El realismo al servicio del juego
Firewatch ha sido un enigma desde su anuncio. Aparentemente esta es la historia de un guardabosques que se ve envuelto en algún tipo de misterio. Sí y no. Este videojuego aprovecha al máximo la narrativa indirecta que algunas películas saben aprovechar muy bien. Y es que es imposible hablar de Firewatch sin hablar de cine, y antes de que nos lancemos corriendo a tildarlo de «película interactiva» dejemos claro que no es el caso: en Firewatch tendremos que jugar, como tendremos un inventario, como tendremos que usar y recoger objetos. No vamos a negar que las mecánicas son sencillas y que la base del juego es su historia y los diálogos que intercambiamos con Delilah, nuestra invisible compañera, pero es que el ambiente del juego es tan grande y está tan cuidado que es muy difícil no verse inmerso en ese solitario bosque donde somos el único alma a la redonda. La sensación de soledad y el vacío que produce la torre que sirve como nuestro nuevo hogar resulta desalentador y ataca directamente al sentimiento del jugador. Y vaya por delante que este es un juego no apto para todo tipo de jugador (evidentemente si lo tuyo son los Call of Duty, olvídate), y que lamentablemente a nuestro país solo llega en inglés. Pero estas salvedades merecen ser obviadas por disfrutar del resultado: un juego realista como pocos.
Una historia diferente
Algo que siempre criticaré es que la narrativa de los videojuegos carece de imaginación. O tiene demasiada. Siempre hay diez mil elementos fantásticos, diez mil mundos diferentes, diez mil criaturas y situaciones mágicas que oscurecen un poco la sensación de proximidad a la historia. Muchos recordaréis con cariño ese maravilloso Heavy Rain en que el realismo de la historia, el jugar una novela negra, nos acercaba tanto a los personajes que muchas veces sufríamos con ellos. Y es que a veces se necesita jugar una historia que no tenga que ver con la imaginería de un equipo creativo, sino con el crudo y visceral mundo en que vivimos.
Es difícil tratar la historia de Firewatch sin caer en el spoiler, por lo que bastará decir que tomamos el control de Henry, un hombre apartado de su mujer por una precoz enfermedad que busca refugio en el trabajo más alejado y solitario posible. Así es, se hace guardabosques y la única relación que tiene es con Delilah, otra guardabosques en el siguiente sector del inmenso cañón/reserva natural que custodian y con la que se comunica únicamente por radio. Mientras que al principio el juego se desarrolla de forma puramente lineal, después va dando saltos hacia delante, jugando con la elipsis, aprovechando los recursos del fuera de foco para conformar una historia y una construcción de personajes maravillosa.
Lo primero a lo que nos retrotrae el juego es al cine de Iñarritu o a películas como Her, a la que ciertamente le debe mucho. Campo Santo, desarrolladores del juego, se valen mucho de la narrativa indirecta, de esos pequeños detalles a los que tenemos que estar atentos para darnos cuenta y desenredar aún más la trama. En esto no se aleja de juegos en la onda de Everybody’s Gone to the Rapture o The Vanishing of Ethan Carter, por mencionar algunos de los aparecidos recientemente.
Visual y audio
En lo visual, nadie puede negar que el juego luce maravillosamente. El gráfico recuerda al estilo Pixar, sin quitarle por ello dramatismo a la historia, y la banda sonora es una auténtica delicia. Si bien como ya hemos dicho es una faena que el juego no llegue traducido, el doblaje original en inglés es un verdadero ejercicio de interpretación que merece un reconocimiento aparte. En lo general, el juego cumple a nivel técnico como se espera de él, sin bugs o problemas adicionales.
No para todos
Como ya hemos advertido, lo cierto es que Firewatch no está hecho para todos los jugadores. Solo los amantes de la escena indie y de la narrativa lo disfrutarán de verdad, pues el juego pide del jugador que se inmiscuya en la historia, que viva lo que Henry. Si bien está en inglés, se nos ha prometido que próximamente incluirá textos en castellano. Una historia que deslumbra, que hay que vivir y no jugar. Mi recomendación es acudir sin prejuicios a esta pequeña joya y jugarle del tirón, sin hacer pausas, pasar entre seis y siete horas delante de la consola o el PC y dejarse llevar por este bosque.
Valoración
Gráficos - 10
Jugabilidad - 9
Historia - 10
Sonido - 10
9.8
Valoración
Un juego que cumple lo que promete: una historia en la que entrar de lleno y dejarse llevar. Si conectas con él, te encantará.
Justo me acabo de topar en Twitch con este juego, ha ido directo a mi lista de deseados. Pinta muy bien.
Este y The Witness reivindican la escena indie como dios manda.
¡Ah! Y uno al que nunca se debería dejar de jugar: Nuclear Throne