GO INDIE! Queen & Country, los espías de Greg Rucka

Nuevo artículo de nuestra sección GO INDIE!. Esta vez nos centramos en Queen & Country, la gran obra de Greg Rucka sobre los agentes del MI6.

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1992
GO INDIE! es una sección de Zona Negativa en la que recopilamos todos los artículos que se escriben sobre el cómic independiente norteamericano. Con ellos queremos reflejar los distintos productos que se ofrecen desde otras editoriales, que irán desde conocidas franquicias hasta cómic de autor. En ellos hablaremos de colecciones o personajes que nos parecen relevantes por algún motivo, algunas veces será por su calidad, otras por su fama o por su importancia en el medio.

En los últimos años hemos hablado mucho sobre Greg Rucka debido a sus más recientes trabajos, a los que hemos calificado como sobresalientes. Obras como Lazarus, Black Magick, La Vieja Guardia o Lois Lane están en boca de todos por su gran calidad, tanto por la parte que ocupa al escritor como por su dibujo. Historias que están en marcha pero que son totalmente recomendables, muy diferentes entre ellas pero manteniendo un toque especial, ciertos detalles que definen al Rucka desde sus inicios. Pero no son las únicas obras interesantes del autor ya que se trata de una persona que ya desde su primer trabajo conseguía llamar la atención de público, crítica e incluso de las grandes editoriales.

Natural de San Francisco, Greg Rucka inicia su carrera como escritor con sus propias novelas, comenzando en 1996 una saga denominada Atticus Kodiak, por el nombre de su protagonista, de las cuales llegaría a sacar siete. Dichas novelas tratan la vida de un consultor y guardaespaldas que es contratado en diferentes trabajos y con ellas el autor marca un estilo que le definirá toda su carrera, son historias de acción, con un toque de thriller, conspiraciones mundiales y pinceladas de política, solo hay que ver Keeper, su primer trabajo, donde Atticus es contratado para proteger a una mujer que va a dar una conferencia sobre el aborto. Y es que Rucka es un autor con muchas inquietudes políticas, basta con mirar su ya inactiva cuenta de twitter para fijarse en la cantidad de mensajes que tenía contra la anterior administración de Estados Unidos, así como la cantidad de documentación que aporta sobre diferentes casos de desigualdades en su país, desde una visión de lo que podríamos denominar, grosso modo, izquierda norteamericana que, por cierto, comparte con uno de los dibujantes con los que más páginas ha realizado, Michael Lark.

Todos estos datos y esta forma de ser estará muy reflejada en su carrera. Rucka es muy dado a apegar sus historias a la realidad socio-política del mundo, incluso cuando crea historias de fantasía (véase Lazarus) y ocurre ya desde sus inicios como escritor, solo le falta otro detalle que también marcará sus obras de creación propia, a saber, la mujer como protagonista.

Mientras sigue escribiendo las novelas sobre Atticus Kodiak se lanza a por un primer cómic. Editado por Oni Prees en 1998 y creado junto al dibujante Steve Lieber, Whiteout es una serie limitada de cuatro números, en blanco y negro, que nos narra la historia de una Marshall estadounidense resolviendo un asesinato en una base de la Antártida. La serie ya contiene todas las inquietudes de Rucka, está documentada y expuesta con textos legales sobre la zona en que se desarrolla, hay misterio, conflictos internacionales, secretismos, acción… y reivindicación, con un personaje protagonista que es mujer, bisexual y está mostrada con una naturalidad impresionante, adelantándose años a la sociedad.

Whiteout triunfa, consigue tres nominaciones a los premios Eisner, se hace una segunda serie con el mismo equipo y en la misma editorial, Whiteout: Melt, que nos solo es nominada a otros dos Eisner sino que gana el de mejor serie limitada, y además consigue una adaptación al cine (bastante irregular y que elimina los mejores detalles del cómic) en un tiempo en el que esto no era nada habitual.

Evidentemente esto lo pone en el punto de mira de las grandes editoriales y la que se adelanta es DC, que en el mismo año que lanza Whiteout le encargan dos historias cortas sobre Batman. Aunque en años posteriores realizaría trabajos con personajes importantes de Marvel (Viuda negra, Lobezno, Spiderman, Punisher…), Rucka será siempre más conocido por sus obras en DC como un autor muy ligado a Batman, donde haría una de sus grandes obras bajo el título Gotham Central, como escritor de Superman, y ahora triunfando con su serie de Lois Lane, y con una etapa asombrosa en Wonder Woman. Los tres grandes, ni más ni menos.

Pero su trabajo para las dos mayors no hace que deje las obras de creación propia. En el 2001 inicia Queen & Contry, su serie más larga y a la que se dedica este artículo, también en Oni Press. Ese mismo año se hace su primer trabajo en Image, por medio del sello Top Cow, con Fellon, pero no abandona Oni press ya que dos años después de finalizar Queen & Country lanza Stumptown, ambientada en el universo de Atticus Kodiak, aunque totalmente independiente, la cual fue adaptada a televisión hace poco con Cobie Smulders de protagonista. The Veil en Dark Horse o el webcomic Lady Sabre and the Pirates of the Ineffable Aether le mantienen pegado al noveno arte mientras realiza diferentes novelas, tanto propias como de diversas licencias (Batman, Star Wars o Buffy Cazavampiros) y trabaja en historias para videojuegos, además de participar activamente en las adaptaciones de sus obras a otros medios.

