Continuación de las reseñas de los primeros estrenos de la iniciativa DC Future State.
No estamos ante una buena historia de Flash. Es una pena tener que empezar usando estos términos, pero el trabajo del Brandon Vietti se muestra demasiado encorsetado a lo largo de una historia que introduce al lector de golpe en unos acontecimientos con los que cuesta conectar. Vietti, vinculado como productor y director a series de animación como Young Justice o películas como Batman: Bajo la Capucha, es el encargado de dar forma un número en el que no se adapata bien al cambio de registro que implica cambiar la animación por el cómic.
Mientras que en el primero se marca el tempo de la historia y el espectador se adapta al mismo, en los cómics el tempo lo marca el lector, por muchos trucos que pueda aplicar el guionista comprimiendo viñetas, agrandándolas o incluyendo más o menos textos de apoyo, es el lector el que, en función de sus características propias, aprovechara más o menos los recursos narrativos expuestos. Vietti, lanza al lector de frente a la acción, con la irrupción de Barry, Max Mercury, Jay Garrick y Bart, en las instalaciones de Jaque Mate con la intención de robar el casco que incrementa las habilidades del Pensador. El objetivo de tal acción no es otro que lograr tener los recursos necesarios para emprender un plan desesperado con el que poder rescatar a Wally de la posesión demoniaca que lo ha convertido en un ser despiadado que ha dejado sin sus poderes a los demás velocistas. Una incursión que tiene un alto coste para el grupo y que llevará a Barry a lanzarse de forma apresurada a ejecutar ese último intento que pueda devolverle a Wally.
La historia gira alrededor de la esperanza y la capacidad que tiene para no dejar desfallecer nunca a las personas ante la adversidad. El mensaje es claro, el desarrollo se muestra torpe y forzado, pues Vietti hace uso de la libertad que le proporciona Future State para aplicar los tropos más manidos del escritor que no tiene nada que perder y recurre a la muerte de un personaje relevante a fin de crear interés y crear desesperación, cómo contra punto a Barry, en la figura de Jay. Un recurso facilón que no aporta ningún sentido dramático al conjunto y que queda estampado como algo frio y gratuito. Vietti parece obviar que la familia Flash ha estado muy desunida desde los Nuevos 52 y que hacerlos interactuar de golpe en un número, mirando a los tiempos del trabajo de Waid y Johns, es directamente hacer trampas.
Una historia que lanza demasiadas preguntas, que se siente apresurada, desconcertante para muchos lectores que lleguen hasta ella sin haber pasado por caja previamente y leído Death Metal, que se lee con el ceño fruncido y cuyo dibujo, en manos de Dale Eaglesham, no aporta nada especialmente reseñable, más allá de dotar al conjunto de un aspecto a historia de los años sesenta. El talento de Eaglesham es conocido por los aficionados y demuestra un buen hacer a la hora de plasmar a cada uno de los velocistas y las distintas armas que portan, pero el conjunto, desde un punto de vista narrativo, se ve anticuado y alejado de otros trabajos de Eaglesham mucho más inspirados.
En resumen, un primer número que difícilmente va a poder satisfacer a los seguidores del personaje y que quiere morder más de lo que puede masticar. Veremos que puede construir Vietti con lo que aquí plantea y si logra adaptarse mejor al noveno arte de lo que aquí ha demostrado
Siempre defenderé que Swamp Thing, la Cosa del Pantano, es un personaje con posibilidades ilimitadas, al servicio de la creatividad de cada equipo de autores que se preste a contar historias de este enigmático personaje. Uno de los más complejos y versátiles del Universo DC. Y el trabajo que presentan Ram V y Mike Perkins es una buena muestra de esta idea.
Se presenta un mundo post apocalíptico, con Manhattan poblada por la Cosa del Pantano y otros seres que dicen ser descendientes suyos. No hay humanos. O debe haber pocos y están habitando otros lugares, porque en el mundo que ellos conocen no queda vivo ninguno. Tan solo hay restos de la gran ciudad que un día fue Nueva York, que hoy se encuentra en proceso de ser absorbida por la creciente vegetación. Pero la Cosa, a quien todos llaman Green Father, alguien a quien veneran, respetan y siguen como líder, está dispuesto a encontrar supervivientes de la raza humana, aunque haya habitantes de su comunidad, como Indigo (que es de ese color) que cuestionan la existencia humana, así como sus intereses y acciones.
