Se habla poco de El Torres. Hace unas semanas se celebraba el Salón del cómic de Getxo, allí hablaba con unos compañeros y amigos de esta casa nuestra sobre El Torres y todos llegábamos a la misma conclusión, se habla poco de El Torres, no es que no se hable de él sino que es un autor de gran relevancia y no parece que se le mencione tanto como debería. Siempre se comenta la grandeza de los dibujantes españoles y cómo se han hecho un importante hueco en el mercado norteamericano, pero lo de los guionistas es un tema muy diferente, por algún motivo, en el cual no entraré, los escritores de aquí lo han tenido muy complicado para introducirse en el mercado y El Torres ha demostrado que se puede, a base de mucho esfuerzo, mucha constancia y trabajando siempre por la calidad del producto, parece que tienen que demostrar más que los demás, pero allí tenemos a este autor publicando desde hace tiempo y llamando la atención con sus propuestas variadas. Y es que la versatilidad es una de las marcas de este guionista, tratando temas variados como el terror en sus laureadas El bosque de los suicidios o Goya, lo sublime terrible, su thriller El fantasma de Gaudí que le sirvió para optar a los Eisner, o el trabajo en Virtual Hero así como su reciente Apocalypse girl, con un acercamiento al público juvenil. Pero también lo es la lucha por sacarlos adelante, no en vano ha sido uno de los artífices de Amigo Comics más allá del charco y de Karras en España, publicando tanto obras de la editorial norteamericana como de otros autores españoles.
Este esfuerzo, esta lucha para conseguir un hueco se ve muy bien reflejada en la historia de publicación de Ghost Wolf, un personaje al que se le puso trabas, que se encontró con malos momentos, con personas poco adecuadas, pero aquí está, fuerte y poderoso como nunca. Por ello mi primera recomendación sería el texto de introducción a este tomo, que firma el propio guionista, en el que se describe perfectamente los pesares por los que tuvo que pasar este personaje para llegar donde está, con él se entiende mejor el tomo y se capta un fondo por recuperar los ideales originales bajo los que fue concebido, alejándose de tratamientos hechos por terceros.
Ahora Ghost Wolf llega a España y lo hace en un buen momento, así que la segunda recomendación es que todos aquellos que estén pendientes de lo que se está lanzando sobre Conan, por las dos editoriales que se encargan de ello, pueden encontrar una serie de historias en este primer tomo que no les defraudarán ni lo más mínimo. No esperen la historia de un bárbaro dando espadazos pero sí que hay una serie de semejanzas más dadas por la temática, la magia y la violencia.
El tomo se divide en varias historias, la primera es muy corta, apenas dura seis páginas, y pasa a relatarnos el origen del espíritu que da nombre a la serie. Nos alejamos de grandes misterios para ir directos al grano, así el resto del tomo tratará de dos historias distintas sobre la necesidad de ese espíritu dentro de personas cuyo modo de vida, cuyo clan, corre peligro por algún motivo. Volviendo a la historia corta, nos cuenta una lucha entre un hombre y un lobo en la que ninguno de los dos son corriente, una lucha que acaba con una unión que crea el Ghost Wolf, una narración en tercera persona que recuerda a las historias de los grandes mitos de las religiones politeístas, con buena dosis de violencia y donde la destrucción da paso a creación. El dibujo es obra de Luis Czerniawski, autor que lleva desde finales de los noventa moviéndose por el cómic independiente, con un buen estilo que cuadra a la perfección con esta especie de cuento que nos lleva al inicio de esta entidad, de este dios.
Con ello nos vamos a la primera historia larga, que ocupa los dos capítulos iniciales del tomo, para la cual encontramos un cambio de dibujantes que choca mucho con el anterior. Siku, dibujante que pasó por 2000 AD aunque es más conocido por su versión dibujada de la Biblia, y Loren Lorente, quien llegó a realizar una novela gráfica de Alan Moore en Avatar Press, son los que narran el guión de El Torres, con un estilo muy particular, diferente a lo que se suele encontrar en este tipo de obras, mucho más underground que el resto de dibujantes del tomo, pero con una capacidad para cautivar enorme. Personalmente es lo que más me llamó la atención del tomo nada más ojearlo, tiene un atractivo peculiar de esos que o bien odias o bien amas, en mi caso me quedo con lo segundo. Además, a pesar de ser un dibujo muy distinguible, ambos autores consiguen darle una heterogeneidad, siendo difícil distinguir la transición.
Esta parte nos lleva a una aldea con un clan que adora al Ghost Wolf pero que acaba masacrado por una unión de tribus antiguas, menos evolucionados, habiendo un único superviviente, un niño, y gracias a la actuación del espíritu en el cuerpo de su abuelo. Saltamos años después para degustar una historia de esclavitud, muerte y venganza de la mano de gente que había dejado de creer en sus viejos dioses, pasando tiempos muy duros y siempre haciendo hincapié en la importancia de las historias. Este capítulo puede parecer a priori un poco más típico, pero lo que tiene la narración de El Torres, y este estupendo dibujo, es que te mete dentro desde el primer momento.
La siguiente y última historia compone los números 3 y 4 de la colección y, aun siguiendo la misma línea, cambia bastante de tercio. En principio mantiene un solo dibujante, Ángel Hernández, con estilo mucho más habitual que los anteriores pero muy fino, agradable (entiéndase agradable en la narrativa, no en la falta de situaciones violentas) y que encaja muy bien con un tipo de historia un poco más moderna y diferente de lo que nos ofrecía la anterior. Seguimos aquí a Mara, madre de dos hijos que da inicio al capítulo contándoles las dos anteriores historias, repitiendo la importancia de la narración como forma de conocer su pasado, de transmitir parte de la historia de sus antepasados y actuar en consecuencia.
Ya con la portada sabemos que será ella quien porte el manto del Ghost Wolf, aunque no todo es lo que parece y habrá algún giro interesante, pero esta vez el enemigo no viene tanto de fuera como de dentro de su aldea, lo que da un toque agradable. La narrativa también cambia, hay mucho más peso del diálogo, sin restar importancia al dibujo, pero los cuadros narrativos en primera o tercera persona, que eran la fuente principal de las dos partes anteriores, prácticamente desaparecen, haciendo a su vez que la importancia de Mara brille por su relación con el entorno. También los villanos, aun siguiendo ciertos arquetipos, tienen más personalidad y un mejor desarrollo, dando lugar a una amenaza que acaba por ser terrorífica hasta llegar a una conclusión magnífica. Todo ello certifica que Ghost Wolf es una buena serie y que no hay que quitar ojo a El Torres, un escritor con muy buenas ideas y capacidad para llevarlas a buen puerto.
Ghost Wolf
Guión - 8
Dibujo - 7
Interés - 8
7.7
Lupino
Violencia, sangre y tripas no empañan el buen hacer de los autores de este tomo. Otra perspectiva de la obra de El Torres y otra muesca en su hacha.