Harvest, #1-5.

 

Edición original: Harvest #1-5.
Guión: A. J Lieberman.
Dibujo: Colin Lorimer.
Color: Colin Lorimer.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,50.

 

“Traficantes de personas. Equipos médicos criminales. Yakuzas que dirigen factorías de órganos y un drogadicto de seis años. Bienvenidos a la pesadilla del Dr. Benjamin Dane. ¿Su única salida? Acabar con el hombre que lo metió en este mundillo recuperando órganos que ya han sido colocados en personas muy poderosas”.

De agosto de 2012 a enero de 2013 salió a la venta una miniserie de 5 números dentro del sello Shadowline de Image Comics titulada Harvest que – tal como indica la premisa oficial que os he reproducido aquí arriba – versa sobre un tema que no ha sido muy tratado en el mundo del cómic: el tráfico ilegal de órganos. Aunque decir eso es quedarse muy corto. Recupero la información oficial de Image previa a la salida de esta historieta, que podéis encontrar aquí: “Lieberman y Lorimer se adentran en el tráfico ilegal con la historia de un excirujano drogadicto con cierta propensión a arreglar sus errores del pasado. Después de que Jason Craven – su antiguo jefe en el tráfico de órganos – le tienda una trampa para que le acusen de asesinato, el Dr. Ben decide ejecutar su venganza contactando a sus antiguos ‘pacientes’ para recuperar los órganos – y los años de vida – que su dinero les consiguió. Para ayudarle está Mariko, una sicaria Yakuza, y un niño de seis años llamado Noah”.

Como veis, Harvest tiene todos los ingredientes para ser un cómic reivindicativo, de terror, de misterio, policiaco o de lo que sea que le apetezca a su guionista. Tanto la premisa como los personajes son tan amplios, que en Harvest se cumple lo de que el único límite es la imaginación. Si tengo que definiros el género de esta miniserie, sin duda alguna tiraría hacia el thriller o historia de misterio. La verdad es que inicialmente se vendió más como perteneciente al terror (de ahí esas portadas tan intrigantes que os incluyo a continuación), pero acaba pesando más el factor mafia que el miedo que pueda surgir ante la posibilidad de que algún desaprensivo nos robe los órganos. O quizás sea que las imágenes de sangre y desmembramientos son menos impactantes si suceden en un quirófano…

Las apreciaciones de los creadores

Hoy voy a hacer algo diferente a lo que os tengo acostumbrados en mis reseñas. Antes de entrar en profundidad en la miniserie en cuestión aprovecharé que tanto A. J Lieberman como Colin Lorimer participaron en la promoción de Harvest con varias entrevistas y recogeré sus declaraciones más importantes. Como las citas son previas a la aparición del núm. 1, es obvio que lo que se diga y suene a spoiler no lo es o, al menos, los autores no lo consideran. Yo no voy a contradecirlos en ese aspecto, pero sí haré mis contracomentarios a sus impresiones, y de esta manera os iré retratando si consiguieron o no lo que se proponían….

Vayamos al grano de manera cronológica: El 29 de mayo de 2012, los creadores dejaron sus impresiones en esta entrevista de CBR. Allí, Lieberman confesó que “siempre quise hacer un cómic perverso y enfermizo y este mundo siempre me ha fascinado, así que parecía una buena opción. Especialmente, por el aspecto vengativo de la historia, que es lo que realmente es el corazón de Harvest”. Efectivamente, Lieberman se sale con la suya y nos narra una historia enfermiza y original, aunque es posible que lo haya conseguido de una manera que no era precisamente la que él pretendía inicialmente. Me explico. Tal como dije anteriormente, este tebeo es una historia de muchas capas, tanto en las situaciones como en los personajes. El factor miedo no se encuentra en el tráfico de órganos sino en el peligro intrínseco en la mafia y, sobre todo, en algunos talantes psicológicos del protagonista. Y es que el Dr. Ben es un cirujano con problemas de drogadicción, de autoestima, etc. Disculpad la expresión que sigue, pero no creo que haya una manera mejor para expresarlo: toda la mierda que el cirujano ha acumulado a lo largo de su vida pasa factura… ¡y de qué forma! ¿Dejaríais que un cirujano que ha sido expulsado del oficio os abriese en canal? Quizá le daríais el beneficio de la duda, pero seguramente se lo quitaríais si supieseis lo de sus alucinaciones (y no, eso no es un spoiler. Los autores hablan de ellas en la entrevista que os he incluido, aunque yo seré más benévolo y no os la detallaré tanto como ellos). En definitiva, es el apartado psicológico el que realmente aterra en la miniserie y, además, es el que consigue que Harvest destaque entre todas las ofertas del mercado.

