García internacional.
«¿A qué has venido a Nueva York?»
Con tres entregas de las aventuras de ¡García! en la mochila, tanto Santiago García como Luis Bustos ya tienen perfectamente tomado el pulso a la serie y al tipo de historias que quieren contar, de forma que en esta cuarta entrega todo funciona como un mecanismo bien engrasado y todas las piezas de la historia tienen una función clara. Pero lejos de instalarse en la comodidad que ese dominio de su obra supone, ambos autores optan por crear la que hasta la fecha es la entrega de la serie más ambiciosa y compleja con un argumento lleno de giros de guion y sorpresas que se prolongan hasta un final que nos deja con las ganas de poder leer la continuación y las nuevas aventuras que el esperan a Antonia y García en su periplo estadounidense que, por lo menos, se prolongara con una quinta entrega en la que ya están trabajando.
En ¡García! 4 el superagente del pasado español viaja a Nueva York siguiendo la pista de su archienemigo Nefastus, con el objetivo de que este le revele algunos secretos de su pasado que incluyen una visita previa a la Gran Manzana. En su búsqueda se ve involucrado en una compleja trama de espionaje que conecta a su némesis con Tom Hollister, dueño de Horizon una de las empresas más poderosas e influyentes tanto económicamente como políticamente a nivel mundial. El magnate tiene en marcha un misterioso plan que puede poner en peligro el orden mundial, al más puro estilo de los villanos de James Bond, aunque se trata de una trama dolorosamente plausible y que nos recuerda que en la realidad los malos acostumbrar a vestir traje y corbata. Por casualidad, o no, Antonia, que está hastiado de los secretos de García y de su padre, también se encuentra en la ciudad y, pese a sus deseos, sus caminos terminan por cruzarse y se implicada en la historia.
Como ya es habitual en cada número de la serie nos encontramos con una trama que es mucho más que una excusa argumental para servir como homenaje a los cuadernillos de aventuras para ofrecernos una obra llena de suspense y acción trepidante. Los autores no ofrecen una historia que va ganado en complejidad con el pasar de las páginas, en la que cada descubrimiento que hacen los protagonistas les plantea nuevas preguntas y sirven para que la trama se vuelve más intricada avanzando de manera rapidísima, pero sin tropezones. La historia del presente se va intercalando con algunos los fragmentos de su pasado que va rememorando García que van haciendo que se transforme en un personaje más poliédrico y oscuro, pero sin salirse del todo de los tópicos habituales del arquetipo del superagente. En cambio, Antonia sí que tiene una evolución mucho más grande en este volumen donde vive una preciosa historia de amor y termina por dejar de lado a la jovencita ingenua e idealista de las primeras entregas para, en la parte final, aceptar la realidad en la que vive y volverse más cínica y calculadora. Una transformación que sirve para dejarnos claro que, en el fondo, ella es la protagonista real de la serie y el personaje más interesante.
Al igual que sucede en las anteriores entregas estamos ante una historia que entremezcla multitud de géneros, de manea que lo que en principio parece una historia de espías llena de acción incesante similar a la de una película de alto presupuesto, deja espacio para incluir elementos de suspense, de romance o de costumbrismo, además de plantear una enorme carga critica con algunos elementos de la actualidad. Esa visión crítica está centrada sobre todo en el ciberespionaje llevado a cabo por los estados a sus ciudadanos, un practica en la que cuentan con la colaboración de algunas corporaciones que están adquiriendo un enorme poder y al que le están dando un uso más que cuestionables. También sigue presente, aunque con bastante menos peso que en las tres primeras partes, la crítica al ascenso de la ultraderecha que se está produciendo por todo el globo y a los resortes del poder económico y mediático que lo están propiciando.
Luis Bustos vuelve a realizar un trabajo extraordinario en el que demuestra otra vez que es uno de los mejores dibujantes de escenas de acción del momento, aunque en esta ocasión no hay ninguna escena tan espectacular como la del arranque del volumen anterior. Sin embargo, hay que destacar una página con un puñetazo que es un delicioso homenaje a las escenas de pelea de autores como Kirby o Sal Buscema. Pese a todo, el resultado es mejor todavía que en los volúmenes anteriores, gracias al veraz retrato de que hace de los lugares más emblemáticos de Nueva York y, sobre todo, a la delicadeza con la que refleja el comienzo del romance de Antonia, que nos prueba que es capaz de dominar varios registros diferentes. Todo un ejemplo de versatilidad y calidad que no está reñido con una enorme capacidad de producción porque no hay que olvidar que estamos ante un trabajo de cerca de doscientas páginas.
La edición de Astiberri es similar a las de los anteriores volúmenes incluido el precio, algo de agradecer en estos tiempos de subidas de precio generalizadas.
En ¡Garcia! 4 Luis Bustos y Santiago García redoblan la apuesta y nos ofrecen la historia más arriesgada y compleja hasta el momento, pero manteniendo la mezcla entre géneros que se ha convertido en su seña de identidad. Una refrescante serie de continuará con personalidad y referentes propios que no trata de imitar los modelos de otros mercados que va mejorando entrega a entrega. Y que dure muchos años.
Lo mejor
• Estamos ante el guion más complejo y ambicioso de la serie.
• El retrato de la ciudad que hace Luis Bustos.
• La historia de amor de Antonia.
Lo peor
• La espera hasta conocer el desenlace de la historia.
Guión - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.3
New York, New York!
La serie sigue evolucionando y mejorando con pulso firme demostrando que es posible crear una obra con personalidad propia y que sea un mero refrito de fórmulas ya conocidas.