Gantz

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Guión: Hiroya Oku
Dibujo: Hiroya Oku
Edición España: Ediciones Glénat
Contiene: Gantz Vol. 1-32 JAP
Formato: 32 Tomos manga rústica de entre 192 y 232 páginas (Serie Abierta)
Precio: 8,95 € x Tomo

 

«Aunque su memoria lo haya olvidado,
su corazón lo tortura con algo que no puede olvidar «

Echando la vista atrás, ahora que el Gantz de Hiroya Oku se encuentra en su fase final, es difícil no reconocer a esta obra como uno de los seinen manga más llamativos, frescos y espectaculares de la que ha sido la primera década del siglo XXI. Una obra de ciencia ficción y acción marcada por una plástica y gore ultraviolencia y por sus escenas de sexo gratuito muy dadas al llamado fanservice. Esto ha provocado que Gantz haya sido censurada e incluso prohibida en algunos países a pesar de que son estas las características que le han servido a la obra de Hiroya Oku para recaudar un gran éxito a lo largo de su recorrido; un manga licenciado en el año 2000 del que se han publicado hasta la fecha treinta y dos volúmenes en la revista Weekly Young Jump de la editorial Shueisha Publishing Company y que ha sido adaptado al anime por Ichiro Itano para el estudio de animación Gonzo. También caben destacar su presencia en el mundo de los videojuegos, la edición de dos novelas ilustradas a partir de su historia original, Gantz/Minus de Masatoshi Kusakabe y Yusuke Kozaki y Gantz/EXA de Shindo Junjo, Hireyama Yumeaki y Koji Ogata, y su adaptación a la pantalla grande en dos irregulares producciones live action dirigidas por Shinsuke Sato, con guión de Yûsuke Watanabe y protagonizadas por Kazunari Ninomiya, Ken’ichi Matsuyama y Yuriko Yoshitaka.

Además, la popularidad de Gantz ha propiciado la poco habitual publicación de varios spin-offs de la serie como son Gantz/Osaka, Gantz/No Moto, en la que Hiroya Oku revela las influencias en la realización de su obra, y Gantz/Nishi, un capítulo especial centrado en uno de los personajes más carismáticos de la historia y que supone una commemoración a la buena acogida de la película Gantz: Perfect Answer. De esta manera, la llamativa propuesta de Gantz se ha convertido en la obra magna de Hiroya Oku, un mangaka del que se conocen otros trabajos menores como Hen, Zero One y Me~teru no Kimochiy y que suele vanagloriarse de haber sido el primer autor en dibujar las líneas trazadas por los pezones para expresar el movimiento de los senos de sus personajes femeninos, técnica que ha tenido una gran aceptación a posteriori en el género hentai y ecchi. La fórmula, sin lugar a dudas, funciona excepcionalmente; Gantz es un entretenimiento puro y duro condimentado con litros de sangre y desmembramientos de todo tipo, escenas subidas de todo y punzantemente depravadas, un manejo del macguffin y del misterio cercano a la moda impuesta por series televisivas recientes como Perdidos, Héroes o la fallida Flashforward donde la técnica del cliffhanger se ha demostrado como una poderosa arma, un apartado gráfico realmente espectacular que mejora número a número y una interpretación sin concesiones ni miramientos de la sociedad japonesa actual.

Sinopsis de Gantz

Kei Kurono es un estudiante común y corriente, sin grandes ambiciones ni sueños, cuyo destino cambia un buen día al intentar salvar a una persona de morir atropellada en el metro de Tokyo. Todo ello acaba aparentemente con su propia muerte y con la de Masaru Kato, un antiguo compañero de la infancia con el que acababa de reencontrarse, pero contra todo pronóstico ambos se ven teletransportados a un misterioso apartamento junto a otras personas que se encuentran en su misma situación. Allí encontrarán una misteriosa esfera negra que les obliga a participar en un sádico y futurista juego consistente en cazar, destruir y sobrevivir al ataque de algunas razas de aliens escondidas en la Tierra, ocultas entre los humanos corrientes, y a cambio de lo cual conseguirán una serie de puntos que se convertirán en el único medio posible para recuperar sus antiguas vidas.

