Conozcamos a Gwen
«¡Y si me dais vuestro voto os prometo que el Instituto Standard será cualquier cosa menos estándar!»
Introducción: La Importancia de Gwen Stacy
En el mundo del cómic súper heroico, hay momentos, números determinados, viñetas, que se quedan congeladas en el tiempo por su significado, por su impacto. Hoy en día es imposible hablar del Flash de Dos Mundos (The Flash Vol. 1 #123 de Octubre de 1961, por Gardner Fox, Joe Giella y Carmine Infantino) sin visualizar en nuestra cabeza su portada, que dio origen al propio concepto de Multiverso.
Igualmente, sería toda una necedad, negar que la muerte de Jason Todd a manos del Joker en Una Muerte en la Familia (Batman Vol. 1 #426-429 de Diciembre de 1988 por Jim Starlin y Jim Aparo) no marcó un antes y un después en un cómic súper heroico que en aquella época comenzaba a hacerse más oscuro, más real.
En Marvel, por supuesto, también tenemos una buena tanda de momentos históricos que nos marcaron de por vida. Para el recuerdo quedará el rescate de Namor al Capitán América del hielo en el que se mantenía congelado (Avengers Vol 1. #4, de Marzo de 1964 por Stan Lee y Jack Kirby) . O, la presentación de aquel nuevo grupo de Los Vengadores liderado por el propio Steve Rogers y en el que tres ex villanos como lo eran Mercurio, la Bruja Escarlata y Ojo de Halcón comenzaban a militar (Avengers Vol 1 #16, de Mayo de 1965 por Stan Lee y Jack Kirby).
Pero si hablamos de momentos trágicos, de desgracias que marcan la vida de un héroe, sin ninguna duda es Spiderman quien se lleva la palma. Y es que, desde su aparición en aquel Amazing Fantasy #15 de Agosto de 1962 escrito por Stan Lee y dibujado por Steve Ditko, en el que conocimos al protagonista y a su tío Ben, para automáticamente despedirnos de este último y, con su muerte, dar paso a Spiderman, la vida de Peter Parker ha estado plagada de desgracias.
Dichos pesares no suelen ser un truco barato. No están diseñados tan solo para llegar al corazón del lector, o para hacer sufrir al protagonista de forma gratuita. Lo que ocurre, es que es con dichas experiencias con las que el alter ego tras la máscara se va formando, el héroe que patrulla las calles de Nueva York se construye. Es dicho sufrimiento el que le empuja o bien a seguir siendo Spiderman, o bien a plantearse dejar de serlo, por lo que poco que compensa y por el enorme precio que paga por ello.
El Tío Ben, Ned Leeds, Harry Osborn, Jean DeWolff, Ben Reilly, Martha Jameson… y un largo etcétera de personajes cercanos a Peter Parker, a Spiderman, o a su amplia gama de personajes secundarios en un momento u otro, han traspasado el velo de la muerte por culpa directa o indirecta de nuestro querido lanzarredes.
Pero hubo una muerte, una despedida, que influenció a todas las posteriores. Un fallecimiento que marcó al público y al personaje de por vida y que permitiría tanto a Marvel, como a DC y a otras compañías darse cuenta de que el cómic súper heroico servía para algo más que para narrar aventuras de acción y de humor en viñetas. Y no me estoy refiriendo a la muerte del Tío Ben, la cual sin restarle importancia, no deja de ser un aspecto apegado al origen del personaje. Me refiero, como no podía ser de otra manera, a la muerte de Gwen Stacy.
Gwendoline Maxine Stacy, fue presentada por primera vez Amazing Spider-Man Vol.1 #31, de Diciembre de 1965, de Stan Lee y Steve Ditko, y pronto se convirtió en la primera novia “oficial” de un Peter Parker que acababa de comenzar su andanza universitaria. Sí, el bueno de Peter había tenido varios escarceos amorosos desde que le picara cierta araña radioactiva, pero solo Gwen era esa novia que actuaba como tal, que era presentada así en la propia colección y por la que Parker bebía los vientos cada día, al tiempo que inventaba una y mil excusas para no llegar a tiempo a sus citas con ella como consecuencia de su doble vida arácnida.
