La aventura onírica de lovecraft
«¡Soy Randolph Carter, el soñador!»
Adaptar a Lovecraft es una trabajo de riesgo, por la simple comparación. Normalmente se tiene al solitario de Providence como a un autor inalcanzable, y en muchos casos indescriptible, por aquello de lo concreto y lo universal, lo humano y lo cósmico que vertebra su obra. Pero hay veces, que los autores que lo adaptan deciden desprenderse de esa necesidad pretenciosa de captar toda la profundidad del autor, y optan por hacer suya la adaptación para enfocarla desde otro ángulo. Esto es lo que proponen en esta obra, quizás menos profunda que la novela corta original de la que parte, pero sin duda alguna muy entretenida, y que no pierde su esencia.
Florentino Flórez nació en 1961 en la ciudad de Avilés. Es un teórico de cómic, miembro activo del Salón del Cómic Principado de Asturias y de la revista El Wendigo, y también diseñador de alguna de sus publicaciones. Crítico de cómics en Diario de Mallorca con la sección Tebeo y no lo creo, y comisario de varias exposiciones celebradas en el Casal Solleric de Palma como en el Festival de comics de Angoulême. Es también profesor de Ilustración, Diseño Gráfico y Teoría de la Imagen en la Escuela Superior de Diseño de las Islas Baleares. Él, junto a su compañero Frédéric Manzano fueron finalistas con Ditko Unleashed en los Premios Eisner.
Jacques Salomon, el menos experimentado en el mundo de la historieta, es un ilustrador freelance afincado en Palma de Mallorca. Se reconoce como alguien con ganas de contribuir en el mundo de los juegos y videojuegos, con su arte. Su experiencia se concentra especialmente en la ilustración de personajes y entornos de fantasía. Cuelga parte de su trabajo en su página web.
Guillermo Sanna nació en Mallorca en 1976. Estudió ilustración en la Escuela de Artes y Oficios de Palma y después ejerció diversos oficios hasta poder dedicarse plenamente al mundo del cómic. Entre el 2015 y 2016 publica Straitjacket en Estados Unidos, un cómic de terror editado por Amigo comics y con guion de El Torres. También trabajó en una serie limitada dedicada a Bullseye para Marvel Comics en 2017, como en Luke Cage del sello Panini cómics en el 2018.
La aventura como objetivo, Lovecraft como medio
En esta obra se nos narra el viaje de Randolph Carter. El protagonista, acompañado por un compañero felino, el nieto del general de los gatos de Ulthar, irá en busca de Kadath la ciudad del sol poniente, hogar de los dioses. Por el camino se enfrentará a criaturas abismales, cruzándose con viejos compañeros, y antiguos amores inalcanzables, hasta llegar a su destino, el cual podría haber estado más cerca de lo que intuía. “He soñado por tres veces con una maravillosa ciudad. Por tres veces se ha esfumado”.
En las páginas de este trabajo nos encontramos con una adaptación libre de la novela corta de Howard Phillips Lovecraft, La búsqueda en sueños de la ignota Kadath. Los autores tenían pensado hacer una adaptación que abarcase 12 álbumes, pero por motivos editoriales acabaron reduciendo la historia a un volumen de 8 capítulos. Algo parecido sucedió con la idea de meter color en el dibujo, tras ver las maravillosas portadas que realizó Jacques Salomon, pero de nuevo el tiempo y el precio de éste no lo hizo posible.
Repleta de aventuras, extrañas criaturas y de mucha acción, podremos disfrutar de una gran dosis de un Lovecraft no tan conocido, pero que aquí se hace muy presente. El ritmo interno es muy acelerado, lo que consigue agilizar la adaptación de una novela que necesita su tiempo para avanzar. En este sentido los autores se toman sus licencias con respecto a la obra original, paliando la gran cantidad de monólogo interno con el que cuenta la novela, con la introducción de un personaje que no aparece en ella: El gato que hace de compañero de viajes.
