Guía del Mal Padre 2

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Edición original: Le Guide du Mauvais Père, volume 2, Éditions Delcourt, 2014.
Edición nacional / España: Astiberri Ediciones, marzo 2014.
Guión, dibujo y tinta: Guy Delisle.
Formato: 192 páginas en B/N editadas en rústica con solapas.
Precio: 12 € .

 

Un trazo simple. Viñetas sin marco. Tan blanco y negro que basta la tinta y alguna sombra en gris. Gags de un solo cuadro. A veces, algo más. Pero todo funciona. Todo es mejor que mejor. Cada línea y cada frase aparece como el dardo adecuado. El ya ilustre Guy Delisle, con este divertimento que supone su segunda guía del mal progenitor, demuestra cuan certero puede ser este medio con la mínima expresión de su capacidad. Esta Guía del Mal Padre 2 es, por tanto, pura delicia. No solo por esa sencillez inicial que puede distraer al más exquisito. No solo por este formato bolsillo para el que han confiado su edición. Que también. Sino, fundamentalmente, por estar excepcionalmente bien escrito. Como si de una recopilación de tiras de prensa se tratase, Delisle desarrolla sus aventuras como padre a base de anécdotas, de sucesos que pintan verosímiles y que algo de realidad deben guardar. Pero que el lector, avisado ya por el título, no espere el relato de su incapacidad para sacar adelante a la familia. Delisle es un mal padre porque es el mejor que cualquier hijo pudiera desear: leal, cariñoso, tan infantil como sus infantes, algo perezoso, cuyo trabajo es algo que los niños pueden no solo entender sino compartir, pero sobretodo, fantasioso y permisivo. De ahí que el autor francés pueda convertirse en cómplice de esa pareja de niño y niña que asisten atónitos a la educación por parte de un adulto que no lo parece en absoluto.


Pero donde verdaderamente gana este título es en su capacidad para enternecer. Desde la forma y el fondo. Desde el punto de vista del continente, esta guía merece un aplauso por ese trazo contenido, simple, pero del todo eficaz, que Delisle usa para plasmar sus anécdotas. Tanto es así, que algunos cuadros parecen meros esbozos de tan sencillos. Eso no solo no resta eficacia para que el gag funcione, sino que potencia la dulzura de los diseños. Los críos aparecen del todo verosímiles en su caricato, tremendos en la plasmación de sus emociones y terriblemente tiernos en la definición de sus formas. Parecen diseños sacados de un libro de esbozos de Sempé, con toda la maestría que eso conlleva, y se demuestra así de paso la eficacia de lo simple, el triunfo del uso de la línea y los puntos para recrear todo un conjunto de emociones y expresiones humanas. Repito, con líneas y puntos en su mínima expresión. Al tiempo, Delisle, buen narrador, escatima en líneas, pero no en el tempo de la narración. Con elegancia y acierto, el autor desarrolla el ritmo de sus viñetas para crear la tensión necesaria para cada gag, así como potencia su eficacia con el uso del valor de cuadro necesario para que el remate llegue en el momento adecuado. Cada frase, repito, cada cuadro y cada línea, parecen mucho más pensados de lo que un primer vistazo parece.


