Flash #17-20

Williamson continúa a su ritmo construyendo una de las etapas más estables del Velocista Escarlata.

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Edición original:The Flash núms. 33-38 USA, The Flash Annual núm. 1 USA (one-shot).
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guión: Joshua Williamson, Michael Moreci.
Dibujo:Carmine Di Giandomenico, Christian Duce, Howard Porter, Scott Kolins.
Entintado: Mick Gray.
Color: HIFI.
Formato: Grapa, 48-96 págs. A color.
Precio: 3,25 – 6,95 euros.

 

Con Joshua Williamson la serie dedicada al Velocista Escarlata continúa disfrutando de una estabilidad argumental envidiable. Su guionista sabe conjugar a la perfección todo lo que define al personaje y su entorno para, sin dejar de avanzar, ir desarrollando una etapa muy sólida, donde se juntan el drama, la acción y las sorpresas en perfecto equilibrio. Un todo que parece conducir a la que está llamada a ser la gran saga de la serie, la Guerra de los Flash.

El sentimiento de culpa puede resultar devastador en la integridad mental de una persona y Barry lleva demasiado tiempo cargando con la culpa de demasiadas cosas. Si algo lo ha caracterizado durante esta etapa de Renacimiento es precisamente ese discurso repetitivo, monótono y cansino, sobre la responsabilidad en todo lo que les ha sucedido a sus seres queridos a lo largo de los años, siendo el punto focal la muerte de su madre. Un machacón mantra que resuena en cada número, como una campana de cobre, y que ha definido el tono de lo narrado hasta el momento.

El trabajo de Williamson bebe directamente de dos fuentes muy claras, la de Waid y la de Johns. Del primero se nutre inspirándose en crear una nueva familia de velocistas que acompañen y refuercen a Flash, tal y como Waid hizo en su etapa en la que Wally estaba bien flanqueado por Max Mercury, Johnny Quick, posteriormente Jesse Quick, XS e Impulso. Este añadido de héroes velocistas lejos de empobrecer al conjunto lo fortalecieron y Williamson parece estar muy interesado en seguir por esa misma línea. Del segundo pone su atención en el tratamiento de Johns de los villanos. Para Johns la galería de villanos de Flash resultó ser clave para el buen devenir de su etapa y Williamson también parece tenerlo claro, jugando no solo con la galería más clásica, añadiendo nuevas incorporaciones como Godspeed, visto en los primeros números de Renacimiento y al que recurre de nuevo en estos números de forma muy inteligente y apropiada.

La inspiración de Williamson es más que evidente a lo largo de toda su etapa, pero más en estos números donde sí que confluyen los sutiles movimientos argumentales que ha ido dejando de forma progresiva, a fin de alcanzar sus objetivos. Sin embargo, el trabajo del guionista no entra de forma tan exhaustiva, como sí lo hizo Waid, en el concepto de familia, sino que se mueve algo más tangencial a esa idea y se aprovecha de la misma para seguir moviéndose en espiral alrededor de los sentimientos de Barry sobre si mismo, sus familiares y sus amigos.

Actualmente, si hablamos de ventas USA, Flash es la serie más estable tras más de cincuenta números publicados desde que empezó Renacimiento. Los lectores son fieles a su cita mensual con la Fuerza de la Velocidad, con leves fluctuaciones en sus ventas que se mantienen dentro de la franja de los 45.000 y los 55.000 ejemplares vendidos, lo que la sitúa en el Top 50 de series DC y siempre en posiciones centrales. Esto hace pensar que el trabajo de Williamson apuesta por la regularidad y no por el golpe de efecto para mantener o aumentar las ventas, demostrando que su enfoque resulta más que adecuado.

Porter continua deslumbrando con su trabajo.

Y es que la serie de Flash aporta al lector todo cuanto se puede buscar en una serie de superhéroes. Con desarrollos que se despliegan progresivamente, desgranando datos y aportando nuevos conceptos que permitan expandir el micro cosmos que envuelve a las dos ciudades gemelas, Keystone y Central City.

