Flash #13

Llegamos al final del trayecto y ponemos al día la serie del Velocista Escarlata en España.

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Edición original:The Flash núms. 44 a 47 USA .
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guión:Robert Venditti, Van Jensen.
Dibujo:Alé Garza, Brett Booth, Vicente Cifuentes.
Entintado: Norm Rapmund.
Color:Andrew Dalhouse.
Formato: Rústica, 96 págs. A color.
Precio:8,95 euros.

 

Rompamos moldes.

Estamos frente al último tomo de la serie de Flash publicado en España y seguimos metidos de lleno en la historia ya descrita en el anterior número. Zoom en su vendetta personal contra Flash ataca a lo que más quiere para desacreditarle, generando dudas en la población y sobre todo a las fuerzas de la ley, sobre si los métodos y las acciones del superhéroe justifican los resultados. Bajo este prisma discurre la trama de este número en el que no solo vamos a poder disfrutar con Flash corriendo como nunca, sino que además vamos a poder aprender algo de física.

Venditti y Jensen han definido a Zoom no como un velocista, sino como un manipulador del tiempo. Su capacidad para trastocarlo le permite poder “moverse” entre los nanosegundos y simular que posee súpervelocidad. Con eso en mente tenemos a Flash que se mueve a velocidades superiores a las del sonido y a Zoom, capaz de retorcer el tiempo a su antojo. Un duelo interesante se mire por donde se mire. Velocidad contra tiempo. Si rescatamos de nuestra memoria la fórmula de la velocidad no cuesta mucho darse cuenta de que estamos frente a una historia apasionante.

La velocidad es la variación de la distancia en función del tiempo. Es decir, cuanto más rápido recorres una distancia en un determinado tiempo, más velocidad posees.

Por tanto, las habilidades de ambos, Flash y Zoom, forman parte de la fórmula que permite determinar la velocidad de un cuerpo: V= d/t

¿No es genial?

Para volverse loco...
Para volverse loco...

Y es que en este número todo gira alrededor de Zoom y Flash. Gira alrededor de su mutua y malsana relación, siendo el primero el asesino de la madre de Barry y el segundo la víctima del acoso personal de Zoom. Por tanto, vamos a tener movimiento, mucho, más por la puesta en escena de la que hace gala Bret Booth que se desata de forma definitiva y deja que sus páginas se vuelvan absolutamente caóticas. Su narrativa se retuerce de forma tan extrema que llega a confundir de tal forma que obliga a dejar de leer en algunas ocasiones para poder determinar el orden que se debe seguir para comprender la secuencia. Se nota que Booth quiere imprimir dinamismo, velocidad y mucho movimiento a las escenas para que el lector llegue a sentir dentro que lejos de estar viendo escenas estáticas lo llegue a percibir todo como si de una película se tratara. El objetivo es loable, pero el resultado es nefasto. Una lástima, porque como ya hemos empezado a atisbar estamos ante un número muy educativo e interesante.

Corramos un tupido velo, no de terciopelo recio, sino de infranqueable titanio sobre los dibujos de Booth y centremos nuestra atención en lo que de verdad importa: la historia.

Los guionistas nos han traído hasta aquí de forma un poco tramposa, casi forzando la situación, aunque se han tomado su tiempo para ello, sigue resultando algo retorcida la manera en la que Zoom actúa a través de unos secuaces creados para la ocasión. Pero como dentro de todo recipiente siempre hay algo de valor, estos personajes, nacidos como carne de cañón, se hacen querer por el lector cada vez que actúan. Sus poderes, muy originales, relacionados con algún aspecto del tiempo, la distancia y la velocidad, nos lleva a pensar que Venditti y Jensen han desempolvado su libro de física y lo han aplicado a todo su planteamiento.