Greg Rucka no ha parado desde que empezó hace más de veinte años y, aunque ahora esté pegando más fuerte con sus obras propias y siga a tope con DC, sus trabajos son magníficos desde el principio. No en vano ha sido nominado a un total de dieciocho premios Eisner, diez de ellos por Queen & Country, y ganado cuatro, uno a mejor serie nueva por la que veremos hoy. Así que, como decía al principio de este texto, ya que hemos hablado mucho de Rucka estos últimos años, es momento de ir un poco atrás.

QUEEN & COUNTRY

Queen & Country comienza su andadura en 2001, dentro de Oni Press, una editorial independiente de apenas cuatro años de edad pero que había conseguido ya publicar obras lo suficientemente potentes como para posicionarla junto a las editoriales del momento. Entre las obras que publica Oni Press podemos encontrar los cómics de Clerks, el Bad Boy de Frank Miller o el Whiteout del propio Rucka.

La primera vez que se sabe de Queen & Country es directamente con su número uno, que se pone a la venta en marzo de ese año, aunque hay que mencionar su aparición, tres meses después, dentro de una antología, en el cómic Oni Press Color Special de ese mismo año. Allí se dan cita autores muy importantes con obras propias, si acudimos a este número veremos páginas del Powers de Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming en un cruce con la creación de Michael Allred, Madman, también algo de Kabuki, de David Mack, o del Hopeless Savage de Jen Van Meter, que a la postre es la pareja de Greg Rucka. Pero con Queen & Country hay algo especial, una pequeña historia que luego se insertará en la serie como interludio y que está dibujada por uno de los grandes, Stan Sakai, el creador de Usagi Yojimbo. Si bien esto es anecdótico, da cuenta del interés que genera la obra de Rucka y la confianza de la editorial en ella.

La historia de Queen & Country se extiende durante treinta y dos números, divididos en ocho arcos argumentales titulados con el nombre de la operación encubierta a la que se dedican los agentes. No es una serie regular al estilo de las dos grandes editoriales sino que se van publicando esos arcos durante seis años, de forma que los cómics de cada arco apenas tenían interrupciones, publicando la historia completa en un corto periodo de tiempo, así había años que salían cuatro números y otros que salían diez. De 2005 a 2007, a la vez que se publicaba la serie principal, desde Oni-Press lanzan una segunda colección, esta vez en formato miniseries de tres números y que llegará a tener tres volúmenes, bajo el título Queen & Country: Declassified. Además Rucka sigue con su faceta de novelista y se lanza a escribir tres novelas que están ambientadas en este mundo, A Gentleman’s Game (2005), Private Wars (2006) y The Last Run (2010). Además se sabe que Ridley Scott está interesado en hacer una adaptación, contando con el propio Rucka para los guiones, aunque hace un año que no se sabe nada más de esto.

Aquí nos centraremos en los cómics, los cuales han sido publicados en varios formatos, siendo Norma Editorial los primeros en sacarlos en España en su habitual rústica. Ahora mismo están disponibles en la Edición Definitiva de Planeta Cómic, cuatro tomos en formato reducido (15,2×23), estilo rústica con solapas, en blanco y negro y que contienen las dos series mencionadas, así como un buen puñado de extras. Como apunte personal, aunque no soy admirador de las ediciones reducidas, he de admitir que no le sienta tan mal a esta serie, quizás por el estilo de dibujo en general o la ausencia de color de la obra original, pero sin ser perfecto resulta un formato manejable.

En Queen & Country hay un salto importante con respecto a la anterior obra de Rucka. En Whiteout se nota que era novelista, aunque su historia es impresionante y pocas pegas se le pueden poner si la comparamos con esta se nota que al autor le costaba aún dejar el peso narrativo al dibujante y era algo tosco metiendo información. Es verdad que esto se corregía en la segunda serie, Whiteout: Melt, pero en Queen & Country consigue la medida exacta entre información y diálogos, está perfectamente equilibrada, lo que además es de alabar pues utiliza una gran cantidad de personajes y su mundo es mucho más grande que el de la anterior serie. Como ejemplo veamos su primera página:

Elenco. La página que encontraremos al empezar cada historia.

Como se puede observar el elenco de personajes es grande y ahí solo están los que más aparecen de manera recurrente, no los enemigos ni los que salen en un arco concreto. Y es que decir que Queen & Country es una serie de espías es quedarse corto, la política es una constante en toda la obra, unida a la burocracia, con muchas escenas de oficina y alguna que otra pincelada de vida personal. Aunque la acción está presente en casi todos los números hay un gran peso de lo cotidiano, por eso siempre se ha dicho que es muy diferente a otras historias de espías.

Greg Rucka siempre afirmó que para crear esta historia se basó en una serie de la televisión británica llamada The Sandbaggers, emitida entre 1978 y 1980, que trataba el tema del espionaje en la guerra fría desde el punto de vista del servicio de inteligencia británico, el SIS, al que también se le conoce como MI6, con un toque más dramático. Es verdad que todos esos elementos están aquí pero modernizados y llevados a la época en que se hizo la serie, de hecho es llamativo que un autor americano se lance a contar historias ambientadas en Reino Unido y sobre su servicio secreto, pero Greg Rucka no es un autor cualquiera y sabe perfectamente en qué se mete. La Guerra Fría ya es historia, pero el autor no duda en metar una referencia a aquella serie de televisión, es solo una idea inicial que se ve sobre todo en el primer arco donde habrá dos elementos muy distintivos de aquellos años, los rusos y la CIA, aunque aquí el enfoque es mucho más personal.

