Ganador concurso ECC Grandes Autores de Batman Jeph Loeb y Tim Sale

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El pasado dia 13 de agosto anunciamos un nuevo concurso cortesía de ECC Ediciones en el cual ofrecíamos la caja de Grandes Autores de Batman: Jeph Loeb y Tim Sale con los volúmenes: Batman: Caballero Maldito, El Largo Halloween, Victoria Oscura y Catwoman: Si vas a Roma. Este premio tan jugoso sería para la mejor reseña de una obra publicada por esta editorial.

La participación ha sido alta a pesar de encontrarnos en meses de verano y tras leernos las reseñas varias veces hemos decido que el ganador de este concurso es: Raúl Silvestre con su reseña de la obra Flex Mentallo la cual la podeis leer a continuación. Queremos aprovechar para dar las gracias al resto de participantes y animarles a participar en nuestros próximos concursos.

Caja Grandes Autores de Batman: Jeph Loeb y Tim Sale

 

Edición original: I jun./sep. 1996 y II abr. 2012; Vertigo (DC Comics).
Edición España: ECC Ediciones (may. 2012).
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: Vincent Deighan –Frank Quitely–.
Entintado: Vincent Deighan –Frank Quitely–.
Portadas: Vincent Deighan –Frank Quitely–.
Color: Tom McCraw.
Rotulista: Ellie De Ville.
Precio: 15 € (Cartoné con sobrecubierta, 128 págs).

 

Flex Mentallo por Raúl Silvestre

No es Grant Morrison lectura fácil. No es el autor escocés guionista de usar y tirar. Al contrario. Asentado en una base tan multireferencial como contracultural, a punto de perderse en mensajes ampulosos y megalomaniacos, el Morrison de los tebeos de superhéroes siempre exige del lector la más completa atención. Ya que en los detalles se encuentra la magia, las conexiones que articularán el contenido y lo harán grande y perdurable. Aunque la trama se pierda en incoherencias. Aunque perdamos nosotros de vista el mcguffin de lo que se cuenta. Aunque los agujeros en la narración sean tan evidentes que hasta nos hagan reír. Y es que a Morrison se le perdona lo que a otros sería motivo de escarnio, ya que sus tebeos rebosan ideas. Ideas que preñan viñetas y se agarran al cerebro como granadas, convirtiéndonos en adeptos de sus alucinaciones y pesadillas.

Esta parrafada sirve para situar a Flex Mentallo en contexto. No como la rara avis que algunos han querido señalar, sino como el faro, la guía a todo lo que le precedió y lo que vendría después. Así, Mentallo es para Morrison como Revolver para los Beatles, una evolución palpable de lo anterior y un aviso evidente de lo que vendría. Rescatar este tebeo a día de hoy permite no sólo contextualizar la obra del escocés, sino demostrar su situación dentro del medio. Así, Flex Mentallo confirma que su autor ha viajado solo, y sigue haciéndolo, a través de una continuidad alejada del canon tebeístico. Es decir, su obra aturde, asombra y abruma, puede que influya en otros autores, pero lo que es evidente es que su discurso se encuentra en una dimensión particular y paralela, que lo hace reconocible como autor y lo convierte en icono. Icono difícil de calcar y no menos difícil de seguir. Lo que lo hace único, quizá solo a la altura del mago de Southampton.

Pero pasemos a hablar del Sr. Quitely. Asistimos aquí al primer feliz encuentro en DC entre dos talentos que juntos multiplican sus logros. Bebiendo de los grandes europeos de línea clara, pero con un ojo puesto en el dinamismo compositivo de un Kirby, pero revuelto con pinceladas estéticas que recuerdan a Ditko, Quitely deslumbra ya en 1996 con su capacidad como dibujante. Pero, también, gracias a los dioses, como narrador.

Como el mejor copiloto posible para tal viaje lisérgico, el también escocés encumbra la prosa de Morrison como ningún otro ha sabido hacer. Tal es así, que cada vez que resuena la novedad de un trabajo juntos, mi dinero sale solo de la cartera y se dirige ufano a la caja registradora de mi tienda de cómics habitual. Ahora en serio, la fusión de talentos de ambos autores da como resultado un tebeo que aunque fuera un burro cojo, bien valdría montarlo. Tocado, de manera fehaciente o no, por la varita mágica de la claridad expositiva de Hergé, la capacidad fabuladora de Moebius o la terquedad visual de Swarte, el Sr. Quitely logra vehicular la trama esquizoide de su compatriota hacia cotas que en otros menos capaces hubiera supuesto un naufragio más que plausible. El escritor, por supuesto, sabe con quién trabaja, por lo que exprime sus posibilidades al máximo, como un súcubo poseyendo a su presa y sacándole hasta la última gota. Y a nosotros, no nos queda sino aplaudir.