A pesar de las mafias, la venganza y demás componentes de ficción, tanto Lieberman como Lorimer querían retratar la realidad. El escritor explicaba que “el mercado de órganos ilegal ahora mismo es un negocio globalizado en sí mismo – es masivo y altamente ilegal y ridículamente no regulado. Pero aquí está la cosa: consigue centenares de millones de dólares al año. Si de repente lo legalizases, los beneficios combinados de todos los países del mundo harían que este fuese uno de los negocios más provechosos del mundo. Y eso es por qué nunca se erradicará”. ¿Descubrimos eso en Harvest? A nivel argumental no exactamente porque el factor reivindicativo no se explora demasiado en la historia. Lieberman sí ilustra el problema, pero hay que reconocer que en una historia multifacética no se puede llegar a todo. El apartado realidad queda escondido debajo de las capas de ficción. A nivel dibujo ya es otra historia porque el trabajo de documentación de Lorimer sí consigue cierto realismo que hace que la obra sea más atractiva, aun si en sus declaraciones, el artista da muestras de haber “exagerado” las fuentes. Reproduzco sus palabras: “como con cualquier proyecto, e incluso más en una historia basada en el mundo real como Harvest, tienes que asegurarte de que el atrezzo y el entorno son creíbles para la audiencia, de otra manera se quedarán fuera de la historia. Ciertamente hice mi trabajo de documentación – bueno, busqué en Google. Fue divertido hacer búsquedas de ‘peores víctimas de accidentes de coches’ y ‘pesadillas de cirugía’ por la mañana, con una taza de café y un donut de mermelada”.

Ya que estamos hablando del arte, os reproduzco esta declaración tan interesante: “la historia siempre dicta el estilo – es una historia oscura así que intenté bajar el tono y en algunas escenas ensucié el arte para conseguir algo más de textura. Al decir esto, Andy y yo decidimos pronto que no queríamos llegar a un punto demasiado oscuro, al contrario, eso habría sido autoritario y descorazonador para el lector. Así que jugué con la paleta y los colores de algunas escenas para intentar encontrar lugares que aliviaran el tono”. Es obvio que los autores estaban ante un proyecto potencialmente desagradable y no quisieron cruzar la línea del buen gusto. Y en esta ocasión lo consiguieron. El dibujo de Lorimer en ningún momento es repulsivo, y eso que en más de una escena retrata hechos que en la vida real nos obligarían a taparnos los ojos. Esa reflexión sobre lo que se quiere conseguir es justamente la que hace que los creadores logren lo que quieran, y eso los engrandece.

Y ya a nivel anecdótico, sobre los rostros: “inicialmente hubo un poco de discusión y propusimos algunos nombres de actores que encajarían con los personajes, porque ese es un buen sistema de empezar. Yo pensé que Ryan Gosling habría encajado en el personaje de Ben, ya que recientemente había visto Drive, así que dibujé un boceto rápido y ambos nos pusimos de acuerdo rápidamente en este caso. Craven tomó algo más de tiempo y probamos unas cuantas variaciones antes de definir el diseño final. Noah, el niño, también pasó por varias versiones, pero era algo sobre su expresión. Necesitábamos mantener ese sentimiento de inocencia infantil, pero tenía que haber algo un poco desconcertante y oscuro en su mirada”. Poco más que añadir. Con esto tenéis una pista sobre el papel del niño, aunque lo que se dice aquí simplemente es una reflexión sobre algo que habéis visto en la portada…

Sobre el desarrollo de la historia el guionista dice: “en el segundo número, Ben se encuentra en el epicentro de este mundo ilegal que está controlado por un hombre de negocios internacional llamado Jason Craven. Es un buen lugar en el que estar hasta que Ben se da cuenta de que no es la persona que pensaba que era y Craven se da cuenta de que necesita desprenderse de Ben y le tiende una trampa para que lo acusen de asesinato. Eso fuerza a Ben a lanzarse de lleno al camino de su verdadera llamada: vengarse de Craven yendo a por sus clientes ricos y poderosos para recuperar todos los órganos que Ben puso en su interior. Ben quiere arruinar a Craven de manera literal, de órgano a órgano”. Y sí, eso es lo que encontramos pero, como ya he repetido en más de una ocasión, este es solo uno de los hilos argumentales. La historia es mucho más compleja, aunque cuando la lees no tienes por qué ser consciente de ello. Que tenga varias capas no significa que sea ininteligible, al contrario, se entiende mejor – y llega más lejos – que una narración simple.

