Gotham High

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Edición original:.
Edición nacional/ España:Editorial Hidra.
Guion: Melissa de la Cruz.
Dibujo: Thomas Pitilli.
Rotulación: Troy Peteri.
Color: Miquel Muerto.
Formato: Tomo rústica. 196 páginas.
Precio:14.95 euros.

En primer lugar, considero imprescindible, a la hora de analizar una obra polémica, conocer los pormenores de la misma para así, a la hora de evaluarla, tener una visión más amplia del conflicto que pueda plantear. Hay debates eternos acerca de Batman que cada uno intentamos responder a nuestra manera, pues todos nosotros tenemos, consciente o inconscientemente, límites sobre determinados aspectos del hombre más conocido de Gotham. ¿Puede matar Batman? ¿Es un suicida? ¿Puede amar? ¿Le impide su código de vigilante nocturno ser feliz?

En este caso la controversia surge por un aspecto distinto: el origen racial del cruzado de la capa. Sí, en Gotham High, Bruce Wayne es asiático-americano y eso no ha gustado a muchos lectores.

La industria del comic ha cambiado y, aunque quede mucho por trabajar, contamos con verdaderos ejemplos de integración. Ahí tenemos el anuncio de que una mujer descendiente de japoneses, Mariko Tamaki, vaya a tomar las riendas de Detective Comics. También disfrutaremos en Batman Black and White del trabajo de una persona trans como dibujante del héroe por primera vez, Sophie Campbell.

Melissa de la Cruz, autora de esta obra, es buen ejemplo de ello. Nacida en Filipinas, emigró a San Francisco a muy temprana edad con su familia como muchos compatriotas suyos hicieron a lo largo de los años 90. Estadísticamente, en cuanto al porcentaje sobre el total de población, la población asiática pasó de un 13,3% (1970s) a 29.1% (1990s) en la ciudad.

Como miembro de una minoría (filipinos) dentro de una minoría racial, pudo conocer de primera mano muchos temas que luego aplicaría en sus novelas como son el racismo y la desigualdad, así como a un tipo de persona que le resultaría fundamental para escribir esta obra en concreto: el acaudalado ciudadano de origen asiático, perfectamente establecido en los Estados Unidos, con una fortuna familiar prácticamente incalculable. En otras palabras, Melissa de la Cruz conoció a su Bruce Wayne.

Ella “quería escribir acerca de cómo lidia el joven con su fortuna”. Su héroe tiene un aura de superioridad, cierto tono condescendiente y dejes clasistas, pero exhibe principios y un insobornable compromiso en contra del acoso escolar. Ello le lleva a pasar de la elite de su colegio a la escuela pública de Gotham High. Baja de los algodones de un ambiente poco conflictivo al hogar de los murciélagos.

Ahí se juntará con dos personas que pondrán del revés su vida. En primer lugar, Jack Napier (el Joker), un adolescente de clase trabajadora con problemas familiares y una vida totalmente distinta a la de Bruce. Las primeras viñetas construyen con maestría al personaje, en ellas está todo el payaso que veremos a continuación. Un hombre que escarba en la basura de los barrios más duros de la ciudad para encontrar algo que le acerque a su gran amor: Selina Kyle.

De igual manera, la empresa vital de Selina se asemeja a la del libro que le regala Jack en su presentación: Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta. Selina es la narradora del comic como Robert M. Pirsig lo es en el título mencionado. Tiene el poder de la historia, de falsear o no lo que ha ocurrido para comunicárnoslo a los lectores y así mostrarnos lo que, en su capacidad de narrador, desea contar.

Procedente de un hogar decadente, teniendo que ser la responsable de su padre enfermo, la gata va a pedirnos que le acompañemos en su camino hacia la liberación personal, del mismo modo que los lectores de la autobiografía de Pirsig le acompañaban en su viaje en motocicleta.

Así, entre los tres se formará un triangulo amoroso interesante.

A pesar de lo que he mencionado y el subtexto que aprecio, la trama en sí misma es ligera y sencilla, como buen historia para público joven de instituto. Por un lado van los sentimientos y el aprendizaje de los protagonistas a través de compartir sus propias experiencias y, por el otro, un apartado detectivesco ideal para Batman. No deja de recordar a Riverdale, tanto por estética como temática, sin dejar de lado aspectos básicos de la historia clásica.

Si en el mundo de los adultos la autoridad es el Comisario de Policía Gordon, trasladado a la educación, lo es el Director Gordon. Además, desfilan por las páginas personajes como Dos Caras que la escritora adapta a su universo.

Tenemos, por lo tanto, drama de adolescentes acompañado de una entretenida investigación acerca de la Banda del Payaso, que se dedica a secuestrar adolescentes para pedir grandes sumas de dinero. Esto levantará las sospechas de Bruce que, acompañado de la tecnología de su tío Alfred, tratará de dar con los responsables. Esto permite a de la Cruz tocar otro tema: el uso de las redes sociales y cómo estas pueden afectar nuestras vidas.

