G.O.D.S. El nuevo juguete de Jonathan Hickman
«I´m too old for this»
«You know what? There is something familiar about all this. Does your thing say who they are?»
Y llegó la hora de leer la tan anunciada nueva serie de Jonathan Hickman. G.O.D.S. #1 está ya en las librerías en lo que parece ser un antes y después en el Universo Marvel. Empezamos con un planteamiento tan pretencioso que va a suponer un tremendo lastre con este número 1, siendo el gran problema que veo en la entrega que nos ocupa.
Me gusta mucho Hickman, pero no este que veo aquí. Que conste que he leído vorazmente la primera entrega porque tenía muchísimas ganas de comprobar lo que nos quiere contar el autor de obras tan importantes como sus Vengadores, sus Cuatro Fantásticos y su Patrulla-X. Recalco “sus” porque son “sus” versiones que pueden ser más o menos acertadas, pero a nivel creativo son impecables. No quiero decir que no me hayan gustado las obras anteriormente referidas, más lejos de la verdad, pero son tres ejemplos de lo que supone el paso de Jonathan Hickman por una colección.
Sin embargo, en este primer número percibo una desmedida pretensión de querer abarcar más de lo que se puede sobre un mundo complejo como es el de la mitología y la magia. No sólo eso, sino que a lo largo de lo que voy leyendo encuentro aspectos que me recuerdan a otros cómics que he leído. Me llama poderosamente la atención que Wyn sea una mezcolanza entre Strange y Constantine, que los avatares me recuerden al Panteón de The Wicked + The Divine, y que se respire una extraña atmosfera que intente, y solo intente, ser The Sandman. Es inevitable acudir a referencias, o beber de ellas, y ello no es negativo ni malo per se. Solo quiero advertir que esto se palpa, se siente, se percibe.
En general, G.O.D.S. #1 es un número entretenido. Lo que pretende Hickman ya, desde el primer momento, es que el lector conecte con el personaje principal sobre el que pivota todo el número, y entendemos que toda la serie, o miniserie, o maxiserie, o lo que le dé la gana al guionista. Cuando digo esto es porque me da miedo que primero, Hickman se canse; segundo se marche sin acabar la historia; tercero, lo más peligroso, no sepa dónde quiere ir. Seamos justos, es un gran guionista, pero su cabeza está en otro mundo cuando planta semillas que luego germinan en ideas que se van de las manos. La Patrulla-X ha sido el clarísimo ejemplo de una idea bien orquestada si hubiese sido un proyecto cerrado de dos años. Hubiese sido memorable, pero al final se ha demostrado que sin un buen rumbo fijado, ideas espectaculares pueden acabar en la papelera. Porque claro está, ahora visto cómo se ha anunciado G.O.D.S., tenemos que reflexionar. ¿Estamos seguros de que esta serie, esta idea, estos conceptos permanecerán? Porque si al final no es así, lo cierto es que G.O.D.S. puede ser un quiero y no puedo.
Pero llegados ya al final de esta reseña la pregunta está ahí; qué tiene de bueno G.O.D.S. #1. Pues sí tiene cosas muy buenas. Y el protagonista del premio a lo mejor de esta entrega no es el guionista. Los elogios son para Valerio Schiti y Marte Gracia. Menudo «trabajazo» del equipo gráfico de esta entrega. Diseños espectaculares de los personajes, una maravilla explosiva de mágia y acción, y no sólo eso, sino que el encuadre de las viñetas es soberbio, lo que hace de la lectura un disfrute.
En segundo lugar, a pesar de la tibia reacción, Wyn es una alternativa atractiva a Doctor Strange. Hickman trata a Wyn como un individuo de encanto fácil y un montón de personalidad. Ese encanto a veces es exagerado pero funciona lo suficientemente bien como para conectar con el personaje.
En tercer lugar, se ponen en la mesa un montón de conceptos nuevos, pese a esa atmosfera que os he comentado que se percibe entre líneas. Sin embargo, este factor positivo resulta incluso abrumador, puesto que en un intenso y largo número se dejan puestas ya gran parte de las piezas de una historia que no sabemos hasta dónde irá.
Por último, Hickman consigue o conseguirá, quién sabe, potenciar el lado mágico de Marvel dejado un poco en el archivador estos años atrás, y agotado de ideas desde hace años. Esto es lo que realmente convierte el número 1 en una obligada lectura pese a todo lo malo que he dicho, y de lo que debemos ser conscientes. La conversación entre Aiko y Wyn marca esa ruptura entre ciencia y magia que parece será el motor de la historia. El simbolismo es muy fuerte, mientras Aiko viste de blanco glacial, Wyn es pura emoción de colores rojizos. La lucha entre lo que es o lo que puede ser está en la bandeja, una bandeja que veremos si nos deja satisfechos o no.
En general me ha gustado lo que he leído, pero sin ser lo que se pretende que sea G.O.D.S.. ¿Qué quiero decir con esto? Sencillamente que Hickman aborda un terreno que le va a permitir hacer y deshacer a sus anchas, lo cual es bueno y malo a la vez. Creo sinceramente que G.O.D.S. no llegará a ser esa obra de referencia para años venideros que se pretende.
Lo mejor
• La perfecta conversación en el bar Brevoort´s entre Aiko y el camarero.
• Y después con Wyn, donde se fija el núcleo de esta serie.
• El dibujo de Aaron Kuder.
Lo peor
• ¿Por qué el evento apocalíptico es babilónico?
Demasiado pretencioso
Guión - 7
Dibujo - 9
Interés - 7
7.7
Un buen guion y un dibujo impecable ante un cómic notable pero que de lejos es esa obra imperecedera que se pretende.