Segunda entrevista, del 26 de junio de 2012 para Bloody disgusting. En esta ocasión solo preguntaron a Lieberman y todo lo que se podía decir sobre Harvest ya se había comentado en la anterior entrevista. Sin embargo, se tocaron un par de temas que hemos mirado con mucha atención en Mundo independiente, así que los reproduzco a continuación. Lo primero trata la famosa controversia sobre qué es mejor, ¿trabajar en las grandes o en las independientes? Según Lieberman: “he escrito para DC Comics en Harley Quinn, Gotham Knights, Martian Manhunter y el cruce entre colecciones de War Games. Obviamente escribir para Batman y los otros moló, y la paga también. Pero al final del día sólo conseguía beneficio de esos personajes y estos tenían ciertos límites sobre lo que podía o no podía hacer con ellos. Por eso quise lanzarme al mundo de los autores independientes. Al menos para mí la mejor experiencia es dejar cómics que otros puedan heredar”. Además de esto, los derechos de dos historias de Lieberman fueron compradas para ser llevadas al cine. Le preguntaron sobre cómo estaba la situación y Lieberman dijo: “Universal fichó a Marc Foster para Cowboy Ninja Viking y él está acabando Guerra Mundial Z con Brad Pitt. Obviamente que un film tenga un director adjudicado es un gran paso, pero no garantiza nada. Por lo que respecta a Term Life, estoy adaptando la novela gráfica en un screenplay para la compañía de Vincent Vaughn y estoy muy excitado por lo que pueda pasar con esto”.

Y ahora mismo me queda citar dos entrevistas, la de USA Today del 6 de julio de 2012 y la de Comicosity del 26 de julio de ese mismo año. En las dos se vuelve a preguntar las mismas cosas que antes y, a pesar de dar algún dato extra (p.e., Lieberman explica cómo le vino la idea a la cabeza), no son suficientemente relevantes para esta reseña. Os dejo los enlaces por si queréis echarle un vistazo.

Desarrollo y conclusiones

Poco queda que no se haya dicho ya. Harvest es una historia de terror, una denuncia del tráfico ilegal de órganos y un thriller psicológico, todo ello mezclado con mafias y anécdotas de carácter humanitario. Estamos ante una historia compleja, de muchas lecturas, que en ocasiones puede parecer brillante y en otros momentos no tanto. Todo depende de la capa con la que conectemos. Por supuesto, Harvest no es una obra apta para todos los públicos. Aunque eso no es algo malo, al contrario. No solo de ponis vive el hombre.

Lo más relevante de este tebeo es que hay un gran trabajo detrás de él y eso se nota en las páginas, ya sea en los guiones o en los dibujos. Por ese motivo he hecho tanto énfasis en reproducir las declaraciones de los creadores, para que veáis que nada en Harvest es gratuito. Quizá los autores fracasen un poco en que no consigan decir exactamente lo que querían, pero es que incluyen tantas ideas que hay que navegar entre ellas y, por lo tanto, algunos aspectos destacarán sobre otros según las inquietudes del lector.

A nivel gráfico solo nos queda quitarnos el sombrero. Lo que Lorimer comentaba en las entrevistas lo cumple al cien por cien. El trazo es oscuro cuando debe y simple cuando lo necesita. El dibujante consigue transmitir todo tipo de sensaciones. Y las portadas son simplemente espectaculares. Estamos ante toda una muestra de profesionalidad, que ya habréis comprobado por vosotros mismos en las páginas que acompañan a este artículo.

Y dicho esto me despido por hoy. La semana que viene ya recuperamos la programación habitual de Mundo Independiente con un especial sobre un autor muy querido por todos vosotros (o al menos por la mayoría de vosotros).