En un número que no es más que un primer capítulo de una obra que se presume muy amplia, ya se ofrecen aspectos para pensar que puede ser solo el comienzo de una gran historia. Y es que las explicaciones que Green Father le da a una niña, llamada Calla, al comienzo del cómic, acerca de cómo las máquinas y las guerras humanas han llevado al mundo a la devastación y, sobre todo las sorprendentes últimas páginas, en las que se presenta a un villano aterrador, son un enlace lo suficientemente interesante para seguir queriendo leer.
Tenemos a un Swamp Thing erigido como el jefe tribal de una comuna de otras criaturas como él (que dicen haber nacido de sus hojas caídas, teoría que él no confirma), lo cual es un punto muy interesante, porque se presume que es el más poderoso y sabio de los suyos. Su comunión con la naturaleza, la comunicación que establece con los árboles a través de las ramas y la propia madre tierra, el misterio de qué ha pasado con la humanidad y hacia dónde se dirigien sus supervivientes, todo cuanto le rodea son elementos que adornan aún más el relato que no ha hecho más que arrancar.
En la reseña del Especial de Halloween ya comenté que Ram V y Perkins harían un gran equipo con este personaje, si les dejaban contar una historia más larga. Y aquí demuestran que el equipo funciona. Ram V tiene el pulso necesario para combinar el ambiente misterioso, oscuro, de la literatura de terror con reminiscencias superheroicas que envuelven a la Cosa del Pantano. Quien está perfectamente representado. Fraternal, preocupado por su gente, amable, cercano, sabio. El avatar del verde está totalmente reconocible. Y le acompañan secundarios interesantes, como la niña Calla, una mujer llamada Heather y el enemigo que podría llegar a ser Indigo. Además de los miembros de su tribu.
Además, introduce páginas que disertan, como una clase de anatomía, el funcionamiento del cuerpo humano, o del cuerpo del verde, en este caso. Son una serie de paréntesis en la trama que suman y enriquecen para dibujar el conjunto de ideas que tiene pensadas. Sin duda estamos ante un guionista que tiene una gran historia que contar, reivindicando el inmenso poder y el carisma de un personaje que, en esta primera muestra, se postula que puede ser el héroe más grande del mundo, aunque sea en un mundo distópico.
En los lápices, Mike Perkins dibuja con estilo perfecto para la iconografía de Swamp Thing. Perfecto heredero del estilo de Bernie Wrightson, al igual que hizo Kelley Jones en la miniserie de 2016, con formas anatómicas llenas de detalles, sombreados abundantes, dibujando monstruos realmente hermosos. Con espacios nocturnos llenos de poesía y páginas conmovedoras ante la sorpresa final, aporta la estética necesaria para la historia y el personaje que nos ocupa. En el especial de Halloween estuvo coloreado por Andy Troy, aquí cuenta con June Chong, consiguiendo unos acabados igualmente acordes a su estilo.
Los fans de la Cosa del Pantano estamos de enhorabuena. Si en el mes de octubre llegó un número que ofrecía muchas ideas, algunas mejores que otras, con un resultado agridulce, ahora tenemos el principio de una historia que promete darnos muchas alegrías. Y esperamos que no se pierda por el camino, porque de verdad que cuenta con mucho potencial.
Uno de los títulos que despertó más intriga en torno a Generations en su momento fue el proyecto secreto de John Ridley en Batman que iba a marcar el regreso del reputado guionista al mundo del cómic. Y es que el escritor previamente ya había realizado trabajos en el mundo del cómic y en DC, en concreto el one-shot The Authority: Human in the Inside o la miniserie The American Way para el ya difunto sello Vertigo (2006) y su secuela Above and Those Below (2017) de la mano del artista Georges Jeanty. Más de tres años después el ganador de un Oscar a Mejor guion adaptado por Doce años de esclavitud (Steve McQueen, 2013) vuelve para llevar las riendas del misterioso Batman de Future State.
Su identidad no es tan misteriosa porque la propia DC Comics la ha filtrado por temor a los spoilers pero en este primer número aún no se revela así que no se hará hincapié en ella. Gotham en este futuro está fuertemente vigilada por un grupo paramilitar llamada The Magistrate (El Magistrado), regido por los Peacemakers (Pacificadores), que sanciona la presencia de cualquier héroe o criminal enmascarado y penaliza el crimen hasta con la muerte. Recuerda en cierta medida al ejército antagonista del videojuego Batman: Arkham Knight. El nuevo Batman se ocupará de velar por el bien de la ciudad mientras que Luke Fox es el encargado de dirigir Industrias Wayne tras la aparente muerte de Bruce Wayne.
