La última obra de Shintaro Kago publicada en nuestro país por ECC Ediciones se llama Fetus Collection, un recopilatorio de historias surrealista y grotesco
«¡Pero bueno! ¿Y qué pasa con la colección de neonatos que empezaste hace poco? ¡¡Deberías centrarte en una única colección!!»
Durante los siglos XVI y XVII eran habituales en el territorio europeo los llamados gabinetes de curiosidades. Los antecedente a los museos modernos; espacios donde los coleccionistas particulares y privados guardaban y exponían sus hallazgos y maravillas. En ellos se podían encontrar antigüedades, obras de arte, fósiles de plantas y animales exóticos y aparatos e instrumentos científicos de la época. La aristocracia y clases altas disfrutaban ampliando sus colecciones. En cambio, el pueblo solo podía ver en esto una extravagancia y capricho propio de la posición social de unos privilegiados. En siglos posteriores, y especialmente llegado el siglo XX, la industrialización y el capitalismo expandieron sus fauces por el mundo. Esto facilitó que el concepto de coleccionismo alcanzase a las clases populares. La enfermedad se extendió como un parásito mellando nuestra forma de pensar. Fomentando una nueva manera de comprender el ocio y relacionarnos entre nosotros.
Hoy sabemos que cualquier cosa presente en la creación puede convertirse en parte de una colección. Haya sido fabricado por la mano del ser humano, proceda de la naturaleza o sea invocado desde otro plano dimensional. En algún momento de nuestras vidas todos nos hemos suscrito a algún pasatiempo parecido. Hemos coleccionado tesoros para preservarlos del paso del tiempo. Posesiones que nos enorgullecen y admiramos en nuestros momentos de nostalgia. Pero esa sensación puede ser adictiva y precipitarnos hasta la obsesión y la locura. La culpa la tiene esa fuerte necesidad de volver a experimentar la plenitud que nos invade con cada nueva incorporación y hueco cubierto de nuestra colección. Lo más perturbador de todo es que el objeto de deseo siempre revela algo sobre nosotros mismos.
Shintaro Kago: apóstol del ero-guro
Esto lo sabemos muy bien los aficionados al cómic. Y también una personalidad como Shintaro Kago. El mangaka de los excesos y la provocación. El apóstol del ero-guro. Sobre el presente tema este autor escribió em 2004 una serie de relatos recopilados posteriormente en la revista Manga Erotics de Ohta Shuppan con el nombre de Kijin Gahou. En nuestro país ECC Ediciones, después de la publicación de La formidable invasión mongola, se ha animado con la edición de esta antología. Lo hace bajo el título de Fetus Collection que designa a una de las más extravagantes historias que componen el tomo. No es este un trabajo que sorprenderá a los que ya conozcan a Shintaro Kago. Los que saben que en su vocabulario no se encuentran palabras como «limites» y «censura», ni conceptos como «buen gusto» o «políticamente correcto».
Este mangaka es un habitual de la esfera underground del cómic japonés. El cómplice de fechorías de Suehiro Maruo o Usamaru Furuya; seres de luz oscura que hacen pasar desapercibidos a compañeros de profesión como Junji Ito o Hideshi Hino. Hablando del caso particular de Shintaro Kago se le conocen diversos crímenes para revistas como Cotton Comics, Garo o Manga Erotics. En sus obras lo escatológico y lo grotesco atentan directamente contra cualquier sistema moral y de creencias que utilicemos como escudo. En Garabatos OrientalesOriol Estrada aseguraba que la mayor parte de su obra era «candidata a ser censurada en decenas de países, ya que muchos de sus planteamientos dejan a nivel de libro infantil las portadas de los discos de Cannibal Corpse.»
Engendrando perversiones
No es una exageración. Nos basta ojear Novia ante la estación y otras historias o Fraction; propuestas tóxicas y depravadas que presumen de sus animaladas y desmanes. Porque para su creador “el sexo y la mierda son un mero punto de partida.» Y esto a pesar de hacer gala en muchas de sus historias de un uso fascinante del surrealismo y la experimentación visual. El compañero Alberto de Sosa, al hablarnos de Reproducción por mitosis y otras historias, comentaba la capacidad de este autor para «sobrepasar los límites de la imaginación y da rienda suelta a un espeluznante y fascinante concepto de lo que para él es cómic». Esta personal y seductora dialéctica suya con la viñeta se compenetra fluidamente con el gore, la violencia y el sexo malsano de sus delirios.