Desde el punto de vista del contenido, el guión desarrolla situaciones cotidianas de la vida del progenitor con sus chavales. Pero ni el padre es convencional ni los chavales lo parecen a priori. Como comentaba en la introducción, Delisle se representa a sí mismo como un padre inusual, caprichoso, inmaduro e irreflexivo, más cercano a lo que vendría a ser un compañero de clase de sus propios hijos que al padre cerrado y adulto al que casi todos los progenitores aspiran a ser o al que no tienen más remedio que terminar siendo. Sus contestaciones están al altura –a la bajura- del niño más caprichoso. Sus acciones se basan en inclinaciones tan egoístas como las necesidades siempre egocéntricas de los mismo niños. Su actitud es incluso a veces la del abusón corto de entendederas que pretende estar por encima de los demás por la mera fuerza o por edad. Pero aún así, o mejor, quizá por esto, Delisle se presenta como el padre querido por cualquier niño. El padre como compañero ideal, como amigo directo, cuya mente parece afín a las vibraciones propias de quien no ha cumplido aun la década de vida. Pero si Delisle triunfa en la representación iconográfica de sí mismo, el aplauso frente a la recreación de sus propios infantes debería ser aún más estruendoso. La parejita formada por Louis y Alice aparece representada a base de diálogos verosímiles que bien podrían haber estado en boca de niños de verdad y, tal y como suponemos, así debe haber sido. El autor acierta de pleno al plasmar las frases de unos niños que no paran de preguntar, que tienen dudas, que no son simplones ni tontos, que tienen cierta crueldad innata, que no tienen pudor aún y que son capaces de aprovecharse de la incapacidad del progenitor por resultar serio. Vamos, como los niños de verdad, que no dejan de ser ilustraciones menos desarrolladas de la mayor parte de los adultos, antes de haber pasado por el filtro de los dramas de la adolescencia o las frustraciones y amarguras posteriores. Delisle acierta, ya digo, en la plasmación de la infancia como campo de pruebas, como espacio lleno de curiosidad, sin caer en la simpleza de la mirada despectiva del adulto hacia el niño, esa que suele representarlos como seres tontorrones, confundiendo infancia con retraso mental.

Por tanto, y aunque el propio título del tebeo sea un gag en sí mismo, una guía tan útil para padres primerizos como para aquellos que estén dispuestos a serlo. Para reflejarse o alejarse de lo representado, pero desde luego, una guía tremendamente útil para pasar un rato con una sonrisa en la cara.

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Arturo Porras
19 marzo, 2014 17:50

Dudas tenía con esta obra. Deslisle me gustó en Pyongyang. Esto me parecía muy alejado de ese registro. La reseña ha hecho que (y siendo el día que es, felicidades para todos aquellos que comparten el tema de la paternidad) le diga a mi mujer que sería un buen regalo 🙂

Truvor
Truvor
Lector
19 marzo, 2014 18:22

Pues teniendo aquí al lado al Little Truvor con siete mesecitos resulta que este es mi primer día del padre. Y uno se fija más en este tipo de productos, que antes pasaba por alto. Tiene buena pinta, al menos le daré una oportunidad si me lo encuentro. Buena reseña, Raúl.

No pretendo aburrirles con mi baboseo, pero llega un día en que uno se acuesta siendo un friki descerebrado, y de repente se levanta como un friki descerebrado que ahora es papá. Y quieres hacer las cosas bien, y dar una educación al futuro heredero de tu colección. Y quieres educarle en la igualdad y la libertad. Y que haga sus propias elecciones vitales. Y el día de mañana verle hacerse un hombre, y mirarle con los ojos ligeramente humedecidos y el corazón henchido de orgullo.

Por eso una semana le pongo la camiseta del supes, y a la otra la de los x-men.

Arturo Porras
19 marzo, 2014 18:41

Truvor, siete mesecitos!! Yo ya no me acuerdo de esa época. La mía tiene cuatro años y me parece que fue hace mil años. Eso si, siempre llevándolos al lado oscuro. Mi pequeña se sabe a los personajes principales de cómic ( por supuesto) pero también a personajes de menos conocidos como Pantera Negra, Namor, la Avispa….Eso si, luego vuelve con las princesas, pero yo no dejo de intentarlo 🙂 Hay un libro de Jorge Vesterra que nos cuenta como traspasar el legado friki a nuestros hijos, con trucos y tests. Como hemos progresado…

Ocioso
Ocioso
Lector
19 marzo, 2014 19:05

¡Siete meses, que bonito!
Yo también tenía esas espectativas y cuatro años después firmaría porque en el futuro se ganara la vida robando coches. No quiero pensar hasta donde bajaré el listón dentro de un tiempo.

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
19 marzo, 2014 19:16

¡Truvor, déjate de mariconadas y empieza a enseñarle YA el secreto del acero! Mierda de bárbaros de hoy en día…..