Si bien podemos decir que Tara Chace, también conocida como Escolta Dos, es la principal protagonista, su imagen no suele acaparar ni la mitad de las páginas, en algún número ni aparece. Rucka está muy interesado en contar cómo se desarrollan los hechos en diferentes frentes, así veremos espacio para las motivaciones de sus enemigos, los movimientos que realizan sus jefes y las relaciones entre el resto de personajes. No solo sus otros dos compañeros de equipo entrando en acción, sino que, como decía antes, la política y la burocracia están muy presentes como dos caras de una misma moneda. El jefe del SIS, su segundo al mando y los directores de operaciones e inteligencia se enfrentan constantemente por cómo hacer las cosas, las amenazas entre ellos, sus tejemanejes, la ética o las ansias de escalar están a la orden del día, describiendo perfectamente lo que son mandos intermedios y las injusticias, todo lleno de tonos grises, alejándonos de visiones que dividen el mundo en buenos y malos.

Hasta este momento no hemos visto a los dibujantes. Es verdad que Queen & Country es una serie escrita e ideada al completo por Greg Rucka, donde los dibujantes eran contratados después de estar escrito el guion, lo cual no significa que no tuvieran manga ancha para hacer ciertas cosas, pero no es como las series de ahora del guionista, donde se junta con un dibujante y todo es obra de los dos. A causa de esto la serie cambia de dibujante en cada arco argumental, así que lo que veremos a continuación será un desglose de cada uno de los arcos que componen la serie, con ello hablaremos de los diversos artistas que participan en su creación y que hacen que esta sea una de las grandes historias de espías del siglo XXI.

Edición original: Queen & Country 1 al 4 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 1 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Steve Rolston y Stan Sakai
Tonos: Tom Luth
Traducción: Nacho Bentz

OPERACIÓN: PRIMERA PIEDRA

El primer arco argumental de Queen & Country es bastante definitorio, aunque no el primer número. El capítulo que da inicio a la serie se divide en dos partes, por un lado vemos la base de operaciones en Londres, con diversos personajes atentos a una misión y el Director de Operaciones, Paul Crocker, nervioso y atento a cada detalle; por otro tenemos a Tara Chace en Kosovo, esperando con su rifle a que un general ruso asome la cabeza. Es un primer número muy tenso y con muchos tópicos de las historias de operaciones especiales, poco diálogo y mucha acción centrada en Tara tratando de escapar de la zona, pero también tiene un aire realista, sin grandes aspavientos y muy bien descrita, que será lo que primará en la serie más adelante.

En cierta medida es una presentación al uso, ya que vemos las habilidades de los personajes y su disposición en el juego de espías, pero esa página inicial que mostraba más arriba evita las típicas explicaciones a la vez que hace que los autores vayan al grano, ahora bien, los siguientes tres capítulos que componen esta historia se mueven en caminos diferentes cuando la mafia rusa pretende vengarse por matar a uno de los suyos.

La acción decae para dejar sitio a la política y la burocracia, es en ese momento en el que vemos que la serie es muy diferente al primer número, sí habrá acción y momentos tensos, pero se distancia aún más de grandes tiroteos, con espías que parecen superhéroes, para apegarse a la realidad. De hecho la escena final, con los Escolta y la mafia caminando por las calles de Londres como si jugasen al gato y al ratón, con poca iluminación y pistola en mano para disparar de cerca, tiene muchas reminiscencias a las historias de espías de mediados del siglo pasado, incluso con un tono Noir. Pero sobre todo deja mucho espacio a la lucha entre lo legal y lo justo, con un amplio abanico de opiniones sobre cada cosa. Así se muestra lo acotados que están los Escolta en su país, donde no pueden llevar armas y su jefe les da pistolas falsas, para que por lo menos puedan intimidar a sus perseguidores, o no dejan al MI6 investigar porque eso es cosa del MI5.

Como introducción es apasionante y tiene un gran merito por parte del dibujante Steve Rolston. De aquella Rolston apenas había trabajado en la industria, de hecho llevaba un par de años haciendo storyboards de series de dibujos para niños y su tono tendía a ser bastante cartoon. Cuando hizo los diseños de Queen & Country les quiso dar un toque alejado de su estilo, pero las críticas del primer número le atacaron diciendo que su dibujo seguía siendo muy cómico para una serie tan formal, solo hay que ver cómo dibuja las narices, pero no podían estar más equivocados. Rolston dijo en alguna entrevista que siempre recordará como al final de esta historia muchas de las personas admitían su error, ya que el artista consigue dar un estilo a esta serie que la hace única, es muy seria y la envuelve de un halo de tristeza constante, a lo que hay que añadir una narrativa muy buena y un trazo sencillo. El propio Rucka dijo que Rolston es el que marcó el carácter gráfico de la serie y, aunque los dibujantes posteriores tienen su estilo propio, es verdad que siguen mucho la línea marcada por él.

Edición original: Queen & Country 5 al 7 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 1 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Brian Hurtt
Entintado: Bryan Lee O’Malley y Christine Norrie
Traducción: Nacho Bentz

OPERACIÓN: LUCERO DEL ALBA

Este segundo arco toma un camino diferente al anterior en el sentido de que no empieza con acción y que hay más momentos en la base, pues Tom (Escolta Uno) y Edward (Escolta Tres) son los que hacen el trabajo de campo mientras que la historia sigue mucho a Tara, que no va a la misión por dos motivos, que la última misión le ha afectado de manera personal y que se van a Afganistán, donde una mujer como agente no es fácil de situar.

