Green Lantern Tierra Uno Vol. II

Un nuevo reto llega al seno de unos incipientes Corps.

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Edición original: Green Lantern: Earth One vol. 2 USA (DC Comics 2020)
Edición nacional/España: Green Lantern: Tierra Uno Vol. 02
Guion: Corinna Bechko, Gabriel Hardman.
Dibujo: Gabriel Hardman.
Entintado: Gabriel Hardman.
Color: Jordan Boyd.
Traducción: Francisco San Rafael Simó.
Formato: Cartoné, 144 págs. A color.

Ciencia ficción y superhéroes.

A finales del verano de 2018 nos hacíamos eco del trabajo de Corinna Bechko y Gabriel Hardman con la llegada del primer volumen del Tierra Uno centrado en la figura de Green Lantern. Este año, en febrero, para ser más precisos, tras tres años, ha llegado la continuación de un trabajo que polarizó bastante a los aficionados.

El primer volumen sentaba las bases que iban a ser explotadas más adelante. Unas bases que rompían con algunos de los elementos más icónicos y representativos del concepto que rodea a los Green Lantern. El que más ampollas levantó fue la eliminación de que el anillo fuera el encargado de buscar a alguien digno para su uso, dejando ese punto en manos del destino. Un anillo es un arma y como tal queda a merced de cualquier forma de vida del universo para su uso indiscriminado. Tal vez este movimiento se debiera a la idea que subyace en la iniciativa Tierra Uno, que no es sino la de llevar a los grandes héroes de DC a un entorno más, permitirme la expresión, realista. Esta exigencia puede llevar a que haya cambios severos en aspectos tan representativos como el señalado, pero lo que puede verse como un ultraje, también es una nueva oportunidad de poder explorar aspectos nuevos de la franquicia que en su serie regular no es posible implementar. Recorrer nuevos caminos es siempre estimulante.

Con la publicación del segundo volumen, llega el turno de explorar esos caminos de manera que se pueda ver mejor como el dúo Bechko/Hardman, explota sus propias ideas. Ideas que quieren explorar la base del concepto en sí mismo, pero desde otra perspectiva, que en este tomo se expande para llegar a tocar a la misma fundación de los Corps como fuerza de vigilancia universal.

Tras la colocación de las piezas iniciales es necesario mover ficha y añadir al coctel más personajes reconocibles por los lectores, para aprovechar las páginas e ir añadiendo capas de personalización que permitan ir perfilando los nuevos matices que los hacen distintos a los que rondan el Universo DC convencional. Son aspectos básicos como personalidad, motivaciones, intereses y objetivos, que cada uno de ellos encierran en su interior y que al ser mostrados al lector logran que se vayan asentando de manera orgánica en la trama general. Y aunque el proceso esta bien medido y controlado, hay algunos momentos en los que ese desarrollo se siente forzado por algunos comportamientos que responden más a una decisión fría y calculada, que motivada por la empatía.

La historia se activa cuando la Tierra va a entrar en contacto con una raza alienígena, en un primer paso para poder formar parte de la inmensa comunidad galáctica, cuando se desencadenan una serie de acontecimientos que desestabilizan la reunión. Un caos administrativo, una explosión y las intrigas políticas son el motor que mueve la trama que quiere avanzar en la idea inicial lanzada en la primera entrega sobre el papel que deben desempeñar los Lanterns en el universo y bajo que figura. Sin embargo, aquí se quiere ir un poco más lejos cuando además se plantea una nueva duda moral alrededor del deseo de un Guardian solitario con ideas de grandeza galáctica, dispuesto a pacificar el universo al precio que sea necesario.

El resultado de todos estos movimientos es el que por desgracia nos acompaña en la vida real: las luchas de poder. Ese afán que parece ser siempre el objetivo final de toda organización e individuo que accede al poder en cualquiera de sus manifestaciones. Contra esta idea aparece la de la colaboración, la del trabajo en equipo, al de apartar las diferencias y enfrentarse como uno solo al problema, sin más objetivo que acabar con esa forma de proceder. No hay necesidad de ser poderoso para derrocar a aquellos que si lo son, cuando la fuerza no radica en el individuo, sino en el grupo.

El guion en esta segunda entrega se muestra algo más farragoso que en la primera, pero es esperable siendo más ambicioso el objetivo que se marca Bechko y Hardman. La dificultad aumenta, y aunque se muestra solvente en su conjunto, hay momentos, como el ya comentado, además de otros, en los que se siente que desean morder más de lo que pueden. La diversificación de tramas resta espacio al desarrollo adecuado de los personajes que cambian de manera brusca a lo largo de la historia. En definitiva, se nota cierto tono de urgencia en la historia que acaba pasando algo de factura al conjunto.

En la parte artística tenemos a Hardman con un trabajo que continúa mostrando de forma muy cruda este nuevo universo. Su estilo, sucio, oscuro, cargado de líneas gruesas y algo inexpresivo en las caras, se ve potenciado por el enorme talento que destila a la hora de hacer fluir la trama. Su pasado en la industria del cine pesa y se traslada a la perfección en unas viñetas que narrativamente se muestran extraordinariamente dinámicas.

No se puede ignorar el trabajo que desarrolla Jordan Boyd con el color, pues Hardman no es un dibujante que necesite del color para lograr impactar. Sin embargo, Boyd logra apuntarse un tanto en la aplicación del color que inyecta a la historia, para lograr que se sienta la paleta cromática como una inclusión natural en todo su entorno. No hay abuso de estridencias visuales, sino las justas y necesarias, sin perder de vista el fondo crepuscular que en algunos momentos la historia busca transmitir.

Un cómic de pura ciencia ficción que se beneficia de la ambición de sus autores. Un trabajo que se siente algo apresurado, pero con ideas bien explotadas y caminos nuevos que poder explorar en un hipotético tercer volumen. Aunque por la forma en la que se cierra la historia las dudas de que algo así pueda ocurrir quedan más que sembradas. Una obra que, en su conjunto, volumen uno y dos, puede resultar refractaria a muchos seguidores del personaje, pero que es un soplo de aire fresco a la hora de expandir la franquicia en nuevas direcciones sin perder lo más básico.

Y mientras tanto, nosotros seguimos esperando la llegada de un Tierra Uno dedicado a Flash.

Lo mejor

• El atrevido uso de la franquicia.
• El trabajo visual por parte Hardman y Boyd.

Lo peor

• Un guion algo más apresurado y farragoso.

Edición original: Green Lantern: Earth One vol. 2 USA (DC Comics 2020) Edición nacional/España: Green Lantern: Tierra Uno Vol. 02 Guion: Corinna Bechko, Gabriel Hardman. Dibujo: Gabriel Hardman. Entintado: Gabriel Hardman. Color: Jordan Boyd. Traducción: Francisco San Rafael Simó. Formato: Cartoné, 144 págs. A color. Ciencia ficción y superhéroes. A…
Guion - 6.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8

7.7

Un trabajo que viene a ser el cierre de una apuesta por dar un giro a la idea que encarnan los Green Lantern Corps. Una obra que convencen en lo visual, pero se siente precipitada en su ejecución, con una trama que se ve debilitada por las prisas narrativas. Aún así resulta un enfoque fresco y novedoso.

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