BALADA DE LA COSTA OESTE
Norma Editorial
Colección: CÓMIC NOIR nº 8
Autores: Tardi, Manchette
Páginas: 80 B/N
PVP: 7,00 €
«Un joven normal… con dos copas de más, sobrepasando peligrosamente los límites de velocidad en un barrio de la periferia. Un joven normal…que ha matado a dos hombres. Un joven normal…envuelto en una espiral de violencia de la que es imposible escapar.
Jacques Tardi, uno de los dibujantes que mejor ha adaptado la novela policíaca al noveno arte, reescribe BALADA DE LA COSTA OESTE, a partir de la obra original de Manchette, para crear un cómic que investiga los límites de la libertad y la violencia.»
SAM PEZZO 01
Norma Editorial
Colección: CÓMIC NOIR nº 10
Autores: Giardino
Páginas: 128 B/N
PVP: 11,00 €
«Una cartera robada que contiene un kilo de heroína… un amigo al que acaban de asesinar…un atraco en una de las joyerías más importantes de Bolonia…Sam Pezzo es el detective privado más conocido de su ciudad, es un tipo duro capaz de caminar entre criminales sin dejar de ser un hombre íntegro.
SAM PEZZO, una de las creaciones más conocidas de VITTORIO GIARDINO, es uno de los mejores cómics policiacos que ha dado Europa,todo un homenaje a los grandes personajes de Dashiel Hammet y Raymond Chandler. SAM PEZZO es la recuperación de un clásico que no puede faltar en ninguna biblioteca.»
En las últimas entregas de la Colección Noir de Norma destaca la inclusión de dos autores de referencia en Europa: Tardi y Giardino.
Destaca porque extraña ver a estos autores en dicha colección de prestiges en tamaño comic-book. No deja de ser encomiable la intención de la editorial, suponemos, buscando promocionar este producto de factura europea a través de una línea de formato americano sostenida mayormente también por autores americanos. Abaratando a su vez el coste y volviéndolos más asequibles. Pero claro, como mínimo las historias de Giardino fueron dibujadas para un formato mayor y la profusión de viñetas en algunas páginas crea una sensación de apiñamiento nada deseable. No pasa lo mismo con Tardi quien, con menos viñetas por página y con un trazo cada vez menos detallado, consigue pasar la prueba menguante con éxito. Pero, dejándonos de colecciones, pasaremos a hablar de los cómics en sí.
En Sam Pezzo descubrimos las primeras historietas que produjo este excelente autor que es Giardino. Casi como ver a Alan Davis en Capitán Britania, prueba de que alguna vez también ellos fueron humanos, nos reconcilia con las deficiencias artísticas que padecemos la mayoría de los simples mortales. No es que Sam Pezzo esté mal dibujado. Sólo que no es tan perfecto como el resto de producción del italiano y son más manifiestas sus costuras. Quedan como un testimonio de unos inicios y como descubrimiento de un proceso de aprendizaje. A este nivel quizás lo más destacable sea que estamos sólo ante la primera entrega de las aventuras de este detective privado y pronto podremos ir viendo como Giardino se convierte en el maestro del dibujo que es hoy en día.
En cuanto al aspecto argumental, tópico y frescura se funden para crear unas historias entretenidas, sencillas a la vez que sorprendentes. Extrañamente humanas. A pesar de ello, no renuncian tampoco a la esencia del género negro, deviniendo pequeño testimonio de la realidad social de un tiempo y de un lugar.
Tardi, por el contrario, a partir del texto de Manchette, avanza en dirección contraria. En un ejercicio de convicción que pretende mostrarnos y demostrarnos que la ordinariez del ser humano es tal que se manifiesta hasta en las situaciones más extraordinarias. Es una perspectiva que no comparto. Pero bien es verdad que Manchette y Tardi consiguen darle credibilidad durante el alocado viaje del personaje protagonista. Un “pobre ejecutivo” perseguido por dos asesinos a sueldo a los que deberá matar para poder recuperar su vida. Y lo consiguen demorándose en las descripciones de lo cotidiano, de lo insulso, en cada cartucho de texto que acompaña la demencial peripecia. Pudiendo fijarse en lo inusual, eligen detenerse en el detalle vulgar. Esto crea un interesante desfase entre lo que vemos y lo que se nos cuenta, aunque el dibujo de Tardi también apuesta por el hastío. Por tanto quizás sería más correcto decir que el decalaje se produce entre lo que sabemos que pasa y lo que nos muestran los autores. Una mirada forzada, la suya, al servicio de un discurso muy particular que durante 76 pàginas logran que compartamos.