Existe en el mundo del manga una corriente de historias que se caracterizan por tener rasgos procedentes de la fantasía heroíca, tales como que se contextualicen en un escenario medieval, que estén protagonizadas por un grupo de héroes con diferentes habilidades, que dichos héroes se embarquen en misiones peligrosas, que partan en un viaje que les lleve a visitar las diferentes regiones de un territorio, que se vean involucrados en grandes guerras, que desarrollen sus capacidades o encuentren poderosas armas, etc. Su origen se remonta a mediados de la década de los 80 del siglo pasado, cuando MIZUNO RYŌ dio forma a Record of Lodoss War, una serie de novelas que no eran más que la adaptación a prosa de los acontecimientos ocurridos durante las partidas que él mismo dirigía del famoso juego de rol Dungeons & Dragons.
El experimento se convirtió en un éxito fulgurante y se tradujo en su adaptación a otros medios como el manga y el anime, con idénticos resultados crematísticos. La combinación de la narrativa de las novelas ligeras, el manga y las adaptaciones audiovisuales con los elementos roleros anteriormente mencionados, abrió la veda para un nuevo tipo de historias. Desde ese momento, otros títulos se fueron sumando al camino marcado por Parn, Deedlit, Etoh y compañía. Así, Berserk, Bastard!, Slayers, Claymore u Overlord, entre muchos otros, son algunos ejemplos de mangas de temática fantástica con componentes procedentes de dinámicas roleras, en menor o mayor medida.
Siguiendo la estela de estos títulos, llega a nuestras librerías Goblin Slayer, uno de los últimos exponentes de este subgénero en el mercado japonés de las viñetas, que se dio a conocer en occidente por su adaptación televisiva y que era altamente demandado por los aficionados al cómic japonés. Como en el caso de Record of Lodoss War, el germen de este proyecto se encuentra en las light novels escritas por KAGYU Kuno e ilustradas por KANNATUKI Noboru, de las cuales ya se han publicado 11 volúmenes en Japón y cuya historia continúa abierta. Posteriormente se adaptaron estas novelas al manga, del que aquí reseñamos el primer tomo, y su éxito ha provocado que surjan varios spin-off protagonizados por personajes secundarios de la serie principal (Goblin Slayer: Brand New Day y Goblin Slayer Gaiden 2: Tsubanari no Daikatana), y una precuela que narra el origen del protagonista (Goblin Slayer: Side Story Year One).
Esta historia arranca en el gremio de aventureros, donde conocemos a una joven sacerdotisa que se acaba de inscribir en su registro para poder realizar alguna misión y ganarse la vida. En seguida es captada por un grupo de tres aventureros, formado por un espadachín, una maga y una luchadora, quienes desean partir en una misión para cazar goblins y requieren de las habilidades sanadoras de la sacerdotisa para curarse en caso de que resulten heridos. Confiados en que se trata de una misión fácil, seguirán el rastro de los goblins hasta una cueva, pero una vez dentro, se verán sorprendidos por estas criaturas, que matarán al guerrero y violarán a la maga y a la luchadora. Cuando todo parece perdido para la sacerdotisa, hace acto de presencia Goblin Slayer, un famoso y experimentado aventurero especializado en cazar goblins, que la salva de seguir el destino de sus compañeros y acaba con los goblins. A partir de ese momento, ambos se convertirán en compañeros de aventuras y conoceremos la motivación del personaje que da nombre a la obra para convertirse en un carnicero de goblins.
Goblin Slayer cuenta con la virtud de tener un primer capítulo explosivo, que va directo al grano y muestra una visceral carnicería, repleta de sangre y violencia, que llama poderosamente la atención de los lectores. La narrativa es muy dinámica y no deja cabos sueltos, ubicándonos rápidamente en el marco en el que transcurre la historia y definiendo la idiosincrasia de cada personaje.
El dibujo es el aspecto más flojo de este título. Si bien no puede tacharse de ser malo y es cierto que sigue el correcto diseño de personajes marcado por las ilustraciones de las novelas, destaca por centrarse en los diferentes planos de los personajes, encuadrados en viñetas vacías, carentes de fondos, con una gran presencia del color blanco, algo inadecuado para una historia sombría, aunque también hay que reconocer una correcta secuenciación de las escenas de acción y un acertado uso de las tramas en la parte de la historia que transcurre en el interior de la cueva.
En febrero de este año, Editorial Ivrea anunció la edición de esta serie, compuesta de momento por 7 tomos, en tamaño B6 (130×180 mm), en rústica con sobrecubiertas, con periodicidad mensual e incluyendo páginas a color. En este primer volumen, publicado finalmente en el mes de septiembre, se incluye a modo de epílogo un extracto de la primera novela, escrita por KAGYU Kumo, y un pin-up de KANNATUKI Noboru, el ilustrador de las mismas, además de unas tiras paródicas en las propias cubiertas del tomo. La propuesta de Ivrea es ambiciosa, ya que no solo ha licenciado el manga de la serie principal, sino que en unos días pone en el mercado la primera light novel de la serie, de las 11 que se han publicado hasta ahora en Japón, y, si ambos productos funcionan bien, resultaría raro que no publicasen también el resto de productos derivados de la saga. Es una alegría ver cómo han evolucionado y madurado el público y el mercado del manga en nuestro país, de forma que ahora podamos acceder a material con el que hace años no podíamos ni soñar, y también es de agradecer que nuestras editoriales se arriesguen para expandir sus horizontes.
VALORACIÓN GLOBAL
Guión - 6.7
Dibujo - 6.5
Interés - 6.2
6.5
Fantasía rolera
Goblin Slayer es el último exponente de los mangas de fantasía rolera que ha llegado por nuestras tierras. Se trata de una obra cruda, sencilla y directa, que no es apta para quienes sean más sensibles y que plantea un mundo lleno de posibilidades, que gustará mucho a los fans de este subgénero.