Los héroes de nuestra vida
«La luz, Alan. ¿Puedes verla ahora?»
Un anillo. Un portador. Un vigilante.
Ochenta años cumplió el año pasado Alan Scott, el primer Green Lantern, y la editorial quiso celebrarlo como la cabecera lo merecía. Entendiéndola como un homenaje al concepto en sí mismo y no tanto a una encarnación especifica, se optó por un conjunto de historias cortas, guionizadas y dibujadas por los mejores creadores de ayer y hoy.
Los tiempos han cambiado, las historias y los sentimientos que provocan permanecen. Ocho décadas de uniformes verdes y anillos mágicos. De imaginación exacerbada y amenazas reales, como también de villanos de folletín y comedia cuestionable. De grandeza y caída en desgracia. De héroes y mortales, de inmortales y dioses. De arrojo, nobleza y batalla. De lo que es justo para todos y para ninguno. Ocho décadas, ni más ni menos, de individuos de carne y hueso excediendo los límites de lo humano y divino en viajes a través del tiempo y las estrellas.
Este trajín en la cabecera nos ha dado un amplio listado de protectores del mito: Hal Jordan, Kyle Rayner, Guy Gardner, John Stewart, Jessica Cruz… todos, en mayor o menor medida, fundamentales para que el nombre Green Lantern se haya mantenido relevante a lo largo de todos estos años, de la primera viñeta a la última, tal y como ya se apuntaba en la reseña USA.
Comenzamos con una historia del viejo Alan, por parte de James Tynion IV, Gary Frank y Steve Oliff. Como viaje iniciático, aborda la pérdida y dolor, como también el impulso necesario para pasar de mero auxiliar a verdadero héroe, con la muerte del primer amor para nuestro protagonista, que guarda el luto en compañía de la doliente madre. El dibujo refleja perfectamente lo que el guionista de Batman quiere transmitir y nos deja con una sensación tan profunda como real.
A continuación tenemos la historia más mediática de la celebración, al contar con Geoff Johns al guion e Ivan Reis al dibujo. Un delicioso soliloquio por parte de Hal en la que afronta sus miedos y terrores, ejemplificados, entre otros, en el murciélago. Aquí vemos un homenaje a su propia etapa por parte de Johns, recordando las dudas del de Gotham cuando Jordan regresó al mundo de los vivos. De nuevo, al igual que con la historia anterior, el dibujo de Reis, con un talento único para la narración, pone la guinda a un guion que, sin excederse, entiende muy bien lo que ha de contar y las limitaciones propias de un formato como este.
Cullen Bunn y Dough Mahnke rebajan el toque heroico, llevándonos a Sinestro, con una breve intervención tan corta como necesaria para recordar la máxima que ya hemos admitido: no hay un único Lantern.
Tras esta, tenemos a dos veteranos, Dennis O´Neil y Mike Grell, en la historia más asimilable al folclore estadounidense, con Hal reencontrándose con Ollie. El guionista, tristemente fallecido, homenajea la legendaria etapa a cargo de la colección Green Lantern/Green Arrow de los años setenta, con Neal Adams al dibujo. La relación de los héroes a lo largo del tiempo y el paso del mismo de manera irrefrenable en cada uno de nosotros, creadores o lectores, ejemplificada en una de las novelas más influyentes y referenciadas del siglo XIX, Walden de H. D. Thoreau. Cuando dos autores a los que se les debe tanto colaboran para algo así, no queda otra que sentarse, leer y aplaudir.
Legado, de Ron Marz, Darryl Banks y Hi-Fi, continua con esta estela de historias ligeras, parcas en acción, centradas en la definición del protagonista, en este caso Kyle, el Lantern de los años noventa, para aquellos que, como el simpático secundario que nos acompaña, le recuerdan como el suyo propio.
Peter Tomasi y Fernando Pasarín siguen con el motivo festivo, al que Charlotte Fullerton y Chris Cross añaden fuegos artificiales, con una simple pero efectiva intervención de John, en uso de sus poderes, que nos recuerda que no todo en la colección han sido palabras, y que ser un Lantern requiere de poder y, sobre todo, inventiva sobre este.
Es difícil no emocionarse con la siguiente historia, de Robert Venditti y Rafa Sandoval, la emotiva entre las emotivas que hemos ido viendo, con un homenaje tan honesto como merecido a Guy, el bobalicón bocazas favorito de toda una generación de aficionados a la Liga de la Justicia Internacional, cuando la guionizaban Keith Giffen, J.M. deMatteis y la dibujaba Kevin Maguire. Siempre en la línea de lo incorrecto y equivocado, con la actitud de un niño de seis años disfrutando del Scalextric la mañana de Reyes.
Después de esta dosis de nostalgia, Mariko Tamaki y Mirka Adolfo nos devuelven al presente para recordarnos que hay futuro para ochenta décadas más con Jessica Cruz. A través de uno de esos monólogos interiores que tan bien se le dan a la autora de Laura Dean me ha vuelto a dejar, vamos viendo el día a día de una heroína tan extraordinaria como imperfecta, humanizada en sus momentos de duda y destinada a ser la salvadora del mundo en los propios de su grandeza.
Quizás el punto más bajo esté en la última historia, de Sina Grace y Ramon Villalobos, para Simon Baz, pero de igual manera resulta interesante para el poco espacio con el que cuenta.
Por todo lo expuesto, tenemos una lectura muy recomendable, con unos momentos de calidad muy conseguidos y que resulta ser un homenaje sincero a nuestros héroes por parte de unos autores entregados.
Lo mejor
•El aspecto emotivo de cada historia.
•El fantástico dibujo que acompaña.
•Que se haya dado espacio a las distintas encarnaciones.
Lo peor
•La última historia baja un poco el nivel.
¡BRILLANTE!
Guion - 8.5
Dibujo - 8
Interés - 8.5
8.3
Una celebración fantástica para los portadores del nombre Green Lantern
«la colección Green Lantern/Green Arrow de los años ochenta» creo que se te chispoteo Angel
Corregido. En un texto de 1100 palabras en el que quieres decir muchas cosas distintas e impresiones, pasan estas cosas 🙂
Gran articulo solo un detalle. Yo ya exprese mi opinion cuando salió USA, a mi me gustó bastante, sobre todo las de O’Neil y Venditti
Y es un detalle que te agradezco, porque el error era importante. A veces queremos decir tanto, que se nos pasan cosas como esa 😉 . Coincido con las dos que comentas, añadiendo la de Tynion.