Sangre, sudor y felpa
«Necesitas desesperadamente tomarte un descanso de la realidad»
La crítica artística, así en general, se puede abordar de muchas maneras. Puede tener una parte objetiva, en cuanto al análisis de ciertos aspectos o sobre la información (autores, historia de la publicación y un largo etcétera) que queramos meter en el texto, pero el arte, lo que nos comunica la obra, tiene un fuerte componente subjetivo. Nuestra vida, nuestros conocimientos o nuestro entorno cultural conforma nuestro gusto, que no tiene por qué ser el mismo que el de otros (algo que no todo el mundo comprende). Así que sí, si alguien me pregunta diré que Felpa es una de las obras que más esperaba de este año, y sí, es uno de los cómics con los que mejor me lo he pasado en los últimos meses.
Los antecedentes son claros: Plástico y Vinilo. Ambas realizadas por Doug Wagner al guion y Daniel Hillyard como dibujante, que ya habían trabajado juntos en The Ride y lo siguen haciendo a día de hoy en diversos proyectos, presentan un mundo curioso, con asesinos en serie de características muy particulares con los que no nos cuesta, por raro que parezca, empatizar. Aunque el humor y la violencia son su bandera.
Con Felpa forman la llamada “trilogía de los materiales”, aunque yo espero que vayan más allá, de momento en Estados Unidos ya ha salido el primer número de la precuela de Plástico. Esta trilogía no es tal por el hecho de que continúen unos en otros, sino más bien por tratar diversos temas enfocados en un mismo mundo y con un mismo tono, el de esa violencia desmedida pero llena de humor con un pequeño trasfondo que, ahora que tenemos los tres juntos, podemos decir que habla sobre las etapas de la vida.
Si Plástico, con Edwyn y Virginia, nos hablaba sobre el amor, y Vinilo, con Walter al frente, sobre la vejez, Felpa hace lo propio con la juventud. O al menos lo hace a su retorcida manera.
Devin es un chico de pueblo, que viene de familia rica y cuya prometida es la hija del sheriff. Pero esta le ha puesto los cuernos con el típico paleto, quedándose embarazada de él. Así que su amigo Levi decide llevarlo a una convención de furros, de esas en las que todos están vestidos de animales con trajes de felpa, para que despeje un poco la mente, ya que todos quieren que el matrimonio siga adelante. Básicamente esto son las tres primeras páginas del cómic y no me hizo falta ni una más para tenerme dentro. De seguido. Sin parar hasta la última página.
Como dice la propia sinopsis del tomo, en la fiesta hay unos furros caníbales, pero los giros que van dando Wagner y Hillyard nos llevan por unos derroteros que no son los que uno se podía imaginar al principio. En resumidas cuentas, es muy similar en su desarrollo a Vinilo y a Plástico, en tanto que Felpa no deja de ser una historia de terror con un desarrollo lineal muy típico, pero claro, aquí lo que gana es la perspectiva. En ese sentido recuerda más a Vinilo, pues consigue hacer dulces a los asesinos, que nos traguemos sus buenas intenciones… o más bien que empaticemos en cierta manera con su retorcido punto de vista, aquí enfocado desde la perspectiva de unos jóvenes de familia desestructurada con los conceptos del bien y el mal no muy claros.
Felpa está muy bien escrita. Su punto fuerte son sus personajes y cómo nos atrapan, tanto los buenos como los malos (sea lo que sea eso). Ya no solo por el cariño que desprenden sino por lo bien medidos que están los tiempos y el espacio que van dejando a cada uno de ellos para que los comprendamos bien. En este punto hay que destacar tanto el dibujo como los diálogos.
No hay conversación que no llame la atención. Son seis números con mucha acción, mucha violencia y llenos de asesinatos, pero los diálogos están medidos y puestos en su correspondiente lugar, sin dejar lugar a estupideces o chorradas típicas de los slashers, con frases realmente muy bien metidas, consiguiendo una clara definición de los personajes. Hay que tener en cuenta que, al igual que las dos anteriores, juegan con el género slasher y con las historias típicas de acción, al darnos la perspectiva de los asesinos y no la de las víctimas. Más o menos. El hecho de que los diálogos estén tan medidos es lo que hace que la obra fluya, llena de humor y cariño, a pesar de que no sea lo que los géneros antes mencionados tengan por costumbre transmitir. Eso hace que Felpa sea tan interesante, como ocurría con Vinilo y, en menor medida, con Plástico.
Evidentemente con estos géneros que hablo, el dibujo es esencial. Hillyard sigue la misma línea, cartoon, que potencia la parte cómica, y realismo, que no deja de lado al terror, pero sobre todo una narrativa muy ágil. Se nota que Hillyard ha ido mejorando con los años y en eso Felpa gana a las anteriores, aunque Vinilo ya era superior a Plástico en este apartado. También es cierto que tiene mucho que ver el color. Frente a un Plástico más apagado, Dave Stewart daba mucha más vida a Vinilo. En este caso es Rico Renzi el encargado, que sigue muy acertadamente la línea marcada por Stewart, logrando diferenciarse de él y aportando mucha identidad a la obra. Solo hay que ver la atrevida portada.
Con respecto a la unión con las otras obras digamos que existe pero es sutil. Sin duda a quienes hayan disfrutado con las dos anteriores reconocerán dos detalles en Felpa que les harán esbozar una sonrisa, pero más allá de eso no hay más. Lo que si que espero es que haya más trabajos como este, sobre este mundo y con estos personajes, si es posible.
Lo dicho, Felpa me parece una barbaridad de diversión y sangre con la que he disfrutado como un enano. Podéis criticarme, pero recordad, los furros están de mi parte.
Lo mejor
• Wagner y Hillyard demuestran ser muy grandes en lo suyo, una vez más.
• Es diversión pura y dura desde las primeras páginas.
• La mezcla de violencia y ternura de la que hacen gala desde su primer trabajo, pero que han ido puliendo en los siguientes.
Lo peor
• Sencillamente es un cómic que juega con el humor y el terror, si no es lo tuyo no sé qué haces aquí.
Guión - 8.4
Dibujo - 8.2
Interés - 8.7
8.4
Suavecito
Quiero más de esto.