Harley Quinn – Guia de Lectura

Batman: Amor Loco

Paul Dini y Bruce Timm lo estaban petando en una serie televisiva que supuso un antes y un después (y todos esos tópicos) en la animación contemporánea. Ambos, aficionados al cómic de toda la vida colaboraron en una historia genial.

Harley Quinn, su mayor hallazgo en la serie animada, fue tan popular en su época que DC no tuvo más remedio que traerla al papel. El resultado fue un cómic preciso, eficaz, entretenido y divertido, con un guion que funciona con la precisión de un reloj suizo. Y un dibujo que nos dejó a todos mudos, con Bruce Timm demostrando el gran ilustrador que es.

El tebeo nos explica la historia de Harley Quinzel. Como pasa de ser una estudiante… digamos que ambigua moralmente a una psiquiatra ambiciosa que cae enamorada del psicópata más peligroso de Arkham Asylum: El Joker.

El amor todo lo puede y Harley se convierte en una villana peligrosa, chalada y letal: Harley Quinn, la novia del Joker. La relación entre ambos lleva a un nivel de toxicidad y maltrato peligroso para HQ.

El Joker no soporta que ella haya sido mucho más eficaz para atrapar a Batman, como el propio Hombre Muricélago confiesa y arruina su mayor victoria por pura egolatría.

La historia es divertida, dinámica, entretenida, aventurera pero también nos habla del abuso del poder y de la toxicidad que a veces anida en las relaciones de pareja. No en vano, el mayor de los villanos no puede dejar de ser un maltratador.

Cristales Rotos

¿Cómo describir una obra tan impresionante que te deja sin palabras? Eso han conseguido hacer Mariko Tamaki y Steve Pugh, dejarnos boquiabiertos y boquiabiertas.
Acabé el libro y sentí como si se me cortara la respiración.
Cristales Rotos habla de una adolescente normal y corriente (bueno, no sé si eso se puede decir de Harley) que se tiene que enfrentar al mal sin saber que es el mal. Porque no es una historia de héroes y villanos, sino de gentrificación y vecinos que luchan por su barrio, sus propios negocios y su vida.
Con los dibujos de Pugh, realistas y expresivos, y el guion de Tamaki, complejo y sutil, te metes realmente en el personaje y sientes que vives esa historia (bueno, si estás tan loco como para sentirte como Harley).

Musas de Gotham

Paul Dini comenzó con esta etapa que duró la friolera de 26 números, le acabó sustituyendo Tony Bedard. El planteamiento de esta serie es sencillo, Harley, Hiedra y Catwoman se unen para intentar ganarse la vida de la forma más honrosa posible, o virtuosa más bien. Intentan dejar atrás muchas cosas oscuras del pasado y rehacer su vida, apoyándose la una en la otra, más o menos.

La relación de las tres es también la de superación, cada una representa un tipo de confrontación con el amor y la amistad distinta. Siendo la voz de la razón cada una en cierto momento, Harley con su relación con el joker, Hiedra cuestionándose realizar un genocidio por un alienígena y Catwoman con su hermana. Generar un conflicto romántico o amoroso a cada una de las villanas solo es una escusa para hablar de los conflictos internos y de los problemas que pasa cada una en soledad.

El dibujo de Guillem March es un añadido muy juguetón, es una pena que acabemos teniendo un baile de dibujantes muy notorio con los números, donde incluso se asoma el siempre increíble David López. Hemos tenido la suerte ver la serie tanto en Planeta como en ECC bien recopilada, formas bastantes buenas de ver una serie que se convirtió en un clásico en pocos años y que nos dio unos muy buenos años de publicación.

Aves de Presa

Esta serie se está publicando actualmente en USA. ECC acaba de publicar el primer tomo. Una de las mayores sorpresas de la temporada. Harley forma parte de un grupo de “heroínas” (no todas lo son al 100%) junto con personajazos de la editorial como Canario Negro o Big Barda. Sin embargo, HQ es personaje obligado por ser a día de hoy la fémina más popular de DC (Wonder Woman tienes que aprender a ser un poco más malota).

La propia princesa amazona centra la trama de estos primeros números ejecutados con la profesionalidad artesana de una Kelly Thompson a los guiones y un soberbia y modernamente kyrbiano Leonardo Romero.

Harley asume un papel importante a pesar de su ambigüedad moral. Pero lo importante además de que se trata de una obra bella y espectacular, es que supone un momento de madurez para el pesonaje pasado el huracán que supuso volverse global y, por tanto, inevitable en cualquier, crossover, grupo o evento. La Harley payasa, pesada, histriónica y verborreica deja paso aquí a un personaje más serio y profundo. Se nota la maestría y amor de Kelly Thompson. Esperemos que el impacto de la próxima película (que lo tendrá) no lo malogre otra vez.

Este cómic es una buena oportunidad de conocer al personaje en su versión más actual, en su estampación más bella y en un cómic de calidad.

Harley & Ivy

Tras el éxito de Amor Loco, Paul Dini y Bruce Timm ya habían cogido el tono de Harley en los cómics y decidieron seguir la estela con Harly & Ivy, una miniserie de tres números donde se centraban en la relación de ambas.