Este arco tiene algo muy curioso, se escribió antes del 11S y se dibujó cuando ese suceso estaba cambiando la percepción del mundo, fue una casualidad que les llevó a cuestionarse si era el momento adecuado para sacar esta historia, pero lo cierto es que los autores son muy críticos con los Talibanes (de forma totalmente justificada) y tienen momentos memorables, de gran simbolismo, como cuando una destrozada Tara se va a un bar a emborracharse y se acaba acostando con un chico al que no pretende volver a ver, mientras en Afganistán ejecutan a una mujer públicamente en un estadio lleno de hombres.

No es que esta parte se diferencia mucho de la anterior, sigue el mismo tono solo que prescinde de muchas de las escenas de acción, es más tranquilo en ese sentido y profundiza más en la mente de Tara, a la cual asignan una psicóloga, y sus compañeros no se lían a tiros sino que lo que hacen es tratar de conseguir información a base de sobornos y buscando infiltrados, pero la tensión sigue siendo palpable en todas las escenas.

Precisamente esto fue algo complicado, en palabras del dibujante Brian Hurtt, dado su corto recorrido era difícil dar el salto a una historia en la que tenía basar su trabajo en narrar situaciones en despachos. Al dibujante se le conoce hoy por dos series que realizaría después, también en Oni Press y con Cullen Bunn, llamadas The Damned y The Sixth Gun. Sus dibujos aquí son muy deudores del trabajo de Steve Rolston, mantiene la estética de los personajes pero sus caras distan de aquel tono más cercano a la caricatura, digamos que desaparecen las narices grandes. Su narrativa es muy similar, aunque se atreve más a jugar con las viñetas en algunas páginas, pero lo que si cambia son los fondos, aquí están mucho más cuidados. Como curiosidad en el quinto número, el que da inicio a este arco, ejerce de entintador Bryan Lee O’Maley, este es el primer trabajo publicado del conocido autor de Scott Pilgrim, y no es gran cosa. Los dos siguientes los entinta la menos conocida Christine Norrie y el resultado es considerablemente mejor.

Edición original: Queen & Country 8 al 12 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 1 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Leandro Fernández
Traducción: Nacho Bentz

OPERACIÓN: BOLA DE CRISTAL

Aquí ya sí que tenemos a un artista más conocido, pues había trabajado en Marvel dibujando en su mayoría números sueltos, pero que nos suena más por ese bombazo que sacó también con Greg Rucka (y que sigue sacando) llamado La vieja guardia, que además fue adaptado por Netflix a una estupenda película de acción. Es injusto destacar solo por eso a Leandro Fernández ya que después de esto ha trabajado en colecciones punteras como Lobezno, Nuevos Mutantes o el Punisher de Garth Ennis y se había asociado con autores de nombre en Vertigo como Peter Milligan o Brian Wood, pero lo cierto es que se puede decir que Queen & Country le hizo destacar en un momento aún temprano hasta el punto de ser nominado al Eisner por mejor serie regular justo en esta etapa.

Su dibujo contrasta bastante con los dos anteriores, las formas son diferentes, más estilizadas, y llama mucho la atención su uso del negro. Leandro Fernández es todo un maestro con las escenas de acción y, aunque aquí todavía no está al nivel de La vieja guardia, se ve que apunta maneras. Siendo mucho más novel es llamativo y su estilo encaja muy bien con el tono de la serie aún separándose de los autores previos, eso sí, me llama la atención que en algunas caras continúa ese toque caricaturesco que tenía Rolston en el primer arco, solo que en este caso exagerando las caras de algunos personajes, haciéndolas muy alargadas, pero sin quitarle ni una pizca del estilo serio y sobrio de la colección.

Esta historia ya sí que se ve muy afectada por el 11S, de hecho comienza con los trabajadores de MI6 mirando el terrible suceso en sus pantallas y la reacción de los agentes, pero rápidamente salta a unos meses después para centrarse en los cambios derivados de ello. La trama gira en torno a un posible atentado, pero los autores siguen en la línea marcada hasta ahora, con la burocracia y el juego entre gobiernos. En este caso dan una visión curiosa porque la perspectiva es más externa, no es la clásica historia donde los estadounidenses son los buenos y están por encima del resto, sino que incluso se puede decir que es un poco crítica con respecto a su comportamiento con los gobiernos aliados, no hay que olvidar que la visión es la del MI6 y, para ellos, Estados Unidos se ha convertido en un país muy hermético con lo que respecta a su información, aunque eso pueda crear problemas a países amigos.

Es uno de esos casos en los que nuestra propia historia afecta a la serie y este arco está muy bien llevado, no es de extrañar que lo nominasen a un Eisner, porque aunque se repite el enemigo a batir, la perspectiva es muy diferente a la de los anteriores números y el tono de tocar la parte interna del MI6 la hace diferenciarse de historias similares. Los personajes son muy interesantes y, aunque se deja un poco de lado la trama de la Tara autodestructiva (se salta temporalmente dando eso por superado y montrándola más seria y centrada), se suple con un mejor desarrollo del Director de Operaciones y su relación tanto con la CIA como con sus superiores por el manejo de la información. Y con Kate, su asistente personal de actitud sarcástica en la que siempre confiará.

Lo cierto es que hay una crítica constante, y no solo a las relaciones internacionales o a ese secretismo, sino a la manera en que utilizan a las personas como meros objetos, especialmente a sus propios agentes. Toda una maravilla que merece ser leída.