La resolución de las mismas es consecuente con lo mostrado, llevándonos a un enfrentamiento final en el que el foco emocional se pone en Jack. Creo que los tres están bien categorizados y que cumplen con su función, pero en lo personal me quedo con Napier. A su manera, tanto el murciélago como la gata tienen su plan y motivo para actuar de según qué manera, no así el tercero. Sus motivos son más humanos, escapar de los horrores de su vida a través de una idealizada versión del amor, siendo él mismo perjudicado.

Con respecto al punto negativo, se encuentra en Alfred. Se muestra muy desdibujado, sin que el cambio de rol como tío del joven Wayne sea para mejor. Su propio drama interior, la relación con su fallecida hermana, no tiene apenas trascendencia y pierde toda relevancia según pasan las páginas.

En cuanto al dibujo, Thomas Pitilli resulta fantástico. Incorpora de igual manera elementos autobiográficos (el pelo de Jack es el que tuvo él muchos años), apoyándose en el color de Miquel Muerto, que mantiene la nota positiva en el apartado artístico. Este último accedió amablemente a responderme acerca de su trabajo en la novela gráfica:

Cuando DC me presentó el proyecto en un principio buscaba algo más plano (la línea de la colección en ese momento apostaba por libros monocromo o con una paleta de color muy limitada). Como la editora quería situaciones que solo se podían conseguir con full color, opté por esto (el nombre de Paper Girls estaba por ahí).

Con lo que intenté adaptarme un poco a lo que quería todo el mundo y opté por un color clásico pero dirigiendo las paletas de color según el punto de vista de la escena:
-Más presencia de verdes y amarillos para Joker
-Azules y grises para Bruce
-Púrpuras y rosas para Selina.
y mezclarlos cuando interactuaban entre ellos.


Valoro positivamente esta obra que, lejos de lo que puedan confundir los prejuicios de algunos, resulta ser un ejercicio interesante sobre el poder y las clases sociales, sin poner el acento en el conflicto racial. Es una obra de Joven Adulto con un doble sentido muy poderoso, sin dejar de ser lo primero, por ello es recomendable tanto para adultos como para su público objetivo.

Si el problema tan grande era el cambio racial (ya de por sí un debate pueril, en mi opinión), de la Cruz sorprende, al tratar sin condescendencia alguna a Bruce. Habla de él para hacerlo de un modelo de persona, describiéndole como a un joven con aptitudes correctas pero al que sin duda alguna le queda camino por recorrer.

Y, francamente, lo hace de un modo satisfactorio.

Edición original:. Edición nacional/ España:Editorial Hidra. Guion: Melissa de la Cruz. Dibujo: Thomas Pitilli. Rotulación: Troy Peteri. Color: Miquel Muerto. Formato: Tomo rústica. 196 páginas. Precio:14.95 euros. En primer lugar, considero imprescindible, a la hora de analizar una obra polémica, conocer los pormenores de la misma para así, a la…
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 8

8

SATISFACTORIA

Una propuesta notable, con un apartado gráfico magnífico.

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Drury Walker
Drury Walker
Lector
1 febrero, 2021 7:37

Esta si que es una obra Young Adult. A nivel de guion, como dices, sencilla. Plantea apuntes interesantes, que en ocasiones o no trata o no desarrolla bien. Alfred es un buen ejemplo: no hay transiciones ni evolucion, es un desconocido, un esceptico o un complice segun lo vaya exigiendo la trama. La aparicion de su pareja, totalmente anecdotica, solo suple la justificacion del apellido (supongo) y ampliar la cuota de diversidad, me habria gustado ver algo mas de ellos, de hecho su pareja podria haber sido la excusa para que Alfred compartiera sus dudas, sus temores por su rol o como ve a Bruce. En ese aspecto un personaje como Harvey esta sorprendentemente bien utilizado, y bien caracterizado.

Sobre el trio: el problema de Bruce no es la raza,es que es imbecil, lisa y llanamente. Selina, que es el personaje fundamental, parece un poco desdibujada. Habra quien piense que es para darle un aura de misterio, supongo que la risa va por barrios. El personaje que mejor tratado y desarrollado esta, y que tiene mas complejidad, es Jack, sin duda. Estaria bien ver un spin-off con Jack y Harvey, sobre todo con el bagaje que acumulan en esta obra.

El pubto flaco de la obra (en eso diferimos) es el dibujo. Pitilli hace buenos diseños y tiene un estilo que se adapta a una obra de estas caracteristicas, pero lo que es la narrativa deja que desear, a veces es bastante confusa. Mira por ejemplo la escena de Harvey y Bruce en las taquillas seguida del cuarto de camaras. Al primer vistazo piensas: » que acaba de pasar?». Lo relees y dices «ya se lo que ha pasado, pero no tiene mucho sentido». Eso si, la labor de Muerto muy bien.

Una obra muy dirigida a un publico concreto. Para edades superiores, dejate llevar sin muchas exigencias o busca otra cosa, que catalogo hay!

Saludos