Gantz : El Poder de la Imagen

Gantz toma prestado su nombre de Ganbare!! Robocon, una serie de televisión japonesa mezcla de ciencia ficción y comedia creada en 1974 por Shotaro Ishinomori y el estudio Toei en la que un grupo de robots se encargan de cumplir una serie de misiones planteadas por su maestro Gantz a través de las cuales son recompensados con un determinado número de puntos que, en última instancia, les permiten ganarse su derecho a poseer un corazón mecánico. Las similitudes con la obra de Hiroya Oku son más que evidentes pero también lo son sus diferencias, Gantz apuesta por un tono opuesto al de su predecesor y sus influencias se extienden más allá de esta, convirtiéndose en un crisol de referencias que se sustentan en el bagaje cultural y los gustos propios de su autor; un aficionado del cine hollywoodense que representan títulos como La Jungla de Cristal, Robocop, Tron, Kill Bill o Regreso al Futuro. «He visto todas las obras de los muertos vivientes de George A. Romero«, comenta el mismo Hiroya Oku en relación a esta cuestión, «casi todas las de Steven Spielberg también. Veo bastantes películas de Hollywood hechas con un gran presupuesto, veo también telenovelas japonesas». Por otro lado, es habitual en Gantz encontrar personajes directamente extrapolados e inspirados en alguna película o videojuego como es el caso de Sadayo Suzumura que recuerda a la Sadako de The Ring, Chiaki que resulta ser un homenaje a la Gogo Yubari de la ya mencionada Kill Bill de Quentin Tarantino o Sei Sakuraoka en la que no es difícil adivinar las facciones de Lara Croft la protagonista de Tomb Raider.

Dentro del mundo del manga Hiroya Oku reconoce haber recibido la influencia de mangakas como Osamu Tezuka, Rumiko Takahashi, Yoshikazu Yasuhiko, Ryoichi Ikegami o Katsuhiro Otomo así como también le ha marcado el trabajo de directores de anime como Yoshiyuki Tomino, Osamu Dezaki y Hayao Miyazaki. Especialmente habría que destacar la estela de Katsuhiro Otomo de la que Gantz parece impregnarse a la hora de abordar su propio camino; la estética, el diseño de producción, la atmósfera y el trasfondo de la obra de Hiroya Oku recuerda poderosamente al Akira de Katsuhiro Otomo como si se tratase de una actualización a los tiempos modernos de la misma. De igual manera que el mítico autor, Hiroya Oku ofrece en Gantz todo un despliegue gráfico auténticamente revolucionario y atemporal, un acabado en el cual se ha sabido adaptar correctamente la utilización de las tecnologías de infografía para la generación de gráficos 3D, las tramas y juegos de luz que consiguen dotar de un onírico realismo al dibujo. «Me encargo del guión, el storyboard, el boceto de los personajes, el dibujo con pluma y el diseño de máquinas, así como todo lo mecánico», comenta el creador de Gantz a propósito de su trabajo en la serie, «Doy forma a los aliens con el programa de 3D. Doy instrucciones generales. Los asistentes se encargan de retocar las fotos con el PC para que sean el fondo. También dan forma a máquinas, lo mecánico y el fondo con el programa de 3D y se ocupan de la renderización de volúmenes con el mismo programa. Ellos integran todo con los personajes, dan grises, etc.»

