Ghost Rider: Del infierno al paraiso

Cuando Marvel anunció que el motorista fantasma iba a contar con una serie regular comencé a dar palmas hasta que me enteré que Daniel Way había sido el escogido para guionizar esta nueva etapa, en ese momento las palmas dejaron de sonar a la vez que emitía un enorme: ¿POR QUE?, y es que lo reconozco, no me gusta nada como escribe Daniel y a día de hoy he sido incapaz de encontrar una serie guionizada por el que me haya gustado. Cuando el primer volumen publicado por Panini cayó en mis manos se confirmaron mis sospechas, fui incapaz de pasar del tercer número y con el se difuminaron mis esperanzas de volver a leer una buena serie de uno de mis personajes favoritos.

El caso es que hace unos días, y sabiendo que la nueva etapa de Jason Aaron al frente de Ghost Rider había tenido un notable éxito de critica y público le pregunté a Alberto Benavente sobre esta nueva etapa, a lo que me respondió con un solemne: «disfrutarás como una perra«, dicho y hecho, comienzo la lectura del cuarto volumen publicado por Panini que casualidades de la vida da comienzo a la nueva etapa de Jason y la verdad es que tenía razón Alberto, disfruté y mucho de su lectura, pero vayamos por partes…

Este Ghost Rider es muy diferente de aquel que tanto me hizo disfrutar en mi adolescencia, estoy hablando del Motorista Fantasma de los noventa con un Howard Mackie en su mejor momento y un dibujo de Javier Saltares y Mark Texeira sencillamente espectacular, aquel Espiritu de la Venganza encarnado en Danny Ketch era mucho más urbanita, de hecho su nacimiento tendría lugar en el cementerio de Cypress Hill en el que sería uno de los mejores debuts que recuerdo para una serie regular, y su villano al menos en aquellos primeros números era Wilson Fisk.

El motorista de Mackey y Saltares, ¿Se animarán a reeditarlo o tendremos que tirar de BookDepository?


Esta nueva etapa de Jason en cambio se acerca mucho más al tipo de aventuras que vivió el personaje en los setenta cuando bajo el manto del motorista se escondia John Blaze, por entonces aquellas aventuras estaban más cercanas a las vividas por un trotamundos que vagaba por pueblos fantasmas donde se iba encontrando con demonios y demas seres sobrenaturales. Como os decía, este es el tono elegido por Jason y por tanto podeis deducir quien se esconde bajo la calavera llameante, sobre esto añadir que si me lo preguntan, me gusta más el tono urbanita que este más cercano a pueblos perdidos del lejano oeste a pesar de todo Jason consigue hacer una historia de lo más interesante en la que nuestro protagonista tendrá que enfrentarse a una pandilla de brutales enfermeras, si has leído bien, brutales enfermeras. ¿Que es lo que hace a este enfrentamiento tan surrealista interesante te preguntarás? Pues bien que no se trata de unas enfermeras normales sino que son las encargadas de custodiar un psiquiatrico donde esta internado Lucas, un chaval que tuvo un infarto que le mantuvo durante varios minutos muerto, en su regreso contó lo que había visto en el cielo y el pavor que le generaban los ángeles, y es que el cielo que le habían contado no era precisamente lo que había experimentado. El caso es que nuestro protagonista Johnny Blaze a su llegada al pueblo escucha esta historia y decide conocer a Lucas para que le de más detalles de sus vivencias en el cielo en busca de alguna pista que le acerque a Zadquiel, ángel a quien está buscando pues recientement se ha descubierto que su condición de calavera humeante viene más dada por este que por Lucifer como nos hicieron creer durante décadas, esta historia de persecución se entremezcla con un caso de asesinatos que siempre tienen lugar en la misma carretera la cual esconde un oscuro secreto.

El motorista de Aaron y Boschi

Esta primera historia está más cercana en contenido a la línea Vértigo de DC Comics que a aventuras protagonizadas por tios en mallas, se trata de una historia diferente a todas las leidas en los últimos años y por ello plenamente disfrutable, para contentar a los fans – como yo – de Danny Ketch decir que este personaje tiene una fugaz aparición que hace presagiar un encuentro en un futuro más o menos cercano entre Johnny y Danny.

Resumiendo, un buen arranque que hace presagiar una gran etapa recomendable tanto para lectores veteranos del personaje como para aquellos que gusten de las obras de temática más fantástica del sello Vértigo y todo ello muy bellamente dibujado por un desconocido para mi Roland Boschi quien con un trazo muy parecido al de Sean Phillips me ha dejado boquiabierto. A mi me este volumen me ha convencido lo suficiente para aprovechar la tarde de hoy para embarcarme en la segunda del segundo volumen del Motorista Fantasma de Jason Aaron, en unos dias os cuento que me ha parecido.