Flex Mentallo: La historia metaficcional de los superhéroes

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Edición original: I jun./sep. 1996 y II abr. 2012; Vertigo (DC Comics).
Edición España: ECC Ediciones (may. 2012).
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: Vincent Deighan –Frank Quitely–.
Entintado: Vincent Deighan –Frank Quitely–.
Portadas: Vincent Deighan –Frank Quitely–.
Color: Tom McCraw.
Rotulista: Ellie De Ville.
Precio: 15 € (Cartoné con sobrecubierta, 128 págs).

 

Hacer una introducción histórica a un cómic como Flex Mentallo es complicado; tanto como pueda ser analizarlo. Empecemos por alguna parte: la miniserie original de cuatro números que hoy reseñamos se publicó en Estados Unidos entre junio y septiembre de 1996. Por aquel entonces su guionista, Grant Morrison, ya era un valor absolutamente en alza tras trabajos más que decentes en los Universos Marvel y DC, o brillantes etapas en Animal Man y Doom Patrol; pero lo era también, especialmente, porque en el mismo mes en que salía al mercado el Flex Mentallo #1 USA también lo hacía el número #21 de Los Invisibles, considerada hasta ahora su obra más ambiciosa y reconocida.

Ahora bien, ésa no era la primera vez que veíamos a Flex Mentallo, superhéroe de tebeo. En efecto, el personaje había hecho su primera aparición mucho tiempo antes, en el número #35 de la Doom Patrol guionizada por el propio Morrison (agosto de 1990), serie en la que Flex mantuvo desde entonces un papel secundario ayudando en diversas aventuras a la «Patrulla condenada». A nivel de poderes, el héroe –tremendamente hipertrofiado y vestido con unas botas y un minúsculo bañador de leopardo– tenía la capacidad de alterar la realidad flexionando sus músculos y de hacer aparecer un «halo de héroe» (bastante explícito) sobre cabeza, habilidad que había adquirido tras leer un libro de culturismo de título «Muscle Mystery for You».

O al menos, eso es lo que imaginábamos… porque en el Doom Patrol #42 USA, de título «Musclebound: The Secret Origin of Flex Mentallo», se nos contaba cómo en realidad Flex y otros cuantos personajes con los que había formado equipo (como su compañero, El Hecho) eran en realidad creaciones que habían cobrado vida, nacidos en los cómics amateur que un chico psíquico armado con un boli verde tenía a bien dibujar (lo que justificaba el hecho de que todas las aventuras del supergrupo giraran en torno al color verde). El cómic imaginario en cuestión se llamaba My Greenest Adventure, y ese chico tenía por nombre Wallace Sage.

Por increíble que parezca, todo este ejercicio metaficcional se queda corto en comparación con lo que Morrison haría tiempo después en la miniserie dedicada al personaje. Aunque hubo un problema: entre los referentes del maravilloso ser musculado había dos guiños claros. El primero de ellos no dio mucho dolor de cabeza, pues My Greatest Adventure –el tebeo que se parodiaba en el origen secreto de Flex– era propiedad de DC Comics y, a la postre, el título que había visto nacer a la Doom Patrol. Pero el segundo resultó ser el motivo por el que la creación de Morrison no conoció durante mucho tiempo ni un recopilatorio americano ni una edición en castellano.


Portada de Doom Patrol #42 USA
y Tira cómica original de Charles Atlas

Y es que, más que un concepto original, Flex Mentallo era una parodia de Charles Atlas, un culturista que alcanzó gran fama en EE.UU. con su sistema de tensión dinámica para desarrollar la musculatura y que se promocionaba mediante una tira cómica de nombre «The insult that made a man out of Mac«… algo que sus herederos no estaban dispuestos a pasar por alto. En cualquier caso, DC se amparó en el uso paródico de la tira para echar por tierra la demanda y, aunque parece ser que ganó el proceso (como demuestra el hecho de que sí hayan rescatado las primeras apariciones de Mentallo en los recopilatorios de la Doom Patrol, disponibles también en castellano de la mano de Planeta), se mantuvo reticente durante mucho tiempo a reimprimir la miniserie. Así, la obra que Morrison considera la primera parte de una trilogía temática que se completa con Los Invisibles y El Asco permaneció durante varios años en el más absoluto de los olvidos, únicamente disponible de segunda mano y en otros idiomas (con relativo éxito en nuestro medio de una edición italiana a cargo de Magic Press).

Todo esto cambió en enero de 2011, justo cuando DC Comics anunció la esperadísima salida de un recopilatorio con extras que Morrison ya había insinuado en la Convención del Cómic de San Diego de 2010 y que, a juicio del escocés, cuenta con la portada más maravillosa que jamás haya visto (a cargo de Quitely). El volumen en cuestión se fue retrasando durante todo 2011 pero, finalmente, llegó a las estanterías americanas en abril de 2012. Justo un mes después, y con motivo del Salón de Barcelona, ECC Ediciones pone a disposición del lector español una lujosa edición en cartoné con sobrecubierta que es fiel reflejo del tomo estadounidense; un material, eso sí, no exento de polémica. Y es que, como se puede apreciar, la obra se ha recoloreado con motivo de su relanzamiento.