Lo cierto es, que Gwen Stacy nunca fue especialmente desarrollada como personaje. Estábamos en otra época del cómic súper heroico, la fundacional del Universo Marvel, y en ella, los personajes secundarios, especialmente las mujeres, se definían por su relación con el héroe protagonista, y no por sí mismas.
Lois Lane tardó mucho en tener una personalidad propia, al igual que Karen Page, y Gwen Stacy, nunca llegó a desarrollarla.
Y es que, Gerry Conway y Gil Kane decidieron que la vida de Peter Parker cambiaría de raíz cuando el Amazing Spider-Man Vol.1 #121 de Junio de 1973, el Duende Verde arrojaba a la novia del héroe por un puente, tratando Peter de rescatarla con una telaraña cuyo retroceso terminó por partir el cuello de la inconsciente muchacha, matándola en el acto.
Aquel movimiento editorial fue tan arriesgado, que, Stan Lee renegó del mismo, considerándolo un auténtico atropello hasta que vio lo bien que había funcionado entre el público, momento en el que aprovechó para apuntarse el tanto y afirmar hasta su muerte, que aquello había sido en realidad idea suya.
Pensemos en que no solo estábamos dando el paso de Peter Parker a una vida más oscura y adulta al perder al amor de su vida, sino que, además, se dejaba apuntada la idea de que sí, el Duende Verde había propiciado la muerte de Gwen, pero había sido la telaraña de Peter la que accidentalmente la había ejecutado.
Dada la poca personalidad con la que Gwen fue diseñada, y el hecho de que todo lo que ella era se contaba desde la óptica masculina y con refuerzo al personaje de Peter, con su muerte podemos hablar de un claro caso de mujer en el frigorífico, y ello aún cuanto el término se acuñaría hasta dos décadas más tarde por parte de Gail Simone al morir la novia del Green Lantern ,Kyle Rayner.
Y es que no debemos olvidar, que al tiempo de morir Gwen Stacy, la concepción de feminismo era muy distinta a la que manejamos hoy, y por tanto, el peso de las mujeres en las historias era ínfimo y siempre asociado al del hombre protagonista.
La importancia de Gwen, o mejor dicho, de su muerte, fue tal, que cada cierto tiempo se vuelve sobre la idea para remarcar lo que afectó a Peter, para que Mary Jane se sienta como una suerte de “premio de compensación”, o incluso, para tratar de ahondar en su pasado con mejor o peor fortuna.
En ese sentido, cómics como el magnífico Spiderman: Blue de Jeph Loeb y Tim Sale nos narraron cómo Peter y Gwen se enamoraron de una maravillosa manera que hizo más creíble su relación posterior, y por tanto, más dolorosa la pérdida de Gwen.
Igualmente, el concepto de Spiderverso, dio pie a que Jason Latour y Robbie Rodriguez crearan a una versión arácnida del personaje que recibía una segunda oportunidad en la vida como guerrera araña (Edge of Spider-verse #2 de 2014).
Todo ello, sin olvidarnos de la magnífica Gwen que Brian Michael Bendis y Mark Bagley trajeron al mundo el Ultimate Spiderman Vol.1 #14 de Diciembre de 2001, reconvertida en una muchacha empoderada y decidida con una personalidad propia e independiente que en absoluto dependía de un Peter Parker del que ni siquiera era pareja en un principio.
Para el olvido es mejor dejar aquella vuelta sobre el pasado de Gwen que Joe Michael Straczyinski (con el dibujo de Mike Deodato Jr.) realizó en la infame Pecados del Pasado (Amazing Spider-Man Vol.1 #509-514 de Agosto de 2004), en la que el laureado escritor pegó el que quizás sea el mayor traspiés de su carrera al querer convertir a la dulce Gwen en una suerte de Laura Palmer marvelita de la que preferimos no acordarnos.
Pues bien, el concepto de Gwen Stacy ha vuelto una vez más, dentro de sus cíclicas idas y venidas, y de nuevo, Marvel pretende narrarnos su pasado, en una pequeña historia independiente que no depende de ninguna serie arácnida, y de la que ahora paso a hablaros.
