Hawkman #1: Vuelo Interminable

Mucho ha llovido desde la aparición de Hawkman en 1940 en los cielos del Universo DC. Hace unos años Geoff Johns se ocupó de actualizar el personaje liberándolo de su lastre argumental, renovándolo y redefiniéndolo de manera ejemplar en JSA #21 a #25, en un ejercicio creativo que sin duda le dio puntos para hacerse con los guiones de Crisis Infinita por su don para simplificar conceptos sin necesidad de renegar de continuidades pasadas. Para saber del «actual» y confíamos definitivo origen de Hawkman podéis consultar el artículo que Toni Boix hizo al respecto, y si no, al prólogo que el propio Johns escribió para el tomo recopilatorio de los primeros números de la serie regular del personaje, Vuelo Interminable.

Volvemos a tener a Carter Hall bajo el casco del halcón, y regresa a St. Roch, la ciudad que le sirvió de hogar en otra vida, literalmente. Estos primeros episodios sirven para situar rápidamente al personaje en su nuevo ambiente, recuperando el escenario del museo de Stonechat, así como la confianza de las autoridades del lugar y de sus habitantes. El planteamiento de la nueva serie es sencillo: Kendra, Hawkgirl, sigue una pista sobre el asesinato de sus padres que la conduce a St. Roch, y Carter va allí a ayudarla, quiera o no, y llegados a ese punto se ofrece a ayudarla a alcanzar todo su potencial. Ella acepta, pero le deja bien claro que ella puede tener el alma de su amada, pero no es ella. Una verdad que duele…

A partir de aquí las aventuras llegan con celeridad, sin vanos prolegómenos, como ya sucediera, precisamente, en JSA. Después de un episodio en el que se presenta la serie y los personajes, los protagonistas viajan a la India a vivir una aventura con base en la mitología y en la arqueología como en las que se basó el personaje de Hawkman originalmente. Van allá a buscar a Danny Evans, arqueólogo e hijo de Oliver Evans, el consevador del museo, quien podría tener información sobre la muerte de los padres de Kendra. Una vez allí se verán atrapados en una guerra que transcurre en otro plano, entre dos razas estrechamente ligadas a la religión hindú. Y por si fuera poco, con el Ladrón-Sombra, Copperhead y Tigresa de por medio, contratados por el villano de la serie, complicando la ya de por sí difícil misión.

El tomo se cierra con un arco argumental de dos números en el que los halcones deberán hacer frente a un misterioso arquero vestido de verde que está asesinando en las calles de St. Roch. En esta historia se redefine la relación entre Carter y Oliver Queen, ambos regresados de la tumba, pero mientras Green Arrow hace tiempo que vuelve a ser parte de la vida, Hawkman ha pasado todo este tiempo obsesionado con Kendra, sin pensar en nada más. Para variar no se limita a Oliver lanzando puyas a Carter y éste enfadándose, sino que acepta las críticas que le hace. Las duras y directas palabras de Oliver serán el primer paso para que Carter vuelva a humanizarse, relajando un poco su faceta de guerrero en favor de las relaciones humanas, y no exclusivamente con Kendra.

Paralelamente a las historias principales, asistimos al resurgir de Hath-Set, el enemigo ancestral de los halcones, aquel que provocó su eterno renacimiento y que posee a su vez un odio eterno hacia los enamorados. Este regreso se produce a través de Kristopher Roderic, el ricachón egoísta y ególatra residente en St. Roch, amante de las antigüedades, y en un alarde de sinceridad, los guionistas no ocultan en ningún momento sus intenciones, de modo que podemos presenciar en todo momento el avance del mal llegando a la vida de Carter y Kendra. Pero eso es algo que aún ha de suceder…

Geoff Johns y James Robinson tejen poco a poco el futuro de Hawkman, sin dejar que sus subargumentos se conviertan en cabos sueltos, y manteniendo siempre una frescura elogiable hoy en día. Un arco argumental deja paso ágilmente al siguiente, desarrollando a su vez el trasfondo de la serie. Lo mejor está por venir, pero ya de entrada podemos apreciar su elegancia a la hora de planificar sus argumentos, y la eficacia de su sencillez. En el apartado gráfico encontramos al ya popularísimo Rag Morales, después de su estancia en JSA, con los mismos guionistas, y en el que encontramos al dibujante idóneo para estos guiones, combinando la emotividad de los halcones enamorados (ejem, vale, sólo uno, pero es que soy un romántico…) con la brutalidad del Hawkman guerrero, conservando la épica del héroe alado de siempre.

Hawkman: Vuelo Interminable se trata de una lectura amena sin grandes pretensiones, pero que reaviva los conceptos que hicieron grande al personaje de Hawkman para esta nueva época; aunque como primer arco argumental puede resultar algo pobre esto cambiará. Es interesante ver cómo el personaje ha atravesado diferentes vidas tanto argumentalmente como editorialmente, reencarnándose sucesivamente hasta volver a sus raíces. Un gran personaje, y una serie más que recomendable.