Hay quien opina –como un servidor– que, al variar la paleta a base de pasteles coloristas del original por degradados digitalizados y tonalidades frías, se ha desprovisto a la historieta de gran parte de su significado. Flex Mentallo es una obra metaficcional pero, también, un repaso a la historia del cómic de superhéroes, de forma que al homogeneizarlo cromáticamente, también se han estandarizado las Edades del Cómic a las que rinde homenaje. Una valoración ésta que, por supuesto, puede no ser compartida por los lectores de este artículo.

Argumento

Todo comienza cuando Flex Mentallo, el hombre capaz de alterar la realidad flexionando sus ¡MARAVILLOSOS! músculos, impide que una bomba haga explosión en un restaurante de comida rápida. La investigación ulterior le llevará a la conclusión de que El Hecho, su antiguo compañero de correrías, está implicado de algún modo en el asunto y que la misma realidad –que está entrando en aparente colisión con otras realidades mientras la entropía aumenta– se encuentra amenazada. Y eso, incluye también al propio mundo del lector.


«Halo de Héroe» de Flex y
Wallace Sage, entre recuerdos y creaciones

Mientras tanto un joven Wallace Sage, el mismo Sage que creó a Flex y a sus compañeros, está en plena crisis suicida tras atiborrarse de alcohol y pastillas. En un delirio total, el autor agarra un teléfono y comienza a departir con su alarmado interlocutor acerca de la historia y la naturaleza de los superhéroes, mientras que el relato que sigue las aventuras de Flex se adapta formal y argumentalmente a sus explicaciones. Por último nosotros, los lectores, recordaremos con Sage todo ese acervo al tiempo que asistiremos a las surrealistas correrías de Mentallo, preguntándonos inseguros si no podríamos constituir precisamente ese interlocutor con el que Wally conversa…

Hablan los autores

Por todos es sabida la voluntad mística que Grant Morrison gusta de imprimir a sus trabajos más personales, y Flex Mentallo no es, en modo alguno, una excepción. Así, el escocés siempre dice insistentemente cuando tiene la oportunidad que «el conjunto conformado por Flex Mentallo, Los Invisibles y El Asco supone una cohesiva trilogía en forma de hiper sello mágico«, algo que puede entenderse en sentido literal como una herramienta de trascendencia para magos y alquimistas aunque también, en el marco de la Magia del Caos de la que Morrison dice ser practicante, como una expresión neoplatónica simple que encierra un concepto o corpus teórico abstracto y complejo. Más concretamente, el término hypersigil empleado por Morrison hace referencia a un tipo de sello mágico adaptado que es vehiculizado a través de obras artísticas.

En otro orden de cosas, éste es un cómic que el autor tiene siempre muy presente… en primer lugar por las connotaciones sentimentales («escribía sobre la novia del chico dejándole y me pasó lo mismo como cuatro meses después» comenta) y autobiográficas (la experimentación con las drogas; Flex como alter ego confeso de Walter –el padre de Morrison– y, de hecho, como idea platónica de «padre») que tiene y, en segundo lugar, por su nefasto recorrido editorial (subsanado parcialmente con la recopilación de 2011): «Como todo chaval sabe, el no poder encontrar Flex Mentallo es un crimen de la misma magnitud que las matanzas de Jack el Destripador o el bombardeo de Pearl Harbor. Imaginad una industria del cómic en la que los trabajos influyentes e importantes como El Regreso del Caballero Oscuro o Watchmen no fuesen reeditados y languidecieran en la oscuridad. La influencia de Flex Mentallo puede verse por todos lados pero la miniserie en sí permanece en el limbo, como si se tratara de algún superhéroe de la Edad Dorada esperando a Geoff Johns para hacerse notar. Es algo que realmente me saca de quicio, al estilo Bruce Banner, y cuanto más lo pienso… así que mejor dejo de pensarlo ahora mismo. Click. Bzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz».


El autor hablando sobre la obra en el documental
Grant Morrison: Talking with Gods (2010)

También para Frank Quitely es un tebeo bastante especial. En primer lugar porque fue su primer trabajo en DC Comics si exceptuamos los Big Book of… de Paradox Press, y en segundo lugar por el enorme bagaje que afirma haber adquirido dibujándolo: «Flex es una de las mejores cosas que he hecho jamás. Todas las ideas que creé y saqué de mí allí alimentaron después cosas como la Liga de la Justicia. Quería recrear el sentimiento que tienes con los cómics cuando eres un crío, cuando había mucha más diversión en todo y descubrías un nuevo concepto en cada página… Un sentido de este enorme universo que era infinitamente interesante e infinitamente explorable». Pero cuando el autor de verdad se moja es cuando nos disecciona el concepto que hay tras tebeo, o mejor dicho, cuando aventura lo que significa para él: «Por decirlo de una forma vaga y lo suficientemente abierta, Flex va de las relaciones entre ficción y realidad, y de cómo la ficción es tan real como lo son tus recuerdos. Tan real como tu imaginación. Tan real como tus sueños. Y de cómo la vida real es interpretada a través de como ves las cosas, de como recuerdas las cosas y de donde escapas cuando eres joven. La gente tiende a pensar en lsa cosas bien como parte de la vida real, bien como parte de la ficción… y una completamente separada de la otra, cuando no es así. Hay un área en medio de ambas y en la que ambas se superponen, y este concepto sobre de dónde vienen las ideas y su relación con qué es real y qué no lo es supone algo que Grant tiende a desarrollar mucho; y en Flex lo desarrolló usando a los superhéroes, sus creadores, su proceso creativo y la infancia… mezclándolo todo junto.

