Hay personajes que nacen para ser estrellas. Otros puede que tuvieran la intención, pero nunca lo consiguen y se quedan en el camino. Pero hay otros tantos para los que son las circunstancias que las que determinarían que acabasen siendo algo más que unos ilustres secundarios. Personajes creados como antagonistas puntuales, meros secundarios sin objetivo de perdurar a los que usar para narrar la aventura de otro héroe, e incluso guiños o bromas sin más pretensiones que serlo, pero que por los caprichos del destino terminaron convirtiéndose en mucho más. Un territorio en el que podríamos hablar largo y tendido de Lobezno, Howard el Pato, John Constantine, Emma Frost, Lobo, Masacre o Harley Quinn entre un interminable etc., y que en los últimos años ha tenido una tan interesante como extraña adición con David Haller, el mutante nivel omega con poderes al borde de la omnipotencia y esquizofrenia galopante más conocido como Legión.
Creado por Chris Claremont y Bill Sienkiewicz a mediados de los ochenta, David fue fruto de una subtrama elaborada a fuego lento, en la que se jugaba con la idea de la existencia de un hijo de Charles Xavier. Fruto de la relación de este último con una víctima del Holocausto Nazi a la que trató durante su estancia en Israel, David heredaría tanto los enormes poderes de naturaleza psíquica de su padre, como la tendencia a la inestabilidad mental de su madre. ¿Resultado? La madre de todos los casos de personalidad disociativa múltiple, a merced de la cual el mutante tendría que lidiar a lo largo de toda su vida con las infinitas personalidades que habitaban en su mente. Siendo que cada una de estas personalidades tenía un poder diferente -los cuales Legión manifestaba según cual de ellas tomaba el control de su cuerpo-, las habilidades de David eran tan extensas que terminaría yendo más allá de la barrera de lo psíquico, adentrándose en el territorio de los mutantes con el poder de tocar con la yema de los dedos la estructura misma de la realidad. Tan extensos, como también lo era su absoluta falta de control.
Sin poderse definir ni como un héroe ni como un villano, esta unión de poder sin límite y perpetua inestabilidad mental derivaría en que Legión se convirtiera en una bomba de relojería, que cada vez que emergía mostraba una habilidad única para poner las vidas de los X-Men y del mundo mismo en compromiso. A través de sus 32 años de historia, las apariciones de David Haller se limitan en la mayoría de los casos a etapas muy puntuales, pero todas de gran relevancia para la franquicia mutante. Tanta, que en 2012 Marvel terminó de envalentonarse con la idea de que Legión tenía potencial para convertirse en un personaje de culto, convirtiéndolo en el protagonista del segundo volumen de X-Men: Legado, como consecuencia de los acontecimientos de Vengadores vs Patrulla-X.
Confirmando esta condición, cuatro años ha tardado en llegar la serie a nuestro país, justo cuando de las viñetas el personaje saltaba a la pequeña pantalla con una ambiciosa producción televisiva a cargo de Marvel Studios y Fox. Orquestada por el responsable de la aclamada Fargo Noah Hawley, el estreno de la serie de Legión protagonizada por Dan Stevens este próximo 5 de febrero no solo promete captar toda la locura más allá del umbral humano que siempre ha caracterizado el personaje, sino que coincide con la publicación en España -este mismo mes de enero que nos abandona hoy- de la que ha sido hasta el momento la única serie en solitario de David Haller.
