Nos saltamos un número a la hora de poner al día la serie de Flash, pero porque fue ya adecuadamente reseñado en El Precio, el cruce que mantuvo con Batman a la hora de analizar las consecuencias de los acontecimientos de Héroes en Crisis. Y es por ello que ahora es necesario dar un paso más para ver que ofrece esta serie que se encamina hacía el que puede ser el arco argumental más importante desde que se empezó a publicar en Renacimiento. Pero todo llegará y se hablará de ese Año Uno, recién acabado de publicar en España, centrando la atención en unos números en los que acaba la trama de las nuevas Fuerzas y arranca un arco con Trickster como protagonista absoluto de la función.
El cierre de la historia en la que Williamson da a conocer a las nuevas Fuerzas termina con el mismo interés que despertó durante su desarrollo. Hay un claro esfuerzo por intentar que todo sea relevante, pues queda claro que el guionista persigue que esta aportación acabe por tener consecuencias a medio plazo, pero durante la lectura del tramo final es imposible deshacerse de la sensación de que todo lo planteado está muy forzado y que acabará quedando en el olvido tan pronto como Williamson ceda el testigo de la serie a otro guionista. Tanto se nota el empeño que se termina con una potente revelación relacionada con un villano del protagonista, algo que deja en evidencia lo mucho que tensa de manera artificial una historia que no acaba de funcionar de manera orgánica.
Una vez abandonada esta historia, le llega el turno al anual de la serie, ilustrado por un Scott Kolins nefasto, que aplasta bajo su estilo caduco y desganado, la labor de Williamson en un anual que resulta interesante por varios motivos. El primero es por la aparición de Impulso (actualmente en Young Justice) que es reintroducido, a la espera de la adecuada explicación sobre su regreso, en el Universo DC de Renacimiento. El segundo motivo es que en este anual se da cancha a explorar las consecuencias de lo narrado en Héroes en Crisis y Williamson lo aprovecha para reflejar como procesan el duelo los diferentes velocistas y secundarios, que pueblan la serie. Un número que logra emocionar y sirve como puerta de entrada de un nuevo villano en la sombra y una subtrama que podría resultar muy importante en un futuro cercano.
Y tras dejar el número 32 de ECC, se entra de lleno en dos números, 34-35, en los que atención del guionista se centra en uno de los villanos más importantes de Flash, pero que busca dignificarlo, pues sus últimas aportaciones no habían sido especialmente relevantes y era necesario matizar más y mejor al villano conocido como Trickster, al de siempre.
Ya ha pasado mucho tiempo desde que Geoff Johns firmara una de las mejores etapas del velocista escarlata, en la que centró su atención en los villanos como fuente natural de conflicto y sobre todo a la hora de añadir nuevos matices a su personalidad, con historias enteras dedicadas a profundizar en el pasado personal de cada uno de ellos. Williamson, recupera ese espíritu para arrancar este arco con un número en el que Flash no aparece, pero si lo hace James Jesse, el Trickster original, que narra su infancia traumática en el circo, castrado por unos padres disfuncionales.
En esta historia se tiene la sensación placentera de haber leído algo relevante. El guionista juega con los recursos más clásicos y construye el relato sobre varios clichés que sabe usar con bastante acierto. Sin embargo, una vez terminada no se puede uno olvidar de lo manida y comodona que es la historia, dibujando un relato típico y sin apenas atisbo de originalidad alrededor de la figura de James. Y, sin embargo, funciona bien, al resultar un agradable cambio de registro que sirve como preámbulo a la trama en la que James Jesse es el villano protagonista en un ataque masivo a la ciudad de Central City.
Lo que empieza bien, se desarrolla con poca picardía y denota que Williamson busca hacer grande al que parece el villano más insulso de Flash. Es inevitable no poder recordar la historia de Rucka con el Sombrerero Loco en Batman, demostrando que no hay villanos malos, sino escritores con o sin talento. En el caso de Flash, Williamson, se queda a medio camino por desarrollar una trama dependiente de sus propios añadidos anteriores, las Fuerzas, en la que todo queda deslucido por un más que previsible final.
Si el trabajo desarrollado por Wiliamson resulta débil y poco trabajado globalmente no es solo por su propia aportación, sino que se ve reforzado por un Kolins que resulta complicado de ver. Su estilo, estancado, rígido, plano, sin apenas valores que puedan rescatarse, es una losa que aplasta del todo a la historia. No hay épica, no hay espectacularidad, no hay innovación, no hay narrativa efectiva… todo es una larga secuencia de viñetas que aburren en lo visual y hunden las pocas cosas rescatables de Williamson.