De esta manera, el poder de la imagen en Gantz resulta decisivo, siendo uno de sus más llamativos y evidentes atractivos que logran que la narración sea tremendamente fluida y supeditando la trama y otros aspectos del manga a la fuerza expresada en el dibujo de Hiroya Oku. Esto, en ocasiones, cuando la acción toma la delantera y los diálogos resultan casi inexistentes en el relato convierten a Gantz en un verdadero fast food en viñetas que al mismo tiempo que nos engancha consigue frustrarnos por su ligereza y cierta «superposición de la forma sobre el contenido» que su autor sólo ha pasado a solucionar en la última etapa de su obra. No obstante, este defecto de fábrica queda hasta cierto punto paliado debido a su tratamiento de personajes, dotados en su mayoría de una humanidad depravada, sádica y enfermiza fiel reflejo de una sociedad japonesa plenamente decante y cruel muy propensa a la creación de monstruos tanto o más bestiales y mezquinos que los aliens y amenazas que deben combatir en sus aventuras los antihéroes de turno. Pero el heroísmo, el romance y el sacrificio no se encuentran ausentes de la ecuación, estas son facetas que algunos de los protagonistas del manga deben descubrir en su tránsito y evolución a través de las cuales incluso el sexo y la violencia extrema acaban teniendo su sentido y significado en la historia. De primeras, el minúsculo trasfondo filosófico y existencial de la obra parece ser sólo una excusa argumental, algo que su autor elude abordar directamente pero que, a medida que se suceden los capítulos, deriva en un interesante dilema ético determinado por el dramatismo y ambigüedad de las situaciones presentadas.

El efecto catártico que es capaz de desprender Gantz se une al interés que suscita una trama, en apariencia mimetizando la simpleza del shonen manga, en la que abundan las preguntas sin responder y donden campan a sus anchas las perversiones de su autor para acabar de configurar un entretenimiento de esos que solemos considerar culpables. No obstante, los interrogantes planteados en Gantz, carecen realmente de importancia, o eso consigue hacernos creer Hiroya Oku, ya que su épica y cruda puesta en escena centra toda nuestra atención. Las eternas luchas por la supervivencia de sus protagonistas, las interpretaciones del bestiario del folklore popular japonés y occidental, el humor negro, las emociones y pasiones de sus protagonistas y la ciencia ficción extrema nos hacen sumergirnos de lleno en Gantz logrando explotar al máximo ese sentimiento de imprevisibilidad y de implicación del lector con la obra tan propio del cómic japonés. La serie se encuentra actualmente en su fase final en Japón donde Hiroya Oku ha dado un vuelco a la trama después de los sucesos acaecidos en Catastrophe y que se venían anunciando de forma algo velada en el manga desde hacía tiempo; las respuestas y revelaciones han empezado a llegar y posiblemente estas no satisfarán a todo el mundo pero Gantz ha sabido crear una seña de identidad y una mitología propia que han hecho que todo lo demás pase a un segundo plano. Y a pesar de ello, contradiciendo todo lo dicho anteriormente, es inevitable cuestionarse el sentido de la epopeya ideada por Hiroya Oku en estos años con la pregunta más evidente e importante que podemos hacernos: ¿Qué es Gantz?

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El Pitufo Negro
El Pitufo Negro
13 enero, 2012 8:46

Pues eso, ¿Qué es Gantz?

Daniel Gavilán
13 enero, 2012 10:35

Magnífico artículo, Jordi. Aparte de una de mis debilidades personales desde que la descubri hace ya un tiempo, Gantz es una de esas obras que, como diría de la Iglesia, destaca tanto por sus virtudes como por sus defectos. Se la puede acusar de tener el mcguffin más descarado de la historia del comic, un descompressive story telling que hace que Bendis parezca Morrison (sumando páginas y páginas en las que hay más jadeos que diálogos), que cuando los diálogos afloran estos solo se pueden describir como básicos (siendo amables)… eso por no hablar de la facilidad de Oku para introducir elementos absurdamente molones que riete tú de Jeph Loeb (dinosaurios, nazguls, ¡vampiros!) o escenas que directamente provocan incredulidad o vergüenza ajena (lo de «Lara Croft» y el prota debe ser uno de los momentos más descaradamente fanservice de la historia del comic).

Pero diablos, es tan deliciosamente brutal y hedonista que al menos en mi parte soy incapaz de resistirme. Aunque sería injusto reducirlo todo al voluptuoso juguete fetichista que es, porque aparte de su sugerente y perverso leit motive inicial, Gantz ha tenido en virtud ofrecerme una de las etapas comiqueras que más he disfrutado en mi vida como lector en todo el tramo que va desde la misión en el templo Buda hasta el epílogo de la brutal misión en Roma. Y es que pese a su contundente simplicidad la serie cuenta con una magnífica deriva de personajes en la que estos nunca dejan de comportarse como personas reales -con todo lo bueno y lo malo que conlleva- pese a la grotesca situación en la que se ven atrapados. Es más, diría que la evolución de su protagonista es una de las más cuidadas, paulatinas y mejor desarrollada que hayamos podido ver en cuanto a personajes adolescentes durante la última década (con permiso de Ultimate Spider-Man e Invencible), y la relación con su chica tampoco se queda atrás.

