Haarmann. El carnicero de Hannover, un asesino en serie

 

Guión: Peer Meter
Dibujo: Isabel Kreitz
Edición España: Ediciones La Cúpula (2014)
Contiene: Haarmann GER (Carlsen Verlag, 2010)
Formato: Tomo rústica de 180 páginas
Precio: 17,90€

 

En las últimas décadas los sórdidos y atroces retratos de algunos de los más populares e históricos asesinos en serie –serial killers o psycho killers en inglés- nos han ofrecido en el mundo del cómic más de una asfixiante y angustiosa lectura y, por supuesto, alguna que otra obra maestra. En este último caso resulta ineludible citar el From Hell de Alan Moore y Eddie Campbell, un auténtico tratado para cualquier autor que desee acercarse el tema, y, por otro lado, en la primera categoría, podemos recordar la calidad de obras como Torso. El Descuartizador de Cleveland de Brian Michael Bendis y Marc Andreyko, El asesino de Green River. Una historia de detective real de Jeff Jensen y Jonathan Case, Mi amigo Dahmer de John Backderf o la presente Haarmann. El carnicero de Hannover, un asesino en serie del guionista alemán Peer Meter y su compatriota y dibujante Isabel Kreitz. Este trabajo publicado hace unos años en nuestro país por Ediciones La Cúpula ha sido reeditado recientemente por la misma en su correspondiente edición en rústica volviendo a darnos una oportunidad de aproximarnos, si tenemos estómago para ello, al perfil de Fritz Haarmann, uno de los peores y más escalofriantes asesinos de la historia de Alemania.

Su argumento se sitúa a principios del siglo pasado, en los últimos días de libertad del monstruo, enseñándonos su pericia para sembrar de manera invisible el terror por la calles de Hannover escondiendo a primera vista un largo historial de violencia, crímenes y canibalismo. Pero en esta corrosiva obra no hallaremos un recorrido prototípicamente biográfico por las miserias de su protagonista. Tampoco encontraremos un relato detectivesco al uso. No es la intención de su guionista que opta por una interesante perspectiva social mostrando la ineptitud, miopía y, especialmente, la indiferencia de la policía y principales autoridades de la época para atrapar a un asesino que parecía tener mancha ancha para cometer sus delitos. El foco de la obra, o más bien sus alargadas sombras, como insinúa su apartado gráfico, se centran pues en la ambientación y el contexto histórico porque como explicaba el propio Peer Meter en una reveladora entrevista concedida a los compañeros de Entrecomics hace ya unos años, «al contrario de lo que sucede en el thriller normal, donde se pone el acto sangriento en el candelero, nosotros nos enfocamos en la sociedad» siguiendo la firme creencia de qué «los asesinos en serie revelan mucho sobre su sociedad y el período histórico en el que vivieron.»

Para este guionista y escritor no hay otra manera más sintomática de abordar estos espeluznantes relatos, lo ha dejado claro en el trabajo que ha venido realizando desde principios de este siglo en propuestas como Veneno, en colaboración con Barbara Yelin y editada en España por Ediciones Sins Entido, o El hermano de Vasmer, con los lápices de David von Bassewitz. En ellas ha narrado las sórdidas historias de otros destacados asesinos en serie alemanes como la envenenadora Gesche Margarethe Gottfried, alias El ángel de la muerte, o el no menos terrible Karl Denke apodado El caníbal de Ziebice. El interés de Peer Meter por la más escabrosa condición humana se filtra en unas historias en las que también ha sabido rodearse de talentosos dibujantes capaces de corresponder y ofrecer un apartado gráfico con una personalidad propia y distintiva. Esto, por supuesto, se reproduce en la presente Haarmann con la atractiva propuesta de Isabel Kreitz. Esta autora formada en Estados Unidos, donde llegó a realizar un curso de dibujo «al estilo Marvel Comics» es conocida por su tira cómica Heiss und Fettig (Caliente y aceitoso) y por inspirados trabajos como Schlechte Laune (Mal humor), Ralf lebt! (¡Ralf vive!) o Die Sache Mit Sorge: Stalins Spion In Tokio (El caso Sorge. Una espía de Stalin en Tokio).

Es precisamente el dibujo de Isabel Kreitz el que brinda su alma al relato de Peer Meter, con unos lápices a carboncillo y destintados que recrean una textura similar al grabado y suponen una puerta abierta para visualizar fácilmente la Alemania de principios del siglo XX. El resultado acaba siendo elegante a la par que visceral, un lienzo perfecto para mancharlo con la historia de un personaje que por su procedencia y el período que le tocó vivir, marcado por la crisis económica y social, se pueden buscar en él no pocos paralelismos con la figura de otro sanguinario y horrible monstruo compatriota suyo como fue Adolf Hitler. Es una de las ideas que sobrevuela El carnicero de Hannover, una novela gráfica que, como ya decíamos, pone su énfasis en la aproximación social pudiendo oter en sus páginas el modo de vida de las gentes de la época, la atmósfera depresiva por la que estos se mueven y, en general, diseccionando el posible estado de corrupción moral y ética que puede hacer posible la impune existencia de un sujeto como Fritz Haarmann. En resumen, la obra de Peer Meter y Isabel Kreitz construye una relato duro, incisivo, implacable, eludiendo cualquier tipo de morbo gratuito, ahondando más en las razones y no tanto en los hechos, aunque dejando al mismo tiempo espacio para que el lector pueda sacar sus propias reflexiones por este viaje por el lado más oscuro del ser humano.