Goya. Saturnalia, de Manuel Gutiérrez y Manuel Romero

Edición nacional/España: Goya. Saturnalia. Cascaborra Ediciones. Abril, 2022
Guion: Manuel Gutiérrez
Dibujo: Manuel Romero
Color: Manuel Romero
Formato: Cartoné. 216 páginas
Precio: 20€

El sueño de Goya inspira a otros genios

«- ¿Qué estás dibujando?
– Nada, mariquita. Disparates

Goya. Saturnalia, de Manuel Gutiérrez y Manuel Romero tiene un aire de poema visual, una vocación de sinfonía pictórica que confiere ligereza, ritmo y colorido a unos asuntos que intrínsecamente son densos y oscuros.

Esta fabulación histórica es el relato de la estancia del pintor aragonés Don Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) en la finca situada a orillas del Manzanares, conocida como La quinta del sordo. Allí Goya se recupera de una serie de enfermedades que le han apartado de la corte de Madrid, que le han causado un grado bastante considerable de incapacidad y que se suman a una sordera que ya tenía como consecuencia de una enfermedad anterior.
En esta mansión, Goya pintará una serie de frescos, unos murales de temática muy personal, con un evidente trasfondo social, político y filosófico. Los ejecuta con un estilo muy avanzado para su tiempo que conjuga surrealismo, expresionismo y pesadilla. Para ello utilizará una paleta de colores cercana al blanco y negro, con el uso de ocres, marrones y algún toque de verde, abandonando por completo el costumbrismo más vitalista de sus inicios, la reproducción velazquiana de la realidad – especialmente en sus retratos cortesanos- e incluso la crónica social de algunos de sus tapices, de sus Episodios de la guerra o de sus Disparates. Son catorce murales, conocidos como Pinturas negras, confeccionados con la técnica del óleo al secco que plasmó de manera extraordinaria en las paredes de su mansión de Carabanchel.

Goya. Saturnalia abarca cinco años de la biografía de Francisco de Goya, un período comprendido entre 1819 y 1824. En el cómic, los autores tratan de sumergirnos en la mente del artista mediante un tratamiento muy sincopado de la narrativa y una aproximación muy pictórica del dibujo. Pretenden mostrar la figura de Goya como un precursor del arte contemporáneo, mucho más centrado en el estudio del individuo que en su apariencia externa o en la definición del paisaje. Para ello, los autores no dudan en hacer aflorar, en la parte final de la obra, a figuras posteriores de todo tipo de disciplinas artísticas que participan en la esencia de esta ruptura del arte establecido, protagonizada por el autor de Fuendetodos.

El relato está estructurado como una fuga dividida en cinco movimientos, de los que el tercero y el cuarto son mucho más extensos, componiendo el tronco principal de la obra. En ellos asistimos a las ensoñaciones y a las elucubraciones del pintor que asiste atónito y deprimido a unos acontecimientos históricos y políticos que le superan. Goya intenta asimilar tanta frustración mediante un exorcismo pictórico que tiene tanto de terapia personal como de alarido de denuncia.

Gráficamente, la obra presenta un acabado rotundamente pictórico que, gracias a una excelente planificación narrativa, no resulta ni pesado ni estático.
Las planchas están construidas con un formato variable que abarca desde esquemas rígidos de tres tiras con cuatro viñetas iguales cada una, a otras distribuciones más libres formadas por paneles de una o incluso dos páginas. La definición de los personajes es iconográfica, más que naturalista ya que toma como referencia los documentos y retratos que poseemos de ellos. En algunos momentos encontramos recursos similares a la técnica del grafiti. Manuel Romero consigue que algunas planchas tengan una hermosa intensidad pictórica y un lirismo cromático propio del paisajismo más refinado, centrado en el imperio de la luz.

Narrativamente los autores nos ofrecen soluciones arriesgadas e innovadoras para describir momentos de gran intensidad emocional. Destacan de una manera especial los diálogos figurados entre Fernando VII y su pintor de cámara, el propio Goya, que van evolucionando de una educada cortesía no exenta de cinismo a la más absoluta degeneración moral. Además, es muy curioso y efectivo el recurso de presentar los bocadillos de diálogos completamente vacíos, sin texto, para describir la sensación de aislamiento que le produce la sordera al artista zaragozano.
El tratamiento del color busca asemejarse a lo que el pintor aragonés proponía en aquella época. Junto al negro, predominan los tonos marrones, naranjas y ocres punteados con grises, azules, turquesas o violetas componiendo un resultado global atractivo y coherente.

El artista riojano Manuel Romero Sáez es un veterano de la ilustración y el dibujo industrial. Es licenciado en Bellas Artes y ha hecho carrera como creador de bocetos, ilustrador y dibujante de story boards para las principales agencias españolas. Colabora con el periódico La Rioja y ha ilustrado medio centenar de libros infantiles. Este álbum titulado Goya. Saturnalia es su primera incursión en el medio del cómic para adultos y con él ha obtenido el premio para el Autor Revelación en el último Comic Barcelona celebrado a finales de marzo y principios de abril.

Por su parte, Manuel Gutiérrez Tejedor nació en 1981 en Ceuta. Es graduado en Bellas Artes y ha sido ilustrador, guionista, diseñador y poeta.
Desde 2015 ha publicado diversas obras como Noah y los dioses del paisaje (2015); el guion de la serie Sello de dragón (2016) con el arte de Xulia Vicente, compuesta por dos álbumes; participa en el álbum colectivo Historias casi negras (2019) con una historia como autor único; como guionista, realiza La invocación de Ion (2019), con arte de Alejandro Nieto y finalmente dibuja Arrojaré a los perros tu cadáver (2022), con un guion de Juan Alcudia. Ha sido a partir de Goya. Saturnalia (2022), con arte de Manuel Romero, cuando ha alcanzado su mayor repercusión en el medio. Es, además, un estudioso de la historieta y está preparando su doctorado sobre narrativa del cómic, centrada en su relación con la poesía.

Sobre a la confección física y técnica del volumen, publicado por Cascaborra Ediciones, cabe decir que es bastante buena salvo por un error importante; el tamaño reducido del tomo no ayuda a disfrutar plenamente de la propuesta narrativa y artística que plantean los autores. La obra necesitaba de unos centímetros de más para lucir plenamente. El tomo es cartoné, el papel es bueno y la reproducción excelente. Cuenta, también, con un breve prefacio de El Torres y un más breve posfacio de Álvaro Pons, un índice de referencias artísticas y escuetas biografías de los autores. El precio es alto pero en absoluto abusivo.

Goya. Saturnalia de Gutiérrez y Romero es una obra de referencia a la hora de abordar la biografía de figuras históricas de una manera original y sin caer en el lastre del didactismo académico. La propuesta de los dos autores españoles aúna rigor con libertad narrativa y nos permite entender la figura de Goya en uno de los momentos más decisivos de su carrera, cuando de la desesperación vital florece la excelencia artística, completamente liberada de compromisos sociales, de censuras políticas o de renuncias personales.
Solo arte…

Salut!

Lo mejor

• La concreción histórica del relato.
• Una puesta en escena original e inteligente.
• El tratamiento del color.

Lo peor

• El reducido tamaño del tomo que no permite disfrutar plenamente de la obra.