En fin, que si me pongo a hablar de los grandes momentos de la serie no terminaría nunca. Desde el triángulo formado por Masaru Kato, Kei Kishimoto y Kei Kurono (mucho mejor desarrollado en el anime que en el manga, todo sea dicho), esa bofetada de realidad que fue la misión del templo buda y todo el carrusel que vino después con el monstruo Chibi (uno de los pasajes más acojonantes de la serie), la masacre de Shinjuku y todo lo que siguió hasta ese cruel clímax de la sexta misión. Pero diablos, es que a partir de ahí la serie siguió in crescendo sumando vueltas de tuerca cada vez más retorcidas hasta rematar en ese desfase que provocaría que Mark Millar y el Sam Raimi de los ochenta mojaran su ropa interior que fue la misión Osaka. La escena del nerd con la cabeza del Nurahyon debe ser uno de los momentos más bizarros y absurdamente geniales de la historia del comic.

Con su ruptura en la narrativa y su enfermiza imaginería la misión en Roma fue para mi gusto el culmen de la serie y a partir de ahí diría que se convierte en otra cosa con un jump the shark más bien peliagudo. Tal vez sea también que los primeros 27 tomos me los zampe de una tajada y con los otros me he visto obligado a padecer su errática cadencia (que como bien dices es la principal razón para que uno se desespere con la serie, tener que esperar tanto para tomos que se leen en 15 minutos) pero todo el jaleo de Catástrofe no me hizo demasiada gracia. Puede que fuera el cambio tan radical en la trama, que en los primeros números la técnica usada por Oku no permitiera entender una mierda o un poco de todo, pero lo cierto es que no puedo evitar tener la sensación de que la serie ha perdido algo importante. Así por ejemplo, cuando antes te quedabas inmediatamente con todos los Gantzers aunque solo estuvieran ahí para salir dos o tres páginas antes de ser brutalmente masacrados confieso que del actual grupo apenas soy incapaz a recordar a dos o tres. Cierto es que esta trama también ha tenido sus momentos como el sugerente y mecánico horror desarrollado en el nuevo escenario (a medio camino entre el Incal y El Jardin de las Delicias) o esa fatalista ambigüedad que subyace bajo la trama. Pero entre la dispersión, que todavía no he sido capaz de creerme del todo es ta nueva situación y esa pelma de las narices que ya ha conseguido superar con creces al Michael de Perdidos y sus cargantes «WaaAaltz!».

Pero vamos, como se suele decirse por mucho que la serie actualmente no deja de alternar una de cal y otra de arena, por todo el disfrute que nos ha dado en sus mejores momentos el viaje bien ha merecido la pena. Porque aun con todos sus defectos, la serie ofrece una experiencia irrepetible difícil de describir. Una lástima su adaptación a imagen real, que aun siendo más o menos fiel no consigue hacerle justicia. Pero bueno, quizás el único que podría haber captado su esencia es el David Cronnenberg de Crash si él y J.G. Ballard se hubieran dado un chute con la trilogía Transformers antes de rodar su película. Mientras Hiroya Oku siga dando rienda suelta a su enfermiza imaginación en la serie aquí estaremos para leerlo.

Lo dicho Jordi, gracias por el artículo que me ha permitido rememorar las toneladas «diversión culpable» que disfrute con las mejores etapas de esta serie

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
13 enero, 2012 10:56

Me leí dos ó tres tomos. Me aburrí mucho y nunca la volví a retomar.

