Edición original: Green Lantern: New Guardians núms. 31 a 34 y annual núm. 2 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Justin Jordan
Dibujo: Brad Walker, Diogenes Neves, Edgar Salazar, Jed Dougherty, Stephen Segovia
Entintado: Marc Deering, Andrew Hennessy, Scott Hanna, Rob Hunter, Jason Paz, Jason Gorder
Color: Wil Quintana, Michelle Madsen, Andrew Dalhouse, HIFI
Formato: Rústica, 136 págs. A color.
Precio: 12,95 euros
Ha tardado en hacerse realidad, pero por fin podemos disfrutar de las series de la franquicia Green Lantern tal y como deberían haber sido desde el principio. Grenn Lantern y Corps juntas en la misma grapa y los Nuevos Guardianes por libre. Desde el número uno de Green Lantern la colección dedicada a narrarnos las andanzas de Kyle Ryner y compañía ha lastrado a la serie, evitando que muchos lectores no se decantaran por seguirla al tener que llevarse también a los Nuevos Guardianes bajo el brazo. Y es porque esta serie siempre ha mostrado un espíritu menos fijado en la franquicia que sus dos hermanas y más que complementar acaba por molestar.
¿Llega con nuevos aires esta serie ahora que vuela en solitario? La verdad es que sí.
Si en tu mano reposa un poder inmenso, tu peor enemigo solo puedes ser tú mismo. Kyle va a descubrir como su propio poder es capaz de acabar con él de la peor de las maneras. Sin posibilidad de descansar se verá envuelto en una batalla con todo un planeta viviente y terminará en las garras de los psiones que están experimentando con los Nuevos Guardianes en su afán por alcanzar la perfección.
El primer cambio que nos trae la serie es el nivel de las amenazas a las que Kyle debe hacer frente. Por primera vez vamos a poder verlo en peligro real contra el que puede ser considerado su primer gran enemigo. Su combate no se ciñe tan solo a lo físico, sino también a lo emocional y en eso Justin Jordan acierta plenamente. Necesitábamos volver la vista al Kyle humano, sin anillo, con el que poder empatizar y sentir como su propia existencia es puesta en entredicho.
El segundo cambio es más sutil y tan solo se deja ver entre viñetas. Esta es una serie de grupo. Nada de un Lantern solitario que se ve acompañado por un elenco de secundarios con los que interactuar… Nuevos Guardianes deja claro, por fin, hacia donde quiere ir y para ello se muestra como una serie de grupo más que solvente. Por un lado están los Nuevos Guardianes. Su figura se aleja de la de sus hermanos Oanos, pero su actitud sigue siendo más que inquietante. No les tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones que implican muerte si el fin lo justifica. Sus emociones, lejos de hacerlos mejores, los condiciona y Justin Jordan deja claro que quiere explorar ese terreno con calma. Por otro lado tenemos a Carol y Kyle. La primera disfruta cada vez más de su faceta como Zafiro Estelar, mientras que el segundo precisa de alguien que sea capaz de decirle las cosas tal y como son, sin distorsiones provocadas por su inmenso poder. Ambos van a ir acercándose y solo Justin Jordan nos puede contar hasta donde llegará con estos dos personajes.
Y el tercer cambio es que se empieza a intuir el enorme poder que Kyle lleva en su dedo. Hasta ahora no hacían más que recordarnos cuanto poder acumula, pero nunca hemos dado pasos que nos demuestren dicho poder. En este tomo vamos a poder verlo explotar y no solo porque pueda controlar todas las energías del espectro emocional, sino lo que el anillo y su propia psique son capaces de crear.
La serie ha ganado ritmo, dinamismo e interés, pero sigue arrastrando una inexplicable cosa, un halo, de algo que no termina de hacer que atraiga con fiereza y sientas que estás leyendo algo que se sale de lo común. Le falta garra, potencia pura, la historia se deja leer y te lleva de manera fácil entre viñetas, para terminar con un tremendo sabor agridulce en la garganta que te impide disfrutar al cien por cien de la serie.
En cuanto al apartado gráfico se muestra tremendamente irregular. Tenemos a Stephen Segovia y Edgar Salazar encargándose de los lápices del segundo anual de la colección, número que abre el tomo de ECC, con dibujos en los que pasamos de escenas realmente interesantes por composición, trazo y diseño, a otras que hace que se te caiga el alma al suelo. Lo cual sigue añadiendo más irregularidad a este número.
En la serie propiamente dicha los lápices recaen sobre Diogenes Neves cuyo dibujo se muestra titubeante y anárquico. Por otro lado tenemos a Brad Walker que podría ser considerado como el dibujante oficial de la serie. Su trabajo está muy por encima del talento de sus compañeros de colección y demuestra que su estilo casa perfectamente con el tono que Justin Jordan quiere imprimir en la serie. No en vano de su mano recibimos el rediseño que se hace en el Nuevo Universo DC de los Psiones, la raza reptiliana obsesionada con el control, la perfección y la búsqueda de conocimiento que ello implica a costa de lo que haga falta.
En su anterior encarnación su estatus era el de los odiados manipuladores genéticos, crueles y capaces de lo que fuera con tal de poder llevar a cabo sus experimentos. Su aspecto mucho más humano y sobre todo enclenque los hacía atractivos al lector al mostrar una imagen de debilidad tan solo aparente. Su nueva imagen se aleja de esa fragilidad y los dota de mayor corpulencia e incluso los dota de injertos cibernéticos que les confiere un mayor poder ofensivo.
Una serie que ha ganado enteros pero que sigue mostrando demasiados claro oscuros como para poder apostar por ella con garantías. La aureola de tiene un no sé qué no termina de convencer y que no se puede explicar termina por acabar con todas nuestras esperanzas.
Review Overview
Guion - 7
Dibujo - 6
Interés - 7
6.7
Valoración Global
Clara mejoría en el tono, ritmo e historias, pero sin llegar a concretarse termina por dejar una extraña sensación tras su lectura de difícil explicación.
Muy probablemente la mejor serie de la franquicia Lantern en la actualidad. Y si la trama de los Godkillers puso sobre la mesa cuestiones muy interesantes, lo de esta saga ya es una cabronada que supura mala leche por los cuatro costados. Me mola mucho todo el rollo impío que supura la saga actual, como el tono aventurero y de grandes preguntas metafísicas que plantean Jordan al más puro estilo Starlin. El trabajo que se está marcando el ex-Guardianes de la Galaxia Brad Walker tampoco desmerece