-¿La habéis llamado “Bola de Cristal”?
-Siempre será mejor que “Justicia Infinita”

Edición original: Queen & Country 13 al 15 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 2 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Jason Shawn Alexander
Traducción: Nacho Bentz

OPERACIÓN: BLACKWALL

La historia de este arco es muy diferente a las tres anteriores, no hay grandes conspiraciones ni vemos a los temibles enemigos de occidente, sin embargo encaja bien con las otras porque se ven maniobras políticas ligadas a intereses empresariales, solo que entre supuestos aliados y con un punto de vista quizás más personal aún que antes.

Se trata mucho la historia entre Ed (Escolta 3) y Tara (Escolta 2), algo que se venía arrastrando desde la segunda historia y que no deja de ser parte del hilo conductor entre toda la serie, al final una de las cosas que caracterizan a esta serie es esa visión más intima del mundo del espionaje, que la hace algo más real. Esto se traslada también a la operación que realizarán aquí los agentes, es personal especialmente para Tara pero también para los implicados, de hecho no es una misión muy oficial de seguridad nacional, sino que todo se desata cuando un empresario llega al MI6 para contarles que otro país le está chantajeando con un vídeo sexual de su hija. Rucka no da puntada sin hilo y enseguida deja caer la influencia del hombre rico en los políticos y los intereses de los países con respecto a las inversiones que esta persona puede hacer.

Pero esto no es lo único que hace a este arco diferente, hay un pequeño giro más detectivesco y se acerca un poco más al género negro en un sentido clásico, gabardinas, callejones, peleas y tabaco con una trama que une sexo y amores de diversos tipos. Hay que leerlo para entenderlo.

El dibujo tiene gran importancia en este sentido, pues también es diferente al de los primeros arcos. Jason Shawn Alexander es un pintor e ilustrador del que hemos visto muchas portadas a día de hoy, para Marvel o para DC, que se le conoce por la primera serie de Abe Sapien y que todavía sigue en el mundillo con una serie para Image llamada Killadelphia, pero Queen & Country es uno de sus primeros trabajos. Su uso de las sombras y del espacio negativo le acerca al anterior dibujante, Leandro Fernández, pero rompe con ese toque caricaturesco que caracterizó a esta serie desde su primer número. Es más serio, sus caras son más reales y detallistas, su narrativa es algo más brusca y es un poco más difuso en su trazo, lo que por otra parte encaja perfectamente con ese tono noir que tiene esta historia.

Edición original: Queen & Country 16 al 20 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 2 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Carla Speed McNeil
Traducción: Nacho Bentz

OPERACIÓN: FRENTE TORMENTOSO

La muerte de un importante miembro del equipo abre este nuevo arco y será sobre lo que gire todo, aunque la operación no tenga que ver con ello. Volvemos a tener mucho despacho y conversaciones laborales que ocultan problemas personales, minimizando la acción más que nunca, aunque la poca que tiene sabe mantener muy bien la tensión, y la resolución es brillante a la par que inmoral. Digamos que el caso que se abre es más sencillo, el de un empresario secuestrado en Georgia, pero tiene debates morales más interesantes que en otros. Rucka controla muy bien los diálogos, sabe como hacer que el lector profundice en las ideas dando solo la información justa para temas realmente complejos como los que aquí maneja, a saber, la relación entre la administración, la política y la economía, con conflicto internacional incluido, unido a cuestiones personales. Aunque los cambios son evidentes con respecto a la anterior historia, el tema que subyace es muy similar en ambos arcos.

Pero, hablando de cambios, uno importante se da en el dibujo. Carla Speed McNeil se aleja totalmente del estilo oscuro de Fernández y Alexander para regresar al tono de los primeros números, donde primaba el blanco y hay un acercamiento más costumbrista. De primero choca mucho, el trabajo de esta autora lo podemos asociar a obras de corte más underground, alterna las formas más redondeadas de las caras con mucha línea para paliar la falta de color, eso hace que el contraste sea fuerte comparado con lo inmediatamente anterior pero no tanto si nos vamos al inicio de la colección. Eso sí, siguiendo con la sobriedad y alejándose de la caricatura.

Al principio puede parecer que estamos ante la peor parte en cuanto al apartado gráfico, pero es un golpe de vista muy engañoso porque Carla Speed McNeil tarda pocas páginas en hacerse con la serie, la narrativa es buena y aporta la atmósfera necesaria para que entremos en una parte que devuelve la depresión y la tristeza a los personajes, a la vez que consigue potenciar el espíritu crítico de Greg Rucka. Hay partes, como el momento en que entra el nuevo para sustituir al fallecido, en las que transmite esa falta de empatía por parte de la administración que trata a sus trabajadores como números, pero a la vez nos hace llegar tanto la alegría del nuevo como la tristeza de los que ya están, todo con pequeños detalles como silencios, perspectivas de las mesas o los carteles de las puertas. Se nota que la autora no es tan novel como los anteriores, ya llevaba unos años autoeditando su propio trabajo, Finder, con el que cosecharía diversos éxitos.

Edición original: Queen & Country 21 al 24 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 2 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Mike Hawthorne
Traducción: Nacho Bentz

OPERACIÓN: DIENTE DE LEÓN

Otro cambio brusco en el dibujo es el que nos ofrece Mike Hawthorne, desconocido por aquel entonces, hoy en día lo podemos ver en series como Masacre, Spiderman o Daredevil, donde acaba de dibujar el cruce de esta serie con el evento King in black. Pero el Hawkthorne que encontramos aquí es diferente al de ahora y prácticamente opuesto al de McNeil.

