Un interesante giro al material original.
«¿Dónde reside el principio de la vida?»
Tras encargarse hace un par de años de la sugestiva adaptación al cómic del relato de Jean Giono El hombre que plantaba árboles que daba el pistoletazo de salida de la colección Clasicomix de Bang Ediciones, dedicada a adaptar al cómic grandes obras literarias, Sandra Hernández (Barcelona, 1977) vuelve a repetir con Frankenstein adaptando la inmortal novela de Mary Shelley. Publicada originalmente en 1818 se convirtió en una de las obras precursoras de la ciencia-ficción para con el paso del tiempo transcender sus fronteras espaciotemporales y convertirse en una obra universal gracias a la diversidad de temas que aborda que siguen vigentes a día de hoy. Como todos los grandes clásicos literarios la novela ha sido adaptada a diferentes medios en innumerables ocasiones y con diversa suerte, dejando de pertenecer a su autora, de manera que su historia y sus personajes se han convertido en parte integral de la cultura popular. El cómic no ha sido ajeno a esta popularidad y tanto el monstruo como el doctor Frankenstein han aparecido en múltiples cómics. Tantos que hace un par de años desde Zona Negativa dedicamos un especial a hablar de algunos de los más destacados que podéis leer en este enlace.
Como ya es sobradamente conocido, la historia de Shelley nos cuenta la obsesión del doctor Frankenstein por vencer a la muerte y conseguir crear vida. Una búsqueda que le lleva a realizar todo tipo de experimentos hasta que finalmente tienen éxito y consigue insuflar vida a un ser compuesto por trozos de distintos cadáveres, pero el resultado le resulta aterrador y repulsivo. De manera que abandona a su criatura a su suerte, dejándola desprotegida y teniendo que enfrentarse a una sociedad que no la comprende haciendo que descubra la crueldad humana y la soledad. Unos sentimientos que llevan a la criatura a buscar venganza contra su creador por traerle a un mundo que solo le ha ofrecido sufrimiento y penurias.
La popularidad de la que goza la historia hace que prácticamente todo el mundo conozca los elementos claves de la trama dificultando que una nueva adaptación resulte original, así que para ofrecer algo diferente es necesario darle una vuelta de tuerca para redescubrirla y estimular al público para que se acerque a esta nueva versión. Además del enorme atractivo que ya posee la interpretación gráfica que ha realizado Sandra Hernández, también ha optado por hacer una reinterpretación del texto con novedades tan interesantes como convertir en mujer a la protagonista otorgando al original de una visión más femenina y actual que le permite abordar nuevos temas como los problemas que tenían las mujeres en aquella época para acceder a los estudios universitarios y para dedicarse a la ciencia. Ese cambio de sexo también posibilita dar un giro a la idea del niño sin madre que está presente en la obra de Shelley, puesto que al tener una protagonista femenina conecta de manera más profunda con algunas de las desgracias que acompañaron la vida de la autora, aportando una relectura novedosa y revitalizadora que también sirve para reflexionar sobre el tradicional rol de madre al que han sido abocadas las mujeres durante toda la historia.
Pese a esos cambios, la versión de Sandra Hernández sigue siendo tremendamente fiel al original y no se aleja en exceso de la esencia de la historia ni deja de lado el resto de temas que trataba la obra original. Gracias a una enorme capacidad de síntesis en las menos de cien páginas del cómic se abordan también el misterio inherente a la creación de la vida, una reflexión sobre qué es lo que nos hace humanos y la importancia de la educación en el proceso, los peligros morales a los que se enfrenta la ciencia cuando no hay ningún tipo de control ético, el rechazo social al que se enfrentan los que son diferentes y un largo etc…
También conserva el toque de terror gótico del original gracias a un dibujo muy evocador con una destacada capacidad para genera atmósferas inquietantes que, pese a que se trate de una historia muy conocida, sigue manteniéndonos en tensión y nos despierta los mismos sentimientos que en la primera lectura. La autora barcelonesa consigue transmitirnos esas atmósferas gracias al uso del color que brilla especialmente en la secuencia en la que el monstruo relata a su creadora los primeros momentos en los que adquiere consciencia y en la vuelta de la protagonista al hogar familiar. En su versión Sandra Hernández se aleja de la interpretación visual del monstruo realizada por Boris Karloff en la adaptación cinematográfica dirigida por James Whale en 1931 que ha marcada la mayoría de las adaptaciones posteriores para ofrecernos una más cercana a la ideada por Shelley.
La edición de Bang es muy similar a las realizadas en el resto de números de la colección, así que estamos ante una edición muy cuidada en todos los aspectos en la que brilla con luz propia la excelente ilustración de la portada. La siguiente parada de la colección será adaptación que Pep Brocal ha realizado de la obra de Ramon Llull El libro de las bestias.
Cuando se afrontan adaptaciones de obras tan conocidas como Frankenstein es necesario que quien afronte el reto se atreva a ofrecernos algo diferente que se aleje del original, pero sin perder su esencia. Una prueba que Sandra Hernández pasa con nota gracias a un interesante giro y una apuesta gráfica que tiene momentos impresionantes.
Lo mejor
• El atrevimiento de la autora a cambiar el original para ofrecer una versión actual pero fiel al espíritu.
• Las escenas nocturnas.
• La portada.
Lo peor
• El estatismo de algunos personajes.
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9.5
8.8
Novedoso
Sandra Hernández moderniza y extrae todo el jugo de la obra de Shelley en una obra que nos deja ver los claroscuros de la humanidad y la ciencia.