Muchas veces es prácticamente imposible escoger una sola palabra para poder definir una obra, aunque con
Cuando María nació no hubo ninguna complicación. Sin embargo, mientras iba creciendo, Bef y Rebeca, sus padres, comenzaron a notar que su relación con el mundo que la rodeaba no era exactamente igual que la del resto de niños de su edad. Tardaba más en gatear, apenas hablaba y no jugaba con otros niños. Así que decidieron consultarlo con un médico, que tras realizar algunas pruebas la diagnosticaron con el «trastorno del espectro autismo» (TEA), una condición que afecta al 1 % de la población mundial. Lo que provoca que todos los miedos de Rebeca y Bef se cumplan y deban comenzar a buscar la mejor manera de ayudar a su niña, mientras deben lidiar con un torrente de emociones que los lleva a estar a punto de caer en la depresión.
En esta novela gráfica vemos el difícil y doloroso viaje que deben afrontar los padres de María, y los de cualquier con un hijo con autismo, con todas las dudas, miedos e incertidumbres que pasan por su cabeza cuando comienzan a sospechar que a su querida hijita le pasa algo. Asistimos al camino desde la enorme ilusión y alegría que provoca el nacimiento, hasta el difícil proceso de asumir la realidad tras el impacto inicial del diagnóstico. Después llegan la sensación de culpa, los comentarios poco afortunados del entorno y la búsqueda de soluciones milagrosas, hasta que comienzan a asumir la realidad. Un tránsito que los lleva por la desilusión, la negación, la negociación y el miedo al futuro hasta que consiguen aceptar la situación y reinventarse para poder afrontar el futuro con esperanza. Todo ello gracias al amor y las alegrías que les proporciona María, además del amor incondicional que sienten por ella. Bef consigue hacer algo muy difícil ya que logra que conectemos con él desde el primer momento lo que nos lleva a experimentar, casi como propias, cada una de las emociones que lo inundaron durante los sucesos que relata.
Pero en Habla María no solo encontramos la visión y padecimientos de Bef con la situación, sino que también trata de reflejar como es la vida diaria de María, su manera de comportarse y como cree que ella percibe el mundo que le rodea, lo que da lugar a algunas de las viñetas y páginas más bellas de la obra. Algo que se convierte en la parte más interesante de la misma. Un ejercicio muy complicado, pero que, al igual que todo el comic, sirve para darnos a conocer algo más sobre como afrontan la vida quienes padecen autismo y los que los rodean.
También hay una parte didáctica que sirve para derribar alguno de los mitos que existen sobre el autismo como que lo provocan las vacunas o que es una forma de retraso mental. Pero sobre todo nos enseña la manera de comportarnos cuando interactuamos con personas que sufre esta afección, gracias al cómics de dos páginas titulado El autismo no es una enfermedad que Bef y Rebeca hicieron para repartir entre sus vecinos y que también viene incluido en esta edición.
Las personas con autismo tocan instrumentos exóticos, afinados en otras escalas. Sin embargo, produce una música hermosa, es solo que no estamos acostumbrados a escucharla.
Gráficamente estamos ante un cómic lleno de recursos gráficos que contrastan con la sencillez de su trazo. Bef tiene un estilo deudor del cartoon y que puede recordar al de autores como Max, lleno de expresividad y dinamismo, ideal para un cómic tan emocional como este. Quizás se podría pensar que no es el apropiado para tratar un tema como tan serio como el autismo, sin embargo, sirve para convertirlo en mucho más accesible, algo ideal para un cómic que debería estar en cada centro educativo y repartirse a las familias que tienen algún miembro con autismo junto a María y yo y María cumple veinte años, ambos de Miguel Gallardo. Sin ningún género de dudas la parte gráfica más destacada del cómic es el color. Durante la primera parte de obra predomina el azul, el color de la melancolía y el que se usa en las campañas sobre el autismo, algo que contrasta con la explosión de colores que inunda el libro cuando la esperanza llena las vidas de Bef, Rebeca y María.
Astiberri hace una gran edición como es habitual en ellos, con buen diseño, reproducción y un precio ajustado. Hay que agradecerles que publiquen libros con temáticas como la de Habla María, que demuestran que en el cómic se puede tratar cualquier tema desde cualquier aproximación.
Habla María es una obra emotiva que nos roba el corazón y nos hace sentir un torrente de emociones, pero también es una obra con un enorme valor didáctico que sirve para ayudar a gestionar los retos a los que se tienen que enfrentar de las familias con miembros con autismo y para enseñar el día a día y la forma de ver el mundo de las personas con autismo. Una obra preciosa, valiente y necesaria para romper muchos de los prejuicios que arrastran las persona aquejadas de esa condición.
Ella es mi hija María; no saluda porque es una estrella de rock.
Guión - 9
Dibujo - 7.5
Interés - 9.5
8.7
AMOR
Una historia bella y dura con la que reir y llorar, pero llena de esperanza y amor.