Mathieu
Mathieu
Lector
19 marzo, 2014 20:32

Aún me río cuando recuerdo el chiste del «Zelda» del primer libro, buenísimo!! Lo recomiendo absolutamente. Este es un cómic divertidísimo para todos. Lo de ser padres es una excusa como cualquier otra porque con él sólo podéis aprender como traumatizar a vuestros hijos!!

Louontherocks
Louontherocks
Lector
19 marzo, 2014 22:52

El mio con dos añitos ya me pide que le dibuje a Spiderman para colorearlo jiji. Yo este tomillo me lo cojo el finde a ver qué tal.

Alejandro Ugartondo
Autor
19 marzo, 2014 23:18

Año y medio tiene el mío y de momento sólo he conseguido que le guste Totoro. A ver si empiezo pronto con los supers marvelitas.

Buena reseña Raul. Estoy con Truvor, antes productos como éste no me llamaban la atención y ahora estoy pensando en pillarlo en mi próxima visita a la librería.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
20 marzo, 2014 0:47

Bueno… Voy a parecer el raro, o el tocapelotas, o el amargado…

No tengo niños. Ni ganas, que el mundo está superpoblado ya. Y total, para lo que les espera… Que lo paso bien con los sobrinos y tal, pero, claro, estos tienen la ventaja de que cuando se ponen pesados los largas con los padres y ya.

Tampoco he leído nada de Delisle. Pero la reseña (muy buena, Raúl) es de las que invitan a picar.

Y aunque sea muy por los pelos (por lo de tener hijos y tal, quiero decir)… me estoy leyendo Los Combates Cotidianos. Y me está encantando. ¿Alguien se ha leído Blast? ¿ Qué tal está? Es que siempre que veo algún tomo me llama la atención pero no acabo de decidirme.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
20 marzo, 2014 2:46

Me apunto Pyongyang entonces, Samano. Aunque lo del «encanto» de Corea…no sé yo, XD.

Es que conozco personalmente a un par de coreanos. Y de buena gana les metía el «encanto» a patadas por el culo y sin vaselina. Bah, dejémoslo aquí. Que, además, ni todos serán así ni es bueno generalizar. Anda que no me faltan dedos para contar los españoles a los que les metía el «encanto» a patadas por el culo y sin vaselina…

Eeeeeh… Que es tarde. Y empiezo a divagar de mala manera.

x-ternon
Lector
20 marzo, 2014 7:38

«¡Siete meses, que bonito!
Yo también tenía esas espectativas y cuatro años después firmaría porque en el futuro se ganara la vida robando coches. No quiero pensar hasta donde bajaré el listón dentro de un tiempo.»

Yo creo que les voy a enseñar a casarse por dinero, que el amor es muy bonito pero no da de comer, y sí lo del cobre alimenta más que una carrera pero no tiene glamour, mejor un «stolen metal manager» alguien que haga de intermediario entre los ladrones y los chatarreros o fundiciones y que agilice el tránsito de la mercancía y le aporte valor añadido antes de su llegada a los mercados, complementado eso si con un buen matrimonio

Ocioso
Ocioso
Lector
20 marzo, 2014 7:50

¿Alguien sabe donde hay una buena academia de rumano?

Mr. X
Mr. X
Lector
20 marzo, 2014 8:08

Yo estoy en contra de la reproducción humana. Pero, eh, tienen todo mi respeto por meterse en ese berenjenal…

Louontherocks
Louontherocks
Lector
20 marzo, 2014 12:55

Los rumanos ya no palean tanto, les sale mejor estorbar en los semáforos para lavarte la luna del coche… ahora están en auge los gitanos otra vez… cobre, tornillos, verjas… están muy diversificados los tíos.

Mathieu
Mathieu
Lector
20 marzo, 2014 15:33

Retran, yo soy un fan absoluto de Manu Larcenet pero todavía no me hecho con «Blast». Lo único que te puedo decir es que tiene una pinta cojonudo y que ya en su vol.4 sigue teniendo el favor absoluto de la crítica y sus lectores. Yo espero hacerme con él pronto.

Truvor
Truvor
Lector
21 marzo, 2014 9:33

Estimado sr Porras, aquí le presento mi regalo del día del padre. Qué gracia me hizo cuando lo abrí, me acorde inmediatamente, claro.

