Hace ya un tiempo que en Zona Negativa no le dedicamos espacio al Velocista Escarlata y aprovechando que se cierra un arco argumental, divido en tres partes, parece adecuado apretar el acelerador y poner al día su colección regular de cara a saber que se puede esperar del trabajo de Williamson y compañía. Lo dejaremos justo antes del anual que enlaza con los aconteciendo que se están narrando en Heroes en Crisis, dado que es más adecuado comentarlos cuando se encare este evento contenido a su finalización en noviembre.
Y sin más dilación, nos calzamos las botas, nos apretamos los cordones, respiramos hondo, miramos al frente, visualizamos el recorrido y nos lanzamos a hacer la carrera de nuestras vidas.
Llegamos al primer arco argumental tras los acontecimientos vistos en el número anterior, donde Barry es conocedor de la existencia de más fuerzas, haciendo que la de la Velocidad solo sea una más de las que parecen poblar el Universo DC. Unas fuerzas que busca comprender y para ello consulta a todos los Flash de multiverso esperando que ellos tengan las respuestas que él no tiene.
Aquí, Williamson, expande el concepto de la Fuerza de la Velocidad creado por Mark Waid, añadiendo nuevas Fuerzas, en un ejercicio o maniobra, que recuerda enormemente al trabajo de Johns al frente de la franquicia Green Lantern. Johns creó más anillos dentro del espectro emocional y Williamson crea nuevas Fuerzas con las que expandir el microcosmos de Flash. Como toda idea, no es buena ni mala, y necesita de espacio para desarrollarse y ver si posee interés en sí misma o, por el contrario, acaba por ser un camino sin salida con consecuencias mínimas.
Williamson fija su atención en los villanos más clásicos de Flash para ir construyendo esta aventura y da paso a la primera de las Fueras, la de la Firmeza, que posee a Trickster, un villano en apariencia menor que bajo el influjo de esta Fuerza, adquiere el nivel de amenaza de extrema peligrosidad.
En este arco se desarrollan no solo aspectos puramente superheróicos, sino también se desarrolla, y es aquí donde está el valor de la historia, la relación de Iris con Barry, el trabajo como forense del propio Barry y una investigación sobre posibles abusos de poder por parte del personal penitenciario de Iron Heights. Un triplete de subtramas que mantienen al lector atento al tener varios puntos de interés activos. El guionista parece ser consciente de que no puede apostarlo todo a la acción y añade esos extras, puesto que su historia se sostiene sobre un andamio que, en estos primeros pasos, se muestra algo endeble, por lo que inteligentemente añade un más que adecuado acompañamiento con el que dar sabor y textura al conjunto.
Aquí la fórmula se repite, cambiando de villano, siendo Ola de calor el que asume el protagonismo y la “infección” de otra de las Fuerzas nuevas, la de la Sabiduría. Algo que lleva a Barry y a Iris al interior de su mente, en un viaje que servirá para analizar en profundidad al villano en cuestión.
En este arco la atención se centra en como el villano gestiona sus nuevas habilidades y como estas afectan a Flash. Es una extensión de lo ya leído, pero que funciona bien por el ritmo que Williamson es capaz de mantener en la serie. Lo que podría considerarse una repetición de ideas, resulta muy interesante por cómo es capaz de girar el concepto lo justo y necesario como para que lo mismo acabe resultando novedoso. Tan novedoso como recorrer el pasado de Ola de Calor, algo que ya conocíamos por el trabajo de Johns, y que Williamson aprovecha para dar un paso más y explicar más las motivaciones de Burns.
Y aquí es donde las cosas se ponen serias y Flash tiene que partir, alejarse de Central City, para comenzar la búsqueda de más información sobre las misteriosas Fuerzas… y es justamente lo que encontrara en Corto Maltese, a una nueva heroína, denominada Fuerza, imbuida en la Fuerza de la Firmeza, empeñada en hacer de su lugar de residencia un lugar mejor para todos. Una historia en la que se dan de nuevo la mano lo heroico y lo terrenal, con policías corruptos, tráfico de armas, un villano superior que opera en la sombra y unas visitas a Ciudad Gorila con el objetivo de encontrar una verdad que se muestra esquiva a Flash. Y no contento con eso, Williamson crea unos nuevos villanos con los que adornar más la galería de Flash y lo hace con criterio y entendiendo que no todos pueden ser trasuntos de los actuales o velocistas oscuros, algo de lo que hasta el momento había estado casi abusando.
En resumen, esta búsqueda narrada en estos arcos, son el camino de transición hasta el posicionamiento de la serie en un nuevo y poderoso arco argumental que se vislumbra ya en la lejanía con la recuperación de un villano muy importante y el que se mantiene en las sombras (aunque quién lea estos números descubrirá de quién hablamos). Todo muy de la marca Williamson, que continua con pulso firme desarrollando una de las etapas más sólidas desde la de Waid y Johns. Su trabajo se ve recompensado con unas ventas estables en USA, con pocas fluctuaciones mes a mes, por lo que los lectores son fieles a la serie. No hay mejor recompensa para Flash que algo así.
El aspecto gráfico se puede decir que en general es satisfactorio, siendo absolutamente glorioso el trabajo de Rafa Sandoval, correcto el de Duce y, a estas alturas ya, bochornoso el realizado por Scott Kolins, que muestra un nivel muy por debajo de que exhiben sus compañeros. La evolución de su trabajo resulta inexistente y su dibujo desmerece tanto que resulta hasta chocante. En el lado opuesto esta Sandoval, con un trazo fino, elegante, dinámico, con un control anatómico perfecto, expresivo y arrollador, cuyas páginas saben a poco. Páginas que son capaces de captar la esencia del personaje y todo su entorno. Sandoval ha sido una de las mejores incorporaciones visuales a Flash desde que arrancara Renacimiento.
Y hasta aquí llegamos. La línea de meta ha sido cruzada con éxito y dejamos espacio para que Héroes en Crisis acabe en España y podamos centrar nuestra atención en el anual y en los siguientes números de la serie, donde Flash vuelve a cruzarse con Batman… (pero de esto hablaremos antes).
Expansivo.
Guion - 7
Dibujo (Salvo Kolins) - 8
Interés - 7
7.3
Un ejercicio de expansión argumental, con tintes preparatorios, con los que Williamson continua elaborado el destino del Velocista Escarlata. Un trabajo sólido, bien desarrollado, con inspiraciones pasadas, pero que deja vislumbrar grandes cosas para la franquicia Flash.
Me quedé en Flash War, igual le doy un arreón pronto a la serie. Pero hostia, 78 números sin interrupción ya para Joshua Williamson y sin visos de que vaya a abandonarla en 2020 por lo que tiene toda la pinta que llegará al centenar de números. Y eso que no me termina de convecer muchas cosas de su trabajo, pero parece ser uno de los hombres de mayor confianza actual para la casa.
Yo he leido arcos sueltos y es un producto solido y bastante entretenido de leer, que al fin y al cabo es lo que se espera de un serial superheroico. Si eso mucho velocista malvado y los villanos hasta en la sopa, pero supongo que es lo qusolidosi se lee Flash! Por cierto, es cosa mía o se le ven ganas de guionizar Batman?