Paul Dini hace una historia divertida, llena de comedia y naturalidad. Parece un capítulo muy loco de la serie animada, con una Harley en el papel de histriónica y donde se queda muy patente esa relación tan “especial” que tienen.

El estilismo de Bruce Timm puede verse algo mellado con el cambio del tiempo, no es difícil realizar una lectura donde el creador de Harley puede ser tildado de tener un afán de sexualizar a las villanas y de jugar con el queerbait. Por suerte, ya vendrían Stephanie Philips, Amanda Conner o Mariko Tamaki para que nos olvidemos de tantos años de jugar con la confusión.

Escuadrón suicida: A por el Joker

No es el centro de la trama pero sí era uno de los momentos de máxima popularidad del personaje. Esta miniserie de Black Label tenía como protagonista principal a Jason Todd y la turbia relación con su pasado, muerte y el Joker.

El Muro crea un escuadrón para atrapar al Joker, del que forman parte su mayor enemigo (Todd) y su exmayor aliada: Harley. La relación y el pasado de los personajes se mezcla en esta historia repleta de acción y adrenalina en el que podemos gozar el guion de Azzarello y del dibujo del siempre aprovechable Alex Maleev.

La historia está llena de giros y traiciones, tensiones y violencia. No es uno de los mejores cómics sobre Harley Quinn, si no uno de los mejores en los que aparece Harley Quinn. Un personaje en el pico de su popularidad y que lideraba todos los eventos. No en vano, la portada de uno de los tomos está protagonizada por ella.

Injustice

Vale, es un universo alternativo. Vale, ni siquiera va de Harley como prota. Pero nadie me podrá negar que Tom Taylor consiguió uno de los mejores retratos de Harley como anti-heroína.
Sin subterfugios, participando desde el principio en el peor crimen, el que genera toda la trama. En la época que estaba más enamorada de su maltratador. Molesta, desacertada en los comentarios como siempre, diciendo verdades como puños a la cara de los supuestos héroes.
Y sin embargo…
Ahí la teníamos, evolucionando sutilmente, cambiando su modo de ver las cosas. Haciendo heroicidades porque las consideraba justas… diciendo verdades como puños a la cara de los supuestos héroes, porque eso debería ser lo que hacen los buenos ¡digo yo!
Por sus conversaciones con Green Arrow y la cercana pero retorcida versión de Bruno Redondo, se merece un puesto en nuestra lista.

Harleen

La versión adulta de Amor Loco. Stjepan Sejic toma las riendas de guion y dibujo para profundizar en el origen, locura y psicopatía de Harley Quinn, para conocer su caída al amor y a los infiernos.

El personaje es retratado con una belleza enternecedora y una humanidad tan realista que hacen que no podamos evitar amarla. Se trata de la obra que mejor la muestra, que mejor la explica y que la hace, con mucho, más atractiva. Si olvidar sus caídas y errores.

Las páginas de Sejic son tan espectaculares y detalladas que se ven como una superproducción en el gran formato que supone Black Label.

Incluso el Joker deja de ser el insoportable Deus Ex Machina con patas que tan convenientemente solemos leer.

Una obra extensa, profunda, detallada que hará que veamos a Harley como si no la hubiéramos conocido antes, como si siempre la hubiéramos amado.

Escuadron suicida: Muerte en la familia

Adam Glass tuvo la difícil tarea de traernos una nueva encarnación del Escuadrón Suicida cuando llevaba años sin tener relevancia, comenzaban los Nuevos 52 y todo tenía que tener un lavado de cara, incluida nuestra querida Harley Quinn.

Este nuevo diseño, alejado de su disfraz tan característico desde la serie animada lo perdía en favor de un pelo bicolor que se alejaba del rubio y le unía al Joker al haber caído, empujada por él, al tanque de ácido. Hasta este cómic, la relación de Harley y el Joker había seguido con la misma dinámica. Es a partir de este cómic, que Harleen se alejaría para siempre del Joker, al menos romántica, en la continuidad del cómic.

Más allá de la trama de Resurrection Man, que ni viene al caso ni a nadie le importa, el Joker decide raptar a Harley y esta descubre que solo es una herramienta, su relación solo es una extensión más de su locura. Harley solo es un concepto que le interesa, que no es la primera ni será la última. Unos números muy importantes para todo lo que hemos tenido en los últimos años.

Batman: White Knight

De nuevo un universo alternativo, aunque en este sí que hay que admitir que Harley tiene más que merecido protagonismo.
Se alaba mucho el dibujo de Sean Murphy y se nos olvida a menudo que ya nos entregó un pedazo de guion en su Punk Rock Jesus.
Y su White Knight está lleno de ideas geniales sobre el universo Batman… y sobre Harley, cómo no. Harley llegaba ceñida en su traje más clásico para desbancar a la Harley más moderna y echarnos en cara la sexualización de su persona.
Harley demostraba que era una psicóloga de los pies a la cabeza y asumía a su paciente, lo comprendía, lo defendía, incluso lo curaba.
Y si, Murphy dibuja como los ángeles y su Harley Quinn no podría molar más. Es una mujer madura, experimentada y segura de sí misma. Es una chica que perdió la cabeza y que terminó encontrándola a golpes de realidad.