Flash Nºs 1 y 2

 

Edición original: The Flash 1-8 single magazines / The Flash Vol. 1: Move Forward HC. DC Comics
Edición nacional/ España: Flash números 1 y 2. Mayo y septiembre 2012, ECC Ediciones.
Guión: Francis Manapul y Brian Buccellato.
Dibujo: Francis Manapul.
Entintado: Francis Manapul.
Color: Brian Buccellato y Ian Herring.
Formato: Tomos en rústica de 96 páginas a color.
Precio: 8,95 €.

¿Cómo es que no se está hablando más de esta serie? Otras de menor calidad de la DC de los Nuevos 52 están recibiendo alabanzas a manos llenas, mientras que la que probablemente sea la mejor cabecera del velocista escarlata en años está quedando fuera de los mentideros del fandom. Y que éste sea para un servidor uno de los mejores tebeos de superhéroes del mercado tiene una explicación. Y un nombre: Francis Manapul. Vale, sí, desde luego, yo también disfruté con las sagas de Mark Waid y Geoff Johns. Pero si mi cabeza no me falla, ninguno de aquellos episodios venía acompañado de ilustraciones que hicieran sombra al tremendo dibujo del filipino-canadiense. Y es que las planchas de este señor son para quitarse el sombrero. Jamás había disfrutado tanto con un tebeo de Flash a nivel visual. Manapul no sólo conjuga su inquietud como ilustrador con la experimentación formal del Eisner más inspirado, sino que, al ser él mismo guionista, desarrolla las habilidades de Barry Allen tanto a nivel argumental, como a nivel visual. Con pinceladas de ciencia avanzada y muchas dosis de ciencia ficción, el artista logra plasmar algunas de las viñetas más bellas –y espectaculares- que podréis disfrutar en un cómic de Flash. Y de tipos en mallas en general.

La dedicación que Manapul demuestra en esta cabecera me recuerda a la de aquellas figuras de los ochenta –ahora grandes monstruos del cómic- que nos hicieron saltar los ojos de las órbitas al tomar una colección como un ejército invadiendo un país. Léase Simonson, Byrne, Chaykin o el mismo Miller. ¿Exagero? El tiempo lo dirá, pero lo que está claro es que el filipino se toma su trabajo muy en serio. Y con deliciosos conocimientos de diseño y un dinamismo inusitado para la composición de viñetas, este Flash está más vivo que nunca. Las páginas de acción vibran, las perspectivas son arriesgadas, pero triunfan en su intento de epatar, y cada nuevo capítulo resulta un peligroso tour de force, que saca el mejor partido de los poderes de un personaje totalmente particular.

El Manapul ilustrador se sabe mejor que el Manapul guionista. Pero también conoce lo que puede llegar a hacer con el lápiz. Así, el autor desgrana los poderes del Sr. Allen en viñetas que despliega como piezas de un puzzle dinámico, que manipulan el propio lenguaje del cómic a nivel formal, al tiempo que suponen un juego para el lector. Esto, por supuesto, dinamiza la lectura del título en cuestión y multiplica sus posibilidades narrativas de manera totalmente acorde a la naturaleza de los poderes del personaje. Es decir, los nuevos tebeos de Flash desprenden la misma sensación vertiginosa que los propios poderes de su protagonista. Flash ya no es –sólo- una mancha roja de relámpagos. Al contrario, su figura navega por las viñetas haciendo al lector partícipe de semejante poder. El tiempo se fracciona o se dilata, las perspectivas se truncan o se solapan, llevando al personaje a un campo visual que apenas se había esbozado en ocasiones anteriores. Así, podemos disfrutar del espectacular rescate de un avión accidentado, de una caída desde un rascacielos o de un atraco con posible atropello. Nada nuevo ¿verdad? Pues Manapul logra hacernos vibrar otra vez con escenas tan arquetípicas como las citadas.

Mención aparte merece el desarrollo de nuevos matices en los poderes del velocista: sus habilidades le permiten pensar con una rapidez inaudita, adelantándose a las múltiples posibilidades antes de que estas sucedan. Y Manapul juega con ello de una manera exhaustiva, preñando las páginas de pequeñas viñetas describiendo aquello que visualiza Allen antes de tomar una decisión. Una delicia visual y narrativa en toda regla.

La única pega: lástima del rediseño de Jim Lee. Este nuevo universo DC es un carnaval de trajes horteras por culpa de los excesos de la pluma de este señor y de sus allegados. Además, resulta totalmente inverosímil que todos los personajes parezcan diseñados por el mismo sastre. Es decir, ni la armadura de Batman, ni el traje kriptoniano de Superman ni el uniforme del anillo verde de Green Lantern deberían asemejarse en lo más mínimo. Esas líneas, esas ráfagas que todo lo cortan, esas particiones en las extremidades, todo eso sale del mismo pincel, huele a la legua y resulta inverosímil en un universo de ficción donde cada personaje debería tener su propia estética. A fin de cuentas, cada uno posee un pasado propio y supuestamente en las antípodas de sus compañeros.

De todas formas, probad, abrid cualquier ejemplar de los tres que lleva publicados ECC en España y observad las viñetas. Cada céntimo que gastéis, será una inversión en vuestro placer.

Y de postre, una imagen para que veáis lo en serio que se toma su trabajo el Señor Manapul: