«“En general, todas las personas que conozco terminan convirtiéndose en personajes de mis historias. Vos también…”.
Esta mañana nos hemos despertado con la triste noticia de la desaparición de uno de los escritores de cómics en lengua castellana más importantes de la historia. Nos ha dejado el gran Robin Wood (1944-2021) creador, entre otros, de personajes inolvidables como Nippur de Lagash, Savarese y Dago. Fue un guionista que durante su larga y fértil carrera publicó en revistas como El Tony, Intervalo, Nippur Magnum, Fantasía o D’Artagnan de la editorial argentina Columba.
Aunque muchos pensaban que era un pseudónimo, Robin Wood era su verdadero nombre. El guionista paraguayo procedía de una familia de emigrantes australianos que se afincó en este país sudamericano huyendo de las represalias por su ideología socialista y sus actividades sindicalistas. En Paraguay el joven Wood vivió una infancia difícil y nunca conoció a su padre. Su escolarización fue precaria y su amor por la lectura le hizo empezar una carrera de escritor autodidacta que, en sus inicios, iría compaginando con trabajos alimenticios de diversa índole.
Emigró a Argentina, concretamente a Buenos Aires, donde acudió a las clases de la Escuela Panamericana de Arte y donde publicó su primer trabajo en la famosa editorial Columba con la que colaborará durante toda su vida profesional.
Ya afianzado en editorial Columba, el joven Robin Wood le propone al excelente dibujante Lucho Olivera la creación de una de sus series más emblemáticas, se trata de la apasionante Nippur de Lagash (1967-1998) protagonizada por un general, y más tarde rey, sumerio del mismo nombre que vivió sus aventuras en el tercer milenio a.C. La historia de presentación se estrenó en la revista D’Artagnan #151, llegándose a publicar cerca de 450 episodios y tener una revista propia, que se llamará Nippur Magnum y que se publicó desde diciembre de 1979 hasta el año 2000.
También colaboró en la serie de temática similar titulada Gilgamesh, el inmortal, creada por el mismo Lucho Olivera y donde Wood aportó su talento en los guiones de varias decenas de episodios.
Robin Wood. Un autor de grandes sagas
A finales de la década de los sesenta empieza a publicar varias series que resultarán tremendamente populares, son obras como el western titulado Jackaroe, dibujado casi en su totalidad por Gianni Dalfiume; Dennis Martin una saga de espionaje que contará con el maravilloso arte de Lito Fernández o Mi novia y yo, un tierno serial costumbrista y humorístico dibujado por Carlos Vogt.
Su período de máxima actividad será en las dos décadas siguientes donde cimentará su extraordinaria carrera con series como:
Savarese (1978-1989), dibujada por Domingo “Cacho” Mandrafina y que trata de un huérfano inmigrante italiano que lucha por sobrevivir en los barrios pobres de Nueva York y que acaba combatiendo el crimen como agente del FBI.
Dago (1981-Actualidad) una epopeya ambientada en la Italia renacentista, dibujada por Alberto Salinas, Carlos Gómez y Joan Mundet que se publicará durante más de quince años en Argentina y que sigue apareciendo en los quioscos y librerías de Italia.
Pepe Sánchez (1975-1998) parodia de las historias de espionaje en clave de humor porteño. Dibujada por Carlos Vogt, se publicó en la revista El Tony y sus especiales.
Helena (1979-1988) serie de protagonismo femenino, ambientación periodística, que alcanzó los 100 episodios y que fue dibujada por el portentoso artista Ernesto García Seijas. Se publicó en la revista argentina Intervalo y también en Italia, en las revistas Skorpio y Lanciostory y tuvo incluso una serie televisiva para Canale 5, protagonizada por Paola Onofri.
Troels (1985-1991) es una espléndida saga de vikingos que se prolongó durante sesenta y dos capítulos de los cuales Wood escribió los doce primeros, siendo substituido por Armando Fernández. Fue dibujada de manera extraordinaria por Jorge Zaffino, ayudado a menudo por Sergio Ibáñez, y que contó con el arte de Marcelo Basile en los últimos seis episodios. Se publicó en la revista El Tony.
Además de estas grandes sagas, Wood realizará innumerables guiones para episodios puntuales de otras series creadas por otros autores y también para relatos unitarios.
Queriendo evitar la repetición de su nombre en los títulos de crédito de las revistas donde publicaba, Wood firmara con numerosos nombres alternativos. Algunos de sus pseudónimos más conocidos fueron: Mateo Fussari, Robert O’Neill, Noel Mc Leod, Joe Trigger, Roberto Monti, Carlos Ruiz, Rubén Amézaga o Cristina Rudlinger…
El guionista se ha casado dos veces, primero con Anne Mette y más tarde con Graciela Stenico. Ha tenido cuatro hijos, a parte de educar al hijo de su segunda pareja.
Wood ha vivido entre las ciudades de Asunción, Barcelona, Copenhague, Buenos Aires y también en el Sur de España. En sus últimos años ha residido en Asunción, donde ha fallecido.
Robin Wood ha sido un autor que ha sabido combinar las tramas aventureras, con unos diálogos directos y una filosofía humanista al mismo tiempo que aventurera. Eran historias tremendamente realistas que, a menudo, estaban protagonizadas por personajes nacidos en entornos precarios y que acaban por encontrar su propio camino en la vida, siempre luchando por mantener una cierta dignidad en un mundo lleno de dificultades y donde el ser humano podía ser peligro más difícil de sortear. Durante su carrera ha creado cerca de 95 personajes y publicado más de 10.000 guiones.
A lo largo de su vida profesional Wood ha obtenido numerosos premios y distinciones entre los que destacan:
el Yellow Kid del Salón Internacional de Cómic de Lucca del 1998; Mejor Guionista del Mundo en la Bienal de Córdoba de 1997; Premio de Honor en el Festival de la Historieta del Mercosur del 2000, entre otros.
Su calidad y su carisma le han proporcionado una numerosa legión de admiradores, muy activos en las redes sociales y en las bitácoras digitales, que ahora estarán de luto. A todos ellos y, especialmente, a su familia y amigos les queremos manifestar nuestras más sinceras y emocionadas condolencias y honramos a un maestro de la palabra escrita que ha iluminado nuestras lecturas con un buen número de cómics absolutamente maravillosos.
D.E.P.
Artículos en Zona Negativa sobre Robin Wood
Merlín, de Robin Wood y Enrique Alcatena por Sergio Robla
Drácula, de Robin Wood y Alberto Salinas por Jordi T. Pardo
Oh viejo, esto me toca de cerca. Que lamentable. Aun nos quedan sus trabajos, maravillosos y entretenidos
Gracias por todo Robin.
Hoy es un día de profunda tristeza para mí. Robin es el principal guionista que me hizo amar la historieta. Su obra es profundamente bella y humana. Me acompaña desde la niñez y lo hará hasta el ultimo de mis días.
Q.E.P.D. Robin. Uno de los más grandes, Nippur es uno de los héroes épicos más grandes de la historia, y cuando leía (en mi casa, aparte de muchas Nippur Magnum o El Tony, había 2 tomitos recopilatorios hermosos de los 70 de mi viejo) historias como las primeras (que compartia con un elamita o con Sargon de Akkad), que datan de fines de ´60, y las comparé tiempo después con lo que hacia DC o Marvel por la misma época…la historieta argentina estaba avanzadísima, a mil años luz. Hoy solo se refleja con los dibujantes, que laburan todos en USA o Europa, pero ya no hay guionistas como Robin, Oesterheld o Trillo. Gracias a este medio español por acordarse de un prócer paraguayo-argentino.
Qué noticia más triste!,se ha ido uno de los más grandes.En este caso no es un tópico, era absolutamente verdad. Uno de los mejores guionistas que haya dado jamás el noveno arte.
Triste además que su obra no se encuentre disponible ahora mismo.Más allá de las ediciones que hicieron ECC y 001 Ediciones(hoy en día muy difíciles de encontrar),no hay absolutamente nada.
Espero que al menos esta tristísima noticia sirva para que alguna editorial española se atreva a publicar algunas obras de este hombre
Por acá en su casa sacaron una increible cole en los kioscos de Nippur
Nunca entenderé por qué compartir el mismo idioma ha hecho que los italianos conozcan mejor a los sudamericanos que nosotros. Qué impide editar en ambos lados del Atlántico una misma obra?
De lo poco que leí Gilgamesh el Inmortal me pareció una absoluta maravilla. Así como la poderosa interpretación del mago Merlín. Ojalá me cruce más tebeos suyos en el futuro.
Un detalle para corregir del artículo: los tiempos de Nippur son del tercer MILENIO a.C., la Sumeria (o Caldea de la Biblia) cuna de la civilización, más o menos por el año 2500 -3000 a.C.
Dr Kadok
Corregido y gracias… Porque supongo que Nippur no era helenístico, verdad?
Salut!
Igual, como en Asterix, hay un poquiiito de anacronismo. Pero Wood y Olivera eran muy estudiosos de la era antigua, de hecho a mi junto con Goscinny-Uderzo en el otro extremo me transmitieron esa fascinacion y de chico leía todo lo que caía en mis manos al respecto. Vamos a ver si los Eternos le pasan un poco de eso a los chicos con Babilonia (aunque lo dudo…)
Una tristeza enorme me produce esta noticia, sabía de sus problemas de salud pero uno núnca termina de caer cuando se produce el inevitable final, se nos fue una leyenda en todo sentido.
Aunque he leído una buena parte de sus obras y todas me encantan, siempre hay una que me termino seduciendo más que las otras y esa fue Dago, historia y personaje que núnca baja la calidad y del cual sería fascinante llevar a serie de animación algún día para hacer honor al autor.
Ojala que donde se encuentre ahora siga escribiendo como el primer día.