Siendo esta fundamental para entender al personaje y que lo hace tan fascinante y diferente a cualquier otro superhéroe al uso, como para que -en su primera colaboración conjunta- Marvel y Fox hayan decidido apostar por una figura relativamente poco conocida del universo mutante, hemos decidido realizar un repaso por la principal bibliografía de Legión, la cual bien demuestra porqué es una de las grandes figuras de culto del entorno de los X-Men:
Tras ser contactado por Moira McTaggart, Charles Xavier y sus nuevos alumnos ponen rumbo a la Isla Muir para descubrir un secreto del que ni el propio fundador de la Patrulla-X era consciente. Allí, el grupo no solo se verá obligado a lidiar con asuntos de sus vidas pasadas que dejaron atrás, sino también con el turbulento mundo interior del poderoso mutante David Haller. Atormentado por las personalidades que habitan en su cabeza, Legión convertirá la estancia en una pesadilla tanto para los recien llegados como para si mismo, haciendo necesario que -para escapar de ella y poner fin a la amenaza que el joven mutante supone para el mundo- Xavier y sus alumnos deban internarse en uno de los lugares más caóticos y peligrosos que el hombre haya conocido: El interior de la mente de David.
Aun sin dejar de ser un remake de la saga de Proteo en la que una nueva generación de X-Men se enfrentaba a otro mutante ligado al pasado oculto de Charles Xavier, la traslación del mundo físico a un plano onírico mental fuertemente influenciado por The Wall de Pink Floyd y la saga de El Exorcista lograron que la presentación de Legión se elevara como un arco argumental con una marcada entidad propia. A su favor, un Bill Sienkiewicz desatado que fue mucho más allá de lo que John Byrne fuera capaz con la saga del hijo de Moira McTaggart, y que amuebló el imaginario personal de David Haller con un sin fín de criaturas y entornos pesadillescos, claramente marcados por la obsesión de la década por una temida III Guerra Mundial. Siendo además en la que se presentarían las primeras personalidades disociativas de David, la saga de Legión original se permitiría tener un final algo más optimista que la que se narrara años antes en la Patrulla-X, dejando al personaje afincado dentro de la cosmología del universo mutante.
Años más tarde Legión volvió a aparecer en otro número de los Nuevos Mutantes de Chris Claremont, en esta ocasión con Jackson Butch Guice a cargo del dibujo -el #44 de su primer volumen, todavía no republicado en nuestro país- donde Rahne regresaba a la Isla Muir y terminaba enfrentándose a Legión junto al resto de Nuevos Mutantes, en un nuevo brote de las personalidades de David.
Etapa durante la que -ante la aparente desaparición de la Patrulla-X tras atravesar el Lugar Peligroso- fueron presentados los X-Men de la Isla Muir. Con Moira McTaggart ocupando el rol de Xavier como nueva mentora y los mutantes Forja y Banshee para ayudarla, además de a Polaris, Amanda Sefton, el Hombre Múltiple, Rompedor, Tom Corsi, Sharon Friedlander y Siryn esta cuarta génesis de X-Men incluiría a Legión entre sus filas. Desgraciadamente para ellos, los problemás arremetieron contra sus puertas nada más empezar su andadura, dando pie a una trama dividida en varios frentes, en la que Forja y Banshee trataban de dar con el paradero de los X-Men desaparecidos, mientras este nuevo grupo hacía frente a amenazas como la de los Cosechadores.
Realmente, Claremont nunca tuvo la intención de que estos nuevos X-Men ocupasen el lugar de los anteriores, sino que todo fue concebido como una gran saga con la que jugar al despiste con los aficionados. De esta forma, mientras usaba al nuevo grupo como detonante para introducir la gran amenaza seviría como broche a esta macro-saga de descenso y reconstrucción, los X-Men desaparecidos rearmaban fuerzas para hacer frente a la corrupción absoluta del sueño de Xavier. Una trama en la que Legión jugó un papel capital desde el marco de la Isla Muir, mientras se sucedían sagas Actos de Venganza, el enfrentamiento contra los Morlocks de Máscara, la introducción de Gambito, el regreso de Tormenta, Caballeros de Madripoor, Pícara en la Tierra Salvaje, los crossovers El Proyecto Exterminio y Los Reyes del Dolor, más La Senda no Elegida. Todo, para culminar en otro macrocrossover bajo el título de La Saga de la Isla Muir, que pondría fin al reinado de Chris Claremont y daría paso a los X-Men de los noventa con Bob Harras y la generación Image.