Esta nueva galería de villanos, que ya veremos como acaban sus carreras, resulta un soplo de aire fresco en la limitada diversidad de villanos de Flash. Es cierto que tiene enemigos de muy alto octanaje, pero adolece de verdaderas y novedosas amenazas, efecto directo de haber estado demasiado tiempo girando alrededor de los Rogues clásicos (con los que Johns y Waid realizaron un trabajo magnífico). Exceptuando a Grood, Flash Reverso y Zoom (que son en esencia lo mismo), cuesta pensar en otro villano de cierta índole capaz de poner en verdaderos aprietos al corredor. Por todo ello, estos nuevos personajes bienvenidos sean al ser capaces de rellenar huecos importantes entre las posibles nuevas némesis de Flash.

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Y ahora centremos nuestra atención en Zoom. Eobard Thawne, viene del futuro y odia a Flash. Jensen y Venditti nos van a explicar al detalle las razones de este odio y van a ir desgranado el plan de Zoom en sucesivos cambios temporales entre viñetas. Un ir al futuro, presente y pasado que exigirán de toda nuestra atención para no perdernos detalle. Acompañamos a Flash en su comprensión de lo que está pasando y aprendemos a su lado lo que debe hacer para poder vencer al tiempo que personifica Zoom. Y para eso los guionistas recurren a la física más pura haciendo referencia al experimento llevado a cabo en 1971 por el Dr.Hafele y el Dr.Keating, que consistió en subir varios relojes atómicos a varios aviones que volaban unos hacia el este y otros hacia el oeste. Volaron durante 40 horas y tras reunirse de nuevo se pudo comprobar que el tiempo entre ellos difería tan solo en nanosegundos, pero difería, por lo que quedó demostrada la dilatación del tiempo en la que dos objetos pueden moverse a través del tiempo a diferentes velocidades. Relatividad pura. Einstein aplicado en un cómic con brillante maestría.

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Y es que son estas cosas, estos detalles los que hacen que una historia común, donde héroe y villano se enfrentan, adquiera un nuevo matiz capaz de hacerla destacar entre la mediocridad o la simpleza. Obviamente, por estas razones, tenemos un número mucho más definido que el anterior, con más garra, fuerza y energía, no gracias a Booth que se pierde en su propia entropía, sino gracias a Jensen y Venditti que son capaces de plasmar entre su historia el maravilloso mundo de la ciencia.

No vamos a encontrar en este número mucho más trabajo con el resto de los personajes, hay ciertas pinceladas que dibujan un bosquejo de lo que se nos viene encima, pero enseguida todo se centra en los Allen y su turbia relación con Thawne.

Un número, emocionante, entretenido e interesante, capaz de hacer que el lector curioso se preocupe por saber más acerca de la física de los superhéroes (hay un libro titulado de esa misma forma que es toda una delicia para las mentes inquietas), en la que Flash demuestra que no se trata solo de correr y dar puñetazos, sino de usar la cabeza, controlar las emociones, centrar el objetivo y ser capaz de mantener el control cuando todo parece fuera de lugar. Tal vez la única arista, más allá del dibujo, es la excesiva verborrea que exhibe Zoom en todo momento y que llega a resultar, en ocasiones, enervante en medio de la acción.

Una obra que nos rescata de la monotonía de los anteriores números donde todo parecía escrito y diseñado en automático, para llevarnos de golpe a esos comics que además de hacernos pasar un buen rato son capaces de enseñarnos algo nuevo.

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  Edición original:The Flash núms. 44 a 47 USA . Edición nacional/ España:ECC Ediciones. Guión:Robert Venditti, Van Jensen. Dibujo:Alé Garza, Brett Booth, Vicente Cifuentes. Entintado: Norm Rapmund. Color:Andrew Dalhouse. Formato: Rústica, 96 págs. A color. Precio:8,95 euros.   Rompamos moldes. Estamos frente al último tomo de la serie de Flash…
Guion - 8.5
Dibujo - 4.5
Interés - 8.5

7.2

Energética.

Un enfoque acertado, entretenido, interesante y educativo. Una lástima lo del dibujo, pero aún así la serie merece ser leída y disfrutada.

Vosotros puntuáis: 7.6 ( 2 votos)
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