Líneas rectas, caras alargadas, que recuperan un poco las facciones exageradas que llevábamos un tiempo sin ver por la serie, o un estilo bastante más minimalista van a caracterizar este arco. De todos es posible que este sea el que menos me apasione, aunque mejora considerablemente en los dos últimos números y da gusto que recupere un estilo más similar al de las dos primeras historias. No obstante encaja bien la sobriedad de la historia y tiene una narrativa bien llevada, aunque igual peca de clásica. Pero algo especial tiene cuando consigue que esta sea uno de las mejores partes de la serie. Eso sí, no sabremos si la acción se le da bien o no, porque de eso no hay ni una pizca.

Esta historia va mucho a contar los cambios que estaban sucediendo en el departamento, no profundizaré demasiado en ello por no meter spoilers a quien no haya leído esta serie. Quien lo haya hecho seguro que recordará el estudio de golpe de estado en Zimbabue y como se mueven los hilos desde el gobierno de Gran Bretaña. Es una parte que vuelve a incidir mucho en la relación del Director de Operaciones con sus superiores, pero también muestra la influencia de los altos funcionarios en los movimientos políticos. El conocimiento de Rucka sobre el tema es realmente asombroso, y la visión de estado que tiene es mucho más certera que la del ciudadano medio.

Otro punto importante es la inclusión de un nuevo personaje que pasará a formar parte del grupo de Escoltas. Nick Poole era miembro del SAS y sufre un ataque homofóbico por parte de un compañero. El escritor retoma un tema que había soslayado en Whiteout y lo hace de una manera muy especial, es desagradable por el trato de los compañeros de Nick y por cómo sus superiores consiguen taparlo, pero también es agradable ver como ciertos funcionarios ven sus grandes capacidades y las valoran sin importar su condición sexual. Rucka sigue muy reivindicativo en su estilo suave, narrando situaciones y dejando que el peso moral recaiga sobre el lector, pero sin dejar dudas sobre su postura.

Edición original: Queen & Country 25 al 28 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 3 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Steve Rolston y Mike Norton
Traducción: Nacho Bentz

OPERACIÓN: ALFORJA

Este arco tiene dos partes diferenciadas principalmente por sus dibujantes, ya que Steve Rolston, el primero de ellos y al que el propio Rucka considera creador visual de todo esto, regresa con motivo del número 25 y un cómic con el doble de páginas. Ni que decir que Rolston regresa con ese estilo que marcó a Queen & Country y sus grandes narices, pero se ve que los cinco años entre aquella primera historia y esta le han sentado bien, es más detallista, sobre todo en los fondos.

Continúan la historia donde la habían dejado, pero solo muestran unas pocas páginas al principio y al final sobre el SIS. Aunque lo llamen “Prologo” en realidad es una historia sobre Tara de vacaciones con su madre, sin acción ni misión alguna, es un canto de amor hacia el personaje, un número más necesario de lo que puede parecer en un principio y con un final agridulce. Hace de Queen & Country una obra aún más personal, es algo que se nota que los autores querían hacer y al lector nos mete de lleno en la vida de la agente.

Lo que es esa Operación Alforja llega en el número 26 y supone la entrada en la colección de Mike Norton. Este era otro nombre poco conocido, apenas alguna serie suelta de cosas menores es lo que podemos encontrar antes de Queen & Country, aunque después le veremos en series como Runnaways para Marvel o dibujando a Green Arrow en DC. Es un dibujo de líneas suaves, más cercano al de Rolston pero sin sus peculiares caras, aquí los rostros tienen las facciones menos exageradas pero da mucho peso a las expresiones faciales. Quizás en lo que más sobresale es en el manejo de la acción a distancias cortas y en las partes que se desarrollan en interior.

Es un momento de cambios para la oficina, hay mucho personal nuevo, por arriba y por abajo, y las relaciones son tensas. Lo crucial es lo bien que están fundamentadas, las discusiones entre los jefes son un buen ejemplo y los autores consiguen jugar con el lector para que pensemos que algo es una mala decisión cuando en realidad hay más. Me asombra la capacidad que tienen los autores para dar la información justa en el momento debido.

El caso es interesante y diferente a los anteriores ya que implica a familiares de políticos a los que el gobierno solo les importa para sacar tajada. La traición y la venta de información se cruzan con el enriquecimiento propio y además está enfocado de una manera muy mafiosa pero también muy amateur, como algo chapucero que acaba generando una maraña que puede resultar peligrosa para mucha gente por la inconsciencia y la ignorancia de una mala persona en el lugar en que no debería estar. Real como la vida misma.

Edición original: Queen & Country 29 al 32 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 3 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Chris Samnee
Traducción: Nacho Bentz

OPERACIÓN: PANDA ROJO

Entramos en el último arco de Queen & Country y lo hacemos con un ligero problema: las novelas. Al empezar esta historia ya se nos avisa que los hechos suceden después A gentleman’s game, la primera novela de tres que Greg Rucka escribió y que nunca se publicaron en España, así que permitidme que haga un pequeño párrafo con lo que allí pasa, porque es importante.

Tara Chace investiga un atentado en Londres que la acaba por llevar a Arabia Saudí en contra de las órdenes de su propio gobierno, donde se meterá en follones muy gordos con campos de entrenamiento de terroristas que la llevan a matar a gente, cosa que llevaba tiempo sin hacer. Lo más relevante de esta historia es lo que sucede con Tom Wallace, que ya había dejado de ser Escolta Uno, tomando el liderazgo del equipo la propia Tara, pero por algún motivo volvió con ella para esta misión, falleciendo en dicho país.