Todavía lejana desde la óptica de los Marvel Gold tapa dura de La Imposible Patrulla-X, no hay ninguna edición disponible en nuestro país más allá del descatalogado tomo Maestros Marvel. Jim Lee: X-Men, que ni siquiera incluye la etapa completa.
Como curiosidad, Legión iba a ser originalmente uno de los protagonistas del nuevo X-Factor de Peter David, en el que sería el primer intento de la editorial por darle relevancia al hijo de Charles Xavier. Sin embargo, el guionista de El Increíble Hulk y Madrox, Elecciones Múltiples no sabía que hacer con él, por lo que Marvel optó por dejarlo coma hasta que se le ocurriera que hacer con él.
A mediados de los noventa, Bob Harras concebiría la que estaba destinada a ser la ópera magna de su etapa como gran arquitecto de la franquicia mutante de los noventa. Todo partió de una reunión con los responsables de la por entonces exitosa serie animada de los X-Men a cargo de Fox Kids, en lo que pretendía ser un homenaje a Días del Futuro Pasado con algo de la recordada Crisis en Tierras Infinitas. Harras no tardó en darse cuenta de que aquello era demasiado grande como para limitarlo a televisión, y decidió ponerse en contacto con su equipo para llevarlo a cabo en la más enorme y fastuosa saga que los mutantes jamás hubieran conocido.
Pero antes de llegar a dicha historia, necesitaban un detonante, que Harras encontró al recordar que Legión seguía en el banquillo de los olvidados desde la batalla de la Isla Muir. Así fue como se llevaría a cabo la saga de La Búsqueda de Legión, construida previamente entre páginas de X-Factor y X-Men, y que derivaría en que David despertase de su coma, con la intención de ganarse la aprobación de su padre, viajando al pasado para matar al mutante conocido como Erik Lenserr antes de que se convirtiera en Magneto. Su plan, dividiría a los X-Men en una odisea a través del espacio tiempo de naturaleza similar -pero de sentido inverso- a en la que se embarcase Rachel Grey en Días del Futuro Pasado, y que tendría funestas consecuencias para la estructura del espacio tiempo.
El camino hasta La Búsqueda de Legión fue desarrollándose a través de varias colecciones, primero con el arco que engloba los números #38 y #39 de los X-Men de Fabian Nicieza con Legión comenzando a ser perturbado de su sueño por las visiones de Destino que le atormentaban en los mismos, el arco argumental que engloba desde el número #108 al #111 del Factor X de Todd Dezago donde Mística despertaba a Legión del coma mientras buscaba vengarse por lo sucedido con su amada después, y el número #319 de la Patrulla-X de Scott Lobdell (Uncanny X-Men en el original) donde David terminaría por confrontar a su padre. Ninguno de estos números de transición previos a La búsqueda de Legión están incluidos en el recopilatorio de la Era del Apocalipsis, ya se refiera a la edición española o a la original americana.
Como consecuencia de los actos de Legión sobre el espacio tiempo tuvo resultado una nueva realidad en lo que los X-Men nunca se llegaron a fundar, y no hubo nadie para frenar el ascenos de Apocalipsis cuando este resurgió en la era moderna. Gran joya de la corona de la etapa de Bob Harras como editor de la franquicia mutante, fue vendida como un intento de reboot con el que crear un nuevo universo Marvel, en la la línea de lo que DC había hecho con su Crisis en Tierras Infinitas y -más recientemente- con los Nuevos 52. Sobra decir aun así que para nada fue así, y que se trataba de una estregia desde la que se relanzaron todas las series mutantes desde cero, generando durante meses la impresión de que aquel era el nuevo estatus, el nuevo universo Marvel y las nueva colecciones definitivas.