Shonen_bat
Shonen_bat
Lector
13 enero, 2012 11:02

Iba a comentar algo, pero Daniel ya lo ha dicho todo.
Me encanta, es mi bizarrez favorita, si hay que ponerle una pega diría que siguiendola quincenalmente al ritmo de Japón, ha habido partes que se me han hecho algo lentas, pero releyéndolas luego cuando compré los tomos esa sensación desaparece.
Hostias, hostias, tetas, gente desfasá y una trama que si bien te deja una sensación de intriga, no soporta todo el peso de la serie y te olvidas de ella cada vez que hay una misión. Es el único manga moderno que no he abandonado con el paso de los años.

Raku
Raku
Lector
13 enero, 2012 13:29

Pistolas y tetas. Dicho rápido y mal, eso es Gantz. O lo era antes, al menos. Ahora es Tae, Tae, Tae y pistolas. ¡Que se la carguen ya, por favor!

Hachas
Hachas
Lector
13 enero, 2012 14:15

Manga= Sexo y violencia

etsaibat
etsaibat
13 enero, 2012 14:50

he leido hasta el tomo 5, y no he seguido por la falta de los numeros siguientes en mi tienda habitual. lo mismo me pasa con dragon head.
por el momento, tras 5 tomos, reconozco que tiene un dibujo muy impactante (me hace gracia en el tomo 1 o 2 como el autor explica su tecnica de dibujo de «tetas bamboleantes»), y una historia que de momento engancha. la lastima es que llevo parado en el tomo 5 casi 1 año. a ver si se animan a reeditar los que faltan

samanosuke
13 enero, 2012 15:25

Una serie que me espantó al ver el anime, pero que tras darle una segunda oportunidad al manga (ha sido el único que he leído descargado en mi vida con las traducciones «de aquella manera» por fans), me encantó y me tenía enganchado, aunque no tenga un rumbo ni un fin prefijado. La dejé poco después de que empezara la serie azul, cuando querían hacer volver a Kurono.

Una de las cosas que me gustaba es que no tenía ningún tipo de compasión con nadie xD Por cierto, que la lectura de un tomo apenas dura 10 minutos, ya que apenas hay diálogo y sí mucha recreación en los dibujos y los detalles.

Elokoyo
Elokoyo
Lector
13 enero, 2012 15:29

Una buena serie que sabe entretener. No es tan trascedental como otras, pero precisamente ese es su punto fuerte porque hay veces que con el simple hecho de entretener ya es suficiente, sin explicaciones meta-físicas o mega-complicadas para parecer una obra mayor.
Tengo que ponerme al dia a partir del tomo 24 y releerla del tirón, porque seguro que se me han olvidado detalles de la trama.
¿se sabe cuando va a acabar?

Armin Tamzarian
Autor
13 enero, 2012 16:24

Muy buen artículo Jordi.

No he leído Gantz, pero una amiga mía me lo ha recomendado bastante, porque sabe que me gustó Berserk y este también tiene fama de crudo y violento.

BLAS
BLAS
13 enero, 2012 16:52

Vale, Señor J. T. Pardo. Ha conseguido usted que este viejo lector le de una oportunidad al tebeo ese. Aunque me parece que no será de mi gusto, con tanta pistola y tanta pechuga como parece que sale dentro del mismo. Los tebeos perturbadores siemrpe me han resultado perturbadores, y eso me parece de los más perturbador. Vi gran parte de la serie de televisión surgida del tebeo, y me dejó un regusto amargo, en parte complacido por lo excéntrico y… Japonés, del estilo temático y visual, y en parte incómodo ante lo que no dejaba de ser un espectáculo de no ocurrir nada, casi una excusa para mostrar filias adolescentes de todo nipón con granos y dioptrías buscadas. Pero en fin, que miraré el primer número y a ver qué tal funciona eso de sentirme perturbado perturbadoramente.
Perturbadores saludos.

PRIME
PRIME
Lector
13 enero, 2012 18:05

Jordi T. Pardo dijo:

Manga= Cómic

Reducir el manga a sexo y violencia sólo puedo achacarlo por ignorancia respecto al medio o debido a algún prejuicio concreto porque este es tan rico y variado en géneros como cualquier otro tipo de cómic.»