Resulta muy obvio al leerlo que Grant ama a los superhéroes y cree en su poder. No sólo los trata como una diversión colorista, sino que lo hace como si fueran mitos modernos; dioses modernos […] La primera vez que Grant me llamó para hablar de este tebeo se mostraba enormemente entusiasmado mientras me hablaba increíblemene deprisa acerca de varias cosas diferentes a la vez, referenciando eras en la Historia de los cómics y héroes de diferentes períodos, acerca de los cuales yo no tenía ni idea […] Él estaba totalmente convencido de que iba a ser una obra maestra. Y desde que hice Flex, me muestro mucho más confiado a la hora de trabajar con él en cualquier proyecto. Cada vez que se me acerca y me dice que hagamos algo juntos, está siempre tan repleto de entusiasmo como aquella vez, con ese espíritu de ‘esto va a ser lo mejor desde…». Se ha tomado su tiempo para explicarlo, desde luego. Pero sea como fuere, el bueno de Quitely nos ha proporcionado el prólogo perfecto para nuestro análisis conceptual, dividido en dos secciones en esta ocasión. ¿Seguimos?

Una estructura metaficcional

Desde la mismísima portada del primer número de Flex Mentallo se anuncia que éste es un cómic cuyo desarrollo implica y necesita al lector: «¡Tú! Compra este cómic ahora o la Tierra está condenada», reza el bocadillo (homenaje a Flash #163) que Flex Mentallo dirige al lector, transgrediendo la tradicional barrera de la cuarta pared. Y desde esa misma ilustración, se expone también que el tebeo tendrá un potente componente metaficcional porque ¿acaso no está el mundo ficcional del cómic realmente condenado sin lectores? Y más aún; sin una industria del cómic soportada por lectores, ¿no sería distinto nuestro propio mundo y no habría sido distinta nuestra vida?

Pero claro, para que sendas propuestas conceptuales (la participación del lector, el ejercicio metaficcional) se subrayen y mezclen con soltura hace falta un tercer componente que una ambas de la mano: una fusión entre la realidad inventada por Morrison y la realidad del lector que llega nada más abrir el ejemplar en forma de una bomba que, de nuevo rompiendo la cuarta pared, amenaza al lector para incorporarse inmediatamente al relato. O quizás debiera decir relatos, porque hay muchísimos en la obra. Tantos como dimensiones creadas a modo de espacios diegéticos: la nuestra, la del Flex protagonista, la de Wally/Morrison, la que Wally/Morrison creó de pequeño partiendo de su imaginación, la de la Legión de Legiones… y otras cuantas más. Todas ellas colisionando, entremezclándose en una Crisis mucho más Final que todas la que pudieran llegar después, y arrojando un interesante concepto metaficcional: los superhéroes como recuerdo de la «realidad verdadera» que una vez fue, y los cómics como un intento de fuga de esos mismos superhéroes desde nuestra imaginación a una «realidad» que ellos gestaron y de la que son, en cierto modo, demiurgos.


El Hecho irrumpiendo en nuestra realidad

En efecto, el argumento aparente de este cómic si se lee como mera pieza superheroica es de por sí complejo: la historia nos narra cómo los superhéroes, que fueron una vez reales, decidieron volverse ficcionales para escapar de una gran amenaza y se refugiaron a tal efecto en nuestra imaginación. El mundo real sería por tanto la auténtica creación ficcional que ellos eligieron para esconderse; un artefacto en el que Flex –que se escapó de una ficción dentro de la ficción aparentemente real– y Wally –su propio creador– son capaces de ver grietas en base a la experiencia. Grietas a través de las cuales intuyen que los superhéroes se disponen a regresar para vencer a esa amenaza de la que una vez huyeron. Sí… un auténtico galimatías que abunda, de nuevo, en una idea recurrente a lo largo y ancho de la trayectoria del escocés: el frágil muro que separa realidad de ficción.