Entre todas estas virtudes subyace un punto negativo, el que ya parece ser un mal endémico en las series de DC que reciben cada mes dos números nuevos. Es comprensible que con esta cadencia de publicación sea necesario recurrir a más de un dibujante a la hora de poder cumplir con los plazos, pero que sea necesario no significa que se deba mantener en el tiempo y tal vez con un solo número de Flash al mes la serie ganaría donde más lo necesita, en la presencia regular de un dibujante que aporte estabilidad visual y narrativa a la colección. Y es que sucede como en otras series en las que los dibujantes implicados son de alta calidad, sin poder decir de ellos que su trabajo desmerezca, al contrario, lucen estupendamente, pero con los cambios entre números la magia se pierde por el brusco cambio que generan sus diferentes estilos. En Flash tenemos a Carmine Di Giandomenico, pura electricidad, pura cinética, puro movimiento inercial, que con su estilo de línea recta rompe la barrera de las dos dimensiones y seduce al lector al ser capaz de plasmar a la propia velocidad. Al otro lado de cuadrilátero está Howard Porter que luce espectacular, con páginas de una belleza visual impecables, que hacen ver la enorme evolución que ha tenido este dibujante desde los tiempos que trabajó con Morrison en la Liga de la Justica o con Waid en Underworld. Sus dibujos han perdido la rigidez de antaño y han ganado en expresividad, tanto corporal como facial, haciendo que cada número de Flash bendecido con su lápiz destaque de forma irremediable. Acompañándolos está Scott McDaniel, muy establecido en su estilo y al que se le nota que tan solo quiere cumplir con el encargo, sin buscar sorprender a nadie con sus lápices. Tenemos, también, a Scott Kolins, cuyo estilo es diametralmente opuesto al de los tres anteriores, siendo todo muy geométrico, lo que genera que el conjunto de su trabajo resulte muy inexpresivo. Y para finalizar un trío de dibujantes de menor renombre, que cumplen con las exigencias del trabajo, con su estilo más conservador y menos arriesgado en lo narrativo. Estamos hablando de Pop Mhan, Carlo D´Anda y Christian Duce.

El crisol artístico excede lo que el ojo del lector puede tolerar y resta impacto al conjunto de la serie. De media estamos ante un resultado final de notable en lo que respecta al acabado gráfico, pero el baile de estilos resta en vez de añadir.

Es necesario también, hacer espacio en este texto para dedicarle unas líneas al anual de Flash que sirve de preludio a la Guerra de los Flash. Este número especial es todo un homenaje a Wally West, el pelirrojo, que continúa intentando buscar su sitio en esta Tierra en la que casi todo el mundo parece haberlo olvidado. Williamson mira al pasado de Wally, a su primera relación cuando abandonó los Titanes y fue “bendecido” con un premio de lotería. Un pasado que regresa de forma muy intensa y que llega envuelto en pura nostalgia que hace las delicias de todos aquellos lectores que crecieron con Wally ejerciendo de Flash.

Flash es una serie a seguir y a descubrir, pues encierra la esencia pura de lo que todo aficionado al género puede querer encontrar en un cómic de este tipo. Williamson desarrolla su trabajo con la regularidad de un metrónomo y dosifica a la perfección las sorpresas, que son contundentes y además están cargadas de consecuencias. ¿Qué más se puede pedir?

  Edición original:The Flash núms. 33-38 USA, The Flash Annual núm. 1 USA (one-shot). Edición nacional/ España:ECC Ediciones. Guión: Joshua Williamson, Michael Moreci. Dibujo:Carmine Di Giandomenico, Christian Duce, Howard Porter, Scott Kolins. Entintado: Mick Gray. Color: HIFI. Formato: Grapa, 48-96 págs. A color. Precio: 3,25 - 6,95 euros.   Con…

V= e/t

Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 8

8

Flash continúa siendo una serie cortada por el patrón de la regularidad. Sus historias discurren con fluidez y los conceptos nuevos que introduce Williamson se vana sentando gracias a sus fuentes de inspiración. Una serie a seguir.

Vosotros puntuáis: 8.34 ( 8 votos)
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comic08
comic08
Lector
2 septiembre, 2018 5:11

coincido totalmente con el excelente artículo. Confieso que al inicio de los nuevos 52 no me había entusiasmado mucho, pero realmente estamos en un punto alto en calidad y disfrute. Con Flash war la cosa mejora todavía…