Me quito el sombrero. Gran contestación.

Mis felicitaciones por el artículo. Personalmente Gantz me gusta, tiene una mezcla de géneros muy rica, es un manga entretenido, con una buena calidad gráfica, con algunos personajes muy puñeteros (en el sentido de que son un poco cabroncetes) y tiene algo de originalidad. Como cosa negativa, algunas veces se pierde mucho la acción en detrimento del argumento. Tengo curiosidad por saber como acaba la historia y ver hasta donde me lleva Hiroya Oku.

Un saludo.

atarih
atarih
Lector
13 enero, 2012 18:43

Lo único que me jode de GANTZ, precisamente es lo que no es de GANTZ, osea el P… formato de publicación en España. Con ese formato Manga que nos trae a más de uno de cabeza, como molaría ver GANTZ en el mismo formato que la última edición de AKIRA. Y por cierto, que empiecen a adaptar el formato de lectura al resto del mundo (no digo el original, ¡ojo!) que digo yo que ya que adaptan el formato, podían hacer lo mismo con el dibujo u orientación.

Por lo demás. GANTZ es de lo mejor que nos llega (que ya es poco).

Aiolos
Aiolos
Lector
13 enero, 2012 21:19

Empecé hace poco a comprarme los tomos reeditados de Berserk y me está encantado (ya me había visto la serie) y si hicieran lo mismo con Gantz probablemente haría lo mismo, ya que tengo ganas de leerla algún día.

Por cierto el comentario de Daniel Gavilán estará muy bien, pero yo lo he dejado a la mitad porque me daba la impresión de que estaba plagado de spoilers.

Bernat
Bernat
13 enero, 2012 21:53

No sé si és el sitio adecuado para hacerlo, pero a mi la serie me canso por repetitiva, llegué hasta el númeero 20, y ahora me gustaria desacerme de ellos. Si alguien està interesado los dejo los 20 por 100€ los interesados podeis escribirme a intercanviolimpic@yahoo.es

TrinoX
TrinoX
Lector
13 enero, 2012 23:51

Gantz es un claro ejemeplo de como una serie que va subiendo y poco a poco va cayendo en picado.

1 Fase: Espléndida.
2 Fase: Pasable.
3 Fase: Infumable.

Daniel Gavilán
16 enero, 2012 11:54

De hecho, me extraña que Hiroya Oku no haya aprovechado la ocasión en esos capítulos para poner a una de sus prototípicas jamelgas corriendo por ahí en bolas…

Hombre, en verdad por la falta de gente ligera de ropa no se le puede reprochar a la actual saga. Casi diría que hay números enteros en los que solo sale gente en pelotas hasta el punto de que uno acaba viéndolo tan normal como si fueran con vaqueros y chaqueta 😆 Pero bueno, también hace mucho la falta de tapujos y la gracia de Oku para tratar estas cosas. Diablos, si hasta consiguió usar una felación como escena romántico intimista entre dos personajes y le salió quedó bastante bien desprendiendo más ternura que otra cosa.

¿se sabe cuando va a acabar?

Según me suena haber leído en Ramen la intención es que para 2012. O al menos Oku dijo que pretendía dibujar el «clímax» durante este año. Si tras el clímax le queda un epílogo de otros 40 números ya sería otra cuestión 😆

Por lo demás, una de las particularidades de Gantz es que es una obra con unas características tan extremas que a uno le gusta o le repele y que solo funciona mientras uno este dispuesto a entrar en el juego.

Lo curioso es que aun así veo que las opiniones de los que la seguimos también varían bastante. Así por ejemplo, yo la descubri por la serie de animación y aunque las escenas de acción solían ser en su mayoría un suplicio las escena más cotidianas y el uso de los personajes me hicieron que le diera una oportunidad al manga. Y a punto estuve de dejarlo por los siete u ocho primeros tomos. Pero fue entrar en la porción que no fue adaptada en la serie y entrar en un tour de force sin pausa ni respiro que me empujaron a devorarlo todo de golpe hasta entrar en el jaleo de Catástrofe (que más o menos fue cuando me puse al día con la publicación actual)