Pero, a decir verdad, leer el cómic de este modo no es ni la voluntad de Morrison ni la forma en que podemos sacarle más jugo al texto. No. Lo auténticamente sinérgico es jugar con el guionista y asumir el rol que nos ha dejado libre en el drama, listo para que lo ocupemos, y seguir junto a Wallace Sage ese recorrido que haremos con él –hasta nos guía– por la Historia del cómic y de los superhéroes, aportando de paso todos esos momentos, todas esas experiencias y recuerdos que, a lo largo de nuestra existencia, nos han hecho implicarnos emocional, intelectual y vitalmente con nuestros tebeos más queridos. Sage hace este periplo desde su infancia y nosotros, al otro lado del teléfono, como silenciosos interlocutores, hacemos lo propio. Porque la historia de Flex Mentallo no es ni siquiera la Historia del Noveno Arte, sino la historia de cómo la hemos experimentado. La historia, en definitiva, de cualquier lector de cómics con algo de memoria y una pizca de emoción. No en vano, podríamos decir que Flex Mentallo es una pieza de autoficción en la que Morrison nos cuenta su relación con el superheroico a través de un filtro lisérgico y metaficcional; un relato íntimo, en definitiva, que dispone elementos autobiográficos pero que arroja hacia la propia vida una mirada basada más en la emoción que en la anécdota histórica.


Flex Mentallo #1 USA: «Corazón atómico florido»
y Flex Mentallo #2 USA: «Mi bonita cabeza»

Así, el primer número adopta formal y narrativamente todos los convencionalismos y hallazgos típicos de esa famosa Golden Age que ocupó las décadas de los años treinta y cuarenta del siglo XX, un tiempo en el que se precisaba de la maniquea simplicidad infantil, las tramas emocionantes pero ligeras, y la alegre y colorista sensación de que el bien siempre triunfaría. Era la época en que nacieron los grandes mitos superheroicos; la época de la depresión y los albores de la II Guerra Mundial. La época, en definitiva, en la que el mundo precisaba de destilada y pura ilusión sin asomo alguno de mácula… tiempos en los que todos deseaban ser niños.

En la segunda entrega, la evolución del estilo refleja a la perfección el período comprendido entre finales de los años cincuenta y principios de los setenta; es decir, aquella esplendorosa Silver Age en la que la infantil semilla superheroica alcanzó el desarrollo puberal. Si entonces el mundo creía firmemente en el optimismo científico capaz de pasearse por la otra cara de la Luna, los tebeos lo reflejaban con tramas que nadaban con soltura entre océanos de ciencia ficción y tecnología; entre plena aceptación de los propios superpoderes y aventuras épicas que los requerían; y, también, entre unos conflictos que se antojaban tímidos pero oscuramente prometedores. A este respecto, a partir de un guiño intertextual de Morrison, Pepo Pérez ha desarrollado un formidable texto sobre la relación del segundo número USA de Flex Mentallo y el Fantastic Four #50 (la «cumbre de la Edad de Plata»).


Flex Mentallo #3 USA: «Excava el vacío»
y Flex Mentallo #4 USA: «Todos somos OVNIs»

Porque si algo define al tercer número, y a la siguiente edad de los cómics es la negrura. Desde principios de los setenta hasta casi el final de los ochenta, la Bronze Age (o Dark Age) vio cómo Green Lantern y Green Arrow se embarcaban en un desolador periplo por América exponiendo toda su problemática social, cómo fallecía el Duende Verde, cómo Elektra nos abandonaba en un mar de dolor, cómo era la vejez de Batman, qué podíamos esperar en un mundo con héroes vigilantes de carne y hueso o cómo un enmascarado vengativo libraba una guerra contra el fascismo. El espíritu de mayo del 68 caló hondo en unos cómics que abandonaban toda su estética naïf para caer en las garras de la desolación existencial más adolescente, embravecida por toda una profusión de líneas cinéticas, y por dinámicas anatomías estilizadas y atrayentes. Violencia, vicio, contracultura… una «seducción de los inocentes» acerca de la cual Fredric Wertham tal vez llevara razón. Y, finalmente, el cuarto número… el caos, el relativismo, el eclecticismo, el posmodernismo de los noventa en su plena y adulta floración. Un período en el que el combate ideológico de la adolescencia y la juventud dan lugar a una actitud acomodaticia burguesa en la que todas las estéticas son aceptables, todos los autores tienen cabida y en el que las propuestas antaño arriesgadas se consumen en reservados minoritarios y vertiginosos de una cadena de restaurantes sostenida por la comida rápida.

Esta es la verdadera historia que contiene Flex Mentallo: las edades del hombre observadas cristalinamente en el devenir de un siglo XX donde aquéllas se han reflejado y el espejo de los cómics ha devuelto únicamente lo que tal vez el ser humano quería ver. La historia de cualquier lector de superhéroes, las experiencias de toda persona que crece, los sueños que nos alimentaban cuando no había más que comer, todo ello y su contrario… los ecos, al fin y al cabo, de nuestras vidas. Y, por supuesto, también la de sus autores.