Pero el flirteo de Shintaro Kago con la narrativa es un componente que no se encuentra en todos sus trabajos. De hecho, no forma parte de la presente Fetus Collection; un producto más sencillo y plano destinado principalmente a completistas. En él la forma pasa a un segundo puesto, junto al irregular y antiestético trazo de su dibujo, para lanzarse con más libertad y decisión a la ofensa gratuita, las mutilaciones y el humor negro. La intención pasa por incomodar y provocar al lector, un fin que logra tensado nuestra resistencia al exceso hasta lllevarnos a la frontera del paroxismo. No hace falta decir llegados a este punto que no estamos hablando de un autor para todos los públicos; sus historias convierten temas tabú como la necrofilia, el suicidio o la pedofilia en armas contra el lector. La manera de encajar los golpes, rasguños y abortos es responsabilidad nuestra.
El contenido de Fetus Collection
En Fetus Collection tenemos un recopilatorio compuesto por nueve brutales y potencialmente desagradables relatos. Los seis primeros se relacionan más estrechamente a nivel temático. En ellos encontramos unos protagonistas dominados por un afán coleccionista perturbador, desagradable y nada convencional. En muchos casos su obsesión se relaciona con sus filias eróticas y sexuales, lo que les puede llevar a recopilar felaciones, vómitos o miembros humanos amputados. De este primer apartado podemos destacar el desconcertante y absurdo relato que cierra la colección. Este nos habla de una mujer con tendencias autodestructivas que colecciona abortos hasta que descubre el sorprendente «arte del arreglo fetal». Las interpretaciones, si las hubiese, a gusto del consumidor.
El tomo se completa con tres relatos que indirectamente se pueden ligar al tema central del resto aunque el elemento coleccionable no sea tan claro y evidente. El primero de ellos se llama Harakiri y plantea la relación de un grupo de escolares atraidas por la última moda adolescente. El segundo tiene por título Picor insoportable, una historia inquietante sobre una mujer que siente placer al introducir insectos bajo su piel. En Nochebuena, el último relato del recopilatorio, sus protagonistas viven atormentados por un Santa Claus que busca sepultarlos en regalos. Nuevamente, si en estas aportaciones existe algún tipo de crítica social o mensaje será algo que podrá desentrañar el lector. Porque a pesar de todo Shintaro Kago esconde en el sótano de su corrupción un sutil talento para hablar de la miseria humana y destapar nuestro lado más enfermo.
Conclusión
La habilidad de Shintaro Kago para hacernos sentir vulnerables sigue intacta en los relatos de Fetus Collection. De la misma manera que trabajos anteriores este es un tour de force entre autor y lector. No importa la tolerancia y afinidad que tengamos al humor negro y la violencia. Seguiremos leyendo para comprobar hasta dónde puede llegar la «maldad» de la propuesta. No encontraréis tampoco una línea que separe la provocación gratuita de la genialidad. No existe ni se concibe en el universo de Kago. En definitiva, Fetus Collection es una obra que podrán disfrutar mejor los lectores ya amoldados a las idas y venidas de este autor. Para el resto del mundo manejar con precaución, puede generar indisposición, náuseas y una terrible adicción por lo grotesco.
Nota importante: Durante la realización de esta reseña no se ha maltratado, violado y/o mutilado a su redactor. Tampoco lo ha hecho él con otras personas, seres vivos o compañeros.
Edición original: Kijin Gahou JAP (Manga Erotics / Ohta Shuppan, 2004). Edición nacional/ España: ECC Ediciones (2017). Guión: Shintaro Kago. Dibujo: Shintaro Kago. Formato: Tomo manga rústica con solapas de 184 páginas. Precio: 10,95€. "¡Pero bueno! ¿Y qué pasa con la colección de neonatos que empezaste hace poco?…
Fetus Collection, de Shintaro Kago
Fetus Collection, de Shintaro Kago
2017-03-08
Jordi T. Pardo
Guión - 6
Dibujo - 4
Interés - 5
50
5
El recopilatorio de Fetus Collection plantea una serie de relatos que nos hablan de la obsesión de una manera extrema y brutal. En ellos Shintaro Kago juega a incomodar y vulnerar las moralidades y conciencias ajenas. En su narrativa nos ofrece un perfil más plano, dejando a un lado la violación de la viñeta clásica de otras de sus obras y dejándonos para la posteridad una obra para completistas de sus perversiones.
Terrible D:
Los gustos de cada uno son un mundo y, obviamente, me opongo a la censura y defiendo que a cada uno le guste lo que le guste. Pero no llego a comprender como se puede llegar a disfrutar de una obra como esta.
Si Ander o cualquier otra lector de esta página que haya comprado el tomo me lo puede explicar, se lo agradeceré.
