Aunque Matt Fraction abandonó la escritura de los guiones de Los Cuatro Fantásticos y de su colección hermana FF ya en el número 12 de ambas, ha seguido involucrado de algún modo en los destinos de ambos títulos, aportando los argumentos con los que tenía pensado haber continuado su andadura en esta dupla a sus sustitutos como escritor. Los cabos sueltos para la resolución de estas planificadas historias contadas en las dos series eran abundantes y ha sido necesario que Fraction, que tuvo que dejar ambas para poder dedicar sus esfuerzos a otros proyectos, asesorase a Karl Kesel y Lee Allred para llevarlas a buen puerto en sus números restantes.
Publicados los números 16 de las dos colecciones, el ciclo que Fraction quería contar ha finalizado y ambas han sido canceladas para dar paso a un nuevo volumen (o temporada, usando la nomenclatura televisiva como ya se empieza a hacer) de las aventuras de la primera familia Marvel, con una nueva dirección a cargo del nuevo superfichaje de la editorial, el guionista James Robinson.
Con la perspectiva que da el poder juzgar la etapa ya completa, vamos a proceder a analizar que ha dado de sí este año de Fraction dirigiendo la franquicia sobre la que Stan Lee y Jack Kirby edificaron en su día el universo Marvel.
Con el arte del siempre eficaz Mark Bagley (embellecido por las magnificas tintas de Mark Farmer), Fraction comenzó su ciclo lanzando sus protagonistas a un viaje supuestamente familiar a lo largo del espacio-tiempo. Pero los motivos de Reed Richards para llevarse en una nave pilotada por su mejor amigo Ben Grimm a su esposa Sue, sus hijos Franklin y Valeria, y a su cuñado Johnny distaban de ser solo unas vacaciones para reforzar lazos.
Mister Fantastico era consciente de que los rayos cósmicos que en su día les dotaron de sus asombrosos poderes estaban matándoles lentamente. El periplo, desde el Bing Bang al Bing Crunch pasando por la Roma de Julio Cesar y remotas civilizaciones alienígenas, serviría también para recopilar datos científicos que le permitieran encontrar una cura, sin contarles a sus compañeros nada sobre su condición para no alarmarles.
Esta saga, que recuerda un tanto a la del viaje a la Zona Negativa que John Byrne realizara para el cuarteto en los años ochenta, en realidad parece ser que le fue inspirada a Fraction al leer una noticia de 2006 en la que Angus King, el gobernador del estado de Maine, decidía emprender un viaje de seis meses con su esposa e hijos en carretera por los Estados Unidos aprovechando un parón en su carrera.
Fraction nos ha mostrado, aparte de los lazos y tensiones entre los personajes, algunos momentos reseñables al revisitarse su pasado. Por ejemplo, la edad en la que Sue Storm conoció y se enamoró de Reed Richards, una cuestión polémica establecida precisamente por Byrne, ha pasado de ser 12 años como éste la presentó, a una más políticamente correcta post adolescencia. Fraction no ha ocultado el hecho de que ése, la sensibilidad sobre el tema de la pederastia ha sido el motivo para llevar a cabo tal cambio. También asistimos a una interesante revelación, al recordar Ben Grimm cómo en sus tiempos de universidad se coló en el laboratorio de Victor Von Doom para llevar a cabo una gamberrada que acabó provocando el accidente que desfiguraría al futuro Doctor Muerte. La Cosa lleva atormentado por la culpa mucho tiempo, pensando que su aspecto monstruoso es el castigo por haber puesto en marcha los acontecimientos que transformarían a Doom en uno de los mayores males del mundo. Una culpa que éste último siempre ha hecho recaer sobre Reed Richards, el mejor amigo de Ben.