Fundamentalmente es una pena perderse esto, porque tiene una pinta estupenda y porque Tom es un gran personaje, pero Greg Rucka tiene en cuenta a sus lectores de cómics y resume la muerte del ex-agente en las primeras páginas, dejando para ello un capítulo que hace la vez de prólogo, para meterse de lleno en las repercusiones sobre Tara por esa operación. La ventaja es que las operaciones de Queen & Country nunca han sido lo importante de la serie, este papel lo ocupa la relación entre ellos y el funcionamiento del MI6, así como la vida de Tara Chace, por ello la solución es bastante aceptable. Además hay que tener en cuenta que el dibujante de esta parte es, con permiso de los anteriores, todos ellos muy interesantes, probablemente el mejor de todos, Chris Samnee.

No es exactamente el Samnee que conocemos y admiramos hoy en día, no tiene un estilo propio tan marcado y recarga mucho más el dibujo. Se nota que apunta maneras para estar en la posición actual porque su dibujo es buenísimo, pero también le falta ese toque único que le daban los anteriores autores, en especial Rolston y Fernández.

Panda Rojo lleva a los escoltas a hacer una misión en Irak como favor a la CIA, así se cierra un círculo mental en Tara que se iniciaba en el primer arco, el de ser usada por los americanos. Es una historia en la que ella apenas dice cuatro palabras, está psicológicamente mal y encima allí la secuestran los terroristas. Casi se puede decir que el principal protagonista es Paul Crocker, el Director de Operaciones va de despacho en despacho tratando de salvar a los suyos y dando cuenta que los favores no siempre se pagan.

Es un buen cierre por muchas cosas, la sensación de abandono a los agentes es mayor y se refleja en la desesperación de su jefe, los villanos están mejor explicados que en otras ocasiones, que no es lo que pretende la serie pero se agradece ver detalles que los humanizan, además de explicar muy bien su estructura, pero sobre todo la evolución de Tara es impresionante, con una resolución que la deja en lo más alto.

Llegamos a la última página y ¿nos dejan colgando con un cliffhanger tremendo o es un final como podría ser otro cualquiera?, ambos planteamientos son válidos pues nos da un posible final, un cambio en su vida que podemos interpretar como queramos, pero si queremos seguir con su vida tendremos que irnos a las novelas. La segunda de ellas es Private Wars y sale a la venta poco después de este arco para llevarnos a Uzbekistan a seguir con la guerra contra el terrorismo. La tercera y última, The Last Run, hace un salto de diez años en el tiempo, con Tara retirada del trabajo de campo y entrenando a nuevos agentes, pero algo personal le hace volver. Es una pena que esto haya sido así, más que nada porque es material inédito en nuestro país, pero más por la calidad de la obra que por la necesidad de saber más, ya que la historia se sostiene bien con estos treinta y dos números. Pero no se vayan, aún hay más.

QUEEN & COUNTRY DECLASSIFIED

Edición original: Queen & Country Declassified Vol. 1, 1 al 3 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 4 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Brian Hurtt
Traducción: Nacho Bentz

PAUL CROCKER

Declassified surge como la segunda serie de Queen & Country en los últimos años de la principal, y lo hace como un conjunto de tres miniseries en las que Greg Rucka y varios autores nos hablarán de la vida de otros Escolta, que ha su vez han sido personajes relevantes en la colección.

Todo esto surge de una conversación de Rucka con Hurtt, en la que este último le anima a hacer una serie sobre Paul Crocker, el actual Director de Operaciones, cuando era un Escolta inexperto. Sin duda si había que hablar de un personaje Paul era el más llamativo, es al que más páginas se le dedican, después de Tara, y se sabe que fue un agente del SIS importante. Además su historia estaría enmarcada en la guerra fría, lo que era un plus para los autores.

Así, el que fuera el segundo dibujante de Queen & Country, Brian Hurtt regresa para demostrarnos que en tres años su dibujo ha mejorado considerablemente. Quizás ayude que ya no tiene entintadores y hace el trabajo él mismo, pero mejora en absolutamente todo, desde poses hasta expresiones. También es cierto que esta miniserie fue su apuesta personal y se nota un esfuerzo mucho mayor.

Aunque son historias que se pueden leer en cualquier momento, debido a su absoluta independencia de la colección principal, pero aconsejaría leer esta antes de Panda Rojo por cómo trata la vida de Paul. Durante toda la serie lo vemos pegado a su despacho y apenas se habla de su vida privada, aquí vemos cómo su trabajo le afecta a esta ya desde que es Escolta. Lo personal prima sobre la acción y sobre la burocracia en este caso, pero como temática, no enfocando su casa o su vida privada, sino que es algo recurrente en sus diálogos y pensamientos. Pero ante todo es una historia que no tiene nada que envidiar a las de la serie principal.

Edición original: Queen & Country Declassified Vol. 2, 1 al 3 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 4 (Planeta Cómics)
Guion: Greg Rucka
Dibujo: Rick Burchett
Traducción: Nacho Bentz

TOM WALLACE

Seguimos con el comunismo, pero esta vez nos vamos a los noventa y a Hong Kong, con Tom Wallace, el que fuera Escolta Uno durante la mayor parte de Queen & Country, que aquí vemos su ascensión a Escolta Dos, ya teniendo como jefe de sección a Paul Crocker, antes de ser Director de Operaciones.

