A principios de los años 80 Mattel encargó a DC realizar unos minicómics para incluirlos en los blister de muchos de los muñecos de Masters del Universo, para así dar origen y trasfondo a las aventuras de He-Man, Skeletor y el resto de personajes. No mucho después y aprovechando el enorme éxito de la franquicia, que ya arrasaba también en televisión, esa misma editorial, DC Comics, hizo debutar al «hombre más poderoso del universo» en aquel ya lejano DC Comics Presents #47 en el que Superman se las veía con nuestro musculado protagonista para, más tarde, explotar durante años sus aventuras intergalácticas. Muchas de ellas fueron publicadas en España en formato grapa por Ediciones Zinco que tiempo después fueron recopiladas en los famosos retapados. De principios de los 80 a mediados de los 2000 los derechos de la franquicia MOTU pasaron por las editoriales más importantes del mercado estadounidense como Marvel, Dark Horse o Image dando salida salida a material nuevo o reeditando el clásico, incluidos los famosos primeros minicomics ya citados, hasta que hace siete años volvieron a la casa de Wonder Woman, Green Arrow, Aquaman o Flash que les vio nacer. Ese tiempo es el que ha tardado ECC en publicar dicha colección con la que revisaron toda la historia detrás del He-Man o el resto de héroes y villanos del planeta Eternia y aquellos que no seguimos la colección en su idioma original nos preguntábamos cuál era el motivo de este retraso. Por fin tenemos en nuestras manos el primer volumen y después de leerlo se puede comprender un poco mejor dicha tardanza a la hora de ponerla en circulación en nuestro país.
Este Volumen 1 incluye He-Man and the Masters of the Universe Digital Chapter 1, primera parte de un arco argumental publicado originalmente en formato digital, y los seis números iniciales de la colección He-Man and the Masters of the Universe. La primera historia tiene lugar lejos de los personajes habituales de Masters del Universo, sólo apareciendo algunos de ellos en la última página a modo de splash page, centrando su atención en secundarios de los que por ahora sabemos poco o nada. El trabajo cuenta con guión de Geoff Johns (Green Lantern, JLA) y lápices de Howard Porter (The Flash, Doc Savage). Nada muy destacable por parte de ambos. Tras esta entrega comienza la miniserie propiamente dicha con un número inicial escrito por James Robinson (Starman, Detective Comics) e ilustrado por Philip Tan (Spawn, Uncanny X-Men) que asienta las bases de la colección. Seguimos los pasos de un Príncipe Adam viviendo como leñador en un bosque apartado junto a su padre enfermo sin recordar nada de su pasado en la realeza o su doble personalidad como He-Man, el héroe de Eternia que defendió el Castillo Grayskull de enemigos como Skeletor, Hordak y sus secuaces.
Desde su mismo arranque la historia se antoja poco prometedora de cara al lector generalista y sobre todo en lo concerniente al conocedor de la franquicia o los cómics previos que la abordaron. El guión de James Robinson se muestra en todo momento rudimentario y procedimental, transitando lugares comunes y aportando diálogos bastante pobres para los personajes. Privándonos en casi todo momento de las señas de identidad estilísticas y argumentales adscritas a las historias en viñetas de los Masters del Universo. El dibujo de Philip Tan se muestra simplemente cumplidor con una herencia muy de los 90 que, después de todo, no desentona con la propuesta narrativa ofrecida por Robinson inclinada al 100% hacia la espectacularidad y el ritmo acelerado. El problema es que si bien esta primera toma de contacto no deja mucho lugar a la esperanza, en cuanto el veterano Keith Giffen (Doom Patrol, Blue Beetle) comienza a colaborar en el guión y Pop Mhan (Ghost Rider, Batgirl) o Howard Porter aparecen para echar una mano con el apartado gráfico la debacle se confirma y la serie cae en picado a partir del segundo número sin parar hasta la mínima remontada que supone el sexto y último.
Curiosamente leyendo esta miniserie de He-Man y los Masters del Universo me han venido a la cabeza aquellos primeros números de la colección Superman de los New 52 en los que un George Pérez al guión y los bocetos y Jesús Merino ocupándose del dibujo y la tinta parecían totalmente desubicados con un material en el que no confiaban, antojándose caduco desde su misma concepción. Aquí también da la impresión que la intromisión de ciertas decisiones editoriales dan forma a un relato deforme y repleto de carencias que, más allá de mostrarse siempre entretenido y de consumo ligero, ofrece síntomas de haber sido manoseado por varios autores debido, principalmente, a la endeblez estructural de la propuesta desde sus mismos cimientos. No pedimos a un relato de He-Man y los Masters del Universo un guión como los de Providence o Planetary, pero sí un mínimo exigible de calidad que lo convierta en una experiencia agradable por la que merezca la pena perder el tiempo y el dinero. Como ya hemos citado eso sólo tiene lugar en la recta final cuando He-Man hace acto de presencia y comienza su primera aventura oficial alejado del insípido reinició planteado por James Robinson, Philip Tan y sus colaboradores.
Tanto la escritura como el dibujo flaquean a lo largo de todo el arco argumental. Por un lado, y como ya hemos apuntado, James Robinson y Keith Giffen parecen incapaces de eludir los estereotipos más manidos de los relatos aventureros con una tendencia bastante molesta al subrayado de trazo grueso que encuentra su peor exponente en el «choque de sexos» entre los desmemoriados Adam y Teela cuyas disputas se revelan casi insoportables. La descaracterización de secundarios importantes como Evil Lynn o Trap Jaw y recurrir continuamente a la excusa narrativa de que los enemigos de He-Man no puedan evitar ofrecerle pistas de su pasado que más tarde le servirán para recordarlo culminan el desfile de clichés adherido al libreto de la colección. Con el dibujo la labor es también irregular, pero la transición entre los tres dibujantes es acometida con más inteligencia intentando crear un trazo más o menos homogéneo con labor compartida por más de uno de los ilustradores en algunos números. Pero pocas alabanzas más podemos cantar al apartado gráfico de este Volumen 1 más allá de afirmar que es el mismo Philip Tan el que acomete con más rigor sus responsabilidades con las planchas.
El material recopilado por ECC, con algunos extras como bocetos y portadas originales, en este He-Man y los Masters del Universo Vol. 1 no es, por ahora al menos, lo que esperábamos. Los problemas con el tono, el planteamiento inicial y el desarrollo argumental suponen suficientes obstáculos para que este primer arco argumental suponga una decepción. Por suerte no perdemos la esperanza y ese último número abre la puerta para que podamos disfrutar en un futuro reciente cómics que hagan honor a le vida editorial previa de estos personajes con los que muchos nos criamos durante la década de los 80 y sabiendo que Dan Abnett tomó las riendas del proyecto no todo está perdido. Como sabemos la colección continuó con bastante éxito dando pie a otra serie titulada He-Man The Eternity War, que constó de quince entregas, y varios crossovers con DC Universe, Thundercats o Injustice. Mientras esperamos que ECC se anime a seguir publicando la presente serie también podemos disfrutar de los tomos que han editado recopilando los minicomics mencionados al inicio de esta reseña, que compiló en su momento Dark Horse y a los que trataremos de buscarle un hueco para ser reseñados.