Análisis conceptual

¿Eso es todo? ¿Es Flex Mentallo sólo un nostálico aunque brillante ejercicio revisionista? ¿No hay propuestas conceptuales más allá de ese punto? En absoluto. Porque si seguimos el juego del guionista, hay un quinto tebeo del cual aún no hemos hablado: el que sostenemos entre las manos cuando lo leemos. Efectivamente, no es difícil darse cuenta de que si bien Flex Mentallo homenajea a las distintas Edades del Cómic, no se puede adscribir a ninguna de ellas. Como en toda obra metaartística de calidad que trate desde una disciplina el amor por la misma, este cómic busca la renovación como ya hicieran (o intentaran) el Ciudadano Kane de Welles o El juego de Hollywood de Altman. Morrison no conjura al creador, la obra y su lector por mero capricho, sino para exponer un discurso acerca del futuro. De lo que habló en realidad el escocés en 1996 es del siglo XXI.

Y es que, un cómic cuyo subtítulo es «Tras el Hecho» lo deja bien claro. ¿Qué es ir tras un hecho sino hacerse las preguntas correctas hasta poder definirlo e identificarlo; para poder decir, del propio hecho, que efectivamente lo es? Sí: el guionista repasa claramente la Historia del Tebeo y nos hace revivir lo que significó para cada uno de nosotros, pero lo hace con el doble propósito de presentarnos el cómic que para él supone la evolución natural del tratamiento superheroico y de poder preguntarnos –sabiendo que tendremos muy presente el vívido recuerdo– acerca de si dicha evolución nos parece la lógica, la adecuada, la coherente.


¿RECUERDAS?

Personalmente, creo que Morrison parte de la base de que la fórmula de finales de los ochenta y noventa estaba obsoleta en 1996 y que era preciso ofrecer al lector una solución y, a un tiempo, una consulta acerca de la misma. Y a los que duden de tal interpretación les remito a unas palabras del propio autor que cobran pleno sentido a raíz de la misma: «Flex fue un intento de modernizarlo todo y darle una sensación de ‘este es el final del siglo XX’. Flex es el primer cómic del siglo XXI. Es mi sueño que la gente mire atrás dentro de 20 años y piense ‘Sí, esto tiene sentido. Así es como deberían hacerse los cómics ahora’.»

La gran pregunta que debemos hacernos ahora, en pleno 2008 es ¿llevaba razón? ¿Se palpa la influencia de Flex Mentallo en el cómic actual o aún estamos a la sombra de etapas pasadas? Y, en el caso de que así fuese ¿sigue representando Flex el futuro o ha entrado en el terreno de la ucronía? Me temo, querido lector, que estas son preguntas que sólo uno mismo puede responderse. A partir de aquí, caminas solo…

Aspectos técnicos

La composición de página en Flex Mentallo se basa principalmente en tres aspectos formales: un número de viñetas por página que oscila entre 5-6; un formato de viñeta con especial recurrencia de la panorámica, la cuadrangular y la rectangular vertical estrecha; y un uso profuso de la superposición y, en general, del juego con el espacio interviñeta para transmitir esas rupturas de la cuarta pared que hemos explicado a lo largo del artículo.


Sobre el dibujo de Quitely cabría decir que resulta perfecto. Basado principalmente en una línea fina y continua que usa en los planos medios con una profusión moderada, que le permite mantenerse estilizado pero detallista y sobre la que aumenta el detalle en los primeros planos manteniendo los rasgos originales, todo en su trabajo es asombroso. Y es que da igual lo que haga: domina la perspectiva y el escorzo a la perfección, tiene un sentido de la proporción excepcional (incluso cuando deforma conserva la estilización) y en general es capaz de integrar de forma cohesionada cualquier elemento gráfico con soltura.


Dominio de la perspectiva y explosión de colores

En cuanto al entintado, las manchas de tinta son empleadas única y exclusivamente como color negro, de forma que rara vez se convierten en un elemento con trascendencia expresiva. Ello permite desarrollar un acabado muy limpio, en especial cuando se combina con la explosivamente colorista paleta de un Tom McCraw capaz de transmitirnos la potencia de cada etapa de la Historia del Cómic sin perder un tono global cercano a lo naïf.

Valoración personal

Flex Mentallo es, muy probablemente, el cómic más meta e intertetextual de toda la Historia del Noveno Arte, y así lo demuestra argumental, formal y vocacionalmente hablando. Aunque Grant Morrison siempre ha sido un autor propenso a analizar la metafísica del acto creativo y las relaciones demiúrgicas que se establecen entre autor, obra y lector, es en este tebeo donde da rienda suelta a toda esta carga conceptual llevándola hasta sus últimas consecuencias, dejando al lector una lisérgica aunque rica historia de los superhéroes y de las propuestas formales que los han vehiculado a lo largo del tiempo.

En ese sentido es una obra redonda, pero… ¿lo es también como cómic de superhéroes? Independientemente de que para comprenderla plenamente haya que ser muy consciente de los antecedentes del personaje –es decir, funciona de forma menos autónoma de lo que podríamos pensar– la miniserie que se nos presenta cae, a mi modo de ver, en una trampa en la que ignoro si Morrison decidió voluntariamente caer: su concepto ahoga totalmente el argumento y el desarrollo del guión. O en otras palabras… el mensaje es soberbio, pero la historia mediante la que se cuenta no funciona en términos clásicos.


