La fiesta pagana de Halloween cada vez encuentra más seguidores en nuestro país, los disfraces, las calabazas y las reposiciones de Pesadilla antes de Navidad así parecen atestiguarlo para diversión de unos y desgracia y temor de los defensores de «las tradiciones de toda la vida». No vamos a hacernos los sabiondos hablando de festividades de origen celta ancestrales y la apropiación por parte del cristianismo del concepto para desproveerlo de todo lo bueno y divertido que pudiese tener (un poco como hoy en día la OMS con la carne roja y todas esas cosas ricas y con fundamento). En la redacción somos unos vendidos, y hemos decidido celebrar este año Halloween como las brujas, espíritus y demonios mandan.
Para ello nos hemos puesto a darle a la cabeza del muñeco de mimbre, divagando y discutiendo sobre cuál sería la manera más terrorífica de pasar una noche tan siniestramente señalada. ¿Cómo pasarías la noche de Halloween si pudieses compartirla con un personaje de ficción? El resultado es el presente artículo, un especial de Halloween en el que no colaboran Los Simpsons, ese campo ya ha cubierto el compañero Samuel Secades aquí mismo, pero sí un pequeño grupo de nuestros redactores más inquietantes, a saber Alejandro Ugartondo, Francisco Miguel Espinosa, Gustavo Higuero, Javier Agrafojo, Marta Gómez San José y Jordi T. Pardo. ¿Y vosotros? ¿Seréis víctimas o verdugos? ¿Con quién pasaríais, celebraríais, sufriríais esta terrorífica? De una manera u otra… ¡Feliz Halloween!
Truco o trato infernal con el Motorista Fantasma – Alejandro Ugartondo
La noche Halloween, víspera de Todos los Santos, es una noche dedicada al recuerdo de los muertos que, en contraposición a la solemnidad cristiana del día 1 de Noviembre, tiende a la celebración más festiva de sus orígenes paganos. Así, lo habitual de esta noche es buscar lo lúdico o al desfase, según los gustos de cada uno, y dedicarse a actividades como las fiestas de disfraces, hacer truco o trato, la decoración de calabazas, encender hogueras, hacer espiritismo, gastar bromas, visitar lugares terroríficos o contar historias de miedo. Puestos a pasar una noche de Halloween especial que mejor que hacerlo en compañía del Motorista Fantasma, un sujeto que todo lo anterior lo puede hacer de la forma más terrorífica y desfasada posible. El personaje creado por Roy Thomas y Gary Friedrich sería el compañero ideal para pasar una noche de Halloween inolvidable. El motorista vinculado místicamente con un demonio tras un trato injusto con Mephisto sería un enlace perfecto con el mundo de los espíritus y los muertos. Su simple presencia es una historia de terror andante y con su atuendo de cuero, las cadenas y su calavera en llamas ganaría cualquier concurso de disfraces de calle. Imagínate los sustos de muerte que podrías gastar con su voz cavernosa y su mirada infernal. Y si eso fuera poco la ronda para recoger caramelos de puerta en puerta la podrías hacer subido a una moto cuyas ruedas están hechas de las mismísimas llamas del infierno. ¿Hay algo que mole más que eso para una noche de Halloween total?
Pasando miedo gracias a Hideo Kojima y Guillermo del Toro – Francisco Miguel Espinosa
A la hora de hacer una recomendación para la noche de Halloween siempre tengo miedo de caer en los tópicos (King, Barker, en literatura; Rob Zombie o Carpenter en cine…), y siempre tengo la sensación de que la noche de Halloween vive con la presión de estar a la altura del terror y de la oscuridad que se espera de ella. Mi recomendación para esta noche pasa por jugar a P.T.; sí, esa maravilla de tráiler jugable (playable trailer) que idearon Hideo Kojima y Guillermo del Toro como anticipo de Silent Hills, juego que más tarde se canceló. La atmósfera opresiva y la variabilidad en su resolución mantienen los nervios de punta y cada segundo es una agonía terrorífica de la que no se puede escapar. Y, si tuviera que llevar un invitado, elegiría como compañero digital a Cabeza Pirámide, el enemigo principal del segundo Silent Hill y que es una proyección del sentimiento de culpa que albergamos por dentro. Una delicia de noche.