Revelandose conforme la saga avanzaba que solo era una gigantesca macrohistoria de viajes en el tiempo que presentaba una situación similar a la del universo de Biff Tannen en Regreso al Futuro 2, pese a que toda esta nueva realidad gobernada por Apocalipsis en la que mutantes y humanos eran exterminados en masa fue causada de forma accidental por Legión, este se mantuvo como figura en la sombra hasta el acto final del evento, en donde el único superviviente de la realidad original se las ingenió para reestrablecer el mundo a la normalidad, en el se presentó como el fin de los días de Legión y el retorno al sueño de Xavier.
Tras la Era de Apocalipsis, Legión desapareció por completo del mapa, limitándose su rastro a los últimos números del Excalibur de Ben Raab y Trevos Scott -#121 para ser concretos- en el que Rondador Nocturno, Meggan y el resto se enfrentaban a los ecos de las personalidades de Legión, un minúsculo guiño en los Cuatro Fantásticos de Chris Claremont, en el que Margali Szardos daba muestra de estar en contacto con las esencias tanto de este como Destino, así como su aparición en X-Men: Forever de Fabian Nicieza y Kevin Maguire, viaje en el tiempo hasta los días de la Isla Muir mediante. Meros recordatorios de su existencia, en los casi tres lustros que hicieron falta para que David reapareciera.
Tras su resurrección a manos de Belasco, Illyana Rasputín se vio enredada en un complejo complot que englobaba a los dioses primigénos, el Limbo, las barreras de la realidad misma y a Legión. Con el mundo en grave peligro, la diablesa mutante Magik reuniría a sus antiguos compañeros de los Nuevos Mutantes, para prepararse frente a las funestas maquinaciones del Proyecto Pandemonium, mientras otras amenazas como Selene y los Centinelas del futuro de Bastión ponían en jaque a los últimos remanentes del Homo superior. Tercera colección creada por Marvel para rememorar a sus jóvenes superhéroes mutantes de los ochenta tras la mini-serie Verdad o Muerte y la segunda encarnación reunida por Danielle Moonstar a principios de siglo, la etapa de Zeb Wells al frente de la misma formaba una macrohistoria en la que Magik y Legión ejercieron de piezas capitales.
Siendo la adandura que recuperaría a ambos para los X-Men, además de retomar las antiguas relaciones que se habían ido desgastando con el paso de los años -e introducir otras nuevas- el guionista de Reinado Oscuro: Elektra y El Asombroso Spider-Man: Muda jugaría con elementos que iban desde Inferno a La Era de Apocalipsis, así como las diferentes etapas de los personajes, manejaría la historia del grupo con acierto para ofrecer un relato en cuatro actos, con sensación de broche a 30 años de historia que todavía sigue creciendo. Entre los dos primeros tomos de la etapa Wells y el último se ubicaría la saga Advenimiento, tan co-escrita por el propio Wells como relevante para la historia que sirve de eje central de su andadura.
Hubo un tiempo en el que los mutantes se veían constantemente contra las cuerdas, reducidos a un par de cientos, y con escasas posibilidades de llegar a ver un futuro mejor. Los enemigos llegaban por oleadas, y únicamente la unión entre los miembros de su raza -aliados y enemigos por igual- dejaba la puerta abierta a un nuevo mañana. Entre el grueso de los mutantes reclutados para formar parte de la defensa de este último bastión de su raza estaría David Haller, de poderes mentales más allá de su padre, y que gracias al tratamiento aplicado por su padre y sus congéneres había conseguido la tan ansiada estabilidad mental. David al fin había conseguido convertirse en el héroe que siempre había soñado, y sin embargo había una pregunta que no dejaba de atormentarle: ¿Quién era el mutante conocido como Charles Xavier?