Mención especial merece también esa escena en la que el sobrino de ojos azules de la tía Petunia, al visitar la calle Yancy del Nueva York de los años 20, le da a un niño anónimo sentado en la calle un magazine pulp de ciencia ficción que ha comprado un rato antes por simple curiosidad. El guiño está en que Jack Kirby afirmaba que cuando él era pequeño, en aquellos mismos años, durante un día lluvioso como el que se muestra en dicha escena llegó a sus manos una revista similar y que fue el entusiasmo que ésta le causó el que encendió la chispa que le inspiro a iniciar su carrera. Un bonito aunque algo críptico homenaje a uno de los creadores y mayor motor de creatividad de la serie en sus inicios.
Y si bien no se puede negar que la colección, hasta su número 12 es correcta, bien dibujada, con solidas historias e ingeniosos diálogos (impagables aquellos en los que Johnny da buena muestra de su estulticia), lo cierto es que no parece tener nada especial.
Lamentablemente, con la marcha de Fraction y Bagley y la llegada de Karl Kesel en el número 13, la cosa se pone peor. Kesel es un soberbio entintador y un guionista sorprendente al que nunca le ha llegado el reconocimiento debido, pero aquí, teniendo que lidiar con la recta final y resolución de la tramas de Fraction, no sale bien parado. Lo cierto es que la rocambolesca e intrincada historia en la que se explica y se soluciona la enfermedad de los protagonistas, aparte de mal hilada, parece una sacada de chistera mal improvisada. Tampoco le ayuda el arte de Raffaelle Ienco, que sin ser malo, sufre comparado con el clasicismo y la dinámica de Bagley.
Una autentica lástima, ya que esa saga final que involucra a unos Cuatro Fantásticos de una dimensión paralela conquistada por Kang, Annihilus y el Doctor Muerte, da la impresión de que tratada de una forma no apresurada, de encargo y con un mejor arte, tal vez hubiese podido ser un épico colofón a una andadura que sin ser magnifica, sí llevaba camino de ser muy disfrutable.
Lanzándose los Cuatro Fantásticos en un viaje que para ellos iba durar un año, pero que para la Tierra, merced a los avatares del viaje en el tiempo, iba a llevar solo cuatro minutos, parecía exagerado que buscasen sustitutos para tan corta ausencia. Pero la vida de la primera familia Marvel es así y cualquier precaución es poca, como queda demostrado al transcurrir ese pequeño lapso programado y no aparecer por ninguna parte los más famosos inquilinos del edificio Baxter. Perdidos en las corrientes espaciotemporales y sin noticia de ellos ni de si podrán volver, le tocara a Scott Lang, el Hombre Hormiga, hacerse cargo del legado de los Cuatro Fantásticos, una tarea que aceptó a disgusto por hacerle el favor a Reed Richards pensando que total, serían cuatro minutos. Especialmente doloroso le supondrá la parte de ese trabajo que implica cuidar de los destinos de la Fundación Futuro y todos los niños que la componen, al no haber superado todavía la pérdida de su hija Cassie a manos del Doctor Muerte en las páginas de La cruzada de los niños.
Acompañándole en esta empresa están dos antiguas miembros temporales del cuarteto, Medusa y Hulka, además de la chica con la que Johnny Storm se estaba citando cuando desapareció, Darla Deering, una estrella de la música pop que utiliza la armadura de La Cosa que en su día Reed Richards creó para suplir la temporal falta de poderes de Ben Grimm. La idea de este personaje fue tomada por Fraction de una sugerencia de Brian Michael Bendis y Tom Brevoort, cosa que el guionista no ha ocultado. Tampoco esconde que el que la proporción de géneros este invertida en esta curiosa alineación es algo intencionado.
Con tan peculiar premisa, Fraction aprovecha el dibujo de Mike Allred para establecer el tono de la colección. No parece ni se lee del todo como una colección de superhéroes al uso, sino como algo digamos más bizarro, más surrealista, con un estilo visual algo cartoon y unos guiones que alternan momentos solemnes con otros más camp. La suma de todos estos factores da lugar a un interesante total, con cierto toque alternativo y con un sentido del humor agudo y un tanto irreverente para con las convenciones del Universo Marvel, al tiempo que paradójicamente destila cariño por éste.