Terror orgánico – Gustavo Higuero
Cuando la luna asciende entre las nubes, el pantano se llena de sombras. Una sombras que invitan a vivir a través de las emociones y porque no decirlo del miedo más visceral que puebla nuestras mentes. Oscuridad cenagosa que se materializa entre los juncos, las raíces y el lodo negro en la figura que en su día tan bien supo retratar Alan Moore. Pasar una noche de Halloween entre el opresivo verde de una naturaleza viva, tal vez demasiado, al lado de La Cosa del Pantano, recorriendo los pozos de cieno, rodeado del incesante siseo de los animales más sinuosos y escurridizos, mientras una mole de más de dos metros, verde, bulbosa, de voz grave y profunda, una planta a fin de cuentas, camina contigo en busca de una perdida casa de madera ajada por el tiempo.
Moore definió una nueva manera de acercarse al miedo y lo hizo de la mano de un ser sobrenatural, apartado de toda la humanidad y cambiando su propio estatus con el fin de hacer que todo cuanto lo rodeara fuera una pesadilla en sí mismo. Pero no solo podríamos disfrutar de su lado más oscuro, sino también podríamos viajar a otro mundo, descubrir de que están hechos los sueños y las pesadillas de otras civilizaciones. Sentir el poder de crear vida y de quitarla mientras un John Constantine se fuma un cigarro e intenta convencernos de que hagamos alguna locura por algún extraño fin, para lograr evitar el fin de todas las cosas.
Sería un paseo largo y lleno de visiones escalofriantes. Un paseo donde al final del todo, cuando la ciénaga quede atrás y nos volvamos a mirar el límite de la misma, descubriremos que esa silueta, esa figura solitaria con la que hemos atravesado ese mundo de terror sudoroso, nos mira desde su hogar con nostalgia, anhelando otro tipo de vida en el que la responsabilidad fuera menor y su sino fuera otro menos aterrador.
Mi amigo Dylan – Javier Agrafojo
Sabed. Hay cosas chungas ahí fuera. Cosas que se arrastran en tierra sin consagrar, cosas que aúllan a la luz de la luna, cosas que acechan en callejones oscuros o que llaman quedamente al cristal de nuestra ventana plañiendo que los dejemos entrar. Sí, reíros, ahora muy valientes en las horas del día, pero yo me pienso guardar las espaldas esta noche. He llamado a mi amigo Dylan Dog. Vosotros veréis qué hacéis.
Londres queda un poco a trasmano, ¿verdad? Y, además, hace frío, decís. ¿Me tomáis el pelo? Estamos hablando de vampiros, zombis, licántropos, espectros, monstruos asesinos de variado pelaje y condición… ¡y os asusta un viaje improvisado en una compañía low cost! Me da la risa. Vosotros veréis qué hacéis.
¿He de recordaros que a mi amigo Dylan le llaman “el investigador de pesadillas”? El título no se gana viendo Expediente-X, no sé si me explico. Mi amigo Dylan se las ha visto con casi cada bicho aterrador imaginable (incluida la despiadada humanidad) y ha salido airoso. Más importante aún. Su cliente ha salido ileso. Porque muchos presumen de habilidades y supervivencias (y no miro a nadie, ¿eh, señor Constantine?) y luego se les van muriendo aquellos que les rodean. Llamadme sentimental, pero le tengo cariño a mi viejo pellejo. Vosotros veréis qué hacéis.
Lo malo de mi amigo Dylan es que se hace acompañar de un bromista estrafalario disfrazado de Groucho Marx que maldita la gracia que me hace. Cosas de mezclarse con esos tipos italianos de Bonelli: se lo toman todo a risa. El peor es un tal Tiziano Sclavi. Lo tengo fichado. ¡Se las da de ser el primer cronista de las aventuras de mi amigo Dylan! Habráse visto desfachatez semejante… Guardad en la memoria ese nombre: Tiziano Sclavi.
Esta es mi recomendación para Halloween. Vosotros veréis qué hacéis.
