¿Hay alguien que escuche nuestros gritos?
«Mira, puede que mi vida sea monótona y triste, pero no es cierto no haya soñado nunca con nada.»
Con
Teresa es una mujer solitaria que es dueña de una librería sobre ocultismo y terror, además edita un fanzine llamado Grito Nocturno. Vive en una ciudad anodina y aburrida donde todo el mundo únicamente mira por sí mismo, rodeada por un bosque tenebroso, en la que en los últimos tiempos han comenzado a desaparecer algunas jóvenes de manera misteriosa. La única clienta de su librería es Matilde, una joven skater de carácter bastante más extrovertido que ella y lectora apasionada de su fanzine, que también se encuentra bastante sola. La tercera protagonista es Laura, un demonio otaku que Teresa ha invocado en el bosque que tiene la capacidad de conceder un deseo. Sin embargo, Teresa no sabe qué pedirle.
Aunque la obra este plagada de brujas, demonios y fantasmas y en sus páginas se plantean varios misterios cómo saber que ha pasado con las mujeres que desaparecen o las causas por las que Teresa nunca ha puesto a la venta el número 38 de su fanzine, para desesperación de Matilde que se muere por leerlo, el motor de la historia es la relación que se establece entre Teresa, Matilde y Laura. Sus personalidades son muy distintas y la relación está marcada por el tema principal de la obra que es las expectativas que tenemos hacia los demás y hacia nosotros mismos. Teresa es la que más sufre ese problema puesto que su soledad e infelicidad viene provocadas por esta causa, ya que ni la gente que la rodea cumple con sus expectativas ni lo hace la ciudad en la que vive, así que pierde el interés por todo asilándose por completo, lo mismo que le sucede con Laura que no es el demonio que ella esperaba. Una soledad que se convierte en una losa enorme para cualquiera cuando no es buscada. Pero la presencia de Laura termina por obligar a Teresa a enfrentarse consigo misma y afrontar algunos de sus miedos y atreverse a apreciar a las personas, aunque no sean lo que ella espera. La ausencia y la pedida también juegan un peso muy grande en Grito nocturno, no solo por las personas que desaparecen en la historia, ni por la ausencia de diálogos en muchas ocasiones, sobre todo por la manera en cómo podemos perder a las personas que queremos sin darnos cuenta olvidándonos de ellas sin que nos demos cuenta. El desenlace no resulta el que esperamos y no hay ninguna respuesta fácil ni finales mascados, como es habitual en los trabajos de Borja González.
Otro de los aspectos que más destaca en esta obra el profundo amor que Borja González siente hacia la cultura alternativa, en concreto hacia algunas de sus formas más libres como la música punk o los fanzines, pero sin desdeñar para nada el manga y el anime o algunas de las obras fundacionales de la literatura fantástica y de ciencia-ficción como el relato de H. G. Wells La puerta en el muro, que sirve para intuir como se conecta está obra con The Black Holes. Esas referencias culturales sirven sobre todo para definir a los personajes que aparecen en la obra. El fanzine de Teresa se convierte en el único lugar donde se siente con la seguridad para dejar constancia de todos sus miedos y dudas vitales, pero no quiere que nadie lo lea.
Gráficamente nos encontramos con un estilo plenamente consolidado y muy personal, en el que sus principales influencias se han amalgamado para dar como resultado una voz propia, en la que destaca su capacidad para dotar de expresividad a sus personajes, pese a que no tiene facciones, algo que consigue gracias a un excepcional dominio del lenguaje corporal. Algo que combina, al igual que en sus anteriores trabajos, con una composición de página estupenda, un gran uso de los silencios dejando que sean los dibujos los que cuenten la historia y un gran dominio del tempo de la historia. De la misma manera nos encontramos con un gran trabajo en los fondos, tanto en su representación del bosque, tenebroso y mágico, como en la ciudad, solitaria, triste y abandonada, y por encima de todo sus cielos abiertos, luminosos y llenos de posibilidades. Unos escenarios que siguen pareciendo teatrales, algo que dota a la obra un toque de irrealidad. Todo ello potenciado por el uso del color, que en esta ocasión tiene muchos más tonos que los trabajos precedentes, aunque priman los azulados que potencian esa sensación de tristeza, decepción y abandono que respira la obra.
Como es habitual Reservoir Books hace una edición impecable, con un tamaño mayor que The Black Holes como corresponde a una obra procedente del mercado francófono. Como ya sucedió en 2021 en este 2022 apuntan a ser una de las editoriales que más alegrías nos den a los que buscamos en el cómic algo diferente a las fórmulas habituales y repetitivas.
Al igual que sucede con todos sus trabajos hasta la fecha Grito Nocturno se convierte en algo maravillosamente diferente a lo que esperábamos en un principio, un misterio que corresponde descubrir a cada lector y que gana enteros con cada relectura. Un trabajo que se convierte desde ya en una de las grandes obras de este 2022 y que consolida a Borja González como uno de los autores más estimulantes del cómic actual.
Lo mejor
• La sensación de misterio presente en cada página de la obra.
• El cada vez más refinado y personal estilo gráfico de Borja González.
• Los temas de fondo que aborda la obra: la amistad, la soledad y sobre todo las expectativas que tenemos hacia los demás y nosotros mismos.
Lo peor
• La espera hasta poder leer los nuevos trabajos de Borja González.
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9.5
9.2
Borja González firma una fantástica obra que bajo una pátina de género de terror encierra una historia sobre las expectativas no cumplidas y el miedo al olvido.