Green Lantern #51-55

 

Edición original:Green Lantern núm. 48-52 USA, Green Lantern Corps: Edge of oblivion núm. 1-8 USA .
Edición nacional/ España: ECC Comics.
Guión:Robert Venditti, Tom Taylor .
Dibujo:Billy Tan, Ethan Van Sciver, Martin Coccolo, Ardian Syaf, Cliff Richards, Scott McDaniel, Rafa Sandoval, Vicente Cifuentes.
Entintado: Mark Irwin, Jonathan Glapion, Jordi Tarragona, John Livesay.
Color: Tony Aviña, Alex Sinclair, .
Formato:Grapa, 48 págs. A color.
Precio:3,50 euros.

 

La franquicia verde de DC llega a sus números finales previos a Renacimiento y toca hacer balance de lo que nos vamos a poder encontrar entre sus páginas. Por un lado, asistimos al último arco de la serie Green Lantern y, acompañando a esta, la miniserie Green Lantern Edge of Oblivion, con resultados muy dispares en ambas.

Por un lado, seguimos explorando la odisea personal que ha emprendido Hal Jordan tras entregar su anillo y llevarse el guantelete de Krona y por otro tenemos a los Green Lanterns Coprs perdidos en un universo que no es el nuestro, luchando por regresar antes de quedar consumidos por las fuerzas oscuras que allí se desarrollan. Dos planteamientos muy diferentes que nos llevan hasta este punto y aparte que va a representar Renacimiento para los títulos de DC.

Robert Venditti sigue al mando de la serie y es el encargado de seguir explorando algo que ya hace varios números dejó de interesarnos. Este Hal Jordan renegado aburre hasta el bostezo por su caracterización plana, carente de toda tridimensionalidad, en un arco que debería haber sido abordado mucho antes en la colección y haber dado carpetazo a esta situación que para nada favorece al personaje. Venditti nos lleva a Hal hasta la Tierra y de visita a su familia. Hasta aquí lo interesante. Lo demás, lo que añade la acción, no llega a ser capaz de despertarnos del letargo en el que estamos sumidos. Hal se sincera con su hermano y aun estando metidos de lleno en una conversación capaz de interesarnos, lo que los hermanos se dicen no deja de ser algo de manual, muy rígido, muy estándar. Se podría haber trabajado más profundamente esta relación familiar para poder añadir alguna capa de interés a una trama carente de ello. Venditti parece haber puesto el piloto automático y se deja llevar de tal forma que parece que ya no tiene más ideas con las que seguir trabajando el concepto del renegado y estira hasta el absurdo algo que ya estaba agotado de mucho antes.

Hal Jordan, el Green Lantern definitivo, se ve obligado a enfrentarse a Parallax, llegado desde Convergencia en un enfrentamiento anticlimático, carente de toda épica o emoción, donde poco o nada se resuelve y cuyas consecuencias son resueltas en tan solo un número. Otro ejemplo de esa desgana con la que está escrita la serie. Desgana que se ve filtrada al apartado gráfico que resulta ser un páramo desolado de imaginación, estilo, narrativa y puesta en escena gracias al mal hacer de Billy Tan. Un despropósito visual que hace pensar que estamos frente a un cómic amateur y no un cómic profesional, aún con los esfuerzos de Martin Coccolo, Rafa Sandoval y Vicente Cifuentes que hacen lo imposible por mejorar el aspecto visual del cómic, sin lograr grandes resultados. Todo un sinfín de agotadoras escenas que normalmente están mal encuadradas, para intentar poner algo de chispa y vida a un último arco que cierra en falso con la esperanza puesta en Renacimiento y un golpe de timón que permita a la franquicia regresar a su esencia. Una esencia que debe permitir poder atacar nuevos frentes con lo que experimentar nuevas historias.

Al otro lado del cuadrilátero tenemos la miniserie de los Green Lantern perdidos en otro universo, escrita por Tom Taylor, en la que podemos encontrarnos a los Lanterns más carismáticos, como John Stewart, Guy Gardner, Mogo, Arisia, Kilowog… en una historia simple, pero que resulta entretenida de principio a fin. Esta miniserie salva por completo cada número de la serie de ECC, ya que por sí misma no es que pueda destacar, pero acompañada de la serie de Green Lantern resulta todo un vaso de agua, fresco y puro, en medio del desierto.

Tom Taylor nos lleva del punto A al punto B sin demasiados problemas, jugando con los personajes a su disposición y demostrando que cualquiera de ellos puede ahora mismo resultar más interesante que el Hal Jordan con el que está trabajando Venditti. Taylor es consciente de sus limitaciones y se centra en diseñar un escenario en el que poder poner cara a cara a los Lanterns más representativos y dejar que sean ellos mismos los que marquen los acontecimientos. La miniserie cumple con creces en ese punto y permite poder disfrutar leyendo a un Guy Gardner muy interesante, inteligente, impulsivo, contundente, con un Kilowog en plena forma como contrapunto, mientras ambos lidian con la crisis que les rodea.

Otro factor determinante que hace que Edge of Oblivion resulte mucho más tractiva es el dibujo, Sciver realiza un trabajo muy competente, dentro de su estilo rígido, pero espectacular, siendo sustituido en los últimos números por Ardian Syaf y Scott McDaniel, que cumplen con el cometido de dar continuidad a lo ya establecido. En definitiva, tanto guion como dibujo van en la misma dirección, aunque esta sea una muy sencilla, en la que lo que prima es entretener, divertir y contarnos una historia que llene el hueco que nos ha de llevar hasta Renacimiento.

El mes que viene renovamos esperanzas, arrancamos nueva etapa, nos desprendemos del Jordan renegado y retornamos a la grandeza de unos Corps fortalecidos, reagrupados y liderados por un Hal Jordan que esperemos no vuelva a perder eso que le lo hace especial.