. No deja de ser curioso que, pese a ser el primer actor en firmar un contrato de un millón de dólares al año, su nombre haya quedado en las calles del olvido.

¿Qué ocurrió para que una celebridad de la época del cine mudo acabase sufriendo tal defenestración? Nadar y Frey fijan su mirada en el antes, el durante y el después del evento que cambió la vida de «Fatty» para siempre. Todo se podría resumir de esta forma. En una fiesta del Día del Trabajo, la actriz Virginia Rappe murió en dudosas circunstancias. Arbuckle es acusado y, tras tres juicios por homicidio y violación, fue absuelto de todos los cargos. Sin embargo, la sombra de la sospecha fue tan alargada que aún a día de hoy sigue contándose cierta versión en la cual el orondo actor habría violado a Rappe con una botella de champán y que la joven habría acabado muriendo horas después víctima de una peritonitis producida por las lesiones internas de dicho acto.

En el cómic publicado por Futuropolis en nuestro país vecino, Frey opta porque sea un narrador de primera categoría quien se encargue de contarnos los hechos que tuvieron lugar en aquella fatídica noche del 9 de septiembre de 1921. Buster Keaton no solo fue amigo de Roscoe, sino que fue este quien le descubrió. Arbuckle fue uno de los comediantes más importantes de Hollywood, en cuyas colinas nació el mito. La ciudad de Los Ángeles comenzaba a coger lustre. Los focos de sus grandes avenidas parecían atraer, como polillas, a jóvenes con las maletas cargadas de sueños por todo el país. A pesar de ese magnetismo y las promesas de una vida llena de lujos, el sistema pronto se mostró frágil y quebradizo. El cine se convirtió en industria rápidamente. La inversión en el citado medio se multiplicó por diez entre 1910 y 1920.

Así pues, el autor francés y Pep Domingo “Nadar” optan por hacer una radiografía del star-system de la época en general y de Roscoe, en particular. Para ello, sitúan el presente de la acción en el set de rodaje de The Twilight Zone, en 1960. Será en un camerino donde el protagonista de El maquinista de La General se sincere ante un joven ayudante de dirección que apenas está empezando a vislumbrar que, en los grandes Estudios, no es oro todo lo que reluce. Gracias a Keaton, viajamos en el tiempo hasta 1917, momento en el que ambos genios se conocen y comienzan a retroalimentarse. Las «slapstick» atrajeron al gran público con sus bufonadas y trucos atléticos pero también gracias a sus técnicas de producción. Arbuckle, que trabajó con Charles Chapin o Mabel Normand, fue un pionero que se puso detrás de las cámaras en más de cuarenta ocasiones y delante de ellas en más de cincuenta películas de corta duración.

En una entrevista que Nadar concedió a Zona Negativa la semana anterior a que comenzara el confinamiento, el autor de Papel estrujado explicaba que el hecho de haber trabajado en Francia con Phillippe Thirault o el propio Frey había propiciado que su forma de trabajar cambiara. A Nadar le gusta trabajar en equipo pero nos confesaba que daba demasiado de sí mismo en el proceso creativo. De ahí su necesidad de volver a volar en solitario como autor completo para no tener que ceder en exceso debido a su carácter generoso. Transitorios se encuentra en el horno acabándose de dorar, a buen seguro que nos daremos un festín con él como en su día hicimos con El mundo a tus pies. A diferencia de sus dos participaciones anteriores con Julien Frey, Fatty. El primer rey de Hollywood ha visto la luz a color. Un color que contrasta con el blanco y negro de las producciones de la época de la misma manera que los diálogos rompen el silencio inherente del cine mudo.

Nadar continúa evolucionando en el aspecto artístico y nos hace dudar de sus limitaciones. Roscoe es el protagonista absoluto de la historia, llenando cada página literal y metafóricamente. El dibujante español hace suyo al personaje para moldearlo a su antojo y retratarlo de mil formas posibles. Inyectándose heroína, vestido de mujer, preparando un gag con su inseparable Keaton o pasando el mono en la cárcel. Nadar llena de luz y color una historia repleta de sombras. Su narrativa posee una soltura envidiable conectando de manera concisa con un libreto, el de Frey, cargado de sonrisas y lágrimas. Con genuino sabor europeo, Nadar y Frey toman el testigo de Brubaker y Phillips para mostrarnos parte de la crónica negra tan propia de la ciudad de las estrellas. Sin embargo, si en The Fade Out el tándem del género noir por excelencia fundía personajes reales con ficción al servicio de la historia, los autores de Justin escogen el rigor en el relato. Una historia que propició la llegada del Código Hays aunque la leyenda de Hollywood nunca ha dejado de oscurecer. Natalie Wood, Sharon Tate, Harvey Weinstein… casi tantos nombres envueltos en casos turbios como estrellas en el Paseo de la Fama.

A diferencia de Justin, que contaba con un formato de 30×22 cm, Astiberri ha decidido replicar en Fatty, el primer rey de Hollywood las dimensiones con las que contó El cineasta. Aunque nos hubiera gustado un tamaño mayor, la editorial bilbaína vuelve a acertar con un coqueto tomo de tapas duras, en cuyo interior sus más de 200 páginas son sinónimo de calidad.

Tras el escándalo, y a pesar de que la justicia se puso de su parte, Roscoe fue vetado por los grandes estudios. Años después, con las producciones sonoras instaladas en Hollywood, Arbuckle consiguió pequeños papeles en películas de la Warner gracias a que sus fuertes influencias hicieron piña para conseguirlo. Cuando por fin consiguió firmar un contrato, un infarto de miocardio acabó con su vida. Tenía 46 años. Nueve décadas más tarde, un historietista de Castellón y el guionista de Michigan. En el camino de una War Bride continuaron con su meritoria labor de rescatar del olvido figuras importantes de nuestro pasado lejano para contar su historia en viñetas.

Lo mejor

• La arqueológica labor de Frey y Nadar para construir cómics de interés inspirándose en hechos perdidos en la memoria.
• El retrato completo del Hollywood de la época.
• El uso del color para una época que solo hemos visto en blanco y negro.

Lo peor

• Que, seguramente, este sea el último cómic conjunto de Nadar y Frey.
• Aunque la edición de Astiberri está muy bien, nos hubiera gustado un mayor tamaño y extras que acompañasen al cómic.
• La facilidad que tiene Hollywood para generar Dioses y convertirlos en monstruos.

Edición original: Fatty: Le premier roi d'Hollywood FRA (Futuropolis, 1921) Edición nacional/España: Fatty. El primer rey de Hollywood (Astiberri) Guion: Julien Frey Dibujo: Nadar Entintado: Nadar Color: Nadar Traducción: Lucía Bermúdez Rotulación:: Ana González de la Peña Maquetación: Alba Diethelm Correción: Soraya Pollo Edición: Javier Zaldibegoitia Formato: Cartoné. 208 páginas.…
Guión - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 10

9.2

Sin palabras

En su tercer trabajo juntos, Nadar y Julien Frey firman su obra más redonda rescatando del olvido a una de las figuras más importantes del cine mudo: Roscoe "Fatty" Arbuckle, personaje imprescindible para entender la censura posterior que sufrió el mundo del séptimo arte.

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Sith
Sith
Lector
18 octubre, 2022 21:55

Muchas gracias por la reseña, no sabia de este comic aunque si sobre la vida de este actor gracias a una excelente nota de Juan Forn hace muchos años atrás.

Es terrible la historia y lo peor como siempre se menciona es la oscuridad que rodeo todo.