Irreverencia, metatextualidad, drama y mucho humor.
«¡Nadie rechaza la oferta! ¡Palabra del editor jefe! O sea… ¡Palabra de Ápex Lex!»
El cómic comienza irreverente, como su protagonista, pero también sentimental. Harley lee el mismo cómic que tienes entre manos a un familiar enfermo. Lex ofrece dones a la rubia loca como hace con unos cuantos enemigos elegidos, dentro de la iniciativa El Año del Villano. La expsiquiatra se burla: “¿Este es el gran evento del universo? ¿Vas ofreciendo baratijas y juguetes puerta tras puerta?”. Convertirse en una payasa robótica con tecnología de Ciudad Gorila, poder de Yellow Lantern y una gota de sangre de Lobo no es lo suficientemente atractivo para Harley que tiene sus propias ideas. Una pizca de cuarta pared rota y mucha metatextualidad se ven en este cómic. No solo El Año del Villano sufre la burla de la arlequina; Ciudad Bane, El Evento Leviatán o La Liga de la Justicia Oscura también son eventos criticados. De manera inteligente y, sobre todo divertida, Humphries da forma a un relato que convence.
El primer arco nos sumerge en cómo Harley lidia con el dolor y la pérdida, algo que será extensible a todo el tomo. El guion progresa muy bien, eficiente en demostrar cierta emotividad y directo en ser divertido, pero cuando entran en liza los señores del Orden y el Caos la trama se va un poco de madre. En un cómic de Harley Quinn esto de por sí no tendría por qué ser un problema, pero ni los chistes son tan acertados ni el drama cala en el lector, y eso que se hace más patente. La tragicomedia no está llevada con la misma clase ni, el mismo tempo, ni en definitiva el mismo acierto.
Harley está cansada de estar inmersa en tanto evento por lo que que con la ayuda del famoso héroe del futuro, Booster Gold, viaja a las primeras Crisis con el fin de acabar con todos los crossover de una vez por todas. Una ingente cantidad de dibujantes se dan cita para dar forma a este cómic. Un Harley Quinn #67 que repasa parte de la historia editorial de la forma más descarada posible, con Harley espoileando a los propios héroes el devenir de los acontecimientos: “Necesitarás ayuda en cuatro números cuando Darkseid te mate”. No será la única aparición de Booster Gold que si bien siempre ha sido un personaje “simpático” y, por tanto, susceptible de aparecer en una serie como esta, exagera su humor en busca de casar bien con la protagonista. Tras vérselas en Héroes en Crisis, el dorado del futuro y la chiflada de las coletas han cosechado una buena relación que llegará a coquetear con el noviazgo. ¿Harley Quinn y Booster Gold juntos? Más de un seguidor se tirará de los pelos. Por suerte, en esta serie todo tiene un cariz tan cómico que nada de lo que suceda debe tomarse demasiado en serio.
Acción de Gracias o Navidad serán vividos por la rubia loca a su peculiar estilo. Tras hilarantes sucesos Mark Russell se hace cargo del número 69. El tono cambia radicalmente comparados con los capítulos escritos por Humphries. Ni son tan irreverentes, ni tan graciosos, ni tiene esa carga sentimental que también supo incluir el guionista principal. La trama sigue siendo absurda, sobre mascotas de restaurantes de comida rápida, pero el cómic no es ni la mitad de divertido de lo que lo era hasta entonces. Una lástima, el autor de Los Picapiedra resulta ser uno de los mayores descubrimientos de los últimos tiempos y esta Harley claramente la escribe en piloto automático. Para leer a Russell demostrando ser capaz de caracterizar correctamente a la rubia loca deberás echar un vistazo al Año del Villano.
Cuando Humphries retoma la colección, apenas un capítulo después, todo vuelve a su debido curso. Por desgracia para nuestra protagonista la fatalidad, la desdicha y el infortunio siguen vigentes con otro suceso triste en su vida. El guionista también se permite criticar las redes sociales y como empresas especializadas son contratadas para manipular al usuario creando perfiles falsos e impulsando corrientes de opinión convenientes a fines comerciales, siempre con el menor de los escrúpulos posibles. Un buen ejercicio de Humphries que da un respiro a la editorial para la que trabaja de la que ya se ha reído suficiente en los capítulos anteriores, alejando el foco centrado en criticarla para dedicarse a exponer un problema social.
La pálida perturbada continúa la investigación en la que se ve inmersa durante los últimos capítulos del tomo. Un arco argumental que se hace largo, menos inspirado que el inicio, sin tratar tan bien al personaje ni ejecutar tan solventemente las recurrentes bromas. El cómic pretende continuar con la trama detectivesca sin el aderezo irreverente y cómico que lo hacía atractivo, a estas alturas del tomo te has acostumbrado a dicho plus que el guionista entrega con cuentagotas en los números finales. Además hay cierta inconsistencia en los personajes que usa y la resolución no es ni espectacular ni resulta convincente. El arco, eso sí, cierra convenientemente el drama vivido por Harley a lo largo de todo el cómic. El tomo culmina con un especial sobre nuestra protagonista, un final para el run de Humphries que demuestra cariño por el personaje y una pequeña historia donde se enfrenta con Punchline enlazando directamente con La Guerra del Joker.
Del dibujo se encarga Sami Basri. La gran cantidad de dibujantes figurantes en el libro da la falsa sensación de que encontrarás un baile de artistas a lo largo de todo el tomo. No es el caso, Basri dibuja todos los capítulos salvo uno del último arco, el mencionado de la vuelta a las Crisis, donde se concentra todo el grueso de dibujantes y el especial final donde también colabora junto a otros compañeros. Por lo tanto, el tomo tiene una unidad artística muy apreciable con un dibujo expresivo y dinámico que sienta muy bien al personaje. Unidad que también es patente en el guion con un Humphries encargado de todos los capítulos menos uno. Un acierto esta temporada completa, realmente se siente como un todo coherente y es un buen tomo unitario.
Harley Quinn: Las pruebas de Harley es un cómic muy divertido e insolente, con un muy buen equilibrio entre el humor y el drama, apostando siempre más fichas a las ocurrencias, una elección siempre acertada para una serie de este tipo. Un dibujo apropiado y solvente encumbra este tomo como una de las mejores opciones para leer a la rubia loca en su serie regular. Cuenta con algún altibajo común a casi todas las publicaciones, pero es un cómic que hará las delicias del seguidor del personaje, al mismo tiempo que se presenta como un gran punto entrada para aquellos que quieran descubrir a la famosa Harley Quinn, icono mundial para el merchandising, pero quizás poco leída por sus fans.
Lo mejor
• El tono del que hace gala, divertido, cercano, descarado e insultante.
Lo peor
• Al final del tomo el nivel baja.
Guion - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
7.5
Divertido
Un gran acercamiento a Harley Quinn que tiene sus grandes virtudes en la irreverencia que destila y en la buena conjunción entre humor y drama de la que hace gala Humphries. Un buen tomo tanto para seguidores del personaje como para novatos de Harley.
