PREFACIO
El verano es una época perfecta para afrontar la lectura de aquellas obras que, por un motivo u otro, se nos han ido quedando en el fondo de la pila de lectura hasta acabar en lo que tiende a parecer una dimensión distinta de la estantería. Sumergirse en esa dimensión y recordar aquel cómic al que tantas ganas le tenía hacía un tiempo es una experiencia que me resulta mágica; como quien se vuelve a encontrar con una antigua amistad de la infancia.
Corrían los calurosísimos días del agosto “granaíno” cuando el proceso descrito puso ante mis ojos una antología de historias de la saga Halo. En ese momento, recordé que hace unos dos años ya se habló por aquí de Halo Graphic Novel, un tomo disfrutable aunque un tanto olvidable, con la historia dibujada por Moebius como punto fuerte a destacar.
Sin embargo, debo admitir que el tomo sobre el que versa esta reseña logró elevar más mis expectativas por el catálogo de artistas que participan en él: Brian Michael Bendis, Alex Maleev, Matt Hollingsworth, José Villarrubia, Peter David, Eric Nguyen, Fred Van Lente, Francis Portela… Divididos en tres equipos de auténtico lujo para un cómic licenciado como este, nos ofrecieron 3 series publicadas por Marvel en la década de los 2000 y recuperadas por Dark Horse en 2021 con motivo de esta reedición recopilatoria.
Primera historia: Rebelión
La primera historia cuenta con Bendis al guion y Maleev a los lápices, además de Hollingsworth, Villarrubia y Chung a la paleta de colores. En ella se nos cuenta la historia de un recepcionista de hotel y una cantante famosa cuyos destinos se unen de manera inesperada al tratar de escapar del ataque del Covenant sobre su ciudad. Al mismo tiempo, el Jefe Maestro avanza inexorablemente en la destrucción de una nave enemiga. Conocido por el nombre de “demonio”, su aparente invencibilidad contrasta con la del resto de las fuerzas de la humanidad. En una nave distinta, un humano torturado revela la existencia de una llave que parece clave para la caída de la humanidad. El Covenant quiere conseguirla a toda costa.
En el breve lapso de 4 capítulos, Bendis hace gala de su contrastado oficio para construir una historia a dos bandas (y media) de sorprendente solidez. La descompresión narrativa que tanto se le suele atribuir al escritor de Ultimate Spiderman no le pesa ni un pelo a una historia capaz de desarrollar a dos protagonistas de mucho calado a los que se acaba pillando mucho cariño. Sobre ellos gravita una trama frenética y llena de acción que no se deja soltar hasta el final. Bendis, eso sí, le imprime su estilo característico, al igual que lo hacen Maleev, Hollingsworth, Villarrubia y Chung, quienes empastan esa personalidad tan marcada con las claves visuales que uno podría esperar del universo de Halo.
En conclusión, puede que en esta serie no veamos al Bendis y al Maleev y compañía de sobresaliente, pero sí a los de un notable bien apañado. Dado que estamos hablando de algunas de las mejores mentes creativas del mundillo, efectivamente, esta primera historia ofrece un subidón de nivel tan notable como inesperado para un cómic de Halo.
Segunda historia: Helljumper
La segunda historia de este tomo recopilatorio cuenta con guion de Peter David y dibujo de Eric Nguyen. En este caso estamos ante una miniserie de cinco número que nos llevará a través de una incursión de marines en un mundo aislado que ha enviado una señal de auxilio ante el ataque del Covenant. Los protagonistas serán Romeo y Dutch, dos veteranos unidos por un lazo de amistad inquebrantable.
En este caso volvemos a toparnos con una historia notable en la que se nota la mano de dos artistazos. Su guion, al igual que con la historia anterior, se define por una solidez propia del oficio de David. No parece que falte ni sobre nada y su lectura se procesa con rítmico placer de principio a fin. La relación de amistad entre Romeo y Dutch, aunque algo prototípica dentro de esta clase de historias, se desarrolla con la maña suficiente como para que nos la creamos y nos importe. Es la fuerza motora que nos hace pasar de página.
A lo largo de dichas páginas, además, se nos intentará mostrar algo no tan habitual en la franquicia: que quizás haya más heroicidad en cualquiera de los marines de la humanidad que en los Spartans como el Jefe Maestro. Mientras que los Spartans son fuerzas prácticamente imparables e indestructibles, con comportamientos casi robóticos, los marines se lanzan a cada batalla a sabiendas de su vulnerabilidad, de que cada momento podría ser el último. Y ¿por qué lo hacen? Por aquellos que no pueden. “Porque alguien tiene que hacerlo”, en sus propias palabras.
El dibujo de Nguyen, por otro lado, destaca por su claridad y solvencia a la hora de representar cualquier secuencia de acciones, por compleja que sea. Tiene también una capacidad nada desdeñable de mantener una sensación tensa de peligro constante alrededor de los personajes.
Tercera historia: Consanguinidad
La tercera miniserie también consta de cinco números. Cuenta con Fred Van Lente al guion, Francis Portela al dibujo y Ulises Arreola a los colores. En ella se nos narra una historia que trata, esencialmente, sobre la familia (en este caso, aquella que elegimos). Si en la miniserie anterior se trataba de destacar el valor de los marines frente a unos Spartans que rozan lo robótico, en esta se intenta hacer un esfuerzo opuesto por humanizar a esos Spartans. Al mismo tiempo, se pone al grupo de cuatro Spartans protagonista en la tesitura de tener que colaborar con fuerzas del Covenant para sobrevivir ante una nueva amenaza para ambos. Este proceso se aprovecha para humanizar de igual modo a dichas unidades del Covenant y mostrar que, en el fondo, no son tan distintos. Para ello se recurre al clásico mensaje de que “los del otro bando tienen familia”; un planteamiento que, aunque un tanto trillado, se ejecuta con gracia.
El dibujo de Portela y Arreola hace un buen trabajo a la hora de representar la trama propuesta y transmitir el ambiente del universo de Halo. Su mayor fuerte quizás sea la iconicidad que logra en algunos planos. Además, no puede pasar desapercibida la difícil tarea de representar unas instalaciones alienígenas de tanta magnitud.
Conclusión
En resumen, estamos ante un trabajo notable nacido de artistas notables. Una colección de cómics muy sólidos más allá de su naturaleza licenciada que ofrecen distintas perspectivas sobre el universo de Halo y la humanidad que florece en los momentos de mayor crisis. Aunque se puede disfrutar de manera aislada, es innegable que quienes más aprovecharán la lectura serán los seguidores de la franquicia. Para tales personas, este tomo queda más que recomendado; muy por encima, de hecho, de La novela gráfica de Halo.
Lo mejor
• La calidad de los artistas y las historias.
• Cada miniserie ofrece una perspectiva distinta y complementaria del universo de Halo.
• Aunque cada miniserie tenga su propio apartado gráfico, todas consiguen transmitir el ambiente que se espera del universo de Halo.
Lo peor
• Puede que la última historia se haga algo más pesada que el resto.
• Pierde bastante si no se es seguidor de la franquicia.
• El alcance de sus tramas es bastante limitado porque los videojuegos deben seguir siendo el plato principal.
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 7.5
7.8
Cómic Maestro
Una obra notable hecha por artistas notables. El cómic de referencia al que deberían acudir los seguidores del Jefe Maestro.