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Esta ud hecho un visionario! Menudo ojo.

A mi amigo Tronak, decirle que de momento hablamos de un humano de nivel 1, pero la maquinaria ya está puesta en marcha para que el día de mañana conozca los secretos del acero.

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En cuanto su madre se despista, a Little Truvor le quito los putos cantajuegos y le pongo a Basil Poledouris. Con dos cojones.

Truvor
Truvor
Lector
21 marzo, 2014 9:40

Chorry, estas cosas funcionan en otros sitios, mi torpeza no me da pa más.
Lo primero es una foto del libro que recomienda Sr Porras, me lo regalo mi hermano un par de horas después de su comentario.
El segundo enlace es Little Truvor con uno de los bodys más frikis de la historia, regalo de los amigotes frikis del orgulloso padre.

Ocioso
Ocioso
Lector
21 marzo, 2014 11:36

A los fans de Los combates cotidianos de Larcenet les puedo recomendar El retorno a la tierra del mismo autor. Cinco tomitos en formato apaisado, cuatro de ellos publicados en España por Bang, que son algo así como una serie paralela de Los combates. Tiras cortas de humor que se centran en la parte costumbrista dejando a un lado la política. Algo así como las aventuras y desventuras de Larcenet cuando decide irse a currar al campo.
Me imagino que la serie estará descatalogadísima, pero a lo mejor se puede encontrar en bibliotecas.
Googleando rápidamente he encontrado este enlace, pero seguro que hay algunos mas:

http://gomorritaperez.blogspot.com.es/2010/10/recomendaciones-gomorritas-el-retorno.html

Para Blast mejor esperar un poco. Salen carísimos y para estas cosas prefiero estar seguro de que la serie se completa y el final está a la altura.

Las guías del mal padre, pues apetecen pero también salen muy caras para la cantidad de contenido que traen. Biblioteca, segunda mano o robo digital, ya veré.

Ocioso
Ocioso
Lector
21 marzo, 2014 11:41

Por cierto, veo muchos padres de niños pequeños en ZN. Es posible que dentro de veinte años los comentarios estén tomados por la Plataforma de Afectados por Padres Aficionados Soporíferos (PAPAS)

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
21 marzo, 2014 16:40

Me apunto ese El retorno a la tierra, Oci.
Ayer noche me acabé Los Combates Cotidianos y me dejó encantado. En cuanto pueda, me lo pillo.

Y con Blast, pues es verdad que son caros, pero no sé si esperar o ir haciéndomelos poco a poco. ¿Se sabe algo sobre cuánto va a durar la serie?

Arturo Porras
21 marzo, 2014 17:35

Sr. Truvor, suerte la suya. Yo contento con el mío, un corazón y una rosa dibujados por mi peque. Y esperando que mi mujer cumpla su palabra y caiga este Guía del mal padre. Eso si, le pediré auxilio cuando tenga problemas en traspasar el legado friki a mi pequeña 😉

Mathieu
Mathieu
Lector
22 marzo, 2014 1:26

Oci, Retran, sobre Blast os puedo decir que el 4º y último volumen ha salido ya en Francia y que muchos califican «Blast» como la obra maestra de Larcenet.

El retorno a la tierra son algo así como tiras cómicas sobre la vida en el campo, se puede pillar en Amazon (los dos primeros en un pack que sale bastante bien). El inconveniente es que creo que aquí solo se han publicado tres álbumes y en Francia van por el quinto. Lo que me plantea serias dudas de que la serie se vaya a completar por estos lares.

Brainy5
Brainy5
Lector
22 marzo, 2014 19:40

Yo también tengo gremlin (4 años ya) y he leído casi tó lo de Delisle con deleite -Pyongyang, estoy de acuerdo, lo mejor con diferencia, pero Shenzen, Crónicas Birmanas no están nada mal, Jerusalén tampoco, etc…- y he de decir que estos dos tomitos me han hecho reír bastante pero también me parecen, al lado del resto de su obra, un pincho de tortilla al lado de un cocido madrileño. No sé si me se entiende…