Bueno, esto es el equivalente a ser fan del Death Metal o del terror gore de serie B: visto desde fuera y sin hacer un esfuerzo por entender sus mecanismos, es fácil que se vea a sus autores y a todo aquel que disfrute con ello como personas con algún tipo de tara mental. Y aunque es muy posible que Kago la tenga (xD), no es menos cierto que es un autor único en su dominio de las técnicas narrativas del cómic, aplicadas a unos temas ciertamente horribles y desagradables. Un poco como si Kubrick hiciera un remake de Tu madre se ha comido a mi perro.
Otra cosa es que Kago haya dejado a un lado la experimentación en las últimas obras suyas que se han publicado en España (muy lejos estamos ya de Reproducción por mitosis o Fraction), pero ni que sea por completismo o por la ilusión de que pueda volver a ello, sigo comprando. Por eso y por su oscurísimo sentido del humor, sin filtro ninguno, aunque a menudo reiterativo (¿otro relato con gusanos bajo la piel, Kago?).
Vamos, que entiendo a quien se horrorice, y este tomo puede ser posiblemente el peor de lo que nos ha llegado, pero tampoco merece ser juzgado por su superficie, como Terroríficamente muertos o cualquier disco de Meshuggah u Opeth.
Gracias por el comentario 😉
He visto la viñeta que has colgado en twiter esta mañana y me ha parecido algo vomitivo, pero bueh, cada loco con su tema.
Igual suena a «pero como comparas esas series con esto» pero hace poco vi SantaClaritaDiet y mi serie favorita es Hannibal, que ambas tienen un componente gore, pero lo utilizan como medio para hablar de algo, como el humor negro. En cambio, desde fuera, este cómic lo pondría mas cerca de ElCiempiésHumano, diversión por gente sufrir de formas escabrosas.
Que igual en unos años leo algo del autor y me cambia la vida, pero ahora mismo solo me produce aversión…
En otro orden de cosas, enhorabuena, Jordi. Una reseña genial con una condensada contextualización necesaria. Es inevitable tener que explicarse y casi pedir perdón cada vez que se quieren contar las bondades de Kago.
Gracias por los comentarios 😉 Tenía el presentimiento de que te vería por aquí, Ander 😛
Desde mi punto de vista, cualquiera que se acerque a Kago lo hace por lo mismo que puede llamarle la atención de las películas de terror de serie B; es una ficción que no se toma en serio a sí misma, con historias que juegan a sobrepasar limites y un humor negro con el que puedes conectar o no. Pero que te guste todo esto no quiere decir que tenga que gustar lo que hace Kago ni la mencionada Tu madre se ha comido a mi perro.
Está claro que en este caso además tenemos a un autor cuyas obras más representativas son muy experimentales y mueven la viñeta de manera espectacular. Es algo que no tenemos en estas historias, pero cuando ya has leído a Kago es normal que sigas picando con sus propuestas que algunas sí que creo tienen una intención y mensaje más allá de la provocación gratuita.
El componente suerralista que además suele acompañar a sus relatos ayuda a entender que sus peores idas de olla son solo «chistes muy bestias». Nada que no hayamos visto en otros autores y medios, y sobre todo si eres aficionado al terror, un género con el que Kago coquetea mucho.
La verdad es que sorprende la vuelta al exceso después de la Invasión Mongola, que era más light (aunque esa fimosis… xD) ahondando en sus reescrituras ácidas y aparentemente absurdas de la Historia. Entiendo que esto es ¿anterior? Desconozco realmente su cronología y entiendo que ECC ha tratado de emparejarlo con los exitosos relatos de Junji Ito, pero en efecto esto es un paso atrás.
Sí, por lo que yo sé La formidable invasión mongola es posterior a estos relatos, lo que explicaría ese cambio de tono. Y además La formidable invasión mongola creo que es lo más reciente suyo junto a un título de 2015 llamado Ibutsu Konnyuu que parece sigue estos mismos pasos pero centrado en la revolución industrial y la Primera Guerra Mundial.
Eso me parecía, que hasta el dibujo es peor. Me atrevería a decir que hasta es anterior a Fraction, tanto por el dibujo como por la reflexión allí contenida sobre sus anteriores obras eroguro y su hartazgo respecto a esas historias.
En cualquier caso, lo que decías. Ni es para todo el mundo, ni debería serlo. Una pena que se prodigue tan poco, eso sí.
Terrible D:
Los gustos de cada uno son un mundo y, obviamente, me opongo a la censura y defiendo que a cada uno le guste lo que le guste. Pero no llego a comprender como se puede llegar a disfrutar de una obra como esta.
Si Ander o cualquier otra lector de esta página que haya comprado el tomo me lo puede explicar, se lo agradeceré.