Ridley escribe un primer número que si bien es típico para el Caballero Oscuro y ya se ha visto anteriormente de varias formas distintas está muy bien escrito. Quizá la única pega que se puede achacar es lo poco que se ve al Next Batman en esta entrega, no tanto porque se desee que sea el protagonista absoluto sino para profundizar más en su personalidad y en lo que lo diferencia de Bruce Wayne. También me ha sorprendido la crudeza del mismo. Nick Derington está espléndido. Cada nuevo trabajo sube su nivel aún más. El color de Tamra Bonvillain en esta ocasión, más oscuro en contraste con el trabajo de Dave Stewart con el dibujante en Batman: Universo y en La Patrulla Condenada, le va como un guante para darle un toque único a la historia.
Outsiders y Arkham Knights
Junto a esta historia principal también hay dos historias de complemento. Katana es la protagonista de Outsiders, con guion de Brandon Thomas y dibujo de Sumit Kumar. Tatsu Yamashiro se opone directamente a The Magistrate aunque lo hace con sus propias normas y no quiere ayudar, por ejemplo, a la labor que hace Duke Thomas, Señal, de ayudar a transportar ciudadanos de Gotham fuera del territorio controlado por estos. Kumar hace un trabajo muy notable en el apartado artístico, recordando poderosamente al Caballero Luna de Declan Shalvey, una sensación amplificada gracias a que Jordie Bellaire también está presente como colorista en esta historia. Thomas como escritor es muy deudor con la etapa de Bryan Edward Hill en Batman y los Outsiders y se hace muy disfrutable. Ojalá este mismo equipo creativo se haga cargo de la colección si se decide darle un nuevo volumen.
La segunda, realizada por todo un veterano como Paul Jenkins y Jack Herbert, protagonizada por Astrid Arkham, el Caballero de Arkham del Universo DC, que dirige un grupo antisistema compuesto por varios villanos de Batman como el Dr. Fósforo, Mr. Zsasz o Clayface. De nuevo, se podría considerar como una continuación del arco argumental de Peter Tomasi y Brad Walker en Detective Comics. No tiene nada demasiado destacable pero se nota que Jenkins ha tenido en cuenta al máximo el trabajo de Tomasi a la hora de caracterizar a Astrid y el trabajo de Herbert es muy similar al de Walker, lo que da lugar a un cómic bastante continuista y respetuoso con lo anterior.
Por lo tanto, The Next Batman supone un explosivo punto de partida para un Gotham que, se va a quedar un poco escaso seguramente para los lectores al ser solo tres números ya que el trabajo de Ridley y de Derington es lo suficientemente interesante para leer a los autores incluso en forma de serie regular pero entre que el artista no puede mantener siempre esa cadencia sin sacrificar parte de la calidad de su trabajo y que las puertas del escritor siguen abiertas para escribir en Hollywood. Con suerte si los dos próximos números mantienen este rumbo quedará en nuestro recuerdo una de las mejores historias de Batman de este 2021.
Estoy de acuerdo con esta reseña. Batman y Swamp Thing fueron bastante interesantes y Flash fue el más flojo, en especial por esa constante villanificación que hacen con Wally West, que ya empieza a ser cansina a más no poder.
Solo he leído el de Next Batman y me sorprendí porque me gustó. Fue una narracion dinámica, un muy buen dibujo y un Batman diferente. Aunque no conozco mucho a su alter ego, me parece MUCHO más atractivo y entretenido que el ya cansino Bruce Wayne. Quiero leer más de este Next Batman. Lo de incluir historias de complemento, pues es algo discutible… aunque no me parecieron malas, no pasan de ser relleno cuando uno solo quiere leer la historia principal.
El problema, con la gran lista de sucesores que tiene Bruce me sigue pareciendo imposible que venga un desconocido y se quede el manto, pero imposible.
Creo que aquí es donde falla, el legado de Batman no me parece respetado, se que me recordaran Batman Beyond pero allí no estaban en activo los pupilos de Bruce y no existía Damian, el para mi sucesor natural aunque también el mas fácil (también me parece fácil el tema de volverle el villano)
que quizás lo de Tim Fox termine siendo una troleada, me encantaría dado que a pesar de ser anunciado asi en este primer numero el next batman no a dicho quien es ni mostrado su rostro, me parecería un golpe maestro, pero……no creo que pase.