George Perez es uno de mis autores más admirados. A pesar de ello considero que, en el mercado norteamericano, ha habido algunas etapas de otros creadores que han sobrepasado los logros artísticos de este estadounidense de raicesl puertorriqueñas.
Quizás sea el caso de John Byrne en el arranque de Alpha Flight, con aquel sueño fúnebre y mudo que protagonizaban Logan y Vindicador. Un alarde de buena narrativa, de trazo suelto y denso, de ambientación. Es también el caso de Alan Davis en ClanDestine y The Nail, con esas figuras heroicas a la vez elegantes e imponentes que sólo el británico consigue dibujar con tal facilidad. Debe recordarse a su vez a Carlos Pacheco en Avengers Forever, donde hacia gala de un inmenso trabajo de caracterización. No quisiera olvidarme tampoco de José Luís García López y de la riqueza de matices expresivos que logró tranmistir en Atari Force. Mencionemos por último la sencillez en el detallismo que Dave Gibbons nos regaló en Wathcmen.
Pero existe un ámbito en el que Perez no ha sido hasta ahora superado… ni creo que nunca lo sea. Es el de las “Historias Infinitas”. Megacrossovers de alcance cósmico con el adjetivo “infinito” en su título. Que yo recuerde, existen propiamente tres. Una en Marvel y dos en DC. Y las tres han sido transitadas por Perez en mayor o menor medida.
Crisis en Tierras Infinitas, la primera en aparecer, pudo contar con este dibujante a lo largo de toda ella. El Guantalete del Infinito no gozó de la misma suerte y fue abandonada por Perez en los primeros números, para beneficio de su sustituto, Ron Lim, y perjuicio nuestro.
En Infinite Crisis, por último, Pérez sólo ha dibujado páginas muy concretas en los diversos números que componen la maxi-serie. Pero hasta en esos momentos puntuales, tanto en Infinite Crisis como en Infinity Gauntlet, hemos podido ver lo que este dibujante es capaz de aportarle a una historia de este tipo.
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Perez, al que a veces se le ha criticado ese barroquismo tan suyo y una cierta artificialidad en sus personajes, es un maestro a la hora de mover a cientos de protagonistas en una misma historia de manera que todos ellos parezcan pesar en la misma. Su capacidad para retratarles no sólo de manera reconocible, sino también con atractivo y personalidad, no tiene comparación en esta clase de historias donde la épica, el drama, el heroísmo y la tragedia son predominantes. Porque aunque en grado menor, Perez aglutina todas las virtudes que hemos mencionado encontrar en mayor medida en Byrne, Davis, Pacheco, García López y Gibbons. Cualidades siempre de agradecer, pero absolutamente necesarias, todas ellas a una vez, en este subgénero que son las “Historias Infinitas”, el género de superhéroes llevado al extremo. Cuando Pérez los dibuja, estos relatos se vuelven reales en toda su grandiosidad y emoción. Cuando se ocupan otros, todo parece de cartón piedra o en muchos casos no se consigue transmitir la carga emocional que Pérez es capaz de conferirle a cada secuencia.
Quizás por eso debamos repensar eso de que existen tres “Historias Infinitas”. Quizás exista sólo una, la primera.
Y otras dos que pudieron haberlo sido… si Pérez se las hubiera hecho totalmente suyas.
Nos quedan sus páginas en ellas como prueba fehaciente de ello.
En sus recientes declaraciones para Newsarama, Perez ha comentado que es probable que Supergirl sea la próxima en pasar por Brave and the Bold una vez que acabe la historia que Batman y Green Lantern protagonizarán en las Vegas. Zatanna, Hawkman y Wonder Woman son otros personajes que tienen puntos de aparecer en la serie.
A Pérez también le apetece hacer algo con la Legión de Superhéroes, personajes de los que nunca ha dibujado una historia a pesar de que se encuentran entre sus favoritos y le supondrían la oportunidad de ejercitar sus mejores virtudes.
El Miercoles de la semana pasada fue el día en el que Perez acabó sus compromisos con Infinite Crisis, serie con la que le alegra haber acabado para poder dedicarse a otras cosas. (Sigh) La portada de Infinite Crisis #7 la realizó en tan solo tres días.
Su historia para la JSA está llena de guiños y le permitió dibujar a Superman y a Batman con una estética cercana a la que tenían durante la Golden Age.