Bueno, esto es el equivalente a ser fan del Death Metal o del terror gore de serie B: visto desde fuera y sin hacer un esfuerzo por entender sus mecanismos, es fácil que se vea a sus autores y a todo aquel que disfrute con ello como personas con algún tipo de tara mental. Y aunque es muy posible que Kago la tenga (xD), no es menos cierto que es un autor único en su dominio de las técnicas narrativas del cómic, aplicadas a unos temas ciertamente horribles y desagradables. Un poco como si Kubrick hiciera un remake de Tu madre se ha comido a mi perro.
Otra cosa es que Kago haya dejado a un lado la experimentación en las últimas obras suyas que se han publicado en España (muy lejos estamos ya de Reproducción por mitosis o Fraction), pero ni que sea por completismo o por la ilusión de que pueda volver a ello, sigo comprando. Por eso y por su oscurísimo sentido del humor, sin filtro ninguno, aunque a menudo reiterativo (¿otro relato con gusanos bajo la piel, Kago?).
Vamos, que entiendo a quien se horrorice, y este tomo puede ser posiblemente el peor de lo que nos ha llegado, pero tampoco merece ser juzgado por su superficie, como Terroríficamente muertos o cualquier disco de Meshuggah u Opeth.
https://www.youtube.com/watch?v=MDBykpSXsSE
https://www.youtube.com/watch?v=qc98u-eGzlc
Gracias por el comentario 😉
He visto la viñeta que has colgado en twiter esta mañana y me ha parecido algo vomitivo, pero bueh, cada loco con su tema.
Igual suena a «pero como comparas esas series con esto» pero hace poco vi SantaClaritaDiet y mi serie favorita es Hannibal, que ambas tienen un componente gore, pero lo utilizan como medio para hablar de algo, como el humor negro. En cambio, desde fuera, este cómic lo pondría mas cerca de ElCiempiésHumano, diversión por gente sufrir de formas escabrosas.
Que igual en unos años leo algo del autor y me cambia la vida, pero ahora mismo solo me produce aversión…
…Como esa música XD
Que mente mas cerrá…
Dos ejemplos de por qué le leo:
1) http://www.samehat.com/2007/08/blow-up-by-shintaro-kago.html
2) http://puroshuesos.blogspot.com.es/2009/09/shintaro-kago-abstraccion.html
En otro orden de cosas, enhorabuena, Jordi. Una reseña genial con una condensada contextualización necesaria. Es inevitable tener que explicarse y casi pedir perdón cada vez que se quieren contar las bondades de Kago.
Gracias por los comentarios 😉 Tenía el presentimiento de que te vería por aquí, Ander 😛
Desde mi punto de vista, cualquiera que se acerque a Kago lo hace por lo mismo que puede llamarle la atención de las películas de terror de serie B; es una ficción que no se toma en serio a sí misma, con historias que juegan a sobrepasar limites y un humor negro con el que puedes conectar o no. Pero que te guste todo esto no quiere decir que tenga que gustar lo que hace Kago ni la mencionada Tu madre se ha comido a mi perro.
Está claro que en este caso además tenemos a un autor cuyas obras más representativas son muy experimentales y mueven la viñeta de manera espectacular. Es algo que no tenemos en estas historias, pero cuando ya has leído a Kago es normal que sigas picando con sus propuestas que algunas sí que creo tienen una intención y mensaje más allá de la provocación gratuita.
El componente suerralista que además suele acompañar a sus relatos ayuda a entender que sus peores idas de olla son solo «chistes muy bestias». Nada que no hayamos visto en otros autores y medios, y sobre todo si eres aficionado al terror, un género con el que Kago coquetea mucho.
La verdad es que sorprende la vuelta al exceso después de la Invasión Mongola, que era más light (aunque esa fimosis… xD) ahondando en sus reescrituras ácidas y aparentemente absurdas de la Historia. Entiendo que esto es ¿anterior? Desconozco realmente su cronología y entiendo que ECC ha tratado de emparejarlo con los exitosos relatos de Junji Ito, pero en efecto esto es un paso atrás.
Sí, por lo que yo sé La formidable invasión mongola es posterior a estos relatos, lo que explicaría ese cambio de tono. Y además La formidable invasión mongola creo que es lo más reciente suyo junto a un título de 2015 llamado Ibutsu Konnyuu que parece sigue estos mismos pasos pero centrado en la revolución industrial y la Primera Guerra Mundial.
Eso me parecía, que hasta el dibujo es peor. Me atrevería a decir que hasta es anterior a Fraction, tanto por el dibujo como por la reflexión allí contenida sobre sus anteriores obras eroguro y su hartazgo respecto a esas historias.
En cualquier caso, lo que decías. Ni es para todo el mundo, ni debería serlo. Una pena que se prodigue tan poco, eso sí.