Sin duda estamos ante el momento más bajo de la serie. Si en los anteriores números con la introducción de las Fuerzas, la historia ya empezaba a hacer aguas, estos números vienen a confirmar que es necesario un cambio, cambio que podría llegar con Año Uno y la llegada de un Porter en estado de gracia. Y no debemos olvidar que después regresa en gran Rafa Sandoval, así que depositemos la esperanza en lo que está por venir, pasemos por encima de este bache y centremos la atención en el futuro.
NOTA FINAL: Una reseña complicada por mi amor al personaje, pero donde ha de imperar el sentido común a la hora de abordarla. Os pido perdón si no he logrado ser del todo imparcial.
Irregular.
Guion - 5.5
Dibujo - 5
Interés - 7
5.8
La serie sigue en horas bajas en una zona de sopor. Williamson no logra aportar una saga con carisma ni logra que Barry evolucione de su pose melancólica. Se apuesta todo al siguiente arco, Año Uno.
Como todo lo que ha escrito Williamson en flash. Una birria de proporciones bíblicas. A ver si lo echan de una vez y dejan paso a alguien que por lo menos sepa escribir. No pido más.
Totalmente de acuerdo, una etapa totalmente sobrevalorada
Supongo que entre la prensa, porque si te metes en cualquier foro o en whakoom y ves las opiniones de la gente que lo compraba… Le llueven críticas por doquier, lo poner por los suelos. Cosa lógica, pues junto a Rosenberg es el peor escritor que hay en las majors ahora mismo. Yo no he visto nunca a nadie escribir peor que este hombre. Pero literalmente a nadie. Por ahí en otro artículo, en el del crossover con Batman «El Precio», hice una representación de sus diálogos, que son de vergüenza ajena.
Yo esta serie la dejé antes de llegar a Flash War. Al principio no me me parecía mala pero poco a poco vi que siempre se repetía lo mismo: misma situación, mismos enemigos, misma trama, siempre girando sobre lo mismo. Barry Allen es directamente idiota, una especie de Peter Parker de Hacendado. Comete errores de los que nada aprende y los secundarios se enfadan con él pero da igual, al número siguiente ya esta todo olvidado. A parte el Wally West new 52 me parece insoportable.
Es aún peor, no es que en cada número se olvide que los secundarios le odian y se enfadan con él. Es que en una viñeta le odian y están enfadados con él… y en la siguiente se les ha olvidado!!! Vuelven a ser amigos. Pero es que en la siguiente vieñeta… le vuelven a odiar!!!! y en la siguiente… Es lo más ridículo que he visto en mi vida.
Jajajajaja tienen esquizofrenia los amigos de Barry: no saben si amarle, odiarle o ambas.
Yo me acuerdo que abandoné la serie cuando la novia velocista de Barry (Meena creo que se llamaba) se desvela como una villana, aunque supuestamente Godspeed la había vaporizado al absorver su fuerza de la velocidad o algo asi, pero es que me importaba ya tan poco como continuaba la serie que la dejé ahí mismo.
A ver si hay suerte y hacen algo decente con el Wally West original.
Bueno… Yo me he quedado un poco más adelante de estos números y aunque me lo estoy devorando todo porque me resultan divertidos, muy divertidos, creo que Joshua se repite más que el ajo. Va a llegar al centenar de números y no hay un arco que creo que en cinco años la gente le de por pedir leer en tomo y esas cosas quitando Flash War. El tema de las distintas fuerzas que debía de ser fundamental tras ese evento se ha tocado lo justo y por ahí, no sé si me lo he perdido, anda un villano escapado de una celda tras Flash War que no se ma mencionado nada más.
El caso del tema es que Joshua es el único en 2020 que quedará de Rebirth en su colección. Batman, Superman, Aquaman, Justice League, Wonder Woman, Linterna Verde entre otras colecciones ya han cambiado su autor una o varias veces. Así que nada, 100 números mínimo caen ya. Y no habiendo rumores puede que más.
Al parecer Williamson es de ese tipo de guionistas que siempre que la editorial le necesita para cubrir un hueco, está ahí. Si King se tiene que ir un par de meses, él le cubre. Si se inventan una liga de la justicia espacial, el lo hace (aunque por suerte se fue pronto y la serie pudo remontar tras los horribles números de Williamson), que tienen que hacer un crossover raro con el Escuadrón Suicida, pues él lo hace… y eso en las editoriales gusta. Igual que su gemelo perdido, Rosenberg en Marvel. Y por ello se les premia, aunque sean más malos que la tiña.