Bonus Pin up del Flex Mentallo #1 USA
y portada de Quitely para el nuevo recopilatorio

Sí, cierto: el guionista plantea un brillante tratado teórico sobre los superhéroes, con hallazgos formales y referencias por doquier pero no consigue un ejemplo práctico de historia superheroica con minúsculas. Morrison quiere contar demasiado en muy poco tiempo, y su afán completista y revisionista le juega una mala pasada. Flex Mentallo queda así muy lejos de lo que más tarde se conseguiría con El Asco, mucho más potente a nivel dramático y filosófico aunque más liviano en su discurso referencial, emocional y artístico. Concluyendo: disfrutarán de este tebeo aquéllos que se presten a jugar con Morrison en el plano metaficcional; pero no aquéllos que busquen un cómic de superhéroes autónomo en vez de algo que se agote en su propia propuesta. Aunque… si queréis mi opinión, a mí me encantó y me parece una obra maestra de cuidado. Si aceptamos la máxima de que nadie crea de la nada, sino a partir de vivencias y recuerdos, pocos trabajos expresan mejor que éste la conclusión lógica de esa frase: que toda ficción es, en cierto modo, una autobiografía y, por tanto, una realidad; que el material del que están hechos los sueños somos nosotros mismos, porque somos nosotros quienes soñamos.

Páginas recomendadas

Página de la Wikipedia en inglés dedicada a la miniserie y la correspondiente ficha en Comic Book Database. También sería interesante también ver el mismo contenido respecto a la Doom Patrol (página y ficha).

Página web oficial de Grant Morrison y una web asociada a la misma, con desglose de muchas de sus series. Además, no os perdáis el especial Grant Morrison, al detalle escrito por Enrique Ríos para esta misma web. Una completa biografía que os dejamos aquí: Parte I y Parte II. Sobre Quitely, podéis echarle un ojo a su página en la Wikipedia y a esta aceptable galería de imágenes.

Entrevistas a Grant Morrison (1 y 2) y Frank Quitely en la que algunas preguntas tratan la obra. Si queréis revisar un montón de entrevistas a Grant Morrison, aquí tenéis una lista bastante exhaustiva. Y, sobre todo, no os perdáis la entrevista conjunta Zona Negativa/Entrecómics que le hicimos a Frank Quitely, complementada posteriormente con una segunda parte realizada por David Fernández en 2012.

Si Flex Mentallo da para algo es para realizar múltiples análisis. He aquí unos cuantos: The Annotated Flex Mentallo, amplio repaso en CBR, otra página de anotaciones, artículo en Barbelith, artículo en Highway 62 y revisión en Héroe.Com. Entre todos ellos, destaca especialmente el análisis en varías partes realizado por Pepo Pérez en Es muy de cómic: La historia interminable. También resultan interesantes las reseñas publicadas en Zona Negativa y en Neville, a cargo de Raúl Silvestre y Adrián Sánchez (respectivamente).

Reseñas en Zona Negativa de Animal Man, Doom Patrol, Kid Eternity, Sebastian O, El misterio religioso, Los Invisibles, Mata a tu novio, El Asco, Seaguy, We3, Vimanarama y Joe el Bárbaro.

Última actualización de este artículo: 26 de marzo de 2013

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Mythos
27 junio, 2008 8:24

Buff Doom Patrol los primeros números de Morrison eran muy buenos y era algo refrescante pero posteriormente se convierte en un truño psicodelico de ordago. Eso de «potente componente metatextual» supongo que es un eufemismo para no decir infumable (no va con segundas, ¿o sí?). Flex Mentallo ya de por sí no para una historia por separado. A Morrison le vendría bien cambiar de camello. Sus obrs se pierden en la nada con sus planteamientos. No puedes basar toda una historia en sinsentidos si estos no tienen una coherencia. Alicia en el Pais de las Maravillas es una historia de sinsentidos, no sense, pero esta enmarcada en una estructura y coherencia interna que Morrison siempre pierde. Lo adornamos de dialogos llenos de conceptos de piscologia o términos sociales de turno para que mate la sensación de tremendo vacío que transmite laobra y ya esta. Yo leyendo Doom Patrol la mayor sensación que tuve es de que estaba poco aprovechada las posibilidades que daba un grupo de superhéroes diferente como ese. Te esta vendiendo la transformación de Rebis durante números y números y entonces llega el supuesto capitulo de la revelación y lo convierte en una anécdota incompresible que no explica y lo llena de delirios poéticos que no conducen a ningún sitio. Y eso es sólo un ejemplo. Lo más correcto que he leído de Morrison de momento es Gótico y lo mejor que puedo decir es que es sobrio, por no decir aburrido, e intrascendente.

Cannonball
27 junio, 2008 8:44

Ahora a esperar el Superman All Star, otra maravilla del mismo equipo creativo.

El articulo, como siempre, sobresaliente, al igual que el propio Flex Mentallo, uno de mis comics preferidos desde que cayera en mis manos hace ya casi una decada… como pasa el tiempo.