En la Convención de Asesinos en Serie con El Corintio – Jordi T. Pardo
La imaginación de Neil Gaiman, puestos a buscar una metáfora, podría ser como la de un frondoso y oscuro bosque, mágico no cabe duda, irresistiblemente bello pero igualmente terrorífico y cruel para todos los valientes capaces de aventurarse por sus irregulares y oníricos senderos. En ese bosque, espiritualmente pagano, lleno de reinos y criaturas más allá de lo imposible, el papel de Lobo lo interpretaría una pesadilla con forma humana: El Corintio. Este pasa por ser uno de los personajes más perturbadores concebidos por el creador de The Sandman, obra cumbre de la viñeta por la que se pasea este monstruo en varios arcos argumentales coleccionando los ojos de sus víctimas. En apariencia, un hombre normal, con sus vaqueros y camiseta, su corte de pelo de los años cincuenta y unas gafas de sol que ocultan sus cuencas llenas de dientes. «Hay miradas que matan», una frase hecha a medida para El Corintio. No hay candidato mejor para pasar una aterradora noche de Halloween, porque con él además podríamos visitar la célebre Convención de Asesinos en Serie que Neil Gaiman nos presentó en La Casa de Muñecas (también hay indicios en La Cosa del Pantano que nos hacen pensar que Alan Moore conocía de su existencia), disfrutar de macabras historias y relatos de sus invitados, y temer por nuestra vida cada minuto de la noche pensando si seremos pasto de algún aspirante a matarife o si será el horrible rostro de El Corinto lo último que veremos en nuestra estancia en este violento mundo. ¡Temed por vuestras retinas!
Celebrando el Día de Muertos en Méjico con John Constantine – Marta Gómez San José
Para celebrar una fecha tan especial escojo el plan de pasar esta noche en Méjico celebrando el Día de Muertos con John Constantine. Y que mejor manera de honrar el culto a los muertos que vivir toda una experiencia bajo las antiguas artes oscuras, junto al mejor nigromante de la línea editorial Vértigo, en una festividad declarada hace doce años como Patrimonio de la Humanidad. Este personaje que dio el salto a la gran pantalla interpretado por Keanu Reeves y mas recientemente en televisión con Matt Ryan, ha tenido una larga historia en los cómics.
Constantine hizo su primera aparición en el número 25 de la serie La Cosa del Pantano creada por Alan Moore, Steve Bissette y John Totleben. Sin embargo no tuvo la serie propia que todos conocemos como ‘Hellblazer’ hasta 1987, año en el que Moore cedió a la petición de que otros autores pudieran crear una serie con él como protagonista.
El detective de lo oculto, ese hechicero, también exorcista y a fin de cuentas siempre un antihéroe, cuya personalidad deja mucho que desear, ha vivido mil y una aventuras a cada cual más desgarradora y a veces tan humana como su peculiar lucha contra el cáncer de la mano de Garth Ennis. Pero no ha sido este el único artista que ha colaborado en enaltecer a Constantine, también ha contado con Andy Diggle, Brian Azzarello, Denise Mina, Jamie Delano, Peter Milligan, Ian Rankin o John Ney Rieber. E incluso ha conseguido resurgir a partir de los nuevos 52, aunque haya sufrido algunos cambios físicos respecto a su anteriores etapas, llegando incluso a formar equipo con Shade, Madame Xanadu, Deadman o Zatanna, entre otros, en la fantástica ‘Liga de la Justicia Oscura’ realizada por Milligan junto al dibujante español Mikel Janin.
Muy buenas todas las recomendaciones. Yo añadiría (y no tiene perdón de Chtulhu que no lo hayáis hecho) «Llegó el Alba» de Wally Wood y algo de Creepy o Eerie. La Tumba de Drácula también es imprescindible.
Excelente. Yo agregaría como 300 series más jajaja.
Pero incluiría Wlking Dead o American Vampires.
Claro que para mi Crimson y Out There de Humberto Ramos son un buen intento comercial de acercar el mundo del horror a los jóvenes. Las recomiendo.
realmente estan haciendolo muy mal para hacer que la gente vuelva a la pagina. Horrible este sistema de comentarios. No puedo verlos !