Heredando el personaje de manos de Wells, Mike Carey construyó esta intrigante saga en la que Pícara, los Nuevos Mutantes y el propio Legión entre otros tendrían un papel destacado, y en la que conjuría elementos de varias sagas estrechamente ligadas a ellos. En forma de misterio en medio de una guerra sin descanso en la que los mutantes supervivientes a la diezma trataban de resolver que estaba sucediendo con su mundo, el deseo de la vida anhelada y el desgaste de una batalla sin fin se apoderaban de mutantes como David, quien ni alcanzado aquello que siempre habría buscado sería capaz de librarse de los fantasmas de su pasado. Una saga crucial para el personaje, y con el que comenzaría la transición desde el Legión inestable de los ochenta, noventa y dosmil, hasta el Legión superhéroe que al fin comenzaba a tener control sobre si mismo.
Como consecuencia de la Era de X, Legión pasaría a forma parte de un equipo formado por Pícara, Magneto, Gambito, Frenesí y el Profesor Xavier, cuyo objetivo era desentrañar el misterio a una nueva forma de vida que se había extendido a través del mundo, y que amenazaba con suponer un problema tanto para mutantes como humanos. Continuación de su etapa, Carey terminaría de asentar la recién conseguida estabilidad de David, dándole la oportunidad de dar cierre a sus asuntos pendientes, hacer las paces con su padre e incluso demostrar su valía como miembro de los X-Men.
Todo en una saga que no deja de ser un epílogo con el que el guionista de Lucifer ataría los cabos sueltos de la Era de X, dejando asentado todo aquello que no le hubiera dado tiempo a rematar en su despedida de la franquicia. Siendo el nuevo papel de Legión dentro de la Patrulla-X uno de ellos, tiene cierto interés como extensión de la Era de X, aunque más por las ideas que sugiere que por la historia en sí. Especialmente si consideramos que el apartado gráfico de dicha historia dejaba bastante que desear.
Se da demasiado a menudo que en los momentos de euforia personal en los que creemos dejar atrás los problemas que nos han atormentado a lo largo de nuestra vida, es justo cuando somos más vulnerables a las sacudidas de la vida, siempre dispuesta a ponernos a prueba a base de golpes de realidad. Algo similar fue lo que le ocurriría a Legión cuando, rumbo -al fin- a encauzar su vida, se toparía con la inesperada muerte de su padre durante los eventos de Vengadores vs Patrulla-X. Con demasiados asuntos sin resolver, tanto con él, como sobre todo con si mismo, la dramática perdida del ancla a la que se había aferrado para su reinvención personal fue suficiente para volver a poner patas arriba su mundo, dejando a David a merced de un mar (simbólico) de incertidumbres y dudas, y una (muy real) marabunta de personalidades rugiendo en su cabeza.
Con todas ellas luchando por tomar el control, el guionista británico Simon Spurrier convertiría la pugna de David Haller frente a la mayor batalla de egos de todos los tiempos en una tragicomedia existencial no muy alejada al cine de Charlie Kaufman, donde la única victoria posible parecía ser la reconciliación con uno mismo. Tomando ingredientes de las etapas anteriores del personaje para abordarlo con enfoque que se antojaba más próximo a los primeros días de la línea Vertigo que al menú habitual de los comics de superhéroes Marvel, el segundo volumen de X-Men: Legacy no lograría hacer tanto ruido como otros superhéroes de más renombre, pero si que se ganaría el favor de un buen puñado de aficionados como para convertirse en una de las series de culto más interesantes de la editorial.
Suficiente, como para que cuatro años después estemos aquí hablando de una adaptación televisiva a la que -ya desde el trailer- se le puede apreciar una más que visible fidelidad, así como de la recuperación de la cabecera en solitario de Legión para ser publicada al fin en España. En grapa. Algo muy poco común que bien podría ser reflejo de un título al que por fin se le hace justicia, y a un personaje que a pesar de los problemas que han salpicado su atribulada historia editorial, parece empezar a recibir una más que merecida atención como referente de culto.