>>¿Se palpa la influencia de Flex Mentallo en el cómic actual o aún estamos a la sombra de etapas pasadas?

Ummm… ¿Promethea?

bongo
bongo
Lector
27 junio, 2008 9:01

Me parece junto con Miracleman, de las obras más importantes sin publicar. Es una auténtica pena y espero que en ambos casos pongan solución (hace poco leí que Gaiman decía querer terminar la historia de Miracle mientras aún se acuerde de ella…)
Y Mythos…reconozco que Morrison tiene una vena alternativa que no es del agrado de todos, pero sus ideas en el cómic han resultado revolucionarias y aunque a veces peca de excesivo (en los Invisibles por ejemplo) si uno se molesta en profundizar un poco, se aprecia que trata de transmitir cosas importantes (y que lo hace bien además).

Cannonball
27 junio, 2008 10:47

Por eso lo habia puesto entre interrogaciones XD, porque si bien continua la senda de Flex no es representativo del comic-book actual.

Y por el caracter revisionista, tambien meteria Planetary …

Cannonball
27 junio, 2008 11:00

Si, si que se ha ramificado, pero parece que solo han recogido el testigo guionistas hijos de la Gran Bretaña XD

ZANTOBLIN
Lector
27 junio, 2008 11:25

Confieso que no he leído Flex Mentallo, aunque tras leer el artículo intentaré conseguirlo. Me interesa mucho cuando Morrison intenta llevar su personaje más allá del límite y lo acerca al mundo del lector. De hecho eso fué lo que más me gustó de su Animal Man.
Su DOOM PATROL es una lectura que he de retomar, ya que leí poco y mal en su momento y no me atrajo. Respecto al tema del cómic que intenta romper las barreras establecidas, os daré dos ejemplos de autores no británicos que llevan a cabo algo parecido:
-Willinghan en FABLES / JACK OF FABLES intenta explorar la retroalimentación entre el mito o la fábula y el receptor del cuento o lector. No a un nivel muy profundo, pero es algo que está patente en esas obras.
-Douglas Rushkoff en TESTAMENT dió a luz al más digono heredero de THE INVISIBLES. Mezclando Religión con Tecnología y otras tendencias actuales como la conspiranoia, el de NY crea un cómic interesante y trascendente, en la línea de lo aquí tratado.
Y es que no van a ser trasgresores y profundos sólo los guionistas británicos.
Un saludo y felicidades por el artículo.

(arafato)
(arafato)
27 junio, 2008 11:56

hombre, pues ahora está muy de moda lo de hacer desfilar a un personaje por todas las eras del superheroismo. Alan Moore sin ir más lejos lo ha repetido en varias ocasiones.

¿Alguien puede dar una pista de dónde encontrar esta esquiva obra?

¿Para cuando la publicación del Superman All Stars?

Cannonball
27 junio, 2008 12:04

En Ebay puedes conseguirla sin dificultad, pero suelen ser pujas bastante calentitas y rara vez bajan de los 60 dollares (por solo 4 numeros)

Tambien esta editada en italiano, un solo TPB, con un precio de portada de 9,50 euros, si no recuerdo mal, cuya edicion es bastante buena (el papel es mejor, por ejemplo) y bastante facil de encontrar

Sergio Robla
Autor
27 junio, 2008 12:37

¿Pista? Yo daré una pista, pero no me pidáis más:

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x-ternon
27 junio, 2008 14:06

A esta obra le tengo muchas ganas, ya el personaje me subyugó completamente en la Doom Patrol, además esta el dibujo de Quitely, probablemente mi dibujante favorito en estos momentos, aunque casi no dibuje.
La Doom Patrol me pareció buena todo el rato, me gusta mucho los conceptos que presenta y como lo hace, pero es que si te abstraes de todo «el truño psicodélico» tienes una serie que podría haber firmado Kirby a los guiones, una pena que no contase con un dibujante mejor

Lord Deu
Lord Deu
27 junio, 2008 15:48

ESte es el unico comic que cuenta con permiso del autor para bajarselo de internet… Un enorme pendiente para mi, siendo fan de morrison..

Merrick
Lector
27 junio, 2008 15:59

Tendré que volver a leerlo porque la primera vez no entendí NADA.

Buen artículo igualmente!

michut
michut
27 junio, 2008 17:10

hello amiguetes, nunca había oído nada sobre flex mentallo pero parece interesante.

buen artículo como costumbre.

para quien le interese, noticias de vértigo, traigo la curiosidad de que hay una página web en eeuu q analiza jungo a brian azzarello cada uno de los números de su serie 100 bullets.

voy a poner los enlaces abajjo, pero solo recomendable para quien siga la serie al tiempo de eeuu, porque contine los spoilers más importantes de toda la serie, asi q si no sigues la serie por el número 91, 92, 93, no pinches, porque el destripe es brutal. advertido quedáis.