La serie va desarrollándose mediante la convivencia de los habitantes del edificio Baxter, varias aventuras puntuales y una curiosa trama general. Ésta implica al romance que va surgiendo entre el Hombre Hormiga y la chica que la Antorcha Humana dejó atrás, a un Johnny Storm venido del futuro (anciano, violento y bionizado, como si de una parodia de Cable se tratase), a la amenaza que éste anuncia de la alianza en nuestra realidad (como se diese en la dimensión alternativa que aparece en la serie de Los Cuatro fantásticos) de Kang (o más bien Kid Immmortus, acompañado de Ravonna), Annihilus y el Doctor Muerte, y a la obsesión de Scott Lang por acabar con éste ultimo.
Para cuando Fraction se va de la colección, en el número 11 para ser sustituido por Lee Allred, hermano del dibujante, ya ha tenido ocasión de coquetear aquí con los personajes por los que abandona la colección, los Inhumanos. Y contrariamente a lo que sucede en la colección hermana, la extravagancia del tono de la recta final y resolución de las tramas de la serie sin Fraction no juega en su contra.
Así, la invasión de Latveria usando todos los recursos disponibles y una cuidadosa táctica ante todos los posibles frentes, por estrambótica que sea (y lo es mucho), no resulta otra cosa que muy divertida. Y tenemos además el broche final, el épico enfrentamiento entre El Hombre Hormiga y el Doctor Muerte. Sí, hemos dicho épico, por descompensado que de entrada suene el nombre de los contendientes. Esta lucha está resuelta de forma magistralmente dramática, y tiene el mérito de hacernos parecer creíble la paliza que Scott Lang le propina a Víctor Von Doom, que resulta vapuleado a todos los niveles, tanto el físico como el dialectico, al exponer el Hombre Hormiga sin misericordia todas las miserias que solemos pasar por alto en tan carismático villano. De hecho, parecería que el personaje quedase arruinado para siempre (y más si tenemos en cuenta la despiadada maldición que por si fuera poco le lanza nada menos que el Tribunal Viviente) y que este ya no debiese ser utilizado mas, pero si La Cosa no consiguió este efecto en su día tras la batalla del Edificio Baxter…
Atrás quedan dieciséis números con guiños a Aeon Flux protagonizados por Scott Lang y Medusa (y a la serie de animación de La Cosa de los años 70 por Darla Deering), divertidísimos diálogos de Bentley (el clon infantil del villano el Brujo), revelaciones de cierta importancia para el Universo Marvel (el nacimiento del hijo de Uatu el vigilante, la naturaleza de las partículas Pym, la identidad de Ravonna…), guasas con el reparto de colores entre los vestuarios de héroes y villanos, y un nuevo y respetable estatus para un personaje tan insignificante y secundario como era el Hombre Hormiga, posiblemente pavimentando su previsible preponderancia en la editorial de cara al estreno dentro de un tiempo de su película.
El veredicto: FF resulta superior a Los Cuatro Fantásticos de forma clara y meridiana.
Matt Fraction abandonó, como ya hemos dicho estas dos series a la vez en su número doce. La escritura de Inhumanity e Inhuman, series que se suponen de futura importancia capital en Marvel, le dejaban poco espacio en su ya apretada agenda, así que se replegó a la tarea de argumentista, en la que sí podía dar abasto, para concluir por lo menos las historias que había empezado sin dejar colgados a quienes las seguían.
La llegada de Fraction a los títulos del cuarteto fantástico generó gran expectación en su momento: afirmaba no estar intimidado por la difícil tarea de escribirlos y aportar algo nuevo, sino estimulado para ser inventivo, como en las etapas de Lee-Kirby, Byrne y en menor medida Jonathan Hickman, autenticas losas que proyectan espesas sombras por comparación sobre quienes afrontan el reto de hacer una etapa memorable posterior. Dado su sorprendente trabajo en Hawkeye, parecía que tal vez Fraction fuese quien, cambiando de registro, algo que se le da francamente bien, pudiese manejar a unos personajes que lamentablemente parecen ser tóxicos y que nadie parece saber hacer que brillen como merecen.