El dibujo es de Rick Burchett, el más veterano de todos los participantes en Queen & Country, pues ya llevaba en el mercado desde la época de First Comics y se prodigó bastante en los noventa por DC, en series como Superman, Wonder Woman, Flash o La Liga de la Justicia, llegando a ganar dos premios Eisner por su trabajo con Batman. Su estilo encaja muy bien en Declassified al darle un tono más sobrio que el de la serie principal, como había marcado antes Hurtt, más detallista que el anterior y mucho más clásico. Se nota que viene de la escuela de los ochenta alejada del mainstream del momento.

Ya de base esta miniserie ya resulta más interesante que el resto aunque solo sea por conocer mejor a Tom. De Paul nos faltaba la parte personal, pero es cierto que es el personaje que más páginas de la serie principal tiene tras Tara, en ocasiones acapara más el protagonismo, pero Tom es imprescindible y da la impresión que apenas se ha rascado su superficie. De hecho los autores son tan conscientes de esto que dedican el primer número a contar su origen, es decir, cómo pasa del ejercito al SIS y cómo, unos años después, asciende a Escolta Dos. Pero también nos dan unas pinceladas de su vida privada y no tiene que ver con los anteriores, es el hombre solitario y serio que nos imaginábamos, pero sí que vemos una faceta amable que no conocíamos. El más cercano a James Bond de todos los agentes, pero con una marcada realidad.

Los detalles siguen siendo importantes y es donde Rucka mete esa crítica persistente en la obra, la enfermedad de Escolta Dos y la falta de recursos para cubrirlo, siendo Paul y él los únicos Escolta, son dos ejemplos, pero la relación Hong Kong/China/Gran Bretaña es la que se lleva la palma, muy bien descrita mediante diálogos y molestándose más en marcar las posturas de cada uno que con los otros antagonistas.

Edición original: Queen & Country Declassified Vol. 3, 1 al 3 (Oni Press)
Edición nacional/España: Queen & Country. Edición definitiva. Volumen 4 (Planeta Cómics)
Guion: Antony Johnston
Dibujo: Christopher Mitten
Traducción: Nacho Bentz

NICHOLAS POOLE

Esta historia se caracteriza por ser la primera y única de todo Queen & Country que no está escrita por Greg Rucka. Este trabajo recae sobre Antony Johnston, premiado novelista y escritor de videojuegos que ha adaptado diversos trabajos de Alan Moore al cómic y ha escrito para Marvel, pero al que conocemos mejor por sus obras propias en el noveno arte, donde destacan The Fuse o Wastelands, esta última en Oni Press durante sus sesenta números, pero sobre todo por The Coldest City, adaptada al cine como Atomic Blonde.

Johnston es un autor que cuida mucho su trabajo y tiene un apego más que evidente a temáticas cercanas a las de Rucka, cosa que se ve en sus obras propias, por lo que se antoja una decisión muy correcta darle esta miniserie, aunque no es Rucka. Además el personaje del que se encarga tiene muy poco recorrido en la serie y apenas está desarrollado.

Nicholas Poole entra como Escolta 3 cuando Tara aún tenía el segundo puesto en el SIS pero aquí la acción se desarrolla un poco antes, cuando aún era miembro del SAS. De hecho con esta serie nos quedamos por el país para ver una misión contra los restos del IRA, con un miembro que acaba de salir de la cárcel y quiere seguir con su particular guerra a su manera. Evidentemente con este tema la carga política es fuerte, pero no como lo era en la serie principal, aquí se prescinde totalmente de la parte burocrática, no hay escenas de despachos y el caso es muy personal para Poole. Digamos que encaja muy bien por el peso que deja en los personajes aunque es algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Eso sí, sigue siendo una buena historia, quizás no tan especial como las otras.

Christopher Mitten es el dibujante de esta historia y realiza un trabajo interesante pero algo inferior a los anteriores. Al igual que muchos de los artistas de Queen & Country, es un dibujante sin apenas trabajos en su haber, no más de dos o tres obras también para Oni Press, aunque después de esta serie se unirá a Johnston precisamente para hacer primero Wastelands y luego The Fuse. Lo curioso es que es un dibujante que evolucionará bastante con los años y llega a trabajar en series de éxito que van desde la AIDP y otros cómics del universo Hellboy hasta la última serie de los Power Rangers.

Con esto se cierra Declassified como un complemento perfecto a Queen & Country.

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Ignacio
Ignacio
Lector
24 marzo, 2021 14:30

Joder, qué casualidad de casualidades. No conocía esta obra, la compré porque me estaba encantando Lazarus, empecé a leer el primer tomo la semana pasada y este lunes terminé el cuarto. Y ahora plantáis aquí este artículo. XD

El tebeo es estupendo, con tramas elaboradas pero no tan enrevesadas como para perderse leyéndolo. Si acaso le achacaría dos defectos:

1-inconsistencia gráfica. Al lado de algunos dibujantes de muy buen nivel hay otros que son directamente dibujantes de fanzine.

2-el final del tercer tomo es bastante anticlimático. Piensas que la historia seguirá en el cuarto y te encuentras que no, que el cuarto consta de varios ejercicios de retrocontinuidad que no están mal, pero te dejan con una sensación de coitus interruptus bastante negativa.

Por lo demás, me parece un tebeo muy, muy recomendable.

Jack Knight
Jack Knight
Lector
25 marzo, 2021 0:11

Yo leí solo el primer tomo de Planeta y es la primera vez que el dibujo me impide acabar un tomo. La mayoría de números con un nivel de fanfiction ridículo. No tengo gran recuerdo del guión en este momento, pero desde luego no me pareció lo suficiente como para aguantar ese dibujo durante 3 tomos más (con alguna excepción puntual por algunos dibujantes que si sabían coger un lápiz)