por el contrario, para quien siga la serie al ritmo usa y quiera ver qé preguntas le hacen al autor sobre cada número pues:

el del 91 aqui: http://www.wizarduniverse.com/052108bullets.html

el del 92 aqui:http://www.wizarduniverse.com/100bulls062408.html

otra más:http://www.wizarduniverse.com/050108bullets.html

por cierto, q gran portada la del último número, genial.

michut
michut
27 junio, 2008 17:14

otra: http://www.wizarduniverse.com/032108bullets.html

pero recordad.

estos números son de sobra los mejores de toda la serie, y en los enlaces hay destripes gordísimos.

advertido quedáis. yo solo lo pongo pa el que siga la serie usa o pa el impaciente, o para quien no le guste demasiado esta serie,

si no te gusta 100 balas, pincha y seguro q te entra ganas de coleccionarla, o seguir colecionandola si te quedaste colgado por el camino.

Isaac
Isaac
27 junio, 2008 17:46

Como siempre un excelente articulo, un analisis muy profundo a una obra que lo merece.
Morrison es a mi parecer uno de lso mejores guionistas en la actualidad, y si bien en ocasiones comete el error de dejarse llevar por sus conceptos y olvidar la trama y lso eprsonajes, su capacidad imaginativa le agrega algo a sus histroias que esta ausente en muchos otos comics.
Me gustaria ver un analisis de este tipo a otras ibras de morrison, particularmente su etapa en la Doom Patrol (muy buena) y su maxiserie de Seven Soldiers, amabos son trabajos que concideros merecen un analisis profundo del tipo que usualmente se presenta en estos articulos.

Phantomas
Phantomas
Lector
28 junio, 2008 19:38

Jajajaja… me alegro por el comentario #20 de José, aunque no me creo lo último 🙂

Por lo demás, estoy por hacerme con el tomo italiano…

El artículo, como siempre, incita a la lectura, y además, muy de acuerdo contigo en cuanto a lo de la provocación actual pero sin carga interna…

Toni Boix
30 junio, 2008 13:33

Ostras, agotado he quedado después de leer un análisis tan completo. Aunque parece prometedor, creo que esperaré a que lo edite Planeta 😀

Si es tan complicado, mi nivel de inglés no da para las pistas de Sergio… y si Planeta no lo edita, como yo soy de los que gustan de que la historia se sostenga por sí misma aparte de presentar un determinado discurso… pues sabré prescindir de esta obra.

Por cierto, no sabía que teníamos ese artículo sobre Seven soldiers a medias. Ya me diréis.

Herrniemand
Herrniemand
22 noviembre, 2011 1:35

Despues de Doom Patrol, Flex Mentallo es mi comic favorito. Aunque solo lo termine de comprender despues de casi pasarme con LSD en un antro… la verdad es un comic que puede reflejar exactamente el estado mental de alguien con sobredosis…

Diomedes
Diomedes
22 noviembre, 2011 3:00

Morrison tratando de romper la cuarta pared, que tio mas coñazo. Cuando lo hizo en Animal Man hace ya la tira de años (casi 25 lo creamos o no) fue superoriginal. A la enesima empieza a cansar.

nenoskoda
nenoskoda
Lector
22 noviembre, 2011 4:15

Despues de Doom Patrol, Flex Mentallo es mi comic favorito. Aunque solo lo termine de comprender despues de casi pasarme con LSD en un antro… la verdad es un comic que puede reflejar exactamente el estado mental de alguien con sobredosis…
 
He leído muchas veces comentarios similares a éste y me parecen poco ajustados a la realidad. Muchas obras de Morrison pueden ser «raras» pero, a pesar de que él haya confesado que durante una época escribía drogado, tampoco es que su trabajo sólo pueda entenderse si vas puesto hasta las cejas. Series de esa época lisérgica, como Animal Man, Doom Patrol, Flex Mentallo, Los Invisibles o Kid Eternity están llenas de ideas originales y locas, pero son completamente disfrutables sin la ayuda de la química.
Y en la actualidad, a pesar de que Morrison dice que ya no consume, sus trabajos siguen siendo igual de imaginativos y extravagantes.
 
Morrison tratando de romper la cuarta pared, que tio mas coñazo. Cuando lo hizo en Animal Man hace ya la tira de años (casi 25 lo creamos o no) fue superoriginal. A la enesima empieza a cansar
 
También era muy original un año después, cuando creó a Muscle Man. Que no es un personaje nuevo, que se creó hace 20 años aunq su miniserie se edite en Espña con 15 años de retraso.
 Atentos al origen del personaje porque es otra de esas geniales idas de olla de Grant.

Johnny99
Johnny99
Lector
24 junio, 2012 17:26

vale, bien, lo acabo de leer esta misma tarde y…estooo…si, como me pasa con casi todo lo de Morrison, no lo he entendido. le prefiero cuando hace cosas menos marcianas. Su JLA o NEW X-MEN si los disfruté

zape
Lector
6 septiembre, 2012 23:07

Se agradece Jose. Y todo un honor estar ahí metido. 

zape
Lector
7 septiembre, 2012 4:07

Flexiones, en este caso.