O.K., perfecto, el tebeo rebosa talento, pero ¿de qué va? ¿Qué tiene de nuevo que ofrecer este tipejo musculoso y en calzones? Pues nada menos que una reflexión sobre la creación en general y los universos de papel, en concreto. Una vez más -y las que quedan- Morrison juego con el concepto de realidad y ficción, planteando dudas sobre sus límites tangibles y el efecto que lo soñado tiene en lo vivido. Y viceversa.

Al grano: Sage Wagner, durante el proceso de asimilación de las drogas que ha ingerido para suicidarse, narra retales de su vida a un interlocutor desconocido. En su relato, presenta detalles que son un reflejo constante de la otra trama, paralela y colorista, protagonizada por Flex Mentallo, un superhéroe creado por Wagner cuando era un chaval. En esta trama, el musculoso protagonista investiga el peligro más que real que está a punto de acabar con su universo, pero también con el del propio Wagner. Incluso con el nuestro. Y de paso, hace un repaso sobre las convenciones más comunes del subgénero de ficción que vanagloria.

Flex Mentallo es, en definitiva, el meta-tebeo, la violación de los límites de lo creado y lo real como temática cotidiana de la obra del autor. Ya lo hizo en Animal Man, dio bandazos sobre ello en Doom Patrol y lo ha vuelto a tocar recientemente con Joe el Bárbaro. Pero Morrison siempre nos consigue engañar. Y de paso, nos hace pasar un rato más que interesante.

¡Corre a comprarlo!

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4d2i4n
4d2i4n
Lector
24 agosto, 2012 11:00

 Mi enhorabuena a Raúl Silvestre. Una reseña muy bien escrita y desarrollada. Además después de releerme la obra el fin de semana (llevo un mes Morrisiano y que dure) me has plasmado la mejor contraportada que podría llevar el libro. Gracias de verdad por escribir así. Cada vez el esfuerzo literario y narrativo carece de consistencia pero tu fehaciente labor asienta unas bases que ya no deberían perderse. 😉

 P.D: De la dupla Morrison/Quitely es difícil escapar.

Raúl Silvestre
24 agosto, 2012 11:05

 Mil gracias a Zona Negativa! Qué alegría, de veras!

Qué siga tan buen trabajo en esta página, que se ha convertido en un must diario!

Y muchas gracias a 4d2i4n!

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
24 agosto, 2012 11:35

Raúl, buena reseña. Y mil felicitacines mías por ganar el concurso.

@Mister_Air
@Mister_Air
Lector
24 agosto, 2012 11:59

Ouch, al final me olvidé de hacer la reseña dichosa pero seamos francos, no hubiera sido capaz de superar esta ni de broma.
Muchas felicidades Raul!!! Y que disfrutes mucho el premio.

Liponidas
Liponidas
Lector
24 agosto, 2012 12:12

 Coincido plenamente con 4d4i4n, felicidades Raul! Ahora solo me queda leerlo, al igual que Joe el Bárbaro…

alaminox
alaminox
Lector
24 agosto, 2012 12:27

 Pedazo de reseña. Felicidades Raúl

Alejandro Ugartondo
Autor
24 agosto, 2012 13:25

Buena reseña raúl y felicidades por el premio.

El cómic que has escogido no es fácil de tratar pero tu lo has hecho muy bien

Juan Luis Daza
Autor
24 agosto, 2012 15:52

 Pedazo de reseña Raúl, merecido premio.

El cómic me lo compré hace poco y me lo leí hace dos días. Poco más que decir, una juego metatextual y autconsciente de su propia naturaleza con muchos apuntes autobiográficos por parte de Morrison que muestra el profundo amor que siente por el mundo de los cómics en general y los superhéroes en particular. Lo de Frank Quitely no tiene nombre, si no es su mejor trabajo poco le falta, el nivel de detallismo y su trazo sólido hacen de Flex Mentallo toda una experiencia.

Fran
Fran
Lector
24 agosto, 2012 19:32

 Felicidades por el premio!!! He visto que es un poco grande… si andas justo de espacio yo te lo guardo desinteresadamente