Del ocre de las pinturas rupestres al negro del manga.
«¡Este es el niño que luchará contra el destino!»
Los albores de la humanidad. Tiempo de crudeza y lucha por la supervivencia constante. Cuando los seres humanos no contaban con cultura y tecnología, cuando el manga que existía lo tenías que ir a ver a cuevas donde con suerte no reclamaba la casa un oso o una manada de lobos. La era prehistórica es un nicho de ideas bastante poco explotado en el mundo del manga, y si esperabais una obra fielmente inspirada en los restos antropológicos con los que contamos, en un hilado del registro fósil y las tradiciones ancestrales… mejor será que os suscribáis al National Geographic y empecéis a pintar.
Akuu, hijo del jefe de la tribu Dadaa, es un niño maldito por nacer bajo la luna sangrienta. Estos niños traen la desgracia a todo el clan por lo que su sacrificio es inevitable. Frente a todo el jefe decide salvar a su hijo aunque tenga que sacrificarse a si mismo. Tras una batalla contra un rinoceronte lanudo y la victoria que le costó el vigor al jefe, la tribu se ve atacada por un mamut coloso que ríete tú de Zunesha de One Piece. Akuu sobrevive a este ataque y jurará venganza a este ser aunque sea lo último que haga en vida.
Grashros es una obra de acción pura donde el rigor histórico es apuñalado desde la página 1, para luego en la siguiente apuñale al rigor biológico, químico y físico. Nada que sea de reclamar a una obra de ficción, pero es el segundo aviso para quien ande en búsqueda de una serie como Vinland Saga, Kingdom o Vagabond; que tras ver la potencia del dibujo se esperen una obra que beba de la historia. A esta el beber de la prehistoria se le ha atragantado, encontrando un mundo hiperpoblado con clanes de raperos prehistóricos, veganos y capitalistas zumbados entre muchos otros.
De la mano del mismo guionista que Jagaaaaan y As the Gods Will, conociendo sus antiguas obras sabréis el estilo de sus narraciones, plagadas de acción a cada página, con personajes rozando la potencia física de un dios al mismo tiempo que su mente está quebrada o busca venganza como única meta en la vida.
El apartado artístico es una auténtica pasada, tanto por la diversidad de personajes como por el dinamismo en las escenas de acción. El estilo prehistórico está muy logrado en todo el entorno y la representación de los animales (aunque en extremo desproporcionada) es vívida y captura a la perfección el pavor que debía ser convivir con estas especies. También tengo que elogiar las pinturas rupestres del segundo personaje de abordo Iipin, las cuales acrecientan el poder de la victoria en las batallas.
Un punto a tener en cuenta es la traducción de Jesús Espí, la cual incluye chascarrillos ingeniosos con el nombre de las personas, animales, objetos y localizaciones. No elevan a inteligente el humor que contiene la obra pero hacen más amena la lectura.
El primer tomo de Grashros mantiene expectante al lector, con una escenografía y unos personajes plausibles e interesante. A partir del segundo la trama escala a escalas aberrantemente desproporcionadas, con bichos gigantescos y hasta seres del folclore que duran 4 viñetas y no aportan más que para lucir al protagonista. Las relaciones humanas se presentan de forma muy burda, cierto es que en la prehistoria no existía la cultura y tradiciones actuales, pero dudo mucho que todo fuese sexo y rock ‘n roll.
Es una obra para adultos con un gusto por la acción supina, por escenas de evisceración y sexo a la página siguiente, del humor simple al rededor de una trama poco explotada como es la prehistoria. Si es por coger ideas para un cómic del estilo no os ocupará mucho en la estantería, pero si esperabais algo con más profundidad escapad como si os persiguiese un dientes de sable.
Lo mejor
• El increíble apartado gráfico de la obra.
• Sacar a la palestra un tema tan ignorado como es la prehistoria.
Lo peor
• Guion carente de toda gracia y coherencia.
• Desproporción en escalas, poder e impacto.
Guión - 4.5
Dibujo - 8.2
Interés - 5
5.9
Fosilizado
Acción, animales colosales y cazadores al más estilo manga. Un dibujo apabullante para una historia que te deja como la edad de hielo.
