Afrontémoslo.
Por eso, ninguno nos sorprendimos y todos celebramos que Cates fuera el elegido por Marvel para tomar el testigo de un Gerry Duggan que nunca terminó de dar con la tecla correcta en su etapa al frente de los Guardianes de la Galaxia (si bien lo hizo mucho mejor que Brian Michael Bendis). En esta reseña, hablábamos de la primera mitad de esta etapa, muy corta de tan solo doce números y un annual, que darán paso al siguiente relanzamiento de la serie a cargo de Al Ewing (que seguro que nos da unos números muy bien escritos y la mar de interesantes), en los que Cates hace lo que mejor sabe: Entretenernos a base de introducir en la serie todos aquellos elementos creados por él para Marvel Comics y haciendo que los mismos funcionen de forma orgánica en la serie.
Pues bien, si en el primer arco argumental de seis números, los personajes tenían que afrontar la posible resurrección de Thanos, Cates cambia aquí de tercio para rescatar del olvido un concepto starliniano muy anudado a estos personajes y con el que a su vez Dan Abnett y Andy Lanning en su inolvidable etapa jugaron de lo lindo. Me refiero, como no, a la Iglesia Universal de la Verdad, esa secta religiosa que canaliza la fe de sus feligreses en forma de energía devastadora con la que invade el Universo, y cuyo nuevo líder no es otro que J’Ason, quizás el único personaje interesante de la etapa de Bendis que Cates rescata aquí del olvido para darnos a un villano a recordar.
Paralelamente, Cates se encarga de aquí de explicarnos cuál ha sido el destino de Rocket, personaje muy importante dentro de los Guardianes de la Galaxia al que no vimos en los números anteriores y cuyo paradero desconocíamos. No haremos spoilers de calado, pero baste con decir que esta trama se resuelve de forma muy hábil y que la inclusión de Rocket en esta segunda tanda de números está realizada con mucho oficio y haciendo al personaje más interesante si cabe.
Además, si Donny Cates tiene algo bueno es que sabe crear tramas y elementos nuevos en sus tebeos, pero sin que ello suponga despreciar el trabajo de quienes le han precedido, y por eso vemos aquí muchos elementos tomados de la etapa de Dan Abnett y Andy Lanning, o incluso de la fallida etapa de Brian Michael Bendis, de los que Cates hace uso como considera oportuno.
Por otro lado, el final de esta etapa no es si no un autohomenaje de Cates a sí mismo y a su aportación a Marvel, pues en dicho cierre de etapa confluyen todos los elementos que Cates ha ido construyendo a través de distintos cómics, explotando en un número final que no deja indiferente a nadie.
En cuanto al dibujo, no tenemos aquí a Geoff Shaw, si no a
Una etapa que si bien no está a la altura de la escrita por DnA, es la más entretenida realizada hasta ahora desde que aquella terminara, y que si os gusta Cates, no debéis dejar pasar.
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 7
7
Galáctico
Analizamos el final de la etapa de Donny Cates al frente de los Guardianes de la Galaxia.