Edición original: Hellboy in hell #1-5 USA (Dark Horse Comics).
Edición nacional/ España: Mayo 2014 (Norma Editorial).
Guión: Mike Mignola.
Dibujo: Mike Mignola.
Entintado: Mike Mignola.
Color: Dave Stewart.
Formato: Cartoné. 132 págs.
Precio: 18€.
Los fans de Mike Mignola estamos de doble celebración: no sólo Norma inicia la publicación de Hellboy en el Infierno, la nueva serie protagonizada por la criatura más emblemática del autor, sino que además el propio Mignola es el encargado de escribir y dibujar toda la historia. Mignola nos narra un descenso literal al infierno donde el protagonista encontrará nuevos aliados y descubrirá aspectos desconocidos de sus orígenes.
Ha pasado la friolera de veinte años desde que Mike Mignola creara a Hellboy de forma casual en una convención de cómics. Desde entonces este demonio de alma humana ha protagonizado más de medio centenar de historias convirtiéndose en un icono del cómic independiente USA y saltando a otros medios como dos notables largometrajes de imagen real a cargo de Guillermo del Toro y con Ron Perlman en el papel principal, dos películas de animación, varias novelas e incluso un par de videojuegos. La ocupada agenda del artista, que le mantenía ocupado en otros proyectos, hizo que Mignola cediera las labores de dibujo de las historias de Hellboy a otros dibujantes como el veterano Richard Corben, Scott Hampton o Duncan Fegredo. Estos artistas realizaron un trabajo excelente, sobre todo Fegredo, pero el hecho de no contar con el arte su creador hizo que la serie perdiera parte de su encanto (aunque todo sea dicho, permitió a Mignola elaborar más los guiones y construir una trama más compleja). Con esta nueva colección, que supone un punto y aparte en las aventuras de Hellboy, Mignola ha regresado como autor completo, algo que no sucedía desde 2008 cuando escribió y dibujó la historia autoconclusiva En la capilla de Moloch, y lo ha hecho para narrar las aventuras de Hellboy después de su muerte.
La última vez que vimos a Hellboy acababa de salvar el mundo derrotando al gran dragón pero tal acto de heroísmo significó la muerte del protagonista a manos del fantasma de la hechicera Nimue. El destino de Hellboy tras su muerte le lleva directamente al pozo del infierno donde se verá inmediatamente atacado por monstruosas criaturas y feroces demonios que quieren acabar con él. Sólo la intervención de un hechicero que pretende salvar el alma de Hellboy impedirá que sucumba ante estos demonios. Con la ayuda de este hechicero, Hellboy deambulará por un infierno que no es lo que esperaba y descubrirá información importante sobre su origen y su destino e incluso se enfrentará a su propia familia que le reclamará su herencia infernal.
En esta nueva etapa de Hellboy, Mignola rompe con las tramas que había desarrollado durante los últimos años y presenta un escenario y unos personajes completamente nuevos con los que parece que tiene intención de construir una nueva trama de larga duración en la que irá intercalando las habituales historias cortas de fantasmas que tanto gustan al autor. A diferencia de cómo había planteado este tipo de alternancia de historias hasta la fecha, en esta nueva entrega mezcla ambos tipos de historias hilvanando los relatos cortos en la trama argumental principal construyendo una especie de relato de relatos al estilo del Decameron. Esto hace que el conjunto de los cómics recogidos en este tomo esté un poco desequilibrado aunque no por ello carente de fuerza.
Los tres primeros números son los más potentes argumentalmente y los que más información proporcionan sobre el pasado de Hellboy y su situación actual. En estos números es donde Mignola se muestra más ambicioso al presentar un infierno totalmente inesperado, de tintes apocalípticos incluso para los propios demonios que lo habitan, con conceptos tan perturbadores y evocadores como la ciudad infernal de Pandemonium (abandonada por todos salvo por Satán), el Pescador de Almas (un ser ciego y sordo que pesca almas condenadas para convertirlas en soldados infernales) o el nacimiento del propio Hellboy. Esta sucesión de buenos momentos llega a su punto culminante en el tercer número donde Hellboy conoce a su familia demoniaca y su situación da un giro inesperado que le marcará para siempre. A partir de este punto, Mignola levanta el pie del acelerador y se dedica a insinuar por donde irá la colección aunque sin dar muchas pistas. Cierra el tomo con una historia autoconclusiva en la línea habitual de los relatos de fantasmas y demonios que nos tiene acostumbrados el autor y que tan bien encajan con la naturaleza del personaje. Estos dos números finales, menos intensos e incluso un tanto desconectados de la trama principal, dejan la sensación de obra inconclusa, algo que no pasaba con las anteriores historias de Hellboy. Habrá que esperar al siguiente recopilatorio para determinar como piensa seguir la serie el autor.
Este tomo supone un buen punto de entrada para nuevos lectores que quieran acercarse a Hellboy aunque carece de la frescura de las primeras aventuras del personaje. Algo parecido pasa con el dibujo de Mignola, que en estos 20 años ha evolucionado para suavizar las líneas más angulosas que caracterizaban su trazado al principio de la serie restándole algo de fuerza. Aun así el dibujante sigue siendo un maestro del claroscuro y de la síntesis narrativa y aún es capaz de crear imágenes de gran fuerza expresiva como la de las criaturas monstruosas surgiendo del lago estigio o la de los habitantes muertos del pueblo escocés varado en el infierno.
Me moló mucho la Furia, pero con esta etapa infernal no he terminado de conectar y la tengo bastante aparcada. Artísticamente es cojonuda, pero lo que es el guión se me hacía un tanto plomizo de seguir
Toda la etapa previa, la dibujada por Duncan Fegredo, me parece una obra estupenda de fantasía épica. Este tomo también me ha resultado algo pesado, sobre todo los dos últimos números.