A falta de unos días para descubrir si la serie de televisión realizada mediante colaboración entre Marvel y Fox estará a la altura de las mejores historias del personaje, si de algo podemos estar seguros es de disponer de un material de lectura sumamente interesante, entre el material clásico protagonizado por Legión del que Panini dispone en stock, y el que está siendo editado por primera vez gracias a su adaptación transmedia. Con un historial editorial no tan extenso como el de otros miembros de los X-Men, David Haller es tanto una incógnita de cuyo futuro poco se sabe en el mundo del cómic, como un soplo de aire necesario para los superhéroes de la casa de las ideas, y que gracias a autores como Chris Claremont, Bill Sienkiewicz, Simon Spurrier o Zeb Wells, es el revulsivo que hacía falta para sacar a los superhéroes de la apatía.
Pedazo de artículo… He vuelto atrás en el tiempo a comics forum y a mi niñez. Enhorabuena!!!
Ayer fui a por las novedades de ecc (no habia grapa de flash, alguien sabe si sale mas tarde??) y decidí probar con esta serie.
La verdad es que no es lo que me esperaba, por algún motivo pensaba que David escuchaba los pensamientos de sus yoes del multiverso, por lo que en el primer numero no me he enterado de absolutamente nada.
Entre eso y el dibujo que no me acaba, pensé que no compraría mas, pero el segundo numero se dedica a explicar las mecanicas de la mente-carcel, y ahí si me enganchó. La seguiré sin duda 🙂
OffTopic: Alguien ha seguido Trinity a ritmo USA? Piqué por la promoción de 1€ y ahora me apetece seguirla, pero no se hacia donde tirara o su calidad
Vincent, sobre Trinity puedes leer una valoración de la misma en la entrada del día 30 de enero en la que se hace un breve repaso a los lanzamientos de ECC relacionados con Renacimiento. Espero que te ayude a decidirte.
Sobre la grapa de Flash… voy a ver si me puedo enterar del porque de su ausencia en la tienda.
Y Legión yo también voy a pillarla. Por concepto es algo que me atrae mucho y con este artículo de Daniel si tenía alguna duda esta ha quedado disipada por completo. Gracias, Daniel. 🙂
mil gracias, ahora lo miro:D
PD: Es Vicent, valenciano; no ViNcent ,holandes XD, nadie en internet escribe bien mi nombre…
PD2: Un millón de gracias mas, no esperaba respuesta tan rapido 🙂
Ostras, mil perdones. Fallo de leer deprisa.
En fin, que te comprendo, aunque yo lo sufro de forma distinta ya que me convierten en Guillermo o Gonzalo más veces de las que me gustaría. Y eso que mi nombre en España esta asociado a un famoso batracio televisivo.
Y lo que te dicen, Flash para la segunda tanda de novedades de ECC.
Ajaja
Tranquilo tio
En la realidad los desconocidos me llaman VicentE, en internet ViNcent, supongo que tendré que vivir con ello XD
Pues yo entiendo que se confundan con el mio, pero de Gustavo a Guillermo o Gonzalo hay un trecho…
Sale con las novedades del 14, junto con los demás de Flash
bien
mejor incluso, sino me acabo todas las grapas el mismo dia
Un amigo mio me la recomendó cuando la empezaron a publicar en USA, y como hecho de menos comics como la Doom Patrol y cosas asi que salían personajes esquizofrénicos y demás le he dado una oportunidad, a ver.
Gran artículo. Legión es uno de esos personajes que siempre me ha fascinado: es prácticamente omnipotente pero no puede controlar sus poderes, lo que le convierte es alguien con quien te puedes identificar y empatizar.
¿Los eventos de Advenimiento encajarían dentro de la etapa de X-Men Legacy, no?
A mí me interesa la nueva etapa, pero no en formato grapa, lo siento por Panini. Si en algún momento la reeditan en tomos, picaré. Pero mientras tanto…
No dejo de pensar que con la alta promoción que está teniendo la serie de Legion, este personaje va a tener un papel importante en IvsX.
De todas formas, si fuera así, podría ser un resultado interesante