Pero su andadura en Los Cuatro Fantásticos fue francamente decepcionante, tal vez precisamente por las expectativas depositadas. Y tanto la crítica, como el público le fueron retirando paulatinamente su apoyo en una espiral que arrastró también a FF, como demuestran estas graficas de evolución de las ventas.
Por tanto, teniendo que soltar lastre para poder afrontar el resto de sus encargos, parecía lógico que fuese de estos dos pequeños tropezones en su carrera de los que se desprendiese discretamente. Obviamente, no iba a dejar la premiadísima colección de Hawkguy, claro.
Pero he aquí que saltó la liebre y resultó que posteriormente Fraction dejó de lado Inhuman por diferencias creativas. Aquel trabajo que le iba a quitar tiempo para contar las peripecias de la familia Richards y compañía ahora parece que va a estar escrito por el también genial y muy atareado Charles Soule.
La salida de Fraction de este título ha sido mostrada como algo de mutuo acuerdo y amigable por ambas partes. Pero lo cierto es que con los rumores sobre el fin de Hawkeye, el retorno de su Casanova desde el sello Icon de Marvel a Image de nuevo, sus proyectos en marcha para esta independiente (Sex Criminals, Ody-C), y la ausencia de ningún anuncio de momento de una nueva cabecera Marvel en la que ubicarse, parece presagiarse el final de la etapa de Fraction en la casa de las ideas, como algunos han querido ver.
En cualquier caso, el final de este volumen de FF y Los Cuatro Fantásticos también marca el de otra etapa, una de esas en las que los aficionados solemos fijarnos menos y a las que tal vez debiéramos prestar más atención. Con la llegada de James Robinson a Los Cuatro Fantásticos, no solo le acompaña el dibujante Leonard Kirk, sino también el editor Mark Paniccia, con el que ya trabaja en All-New Invaders. Así, Tom Brevoort, que ha estado la friolera de 152 números (más que nadie, incluso que el propio Stan Lee) editando y por tanto supervisando el destino de Reed, Sue, Ben, Johnny y compañía, abandona esta labor, de la que se despedía apareciendo en las páginas finales de ambas colecciones y en sus respectivos correos.
La ausencia del sello de Brevoort probablemente será percibido en el estilo y dirección de la nueva serie. Y es que probablemente no nos hagamos una idea de hasta qué punto la tarea del editor tiene incidencia en las historias que terminamos leyendo. Que su marcha, en cualquier caso y sin querer menospreciar a nadie, sea para bien o para mal está todavía por ver, claro. Paniccia es de un estilo distinto a Brevoort (conocido éste por su afecto y conocimiento del Universo Marvel, además del buen trato que dispensa a los autores con los que trabaja), pero editando títulos como Hulk, Iron Man, Ultimate Spiderman, Cataclysm, Ultimate X-men y los ya mentados All-New Invaders, tampoco se puede decir que su labor sea precisamente temible.
Teniendo en cuenta todo esto y algunos de los leit motivs propios de los Cuatro fantásticos, los de la exploración y expectación ante el futuro, en pocos títulos publicados por Marvel es más apropiado estar expectante ante que nos deparará la nueva etapa.
Enhorabuena por el pedazo de artículo Sergio, a mi la verdad es q Fraction me ha convencido tanto en 4F como en FF una pena su marcha.
Gran y detalladísimo artículo, Sr Aguirre.