Otra de las grandes licencias que se toman, y que consigue hacer que la historia tome un cariz mucho más accesible para el gran público, es la de incluir, al inicio de cada capítulo, una página que homenajea al inmortal personaje Little Nemo. Esto, aparte de encajar a la perfección con la historia, nos da algunas claves de la propia historia, haciendo del artificio visual y nostálgico una herramienta narrativa. “Nos dimos cuenta de que cuando Winsor McCay publicaba los dibujos de El pequeño Nemo probablemente Lovecraft los conocía, porque las fechas coinciden, ahora ya hace cien años prácticamente. Además, McCay tiene una parte muy siniestra y esta novela de Lovecraft tiene una parte muy subyacente de los sueños, las pesadillas, la realidad”.
En el aspecto gráfico podemos observar algo que no suele darse muy a menudo en los trabajos como estos. Los dibujantes Guillermo Sanna y Jacques Salomon se turnan para dibujar capítulos alternos. En el caso de Guillermo Sanna, que dibujó los capítulos 1, 3, 5 y 7, percibimos un estilo gobernado por las sombras, que dan forma a todo lo demás. El trazo y el estilo, que nos puede recordar al de Mike Mignola, no se detiene en los detalles, pese a que en algún que otro lugar hace gala de ellos, sino que va a la sugestión producida por el juego de sombras. Es sin duda el dibujo que le hace adquirir solidez a la historia por la fácil vinculación con el tono de la misma.
En cambio en el caso de Jacques Salomon (capítulos 2, 4, 6, 8, y las páginas estilo Little Nemo), su trazo no tiene la continuidad de su compañero; para bien. Vemos que el autor mantiene, con el paso de los capítulos, una evolución que va mejorando y reforzando su dibujo en relación a la historia, llegando a afianzar totalmente su papel en este trabajo, hasta tal punto que varias de las páginas del episodio 6 y 8 son lo mejor de todo el tomo. Por último, a este respecto, decir que las páginas que hacen referencia a Little Nemo son de una sutileza exquisita, manteniendo, tanto en el guion de Flórez como en el dibujo de Salomon, un respeto total a la obra de McCay y una incidencia en la historia magistralmente cohesionada.
La edición de Diábolo es de gran calidad, con páginas de alto gramaje, y en cuyo interior, a parte de la obra, nos encontramos con una introducción de Ramón Fermín Pérez Meana, fundador de la revista crítica de cómics El Wendigo, que nos prepara para la aventura que viviéremos en las páginas siguientes.
Aunque H.P. Lovecraft: Kadath no se pueda medir con las grandes e inmortales adaptaciones como la de Breccia, no lo pretende, y no lo necesita. Su esencia no es la de trascender, sino la de hacernos pasar un rato entretenido, que vivamos aventuras, que descubramos una faceta de Lovecraft que hacía tiempo que nadie traía a la palestra, y en eso no hay mejor adaptación que ésta. La idea de este volumen no es la de crear desazón y terror en el lector, es la de amenizar, la de que renazca ese ímpetu aventurero que trata de esconderse en nuestro interior, y que estalla en nuestros sueños; como le sucede a nuestro protagonista.
Lo mejor
• Su falta de pretensión, que hace que se convierta en una historia de aventuras muy acertada y entretenida.
• Las diferentes licencias que se toman para lograr una buena adaptación al medio que nos atañe.
• Las distintas virtudes de los dibujantes, que consiguen unificar una obra con dos estilos muy diferentes.
Lo peor
• Que no se le permitiera, por falta de medios, introducir color a la páginas de Jacques Salomon.
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 8
7.7
Trepidante
H. P. Lovecraft: Kadath termina por consolidarse como una historia de aventuras muy entretenida con lo onírico como eje vertebrador. Gracias a un guion que adapta a la perfección la obra original de Lovecraft, tomándose las licencias necesarias para llevarlo a cabo, junto a la fusión de los dos estilos de dibujo que se dan cita en el volumen, y que unen fuerzas en vez de estorbarse, podemos decir sin que nos tiemble la voz, que es una gran obra de aventuras.