Reseña de Gwen Stacy. ¿Quién es esa chica?
Gwen Stacy ¿Quién es esa chica? Es como hemos adelantado en el apartado anterior, un cómic que narra cuál era la vida de Gwen Stacy antes de ser la novia de Peter Parker. Por tanto, conocemos aquí a la avezada científica que llega a superar a Peter en muchos aspectos académicos, pero también a la indómita muchacha que trae de cabeza a su padre, el Capitán de Policía George Stacy cuya muerte a manos del Doctor Octopus (Amazing Spiderman Vol 1. #90 de Noviembre de 1970, de Stan Lee y Gil Kane) también marcó un antes y un después en el cómic superheroico solo superado por el posterior fallecimiento de su hija.
Veremos a Gwen interactuar con Harry Osborn, quien claramente bebe los vientos por ella, al tiempo que descubrimos a una muchacha que sin dejar de ser aplicada en los estudios, es popular y querida entre los suyos.
Sin embargo, lo que marcará el rumbo de la trama, será la campaña para Presidenta de la Clase de Gwen, quien luchará por ser elegida en dicho puesto dentro de la Universidad (pensemos que en realidad estamos ante el college estadounidense, un concepto más similar a nuestro bachillerato que a lo que realmente entendemos por carrera universitaria y, por tanto, más similar al instituto).
Por otro lado, cuando Gwen interactúa con su padre. Vemos pasearse por la colección a conocidos secundarios de las fuerzas de la Ley y el Orden de las colecciones arácnidas. Así pues, no solo veremos a George Stacy, si no que Jean Dewolff y Suki Watanabe se encontrarán igualmente en la comisaría de policía, investigando un crimen en el que está involucrado el Maestro del Crimen. Ello será utilizado por Christos N. Gage para mostrar la agudeza intelectual de Gwen quien, extraoficialmente, comenzará a trabajar en este caso con su padre.
Gage, a quien conocemos por haber sido la mano derecha de Dan Slott durante toda su etapa arácnida, al tiempo que es responsable del guion de los videojuegos de Spider-Man de Play Station 4 o de la segunda etapa de Ninjak de la Valiant moderna, demuestra aquí un conocimiento más que acertado del pasado de la franquicia arácnida. Ello es utilizado muy sabiamente por el autor para, a pesar de lógicamente ambientar la historia en una época temporal posterior a aquella en la que el personaje fue concebido, conseguir que todo se sienta como parte del pasado, sin llamar la atención de lectores más veteranos y atrayendo lo suficiente a lectores más recientes.
Por su parte, Todd Nauck y Rachelle Rosenberg muestran aquí un estilo convencional que recuerda poderosamente a los cómics románticos de la década de los cincuenta y que derrocha energía y movimiento, dando a la historia esa chispa que necesita para resultar interesante y por tanto, digna de ser comprada.
No estamos ante el mejor cómic del año, ni tampoco ante un imprescindible de Marvel, pero desde luego, sí que estamos ante una obra que a pesar de lo en principio, manido de su propuesta inicial, resulta agradable a la lectura y más interesante de lo que a priori podríamos haber imaginado.
Lo mejor
• Conocer a Gwen más allá de su trágica muerte.
• Que la obra se adapte tanto a nuevos lectores como a lectores más experimentados.
Lo peor
• Una obra que por lo manido de su propuesta pasará más desapercibida de lo que debería.
Guión - 6.5
Dibujo - 6.5
Interés - 6.5
6.5
Interesante
Christos N. Gage, Todd Nauck y Rachelle Rosenberg, arrojan algo de luz sobre el pasado de la mítica figura de Gwen Stacy.
Y al final quién es Gwen Stacy?
Strac tiene muchas cosas buenas y muchas malas, pero «Pecados del pasado»entra de lleno en el apartado «interferencias editoriales» en un giro mogambero con respecto a la idea del escritor.
El momento más sentido y maduro de Spiderman Azul es el final, que no destriparé por el que no lo haya leído.
Saludos!