Es evidente que dentro del mainstream los 4 Fantásticos son unos personajes extremadamente difíciles de escribir, porque leí una vez por aquí no son héroes al uso sino exploradores científicos. Le tengo muchas ganas a la etapa de Hickman (aunque no sea un guionista que a priori me provoque un desmesurado entusiasmo), cuando la empiece a recopilar Panini, ya que siempre he oído cosas muy buenas sobre ella. Veremos qué tal Robinson, pero leyendo Saga no me cabe duda de cuál hubiera sido un guionista ideal para ese título.
Uff no había caído pero estoy contigo el tándem Vaughan y Fiona lo habrían bordado en los 4f.
Los 4 Fantásticos son una serie difícil. Actualmente estamos viendo en el cine, la literatura y el cómic como las series de ficción científicas y la space opera están tomando una fuerza imparable en el corriente cultural actual.
Infinito señala por dónde está marchando el imaginario popular, series cómo Saga, Prophet, Black Science o los Guardianes de la galaxia junto con su película están a la orden del día y marcan lo que será el campo de desarrollo creativo de los próximos años (8House, Ody-C…)
Frente a este programa de desarrollo cultural, Marvel no consigue hacer despegar el interés por la First Family a pesar de los esfuerzos y de colocar a Matt como guía de sus aventuras. La apuesta ha sido arriesgada pero no han puesto toda la carne en el asador (¿Bendis en la FF? ¿Jason Aaron, Gillen?) y su esfuerzo se nota meridiano, se ha acogido la serie de forma fría y no como el buque insignia de la aventura espacial cómo fue en la etapa Lee-Kirby. Tal vez, el motivo de la falta de esfuerzo de la editorial por no tener sus derechos cinematográficos han hecho que esto sea así. Haciendo que los 4F caigan y arrastren Fundación Futuro, una serie fantástica, que muestra imaginación desbordante y que ha traído una frescura irrepetible a los 4F.
Como la jugada no ha salido bien, han metido a Robinson para que se olviden de las estrellas y regresen a Manhattan, pero ya veremos a dónde se dirigirá la serie más adelante.
Para mí los 4f han tenido varias buenas etapas, desde hace unos años hasta aquí, la de Carlos Pacheco, la de Waid y Wieringo, (muy divertida), la de Millar y Hitch y esta última de Hickman, y no hay que olvidar que entre medias paso Stracinski, que no lei asi que no sé que tal estará pero por nombres que no sea.
Esta de Fraction tiene el problema de que le falta enganchar al lector, terminas un número y no te quedas con ganas de más y así es normal que la gente se baje de una colección.
Mis etapas favoritas son la de Waid & Wieringo, la de Hickman, y ahora también la de Fraction & Allred en FF.
Una pena que no supiera sacarle todo el provecho. En mi opinión el estilo tan clásico de Bagley no fue el adecuado, faltó un artista más innovador y dinámico, tal vez alguien como Scalera, que pudiera mostrar a los 4F de una forma diferente, como logró hacerlo Allred.
Ahora a la espera de la llegada de Robinson y la nueva dirección editorial, veremos si logran revitalizarlos después del bajón que significó esta corta etapa.
Qué horrorosos son esos nuevos trajes rojos de los 4F.
Con lo bien que les sentaba el blanco!
Se ve que el las moléculas inestables blancas son muy sucias para andar viajando a la zona negativa y tal.
Bombazo del día: http://www.comicbookresources.com/?page=article&id=50634
Warner Bros. has announced that Jesse Eisenberg and Jeremy Irons have been cast in Zack Snyder’s «Man of Steel» sequel. Eisenberg will play Lex Luthor, while Irons has been cast as Alfred.
Joaquin Phoenix hubiera estado genial, pero, en fin, par de actorazos, hoygan.
Pues son dos opciones que jamás se me habrían pasado por la cabeza, pero que me parecen bastante acertadas, la verdad.
