Grandes Autores Wonder Woman: John Byrne – Pasado Imperfecto.

 

Edición original: Wonder Woman núms. 125 a 136 USA, Adventure Comics 80-Page Giant núm. 1 USA, Speed Force núm. 1 USA (extracto).
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: John Byrne.
Dibujo: John Byrne, Phil Winslade.
Entintado: John Byrne.
Color: Patricia Mulvihil.
Formato:Cartoné, 320 págs. A color.
Precio: 30,50 euros.

 

Con la llegada a las tiendas del tercer tomo de Grandes autores dedicado al trabajo de John Byrne en Wonder Woman, llegamos al final de una etapa que va de menos a más, tanto en lo argumental como en lo visual. Byrne encara el final de su trabajo, sorprendentemente, con el ímpetu que deberíamos haber visto en el primer tomo, volcando en este tercer recopilatorio todo su arsenal de herramientas narrativas, al tiempo que su dibujo se estabiliza y homogeniza, recordando mucho más al Byrne de antaño. Tres años en la cabecera de la guerrera amazona han sido suficientes para el canadiense que deja la serie arreglando aspectos de la continuidad del particular universo de Wonder Woman y haciéndonos disfrutar del Byrne que nos gusta a todos.

Una de las peculiaridades de este tomo es que Diana, vistiendo el traje de Wonder Woman, no es la protagonista del mismo. Byrne la deja a un lado y desarrolla una serie de tramas trenzadas con las que deposita todo el peso argumental en los secundarios de la serie. La narrativa de Byrne se cimenta en saturar al lector con hasta cuatro tramas simultaneas que va mostrando de forma regular, por lo que juega a mantener el interés con alguna de ellas y motivar a la lectura. Esta forma de contarnos la historia, o las historias, funciona, pero es cierto que el conjunto se resiente un poco por el cambio tan brusco que hay entre una trama y otra, llegando en algunas ocasiones a ser casi molesto.

Sin embargo, Byrne, es un orfebre con años de experiencia y es capaz de compensar sus errores y enmendarlos mediante el uso de su fértil imaginación ya que en estos números no se limita a dar forma a lo que va a ser su último gran arco argumental en la serie, sino a poner orden en la confusa continuidad de Donna Troy, así como a explicar la existencia de una Wonder Woman en la Sociedad de la Justicia de América.

Estas dos circunstancias elevan enormemente el trabajo que Byrne desarrolla en este tomo, pues la continuidad de Donna (con el permiso de la de Hawkman) es de las más complejas y difusas del Universo DC, por lo que la tarea que se encomienda Byrne es titánica. La solución para los dos temas viene de combinar adecuadamente la dosis adecuada de viajes temporales, magia y poderes divinos, un cóctel capaz de solventar las irregularidades que empezaron en The Brave and the Bold #60 (1956) y se había arrastrado hasta los años noventa con parches que no habían hecho más que complicar las cosas. En definitiva, Byrne parchea adecuadamente el tema y configura todo el micro cosmos de Wonder Woman para crear su propia familia de personajes que pivoten a su alrededor, tal y como ocurre con Batman o Superman.

En el anterior tomo dejamos a Diana en una situación especialmente complicada tras su batalla con Nerón. En este tercer tomo asistimos a las consecuencias de los acontecimientos narrados con anterioridad, para dar paso a una historia de legado y continuidad que de nuevo le sirve a Byrne para construir una historia circular donde retomar a los villanos que pudimos ver en el primer tomo de esta recopilación por parte de ECC.

Byrne, como autor completo de Wonder Woman durante tres años, deja su impronta en el personaje y cimienta conceptos sobre los que otros autores desarrollarían sus historias con la Mujer Maravilla. Puede que entre los aficionados la etapa de Byrne no sea de las más recordadas, no debemos olvidar que estamos ya asistiendo a los primeros síntomas de agotamiento del autor, pero sin duda es una etapa fundamental y a reivindicar por el valor de base que tiene para el personaje. Los autores que todo el mundo recuerda son George Perez, Phil Jimenez e incluso William Messner Loebs, por citar tres de los relativamente recientes, quedando Byrne condenado a un ostracismo para nada merecido.

Con su estilo literario, Byrne, va desarrollando sus ideas, caracterizando a los personajes de su creación, usando, para ello, su inimitable estilo. Un estilo que en los noventa ya empezaba a mostrar síntomas de fórmula agotada. No en vano estamos frente a un cómic de lectura densa, con diálogos largos, al que hay que dedicarle tiempo y atención pues en los detalles esta el sentido de todo. Esto hace que sea una obra que en algunos aspectos no haya aguantado bien el paso del tiempo, debilitándose su impacto con los años. Leída hoy todo resulta algo artificial y forzado, como si los personajes estuvieran demasiado encorsetados y metidos en un papel del que apenas pueden salirse. Este abuso de estereotipos genera un lastre intenso que puede llegar a empantanar la lectura. Son las sombras que este cómic arroja cuando se afronta, quedando evidentes incluso para los seguidores más acérrimos de Byrne.

Aún con los peros comentados, la etapa, y más concretamente este tercer tomo, resulta una lectura agradable por su sabor a clásico, donde las ideas fluyen y todo puede pasar. Hay espacio para recuperar el avión invisible, viajar en el tiempo, luchar con gorilas gigantes, recuperar a la JSA… Wonder Woman, la de Byrne, es una etapa importante para la amazona por su nada convencional propuesta. La diversión está asegurada.

Reseñas tomos anteriores:

Grandes autores – John Byrne : Wonder Woman – Segunda Génesis
Grandes Autores – John Byrne: Wonder Woman – El juicio de los dioses