¿en serio?.¿jesse eisenbergh como lex luthor?.¿de verdad os parece una eleccion adecuada?¿pasamos de bryan cranston a eisenbergh,y nadie se escandaliza?.
los de hollywood juegan al «avioncito» con los fans:¡»venga,esta por mamaaaa…»¡.primero, mercurio,y ahora este.¿que es lo proximo?¿justin bieber como doomsday?.flipante.
eso si,en cuanto al irons como alfred,¡chapeau¡.
Ya se liará la discusión cuando salga el post 😉 pero a mí me parece una buena elección. Es probablemente mi actor joven norteamericano favorito. Y lleva escrito en la cara: nací para interpretar a un villano científico y narcisista.
ya hemos visto varias veces en el cine a un Lex Luthor entradito en años. Creo que Eisenberg puede retratar muy bien a un repelente joven genio más en la onda de birthright o identidad secreta.
Es que me imagino al tío calvo y no sé por qué me cuadra la elección.
Hostias, ¿Y porque ponéis el offtopic aquí, que aún queda vida útil? Ahora quedo yo mal por meterlo donde no moleste(y doblemente mal porque ya tiene post, os odio a todos).
Sobre Fraction en 4F/FF, mi opinión es simple:
4F=coñazo
FF=descojone
A mí también me chirrían un poco los trajes rojos, en blanco me molan mil. Pero me acostumbraré, si incluso me gustan los trajes de Bachalo en Uncanny X-Men pese al shock inicial(y además, con esto el traje blanco quedará icónica de la etapa Hickman, mi favorita por incomparencencia de las de Lee/Kirby y Byrne, y casi todas realmente).
Fraction me da razones una vez más para abominar de su obra. Empezó decentemente, sin matar, pero decentemente. Pero con lo de los viajes en el tiempo (asunto peliagudo en el que es facilísimo meter la pata) se le ha ido la pinza y en el número de Muerte decidí que ya no seguía comprando más. Lamentablemente ya me había comprado hasta el número doce en ese momento, pero ese es el último.
Y tampoco habrá para mí segundo tomo de FF. Ya lo he comentado, no puedo con el estilo de Fraction y no entiendo qué le ve la gente a Allred.
Conforme van finiquitándose etapas comienza a quedar constancia de lo cojonuda que ha sido esta etapa de Marvel Comics en su primera fase de Marvel Now.
Y si bien los Cuatro Fantásticos de Fraction no han sido más que un triste sucedáneo de los de Hickman, sus FF han sido monumentales.
Mira que leída mes a mes la de los Allred tampoco me decía demasiado. Pero, joder, una vez leída de cabo a rabo solo puedo decir que esta colección merece estar en la balda de honor, entre lo mejorcito que ha dado Marvel en lo que va de siglo.
Esta y los Jóvenes Vengadores de Gillen y McKelvie (y mucho se tienen que torcer las cosas para que X-Men Legacy no sea la siguiente).
p.s.: Cargo Manshark forever
FF no la he leido pero estoy de acuerdo con Daniel Gavilan con que lo Jóvenes Vengadores de Gillen y McKelvie son la gran sorpresa de Marvel Now. La estoy disfrutando como un enano
Definitivamente me siento un bicho raro. A mí Jóvenes Vengadores me parece la otra gran decepción de Marvel now…
Aunque a mi me encanta, entiendo que a Ultron no le guste. Es una serie que es un bicho raro dentro de Marvel
Ese es uno de sus encantos.
(De FF, digo. Jóvenes Vengadores no la he leído.)
Los 4 Fantásticos no han vuelto a ser grandes desde el final de la etapa de Byrne, y eso que Pacheco hizo para mi gusto un muy buen trabajo….pero son hijos de su tiempo, y solo Stan y Jack sabín entender a la perfección a estos personajes….incluso Byrne bebió de la fuente original…todo lo que vino después, fueron simplemente repeticiones de la jugada, con mayor o menor fortuna….el problema para mi es que después de más de 50 años, Marvel ya no puede sorprendernos demasiado. Todo lo que es su universo bebe de los clásicos…..y es simplemente, vuetas de tuerca y reformulaciones …..